lunes, 30 de julio de 2012

La música en la ceremonia de inauguración de los JJ OO de Londres, 2012


Las canciones de la ceremonia de apertura.

Por eso me gustó tanto.

Es posible que falte alguna. Deja un comentario y la incluiré.

"London 2012" Foto: Viktor Hertz

The Jam — Going underground
Sex Pistols — God save the Queen
The Clash — London calling
Simon May — EastEnders
Elgar — Nimrod
Eric Coates — The dambusters march
Monty Norman — James Bond theme
Mike Oldfield — Tubular bells
Mike Oldfield — In dulci jubilo
Vangelis — Chariots of fire
Winifred Atwell — The black and white rag
Sugababes — Push the button
OMD — Enola gay’
David Rose — The stripper
Lionel Bart — Food, glorious food
Rizzle Kicks — When I was a youngster
Eric Clapton — Wonderful tonight
Colin Tully — Gregory’s girl theme
William Pitt — City lights
The Who — My generation
The Rolling Stones — Satisfaction
Millie Small — My boy lollipop
The Beatles — She loves you
Mud — Tiger feet
Led Zeppelin — Trampled underfoot
The Specials — A message to you Rudy
David Bowie — Starman
Sex Pistols — Pretty vacant
Duran Duran — The reflex
New Order — Blue monday
Frankie Goes To Hollywood — Relax
Soul II Soul — Back to life
Happy Mondays — Step on
The Verve — Bitter sweet symphony
The Prodigy — Firestarter
Underworld — Born slippy
Blur — Song 2
Dizee Rascal — Bonkers
Tigerstyle — Nachna onda nei
Michael Jackson — Billie Jean
Queen & David Bowie — Under pressure
Ilaiyaraaja — Naan thaan ungappanda
Mark Ronson ft. Amy Winehouse — Valerie
Radiohead — Creep
Muse — Uprising
Kano & Mikey J — Random antics
Tinie Tempah — Pass out
M.I.A. — Paper planes
Coldplay — Viva la vida
Frank Fredinand — Take me out
Kaiser Chiefs —  I predict a riot
Roll Deep — Shake a leg
Oasis — The hindu times
Oasis — Wonderwall
Emeli Sande — Heaven
William Monk & Henry Francis Lyte — Abide with me
Pink Floyd — Eclipse
The Beatles — The end
The Beatles — Hey Jude
David Bowie — Heroes
Eric Spear — Coronation street theme
Ron Grainer — Doctor Who theme
David Bowie — Absolute beginners
The Chemichal Brothers — Galvanize

Y, no estuvieron, pero yo hubiera jurado que iban a estar:

Depeche Mode — Personal Jesus
The Stranglers — Golden brown
The Jam — English rose

Se admiten propuestas de las canciones que echaste en falta.

Sugerencia de Trazos:
Elton John — Sorry seems to be the hardest word


Sugerencia de Xeldon Quper:
The Smiths — Panic

Sugerencia de Nacho San Marcos:
George Michael — Faith


Sugerencia de Luis:
China Crisis — Working with fire and steel
Van Morrison — Brown eyed girl
Deacon Blue — Dignity

Sugerencia de Tina:
Aztec Camera — All I need is everything
The Housemartins — Happy hour
Fine Young Cannibals — She drives me crazy

sábado, 28 de julio de 2012

Empiezan los JJ OO de Londres, 2012


A mí, tengo que afirmarlo ya, me gustó la ceremonia de inauguración. Fue larga, como era de esperar y aprovechó sabiamente la historia y los logros británicos en un repaso colorido y con lucimiento.

Por lo demás, me voy a quedar con el nivel mostrado por los comentaristas de tve: María Escario, Paloma del Río y, más tarde, Ernest Riveras.

"Flojo" Foto: <<ToNy>>


Maria Escario flojeó cuando trataba de reconocer iconos de la música, las películas o la TV. Se quedaba en un conocimiento meramente superficial de los artistas de primerísima fila. Trató, infructuosamente, de generar un suspense a tenor de las piezas que transportaban los voluntarios que acompañaban a los abanderados, pero sin conseguirlo. Daba la sensación que quería contagiar a los televidentes la zozobra que ella misma experimentaba.

