martes, 5 de agosto de 2014

Cuidados domésticos

La perrita se ha hecho daño. Cojea de su pata y se lame de forma compulsiva.
Tras la visita al veterinario, hay que curarle por la noche, darle un antiinflamatorio y un antibiótico.
Una lata.

*****

— Cariño, ¿te importa hacerlo tú esta noche?
— Sí, por supuesto, querida.
— Gracias, amor.

(Siempre empleamos tono meloso cuando la perrita está presente; no queremos que se malacostumbre).

— Por cierto, cielo, ¿qué patita es la que tiene malita?
— La derecha, corazón.
— ¿Qué derecha? ¿La suya o la mía?
— Pero, ¿cómo va a ser la tuya, hombre de Dios?
— Digo yo: ¿mirando desde mi lado, o desde el suyo?
— Alberto, te pongas como te pongas, será su pata la que esté mala, no la tuya.

*****

Me sonó a una historia conocida.


El día después de descubrir que Hugh Laurie es mayor que yo.

Un tipo que, antes de hacer de amigo de Peter, o de doctor, ya se había puesto en la piel de Bertie Wooster, personaje cuya primera aparición sería recogida en el libro de relatos cortos precedente. Todavía no le acompañaba su mayordomo, Jeeves, al que daría cuerpo Stephen Fry (Peter, en la película de 1992 dirigida por Kenneth Branagh).

*****

Aunque no sepa su verdadera edad.





Cosas de los cuidados cosméticos.


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