Se
trata de un disco de homenaje, con motivo de los 50 años de la publicación de Hound
Dog Taylor and The HouseRockers, el debut de un genio del blues, Hound Dog Taylor, la primera referencia de un sello, Alligator Records, fundado por Bruce Iglauer para publicar ese disco y
convertirse en mítico representante del blues
de Chicago.
GA-20, debutantes en 2019 con Lonely Home,
entregaron el año pasado su segundo LP, convencidos de que el blues es atemporal, lo mismo que Taylor
y la peña a la que le gusta este tipo de música.
En
ese grupo, no es necesario decirlo, me encuentro a gusto.
Hay
algo fascinante en este disco, más allá de sus canciones.
Un
dúo formado exprofeso para
profundizar en el catálogo de Chart
Records (un sello fundado en 1964, dirigido por Slim Williamson, que tuvo algunos artistas menores del country (Maxine Brown, Jim Nesbitt o Connie Eaton),
pero al que se recuerda porque convirtió a Lynn
Anderson en una gran estrella.
Cortney Tidwell había grabado un par de LPs en
solitario y estaba muy interesada en profundizar en el legado del sello; no en
vano Williamson era su abuelo y Connie Eaton, su madre.
Por
su parte, Kurt Wagner (cabeza
visible de Lambchop) tenía las
típicas dudas cuando crees que una relación se atasca y había grabado su primer
disco en solitario (Kurt, 2007), sin olvidar la colaboración con Josh Rouse en aquel espléndido EP (Chester,
1999). Y se volcaron en repasar cajas de material y encontraron tantas joyas
que entregaron un soberbio disco al que da tono la canción que lo abre, escrita
por Gene Woods, e interpretada junto
a Rod Bain, como Gene & Rod, en la cara B del single 1023 de Chart Records, “Woman Stealer”.
Laura Burhenn grabó un par de discos en solitario,
otro más junto a John Davis en un
dúo que llamaron Georgie James,
antes de establecerse en Omaha y adoptar un nombre escénico que hacía que
pareciera que tenía más ayuda que la de su productor, Richard Swift.
Y
en 2010 entregó el primero de los cuatro LPs que forman una carrera que debió
tener mayor repercusión, pero que quedó en un delicioso conato.
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Siempre
fue lo que dijiste que sería y nada más
A
través de las cortinas de humo y las quimeras
Y
la sangre en el suelo
Dices
que es negro; bueno, tendrá que ser negro
Tomaste
una decisión y no te apeas de ella
Cariño,
si quieres tener razón, te dejaré tener razón
Conocí
a esta chica, nacida Beatrice Kristi
Laus en Filipinas pero afincada en Londres, allá por 2018, tras la
publicación de su primer EP (Patched Up) y un chivatazo de mi amiga Carmen Sariego.
Y
le seguí la pista un poco de lejos. Me enteré de su debut largo (Fake it
Flowers, 2020) y ando pendiente de la publicación de su segundo, prevista
para el 15 de julio y del que ya ha lanzado un suculento aperitivo.
En
realidad es un esquema erróneo, porque no reproduce con fidelidad su
funcionamiento.
No
voy a poner en duda la aportación de Edward
Thorndike, uno de los precursores de la psicología experimental. Pero la
fórmula que resume el principio del aprendizaje (“trial and error”), es inexacta.
Para
ser preciso, actuamos —al menos en la forma que nos sirve para aprender— conforme
a un esquema distinto:
“ensayo — comprobación” (trial & feedback)
Lo
intentamos y recibimos información de si nuestra tentativa ha sido fructífera,
o no.
De
si hemos alcanzado resultados (los previstos / distintos de los esperados /
ninguno).
Porque
no siempre erramos. En ocasiones,
nuestros ensayos se convierten en aciertos y, para poder aprender, debemos ser
capaces de incorporar en nuestro repertorio de conductas la valoración adecuada
de la efectividad (o ineficacia) de nuestros anteriores intentos.
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Nuestra
actuación debe guiarse atendiendo al siguiente programa:
1 - Procedimientos establecidos.