Paloma “peligrosos” del Río, se empecinó en administrar ese epíteto a las delegaciones que consideraba más destacables, por su número, por sus resultados previos o, en general, por las expectativas que, al menos ella misma, había generado la participación del país en cuestión. Demostró que, fuera del entorno que domina, se encuentra incómoda y con falta de ritmo.

Ernest Riveras, se incorporó en el desfile de los participantes y, por momentos, mejoró el ritmo de la transmisión. Ya no se trabucaban tratando de sincronizar los textos ya traducidos y la lista de abanderados llegó, con él, justo a tiempo. Es cierto que supo reconocer a muchos competidores, pero lo que empezó siendo un rayo de esperanza se fue reduciendo al comprobar que sólo reconocía a los muy mediáticos (los que era fácil reconocer para cualquier seguidor medianamente interesado) y que reducía muchos países al competidor que, en exclusiva, eclipsaba a su juicio al resto. Fue el reduccionismo mostrado cuando dijo: “Marruecos es El Gerrouj.

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Los JJ OO contienen una amplitud de especialidades suficiente para saciar a muchos aficionados al buen deporte (aunque siguen sin contar con el hockey sobre patines). Por descontado, cada uno busca lo que cree que, al encontrarlo, le va a satisfacer.

Yo veré tiro con arco, badminton, harlterofilia, esgrima y, por supuesto, gimnasia, atletismo y natación. Pero ya tengo demasiadas oportunidades de ver fútbol, tenis o baloncesto.

Esto es una vez cada cuatro años. Dentro de cuatro, será en Río. Dentro de ocho, si tenemos suerte, en el veinte-veinte, vente a Madrid. En todos los que pueda disfrutar, seguiré apuntándome al deporte amateur.

sábado, 21 de julio de 2012

El doble


Este verano quiero disfrutar el doble de todo.
Una buena actitud.
Me fijaré bien y trataré de aplicarla.
Me encantaría exprimir el tiempo.
Disfrutar lo que hago.

"Mirada" Foto: Luke Hayfield Photography

Cada día, cada hora y cada minuto.
Así dejaré de sentir que las prisas me agobian.
Que no puedo hacer todo lo que quisiera.
Con el doble de tiempo, podría hacer mucho más.

"Agobio" Foto: amyelyse

El doble de todo, ... ¡y de todos!
¡Jo, qué bueno!
Poder estar con toda la gente que quiero.
Podré encontrar un modelo de comportamiento.
Lo imitaré.

"Quiero cambiar" Foto: ilmungo

Eso es lo que quiero. Yo, ... y ¡mucha más gente!
Me gusta.
Desarrollaré mi iniciativa.
En un grupo ampliamente extendido.
Reforzaré mi integración.
Y mi deseo de pertenencia.
Así querría llegar a ser.
Uno más de ese gran grupo.

"Muchos" Foto: ButterflySha

Por eso, si te acercas a tu tienda, te duplicamos gratis tu tarifa de internet móvil. Y, además, te llevas un mes de Movistar Imagenio en el móvil, también gratis.
¡Vaya!
Yo no quiero eso.
Creo que me la estaban intentando colar.
No me fiaría ni de su sombra.

"Sombra" Foto: [martin]

Movistar: Compartida, la vida es más.
Nuevamente: expulsado de la partida.

"Excluido" Foto: Mario Inoportuno [elojoinoportuno.com]


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Pero, ¿quién diseña la publicidad?

Duplicar una tarifa, ¿no significa que supone el doble?

Si es gratis, al multiplicarla por dos, ¿no sigue dando el mismo resultado?

Es evidente que me pierdo algo. Deberé fijarme más.

Deberé fijarme el doble.

"Visión doble" Foto: Jiuck

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He buscado información del anuncio.

La modelo es Rebecca Pitkin.

