La
segunda charla del ciclo “Reflexionar la
Política hoy: Decide, o decidirán por ti”, organizado por la Red de
Bibliotecas del Ayuntamiento de Oviedo, contó ayer, 13 de marzo de 2019, con la
intervención de Carlos Gil
(politólogo) y Marcos Vega
(periodista).
¿Qué
es el Populismo? Carlos Gil esbozó
una definición: “Una forma de hacer
política que apela a los instintos (por medio de las emociones), y usa mensajes
breves que no se pueden cumplir. Se producen en regímenes democráticos y
autoritarios”.
El
término evoluciona desde una forma anterior, demagogia, y, siendo su propósito “atraerse a las clases populares”, alcanza unas connotaciones
negativas.
En
España el uso del término se generaliza a partir de 2014 y la irrupción de Podemos. Ha cobrado nueva fuerza con la
aparición de VOX.
En
Latinoamérica ha vuelto a cobrar auge y ciertas manifestaciones se conocen como
“neopopulismo”, o “populismo neoliberal”, atendiendo a la
historia que el populismo tiene en el continente. Allí ha prosperado una forma
particular: el “populismo militar”.
Su forma de expresión más extrema es la afirmación de Julio Chávez: “Yo no soy yo;
soy el pueblo”.
La
crisis económica y la globalización han dado sustento a una información servida
en Redes Sociales. Los políticos emplean “globos
sonda”: lanzan determinada información y ven cómo van las reacciones para
actuar en el sentido anunciado, o
hacerlo de forma diferente, o contraria.
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Pese
a que el Populismo surge como un intento de acercar la política a las masas,
algo que para Marcos Vega es positivo
en un principio, dado el alejamiento de la política, reservada para las élites;
advierte que “el canal es fundamental”.
Se
detiene en el uso de la información para alterar los resultados previsibles y
se extiende analizando las campañas del Brexit
y la presidencial USA de 2016.
En
la primera, se revelan dos personajes clave que, aún así, han quedado como
desconocidos para la opinión pública: Dominic
Cummings y Alexander Nix.
Su
estrategia pasa por lanzar mensajes claros y directos, que lleguen al votante, “Take back control” (“Recuperar el control”), centrándose en
los olvidados de la política tradicional. El uso del Big Data (Cambridge
Analytica fue elemento clave) permite el uso de Información “de carácter predictivo”.
Donald Trump, en
la campaña presidencial de 2016, emplea con premeditación elementos no ciertos,
denominados ahora Posverdad. Se
establecen tres niveles en mensajes que no son veraces:
— Mentira:
Es respetuosa con la verdad; la conoce y la altera a sabiendas. Es Inmoral (añadido mío).
— Posverdad:
Actúa con total falta de respeto a la verdad; desprecia la verdad; sólo le
interesa si la información es útil o provechosa para sus propios intereses. Es Amoral (añadido mío).
— Fake
News: noticias falsas, bulos, leyendas urbanas. En ocasiones pueden tener
intenciones satíricas o humorísticas. El
Mundo Today.
El
canal es fundamental. Las próximas campañas electorales verán cómo se buscará
un nuevo uso de las RR SS. Facebook ya no es útil, Twitter va perdiendo
relevancia, Instagram es un feudo para jóvenes con un marcado sentido visual.
El gran protagonista será WhatsApp, al que se concede una mayor credibilidad en
el sentido de la vinculación con los interlocutores. Tiene un gran
inconveniente: es difícilmente replicable.
Las
RR SS se sustentan en la afirmación generalizada de que “no tienen ideología; carecen de línea editorial”. Los medios
tradicionales sí la tienen.
Pero
las RR SS se convierten en un elemento de confirmación, más que de confrontación.
Cada vez nos rodeamos de personas más afines a nuestros pensamientos, ideas o
creencias. “Cada vez somos más reacios a
cambiar nuestra forma de pensar”.