Debemos
comprobar si existe un marco normativo que (de)limite nuestra actuación,
pudiendo tratarse de normas generales (leyes), singulares (de la organización
en que estemos involucrados), o individuales (las particulares de cada uno).
2 -Experiencia previa.
En caso
de no existir un procedimiento que pueda ser aplicado, se valorará la
existencia de situaciones análogas.
3 -Sentido común.
En una situación
imprevista, novedosa, sin analogías previas, a la hora de buscar una forma de
actuar debe primarse la utilidad (para el afectado) frente a la comodidad (del
que deba actuar).
En todo
caso, debe incentivarse la búsqueda de soluciones eficaces, como alternativa a
la omisión de respuestas que puedan ser equivocadas.
4 -Reformulación del procedimiento.
Si se ha
planteado una situación imprevista, debe incorporarse al procedimiento de
actuación estándar.
Si la solución
establecida conducía a un error de actuación, debe plantearse un modo de
actuación alternativo, que subsane el error producido (y evite que se repita en
el futuro).
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Avanzamos
por un peligroso camino; un mundo en el que los ordenadores van adquiriendo
mayor presencia en las decisiones que tomamos.
George Dyson lo formuló en una pregunta esencial,
ineludible:
“¿Y
si el coste de tener máquinas que piensan es tener gente que no?”
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Y,
fascinados por la maravilla técnica de una máquina más rápida, más eficiente y
menos susceptible que cualquier humano, nos aturdimos acudiendo al latín:
“Errare
humanum est”.
Olvidamos
que las máquinas también pueden cometer errores, porque son una construcción de
los hombres y, es inevitable, contienen las limitaciones de sus fabricantes.
Pero dejamos que los intereses de las grandes corporaciones nos ofusquen. Por
eso, cada vez que se produce una catástrofe, la búsqueda no cesa hasta que se
localiza un “error humano” como causa
—detonante, dicen— de la tragedia.
Quizá
nos tranquilice y nos permita dormir.
Pero
yo mantengo un ojo abierto, y pienso que el hombre yerra porque lo intenta (y
que también acierta), y acepto que, sí, que vale, que errar es de hombres.
Pero
(h)errar es de herreros. Pregúntales a ellos. Te dirán: “si hay algo
que quieres intentar, pregúntame; nunca te diré que no. ¿Cómo podría?”.
Ahí radica la verdadera esencia de nuestra evolución: en el intento (y, no, en el error).
Andy Platts, Terry Lewis, Dave Oliver, Chris Boot, Cameron Dawson
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Tiene
el quinto trabajo de esta banda londinense ese aire reconocible que da transitar
por caminos visitados y muy agradables, en especial para los que idolatramos a Marvin Gaye, Bill Withers, Curtis
Mayfield o Stevie Wonder.
El
tiempo pasa, ya hemos cumplido el primer trimestre y la Semana Santa está aquí.
Los discos siguen saliendo, debutan nuevos proyectos y tratamos de ir dando
cuenta.
Hoy
me detengo a escuchar a un grupo que acaba de sacar su primer LP, que descubrí
gracias a Mr. Outside en su resumen
del mes de marzo, con una vocalista muy interesante, Hannah Merrick, a
quien secunda Craig Whittle.
Esta
canción tiene un ritmo machacón, subyugador para obsesivos como yo mismo.
El
vídeo muestra lo insistente y cansino que puede llegar a ser un tipo que se ha
gastado una pasta comprándose una segadora.
Hay
una nota en la biografía de Jolie Holland que se repite como una pauta: su
continua itinerancia. Nació en Houston, con 18 años se fue a Austin, vivió en
New Orleans, San Francisco y terminó recalando en Vancouver, Canadá, donde fue
una de las fundadoras de The Be Good
Tanyas, con las que participó en el primero de sus LPs, pero decidió grabar
en solitario y, tras autoeditar su disco de debut, Catalpa (2003),
entrega una continuación en la que mezcla country,
folk, jazz, rock y blues de forma arrebatadora.