La canción la interpreta Pomplamoose, dúo originario de California, formado por Jack Conte y Nataly Dawn. Aquí se enlaza al vídeo original, extraído del disco de 2010 Tribute to famous people.

La canción, a quien le haya sonado conocida, es el clasicazo September, de Earth, Wind & Fire, el prodigioso combo, liderado por Maurice White. Apareció originalmente en el disco de 1978 The best of Earth, Wind & Fire. Vol. I, que, a pesar de ser una compilación, incluía tres novedades: la ya señalada, junto a Got to get you into my life (la versión de la canción con la que The Beatles quisieron emular el sonido Motown) y Fantasy.

Recuerdo haber tenido ese vinilo y escucharlo sin cesar.

Dejo enlace al vídeo original de September, en el que me fascina comprobar que, en 1978, los realizadores no tenían que pasar control anti-drogas y, por su tipismo, el parecido entre el atuendo que llevaba el solista, con el uniforme de un jugador profesional de béisbol. Mención aparte merece la costumbre de sus compañeros de combo, portando sobre sus hombros la alfombra del salón de su casa. La moda en los 70s empezaba a mostrar señales de la cercanía del apocalipsis.

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De todas formas, en la productora del anuncio (o en el propio anunciante), ¿nadie se ha fijado en que constituye un sinsentido ilustrar musicalmente un anuncio de una tarifa veraniega con una canción así titulada?

Con Iñaki bajo los focos, la atención se disipa.

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La chica ejemplariza su papel de agente doble.

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Coda final:

Tratando de documentar el artículo, entro en una tienda Movistar que, sorprendentemente, estaba vacía a las 13:15.

Se desarrolla la siguiente conversación:

    Hola, he visto el anuncio en la TV y quería que me informara.
    Pues, que le duplicamos su tarifa, sin coste alguno, y ...
    No, lo que yo quería es un folleto, para leerlo con calma en mi casa.
    No hay PLV. Es una promoción puntual y, por eso, no hay PLV.
    ¿Cómo dice?
    Que no hay folleto, que es una promoción puntual y entonces no nos dan folletos.
    Sí, pero, ¿cómo lo ha llamado?
    PLV
    Y eso, ¿qué significa?
    No lo sé. Siempre los llamamos así. P-L-V.
    Pero que son, ¿unas siglas?
    No le puedo decir. Siempre los llamamos así: peeleuve. Pero como ésta es una promoción puntual, no nos mandaron ninguno.
    ...
    ¿Quiere que se lo active ahora, sin coste alguno?
    No, gracias.

Ni siquiera tengo un teléfono Movistar (ni con conexión a internet, ya puestos). En realidad, nunca me ha gustado tener un aparato que fuera más inteligente que yo mismo.

Así me va.

viernes, 20 de julio de 2012

Cuando la honradez y la honestidad se confunden (entre ellas)


El tiempo pasa demasiado deprisa y, en ocasiones, los cambios van siendo imperceptibles y sólo se detectan tras un largo periodo.

Ayer encontré un artículo, publicado en el blog el 5 de enero de este año. Hace poco más de seis meses. En él anunciaba que, incumpliendo un principio no escrito de no hablar de religión o política, lo rompía para, ese día, hablar de ambas cosas a un tiempo. Se titulaba Lo sabía.

Más tarde, también hablé de economía en el blog.

Así que, viendo el título presente, algunos se temerán lo peor.

Por eso, pongo el siguiente aviso:

HOY NO SE HABLARÁ DE
POLÍTICA, ECONOMÍA O RELIGIÓN
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HOY NO SE BUSCARÁN CULPABLES

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Ser honrado es una obligación social. Cumplir con las normas, que nos vinculan con los demás, y que facilitan una convivencia (más) tranquila.

Ser honesto es una búsqueda personal, un intento íntimo de ser coherente. Un empeño en la autocrítica. Contestar a preguntas que, para hacerlas, es necesario estar a solas.

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La honradez te permite dormir por la noche a pierna suelta.

La honestidad te hace pasar noches en vela.

