martes, 26 de junio de 2018

Knoxville, TN (50 Estados USA)

Llegamos por fin a Tennessee, el Estado más musical.
Pero no nos detendremos en Nashville, la capital, ni en Memphis.


Lo haremos en la tercera de sus estrellas: Knoxville, ¿por qué no?


Al este, al lado de las Smoky Mountains: la capital mundial de la ropa interior.




martes, 19 de junio de 2018

Athens, GA (50 Estados USA)

Nos vamos al Sur. Nuestro destino está en Georgia.


La vocación clásica de Athens (la conocen como The Classic City) hizo que John Milledge tomara como inspiración la ciudad griega en que Platón fundó la Academia y Aristóteles el Liceo.

Es la sede de la Universidad estatal de Georgia, a la que se accede atravesando un arco.

"The Arch"

Años después fue el lugar en el que se desarrolló una escena musical excitante y rompedora, que huía de fórmulas, hombreras y sintetizadores.

Es también el hogar de un árbol singular.

El árbol que se posee a sí mismo.




jueves, 14 de junio de 2018

La mujer de César

La historia antigua es fuente de entretenimiento y diversión.
Las costumbres romanas están profundamente arraigadas en nuestra cultura.
En ocasiones resulta conveniente seguirles el rastro y no dejarse despistar por sus mutaciones.

*****

Cuenta Plutarco, en “Vidas paralelas” —una obra que todo dentista romano tenía en la sala de espera de su consulta—, que Pompeya Sila, segunda esposa de Julio César, bodas celebradas en el 68 a. C., residentes en la Vía Sacra desde el 63 a. C. —cinco años después; recuerda que estamos contando en orden inverso—, gracias a que su marido había sido elegido Pontífice Máximo de la Religión romana —un hecho que pone en entredicho levemente aquello de que “a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”, pero que se obvia porque todavía no se había desarrollado un sistema eficaz que previniese de las incompatibilidades—. El asunto, y no me quiero desviar mucho más de él, es que, en esa casa, Pompeya decidió organizar una jolgorio muy arraigado entonces, precursor de las reuniones de TupperSex por su carácter reservado exclusivamente para mujeres, llamado Bona Dea, al que los hombres no podían asistir, salvo que alcanzaran la condición de eunucos (un buen argumento para mantenerlos al margen).

Pero, hete aquí que Publio Clodio Pulcro, obseso de la limpieza pero con menos apego a las normas que Harry Potter, decide que, puesto que quiere poner a la mujer del jefe mirando a Pompeya, se disfrazará de lírico, instrumento que cayó en desuso por la escasa posibilidad de transmitir su aprendizaje de padres a hijos —los motivos son suficientemente explícitos como para que yo quiera extenderme en mayor detalle—.

Así que nuestro amigo Publio rasguea el instrumento (la lira) intentando ocultar los muy notables efectos producidos en su propio instrumento (ése efecto que imaginas y no voy a mencionar) tras la visión de la mujer a la que deseaba con tanta pulsión, charlando desenfadadamente con otras hembras, conocedora de que su desinhibición no causaría efectos en la tropa de mancebos que les abanicaban y saciaban (casi) todos sus apetitos.

Una inoportuna revisión del garito —realizada por celosos inspectores que buscaban algún incumplimiento de la accesibilidad del recinto, o la existencia de barreras infranqueables para personas con discapacidad— finalizó con Publio apresado, juzgado y encadenado (también condenado) bajo las acusaciones de engaño y sacrilegio. No queda constancia del destino del reo porque, pese a ser expulsado de la casa, todavía no se habían inventado los debates en los que podía volver a aparecer en público, así que hay un cierto acuerdo en sospechar que, muy a la romana, la ejecución de la condena consistió, precisamente, en su ejecución. Mantener la pax romana era más complejo que universalizar el rebozado como forma de presentación del calamar.

En fin, que César —que dicho sea entre nosotros, estaba hasta el gorro de la tal Pompeya— aprovechó para divorciarse de ella, sabedor de que ella no había meado fuera del tiesto, pero había dejado que los geranios transmitieran la sensación de una cierta falta de riego y, él, Emperador y Pontífice Sumo, no estaba para permitir cierto tipo de licencias y comentarios maledicentes de la gente ociosa que lee a Plutarco, se entera de todo, todo se sabe y se comenta y, ya se sabe, o cortas a tiempo las raíces del baobab, o tienes que buscar un planeta más grande al que emigrar para añorar a tu rosa. Lo que vino a significar que César, que ya no era un chaval y sabía de qué iba la vaina, dejó sentenciado que “La mujer de César debe estar por encima de toda sospecha”.

Por descontado, en una época en la que por un “quítame allá estas pajas” te sacaban el trívium —o el quadrívium, bastante peor— y te dejaban con un miembro menos —adivina cuál—, nadie se animó a decirle a JC que, más allá de que esa actuación iba en contra del principio de presunción de inocencia, su esposa era inocente de todo punto, y la posibilidad de divorcio era nula, porque los romanos —un pueblo que comía semitumbado— constituía, por naturaleza, un conjunto de cobardes y vagos.

Como alegato final en defensa de la actitud de JC, adjunto un fotograma del biopic de 1953 (d. C.), dirigido por Joseph Mankiewicz, para que me digan si no son capaces de juzgar las intenciones de los protagonistas del affaire de un simple vistazo.

"¿Cómo te confiesas? Izquierda
Impulsiva, pecadora, mala. Un bollo. Derecha
(((Llámame zampabollos))) - Centro

Los tiempos pasan y las costumbres cambian.
Las palabras vuelan; lo escrito, permanece.

