Hoy
se ha publicado el octavo LP de estudio de una de mis texanas favoritas.
¿Qué
mejor momento para oír la canción que ya adelantó durante la Super Bowl LVIII,
el 11 de febrero pasado?
Es
una apuesta ganadora, el reconocimiento a la importancia del country, ese género considerado por
algunos como menor, olvidando su
raigambre y su esencia tan genuina.
En
el momento de su debut, 1954, el formato empleado para comercializar la música
que sonaba en las radios era el single.
Y luego tuvo que hacer la mili. A la
vuelta, su manager, el singular Coronel Parker, decidió que debía dejar
las actuaciones en directo y la grabación de discos para centrarse en las
películas y las bandas sonoras que las acompañaban, una decisión espantosa para
sus seguidores, que hubiéramos preferido un repertorio elegido con mejor
criterio.
Pero
el especial navideño de 1968, en el que Elvis se salió del guión inicial y,
además de christmas, interpretó otras
canciones de su gusto, fue un verdadero éxito y le convenció de centrarse en
temas con los que se sintiera realmente a gusto. Y decidió grabar un LP. Lo
hizo en el American Sound Studio, en Memphis, con Chips Moman como productor y un elenco de músicos de primer nivel: Reggie Young (guitarra), Tommy Cogbill (bajo), Gene Chrisman (batería), Bobby Wood (piano) y Bobby Emmons (órgano). En la primera
sesión, el 13 de enero de 1969, grabaron el tema que acompaño y que da muestra
de lo soberbio del resultado final.
Con
todo lo que había trabajado en los 15 años precedentes, éste es el noveno LP de
estudio.
Nacido
al Sur de Florida, de familia de ecuatorianos, afincado en Brooklyn, Helado
Negro (el proyecto de Roberto Carlos Lange) acaba de publicar su décimo trabajo.
Y
sigue con ese deseo de experimentar con sonidos, muy agradable de escuchar.
Dos
ciudades muy diferentes se enfrentan hoy en City WARS®.
Por
una parte, Detroit, la capital del Motor, ejemplo del desarrollo industrial del
MidWest desde el establecimiento de la fábrica de Ford y otros constructores de
vehículos, pero que está sufriendo una crisis por la deslocalización de las plantas
fabriles.
Del
otro lado, Miami, la puerta de las Américas, destino residencial y turístico.
Una de las ciudades con mayor crecimiento con al atractivo añadido de sus
playas, sus cruceros y sus entidades financieras. Es el destino ideal de
jubilados e hispanoamericanos.
La
nueva reina del rockabilly es
española. Acaba de publicar su segundo LP y es un espectáculo que no debes
perderte si tienes suerte de que toque cerca de ti.
El
5º álbum de estudio de la banda se publicó el 23 de febrero de este año, pero,
como suele ser cada vez más frecuente, se entregaron algunos temas a modo de
anticipo. Cuatro en este caso: “Mother
Nature”, “Bubblebum Dog”, “Nothing to Declare” y “Dancing in Babylon” (con la
participación de Christine and the
Queens).
Era
una buena noticia para los seguidores del grupo porque se rompía la sequí que
se alargaba ya seis años.
Siguen
manteniendo un sonido inquietante, como una cautivadora neopsicodelia.
Y
en el tercero de sus singles, con una
melodía preciosa, le conceden el protagonismo a Inga Petry, una mujer que viaja, y que curiosea, y que experimenta,
y que vive. Con todo lo que hay para hacer en París.
Una
canción que me hubiera gustado programar para el pasado viernes.
La
música de la quinta temporada de Fargo,
escrita por Noah Hawley, inspirada
en la película de 1996 dirigida por los hermanos Coen, es la protagonista en la edición de hoy.
Prepárate
para descubrir una historia asombrosa, la de uno de los cantautores con más
talento y más mala suerte de la historia.
Alguien
que merece ser conocido y dejar de ser un tesoro oculto.