"Pensando" Foto: -hndrk-

Para los que entienden que no es lo mismo ser un hombre bueno que ser un buen hombre.

Ves + gerundio


Combinación imposible.

"Como agua y aceite"

jueves, 19 de julio de 2012

La importancia de prestar atención al formato


Me gustan los blogs. No sólo por tener yo el mío —que tenga perro no implica que me tengan que gustar los de los demás—, sino porque me permiten estar atento a lo que hacen otros. Seguir la pista a personas que, libres e independientes, hacen lo que les apetece, del modo que consideran oportuno, sin que nadie les fije límites sobre lo que tienen que hacer —o cómo hacerlo— y lo que no.

Bien mirado, es un reducto de libertad.

"Tú mismo" Foto: vladimix

Sigo unos cuantos blogs. No tiene importancia el número. No se articulan en torno a un tipo específico de contenidos: hay muchas cosas diversas que me interesan. Tampoco estoy cerrado a seguir nuevas pistas: si alguien quiere dejar en comentarios, enlace a algún blog que crea que me puede interesar (a mí o a otros), prometo echar un vistazo.

Algunos de los que sigo, tienen un montón de seguidores; otros, no tanto. Los hay que, a pesar del tiempo que le dedican sus autores, no consiguen alcanzar la repercusión que merecerían.

He visto cosas rebotadas que alcanzaban la condición de viral y he recordado haber leído lo mismo (o parecido) en un blog minoritario, pero mucho mejor contado, o con un enfoque más novedoso o atrayente.

He presenciado defensas corporativistas en las que se restringía la posibilidad de escribir a escritores (como si existiera ese gremio), la de informar a periodistas (como si, en este momento, pertenecer a ese gremio fuera garantía de algo) y eliminar enteramente la opción de investigar, porque eso ya no se estila y ya no interesa a nadie.

He leído de la existencia de un modelo, al que llaman 90-9-1, que recoge los porcentajes de la actividad de los usuarios de internet: 90% asisten como espectadores, sin hacer aportaciones — 9% rebotan la información y, en algunos casos la modifican, aportando valor — 1% crean contenidos.

El modelo presupone, y yo lo he aceptado en la exposición anterior, que sólo se crean contenidos. Es una manera sutil de inclinar la balanza en una dirección y, en esa dualidad que nos acompaña desde hace mucho, primar el fondo (los contenidos lo son), frente a la forma. Y así, los que nos preocupamos, también, por el aspecto, por la presencia de lo que hacemos, en ocasiones somos catalogados con uno de los epítetos más desesperante que me puedan haber dedicado: “eres un formalista”. Al margen de que reconozco que, para quien no atiende a las formas, cualquiera que sí lo haga se convierte en un tiquismiquis quisquilloso incapaz de ser complacido, lo cierto es que debe prestarse atención al aspecto final de lo que uno termina haciendo.

En particular, detecto en el mundo de los blogs (y no sólo en los independientes, que sería más fácil de entender, sino también en los de los grandes medios) una despreocupación por el formato. Esta despreocupación me resulta preocupante.

No haré referencia a la forma de redactar; de alguna manera considero que ese tipo de errores afectan a los contenidos, al fondo del texto. Pienso, más bien, en asuntos de formato; de cómo se presentan los contenidos, de su apariencia exterior. Ya sé que, en estos asuntos, no existe una normativa que haya que cumplir; ni siquiera unas instrucciones generales, meramente orientativas, que constituyan una etiqueta que, por otra parte, en lo virtual, ni siquiera se ha intentado esbozar.

En fin, asuntos tan peregrinos como si se debe justificar el texto a ambos lados, o sólo a la izquierda, el tipo de letra usada, la separación del texto en párrafos y el interlineado entre ellos, la forma de separar secciones de un único asunto, las viñetas usadas en las listas y la sangría en el inicio de un párrafo. Todos son aspectos formales y, no siempre, están resueltos en los blogs que sigo.

En fin. Parece una tontería, pero intuyo que no lo es.