Pero, a pesar de ello, los latinajos se vuelven mutantes y se adaptan a los intereses de quienes los adoptan; en ocasiones, de forma sonrojante.

Y así, en esta sociedad enferma, azotada por la corrupción como mal endémico de quienes debían ser modelos a imitar, cada vez que surgen dudas (más o menos fundadas) sobre la conducta de algún personaje público (en función de su cargo, y no de su exposición), las mesas camillas en que se han convertido las tertulias dejan oír su voz a quien se considera cultivado, afirmando que un político debe ser como la mujer del César, “no sólo siendo honrada, sino, además, pareciéndolo”, olvidando que ese principio de escrupuloso comportamiento se daba a las esposas de los servidores públicos.

A éstos, cuando dejaban de servir a los intereses colectivos, sin más contemplaciones, se les ejecutaba.

Digo.

martes, 12 de junio de 2018

Providence, RI (50 Estados USA)

Toda una semana en Rhode Island. En Providence, su capital.
Considerada una de las mejores ciudades pequeñas del país.

Ideal para recorrer paseando

Sede de la prestigiosa Universidad de Brown, incluida en el círculo académico más exclusivo: la Ivy League.
El lugar donde se desarrolla la primera parte de la tercera novela de Jeffrey Eugenides: “La trama nupcial”.
O la película de Woody Allen: Irrational man (2015).

Brown University

Fundada en 1636 por Roger Williams tras ser expulsado por motivos religiosos del puritano Boston, basada en el principio de que todos tienen derecho a la libertad de conciencia. Fue uno de los primeros en abogar por la separación entre Iglesia y Gobierno, concepto que sería clave en la futura Constitución USA.
Da nombre a un espléndido parque, uno de los mejores en Estados Unidos, con múltiples detalles de la época victoriana y un clásico carrusel.

Roger Williams Park

Carrusel




jueves, 7 de junio de 2018

El incomprendido guiño cultural del ministro


Màxim Huerta, nuevo titular de la cartera de Cultura y Deporte, profeta en 2010:




Aplica el conocido sistema de archivo de documentación puesto en práctica por Ignatius J. Reilly en La conjura de los necios (1980), de John Kennedy Toole.

Ahora tiene la mitad de problemas.

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¿Quién adivina por qué el Ministerio debería conocerse como el de Agricultura?

martes, 5 de junio de 2018

Rhode Island (50 Estados USA)

El Estado más pequeño tiene el nombre más largo.
La mejor forma de llegar es vía marítima; se le conoce como “Estado Océano”.
En la bahía de Narragansett, el marino italiano Giovanni Da Verrazzano llegó a la isla que los nativos llamaban Aquidneck, amarrando en lo que hoy es Newport. Se quedó deslumbrado por su parecido con otra isla: Rodas, en Grecia. Con el tiempo, la isla sería conocida como Rhode Island.

Hoy es una de las zonas más exclusivas del mundo, con grandes mansiones, como la que Jay Leno compró en diciembre del año pasado por 13.5 millones de dólares.

La choza de Leno

La capital del Estado es Providence y está en territorio continental.
El nombre oficial del Estado pretende reconocer su carácter oceánico: State of Rhode Island and Providence Plantations.

El club de regatas de Newport fue el organizador de la Copa América de Vela de 1930 a 1983, cuando el trofeo fue ganado por los australianos, rompiendo la racha más duradera de éxitos en ninguna competición deportiva.





lunes, 4 de junio de 2018

Política (y gestos)

Son malos momentos para quienes reivindicamos la necesidad de una acción política “de profundidad”.
Ahora se estila la superficialidad.
Ya nadie bucea; sólo interesa el surf.

Es época de gestos.

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La toma de posesión de Pdro Snchz (no ha anunciado si ha recuperado todas las vocales) como presidente del Gobierno, ha sido diseccionada. No importan qué determinaciones haya podido tomar hasta el momento —ninguna, que se sepa—. Sólo importa la foto.


Para algunos ha sido definitiva la ausencia de Biblia y Crucifijo.
Se ha tomado como un símbolo.
No resulta novedoso el uso de la promesa en la fórmula.
Antes ya lo había hecho Zapatero.

Que, en ambas tomas, había mantenido la presencia de los símbolos.

Toma 1

Toma 2

Así que, puesto en la tesitura de desentrañar gestos, el más destacado de la foto fija es, precisamente, la ausencia de fotógrafos (en el vídeo se ve a uno que trata, en vano, de agacharse y pasar desapercibido).

El contraste con la toma de Aznar (5 de mayo de 1996) es notorio.
Ya no se produce el tiroteo inmisericorde; antes, los fotógrafos tiraban a dar (y a cegar).
Ya no suenan obturadores, ya no hay flashes.
Aunque haya cambios de planos.

Flasheado.

La prensa se ha vuelto más complaciente.
¡Qué sinsentido!





En cualquier caso, me sigue subyugando el final de la fórmula, idéntico en la historia de la Democracia: “así como mantener el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros”.
Siempre me he preguntado por qué ningún miembro del Gobierno —al menos hasta donde recuerdo— se ha acogido a ese eximente ante una pregunta incómoda; en especial en la rueda de prensa para informar de las medidas que ha tomado el Consejo de Ministros.

Esa incierta edad [el libro]

A veces tengo la sensación de que llevo toda la vida escribiendo este libro. Por fin está terminado. Edita Libros Indie . Con ilustracio...