Esta
canción, sembrada del malditismo y la adicción que se entreveía en cada
interpretación de Billie Holiday, es
magnética y marca el discurrir del disco al que hace de apertura.
Lo
último que he averiguado de Jolie es que se la ve en ocasiones andando sin
rumbo por Brooklyn.
*****
Esta
noche mi corazón está lleno de una triste canción
Mi
amante solitario se ha ido
Estoy
deambulando en una nube
Con
el corazón vacío y deprimido
Ha
pasado una semana, creo, desde que llegó a la ciudad
Y
han pasado años desde que escucho historias
Hablan
de este muchacho tan valiente y tan vivo
Cambiando
este mundo de afuera hacia dentro
Nuestro
noviazgo fue breve y magnético
Estaba
cantando en el bar de la esquina
Y
ambos nos sentimos románticos
Dimos
un paseo con la luna y llegamos a la estación de tren
Fue
demasiado para mí
Se
estremeció mi corazón gitano
Ponme
al principio de tu lista
Y
no te olvides de llamarme
Me
enamoré de un chico
Que
tiene una aventura real con un tren
Mi
hermoso amante y amigo
Es
exactamente lo que querías
Ahora
estoy tan atormentada
Que
no puedo dejar de pensar en ti
No
puedo olvidarlo mientras se aleja
Y
todo lo que deseo que haga es, simplemente, que se quede aquí
Tercer
LP de una banda que surgió después de que Clapham y Davis, amigos desde críos
que compartían la afición por componer música, decidieran dar el paso y formar
una banda y recurrieron al tradicional (y tantas veces efectivo) sistema de
poner un reclamo en un sitio web de anuncios por palabras, buscando cantante
para su proyecto musical. Resulta evidente la idoneidad de Michelle para el
proyecto, con independencia del número de solicitudes.
El
grupo alcanzó bastante relevancia tras la inclusión de “Fire For You”
en la serie de Netflix“Never Have I Ever”,
cuya característica más destacada es que su creadora es Mindy Kaling, que los seguidores de “The Office (USA)” podrán reconocer como Kelly Kapoor, responsable de atención al cliente, una hindú
parlanchina y encaprichada con Brian,
el becario.
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El
muy reciente single muestra a la banda en una forma espléndida.
Katie Crutchfield, la cantante que escogió como nombre
artístico el lugar donde creció en Alabama, se ha involucrado en un nuevo
proyecto: la banda sonora de la serie de animación “El Deafo”, basada en la novela gráfica escrita e ilustrada por Cece Bell, que cuenta su propia
experiencia tras haber perdido de niña un 85% de audición y tener que llevar un
complejo sistema que le permitía escuchar a compañeros y profesores pero que,
paradójicamente, la distanciaba al hacerle sentir un bicho raro.
Tres
hijos del personal de las Fuerzas Aéreas USA destinados en Londres comparten
afición por la música y, tras tocar juntos, deciden grabar un disco. Eligen un
nombre que sea tan explícito (sobre su origen e intenciones) que haga que,
nadie, pueda pensar que son ingleses.
Su
atractiva combinación de la música que triunfaba al otro lado del charco hizo
que tuvieran éxito continuado y que algunas de sus canciones resulten
indispensables en cualquier colección con un mínimo de fuste.
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Esta
canción la compuso Beckley teniendo como modelo a Jackson Browne, inspirado por su capacidad para trasladar a la
música una observación genuina de la gente, en lugar de una simplificación
conducente a lo esencial; una característica que define a la música angelina
del momento.
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Traté
de hacerlo el domingo
Pero
me deprimí tanto que me puse el lunes como objetivo
Y
me desnudé
No
estoy listo para el altar
Pero
acepto que hay momentos
En
que una mujer puede ser mi amiga
Sigo
pensando en ti
Y
no puedo vivir sin ti
¿No
puedes verlo en mis ojos?
No
te he correspondido bien
Y
he sido difícil de encontrar
Pero
eso no significa que no te haya tenido presente