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El pasado viernes (nefasto, a la par que 13), supuso la despedida de Toni Garrido, y su brillante Asuntos propios, en rne. Le sirvió para firmar un editorial que debería ser leído (y estudiado) para entender lo que significa, hoy, un medio de comunicación (específicamente una radio pública). La noticia será conocida: cese fulminante de Juan Ramón Lucas y Garrido con destino todavía sin confirmar. Para quien no se haya enterado, se adjunta aquí el enlace: Gracias.

Es el escueto título del editorial que aparece en el blog del programa y que, para ser precisos, es necesario escuchar. Hay un enlace, (donde está el ►) que abre el archivo sonoro y permite oír la lectura (porque da la sensación que el editorial está escrito y no es improvisado) de un texto que no voy a desentrañar, porque quiero que se emocionen oyéndolo.

Quiero que estas líneas sirvan como homenaje al trabajo bien hecho. El programa Asuntos propios lo era. Un magazine emocionante, entretenido, con colaboradores que aportaban interés y con un Toni Garrido en permanente estado de gracia. Locutor dotado de un profundo registro vocal, que manejaba con sabiduría, empleaba la entonación para conferir énfasis a sus afirmaciones. Destacaba, con sus acentos; cambiaba el ritmo, con su dicción.

Y hacía pausas. Esas pausas, tan importantes en la radio, que sirven como subrayados, que ponen negritas.

Que recalcan y hacen pensar.

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Una parte esencial en los actuales programas de radio (que le pregunten a Javier Gallego y su Carne cruda) son los blogs. Sirven para multiplicar el efecto (y los seguidores). Permiten aumentar la influencia (incrementando la audiencia). Facilitan la interacción. Y frente a la instantaneidad de otro formatos (singularmente twitter), dan un cierto carácter de permanencia a lo que allí aparece.

Las posibilidades son tan grandes que cualquiera puede ser capaz de imaginar cómo se le ocurriría aprovecharlas. Se puede prestar atención a todos los ingredientes y convertir al blog en un espacio complementario, aunque dependiente. O se puede pensar que, con sólo transponer los contenidos, está todo hecho.

Es lo que pasa en el blog de Asuntos propios. La vibrante editorial, escuchada en la voz de Garrido, se convierte en un texto ramplón, complicado de leer y que, ni siquiera, está transcrito de forma literal. ¿Por qué?

¿Por qué el texto escrito no corresponde, literalmente, al texto leído?

¿Por qué el texto está mal puntuado, con faltas de ortografía?

¿Por qué el texto se presenta en un párrafo único?

¿Por qué el texto carece de negritas, cursivas, enlaces que faciliten la lectura y la asimilación?

¿Por qué el texto demuestra que se ha cuidado el contenido, pero se ha desatendido el formato?

*****

Recuerdo cuando me trataban de enseñar que “bien está, lo que bien parece”.

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En este ritmo presuroso, en el que parece que estamos obligados a vivir, repasar lo escrito, supervisar lo que se ha hecho, se ha convertido —casi de forma fulminante— en una cosa tan desfasada como “revisar las galeradas”.

Releer y volver a leer lo que se ha escrito.

— Quita, quita

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Quizá sorprenda que se muestre preocupado por el formato quien se empecina en mantener el rosa como color de fondo del blog. Al margen de que se haya convertido en una seña de identidad (independientemente de aquello con lo que me llegue a identificar), es una gama de colores que permite una lectura cómoda. He leído blogs que tienen el fondo negro, y el texto en blanco, y pasas un rato con las líneas de texto bailando en tu memoria visual.

No es el recuerdo que quiero que se lleve quien se pase por aquí.

lunes, 16 de julio de 2012

sábado, 14 de julio de 2012

Limousine


    Hola, ¿me acercas?
    ¡Sube!

"Limo" Foto: superfem

    ¿Arrancas o hago un paseo interior?

viernes, 13 de julio de 2012

La relojería: Propuesta de solución


Es una propuesta, porque supongo que habrá quien no la comparta.