*****
Jackson
Carey Jones nació el dos de marzo de 1943 (hoy cumpliría ochenta y un años si
no fuera porque falleció el tres de marzo de 1999, un día después de haber
llegado a los cincuenta y seis), único hijo de Marilyn y Jack Jones, un piloto
de pruebas. Más tarde adoptaría el apellido de su padrastro Elmer Frank,
oficial del ejército.
Con
once años, un horno explotó en la escuela donde estudiaba. El incendio mató a
quince de sus compañeros y, pese a que él sobrevivió, sufrió quemaduras en más
de la mitad de su cuerpo. Una experiencia tan traumática puede estar en el
origen de los problemas psicológicos que desarrolló años después.
Estando
ingresado en el hospital, uno de sus profesores le regaló una guitarra, para
que estuviera ocupado en su rehabilitación. Una visita junto al resto de
heridos a Memphis tres años después del accidente le permitió conocer a Elvis, que sería una gran influencia
durante su adolescencia.
Al
cumplir veintiún años recibió un cheque del seguro por un importe de 100.000
dólares por sus lesiones, lo que le permitió trasladarse a Londres.
En
1965 grabó durante seis horas en una sesión producida por Paul Simon, compinche en la escena folk local, a la que asistieron Art Garfunkel y Al Stewart.
La enorme timidez de Jackson hizo que tuvieran que separar estudio y control
con pantallas opacas, para que sus acompañantes no pudieran verlo.
El
disco no tuvo ninguna repercusión y, entre que su salud mental empezaba a
deteriorarse y el dinero del seguro se acababa, decidió volver durante un par
de años a USA. Cuando volvió a Inglaterra en 1968, a todos les pareció una
persona diferente, lleno de angustias y atormentado. Volvió a su país natal.
Se
casó, tuvieron un niño y más tarde una niña. Su hijo murió de fibrosis quística
y la depresión fue en aumento, teniendo que ser internado en una institución
mental.
A
principios de los ‘80s se mudó con sus padres. En 1984, tras haber sido
sometida a una operación quirúrgica, su madre llegó a casa y comprobó que
Jackson había desaparecido sin dejar aviso. Se había trasladado a NY, en busca
de Paul Simon, al que no pudo encontrar y tuvo que empezar a dormir en la
calle.
Le
internaron en un psiquiátrico y le diagnosticaron esquizofrenia paranoide
(Frank negó el diagnóstico y achacaba su depresión al trauma sufrido cuando era
niño).
A
principios de los ‘90s, un fan de su disco lo descubrió por casualidad, por
mediación de un antiguo profesor del colegio donde estudiaba. Sólo conocía la
portada de su disco y el contraste era desalentador. El incendio había causado
un problema en su tiroides y Jackson estaba muy gordo y desaliñado, sin otra
cosa que una vieja maleta y una guitarra desafinada.
Estando
sentado en un banco en Queens, esperando volver a Woodstock para ingresar en un
hogar para vagabundos, unos niños estaban jugando con un rifle de perdigones y,
unos disparos al azar alcanzaron a Jackson, que quedó ciego del ojo izquierdo.
Una
neumonía y un paro cardiaco le provocaron la muerte el día después de haber cumplido
cincuenta y seis años.
*****
Descubrí
esta canción en el quinto episodio, “Time
of the Monkey”, de la primera temporada de una serie que recomiendo, “Poker Face”, una mezcla de “Kung-Fu” (el personaje interpretado por
David Carradine, no el arte marcial)
y “Colombo”.
Charlie Cole (Natasha
Lyonne) es una trabajadora de un casino con dotes para detectar cuando la
gente está mintiendo y, por complicaciones con su jefe demasiado complicadas para
relatar aquí, debe huir. En cada episodio se ve involucrada en un crimen que,
al igual que en la serie del detective al que da vida Peter Falk, el espectador conoce quién ha sido el culpable, pero lo
interesante es encontrar el modo en que ata cabos para darse cuenta y
desenmascarar al asesino. Entre los invitados estelares de la primera temporada
están Adrien Brody, Chloë Sevigny, Simon Helberg, Ellen Barkin,
Tim Blake Nelson, Nick Nolte, Joseph Gordon-Levitt, o Rhea
Perlman.