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Recuerdo el planteamiento inicial: Una persona (a quien, visto el desarrollo de los acontecimientos, negamos la etiqueta de cliente y catalogamos como potencial comprador), entra en una relojería y pretende pagar un reloj (cuyo precio es 300 €) con un billete de 500 €. Después de diversas peripecias se comprueba que el billete era falso y —dado que se le había atendido, se había conseguido cambio en la farmacia próxima y se le había dado la vuelta—, se preguntaba cuánto dinero había perdido el comercio.

"Claramente falso" Foto: dontmindme

Incluyo aquí el enunciado completo:

Un hombre entra en una relojería a comprar un reloj de 300 €. Le paga al dependiente con un billete de 500 €. Como es muy temprano, el dependiente de la relojería no tiene cambio. Coge el billete y va a la farmacia que está al lado para que le cambien el billete de 500 € por billetes de 50 €.

Vuelve y le da el cambio al cliente.

Más tarde, el dueño de la farmacia le dice al de la relojería: "Este billete de 500 € es falso"; el dependiente se disculpa, toma el billete falsificado y le da cinco billetes de 100 €.

Ahora bien, sin tener en cuenta el costo del reloj, ¿cuánto dinero perdió la relojería?
 
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El protocolo de actuación de la relojería no estaba establecido, o el dependiente no lo conocía, o —a pesar de conocerlo— decidió no aplicarlo y aceptó el billete, sin comprobar si se trataba de uno de curso legal.

El dependiente debió dormir mal la noche anterior (o no se había despertado completamente antes de ponerse a desempeñar sus funciones). Muestra una iniciativa que excede la responsabilidad que tiene asumida —más todavía cuando conoce que no tiene cambio para dar una vuelta tan elevada—. No es tarea de un establecimiento comercial (una relojería en este caso), facilitar cambio. El dependiente debería haber indicado al potencial comprador la entidad bancaria más próxima en la que pudieran atenderle —reservando para los bancos las tareas que deberían ser habituales para ellos, en lugar de aquellas a las que se (nos) están acostumbrando—.

En cualquier caso, a pesar del carácter sospechoso del comprador (al personarse a primera hora tratando de realizar un pago utilizando un billete de tan elevado importe), la situación debería haber extremado el (re)celo y la alarma en el proceder del empleado. Una medida de precaución adecuada es avisar a la policía, para que despejen dudas en una situación delicada, apelando a su condición de autoridad. Visto el enunciado del problema, se asume que hay más de un empleado en la tienda (en caso contrario, abandonar el establecimiento para ir a buscar cambio, supone una imprudencia temeraria que aconseja el cese fulminante del dependiente). La presencia de varias personas, permite activar —asegurando la discreción— el procedimiento de alarma que se tenga previsto.

No parece, en ningún caso, aconsejable abandonar el establecimiento con el billete del comprador. Lo recomendable es que permanezca siempre en sus manos, para que no pueda, más tarde, exculparse (y tratar de incriminar a otros), asegurando que se le ha dado el “cambiazo” —como sin duda terminaría calificando el suceso—.

En definitiva, el dependiente debería haber rehusado aceptar un billete de importe tan elevado. Además, se muestra descuidado en su proceder y carece de la habilidad para, siguiendo una actuación precavida, no transmitir al comprador que se está sospechando de su comportamiento “anormal”.

Nadie dijo que trabajar en comercio fuera sencillo.

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El problema, visto ahora, no era sólo matemático. Era, principalmente, un problema de atención al cliente. Cómo actuar en una situación inhabitual o infrecuente. Se supone que las tareas repetidas son más fáciles de resolver, porque se trabaja para interiorizar, por medio de la repetición, los hábitos asociados al comportamiento requerido. Es más complicado resolver situaciones infrecuentas. Cuando se han previsto, debe aplicarse el protocolo de actuación que se haya diseñado al efecto. En caso de situación no prevista, no se ha planificado la respuesta, por lo que se debe improvisar.

Dos comentarios:

1 — Las prisas no son buenas consejeras. No parece que una relojería sea un sitio adecuado para atender a clientes dominados por la urgencia. El dependiente debería haber sido más sosegado a la hora de decidir qué hacer.

2 — Las situaciones se presentan sin avisar. No hay ninguna señal que anticipe qué va a suceder. Los timos, robos al descuido, cambiazos se basan en este simple principio.

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Y llegando a lo matemático. El principal motivo de confusión viene derivado por el valor que se asigna al billete.

Las cosas son así de claras (sin entrar en disquisiciones más profundas que exceden el propósito del presente artículo):

    Un billete de curso legal de 5 € vale 5 €
    Un billete de curso legal de 10 € vale 10 €
    Un billete de curso legal de 50 € vale 50 €
    Un billete de curso legal de 100 € vale 100 €
    Un billete de curso legal de 500 € vale 500 €

    Un billete falso de 5 € vale 0 €
    Un billete falso de 10 € vale 0 €
    Un billete falso de 50 € vale 0 €
    Un billete falso de 100 € vale 0 €
    Un billete falso de 500 € vale 0 €

El relojero y el farmacéutico saldan sus deudas (quedan como estaban). Primero se cambian 0 € por 500 € y, más tarde, al hacer el camino de vuelta, se vuelven a cambiar 500 € por 0 €. Ya puestos, su relación de confianza mutua se verá fortalecida. Son muchos años de vecindad y, primero, el farmacéutico le facilita el cambio (a pesar de que es una faena hacerlo nada más empezar la jornada) y, más tarde, el relojero se disculpa y, rápidamente, acepta el billete falso, sin cuestionarlo. Eso es lo que tiene el comercio local y las relaciones de proximidad.

Así que el problema está, es evidente, en el intercambio que se produce entre el timador (ahora empleamos el calificativo que se merece) y la relojería.

    Timador = 0 €
    Relojería = Reloj más vuelta (200 €)

En el planteamiento inicial, se avisaba de que no se debería tener en cuenta el coste del reloj, por lo que el resultado de la pérdida (en dinero) es de 200 €.

Para quien ponga en duda si se debe tener en cuenta (o no) la valoración económica del reloj, se dirá que sí. Es evidente que el propietario de la relojería podrá pedir una indemnización a su compañía de seguros por el valor del reloj. Lo tendrá complicado, porque la compañía de seguros alegará (con toda razón) que hubo un comportamiento imprudente del dependiente y (una vez más) conseguirá evitar tener que indemnizar a su cliente.

El dueño de la relojería podrá imputar en su contabilidad una pérdida en concepto de mermas. Es un asunto especialmente complejo y no hay garantías de que la Agencia Tributaria (tal y como están las cosas) comparta los argumentos del titular del establecimiento. Supongamos que sí. En todo caso, la imputación de la pérdida se realizará por el coste del objeto (el precio de compra). No se dispone de esa información y, por eso, se pedía que no se tuviera en cuenta. Lo único que se sabía era el PVP del reloj (300 €) que, ni la Agencia Tributaria, ni ninguna compañía de seguros ni, nadie con criterio, puede aceptar como importe de la pérdida del relojero.

La solución matemática: 200 €.

Corresponde a la vuelta de la compra realizada. Por eso no se intenta pasar billetes falsos comprando productos caros. Al margen de otras consideraciones (que más tarde veremos), la principal es que un producto caro acarrea poca vuelta.

No estamos hablando de robo de productos caros; ése es un problema distinto. Hablamos de pasar dinero falso. El propósito de quien actúa así, es conseguir la mayor vuelta posible. Colar un billete de 50 €, comprando un artículo de 45 €, es de idiotas. Lo que quiere, el que trata de colar dinero falso, es:

1 — Rapidez.
2 — Pasar desapercibido.
3 — Enmascararse entre un flujo continuo de operaciones.
4 — Utilizar billetes de uso extendido e importe mediano.
5 — Permanecer el menor tiempo posible en la tienda.

Así, el perfil normal de actuación es emplear un billete de 20 € (los de 50 € son, en determinados sitios, demasiado llamativos) para comprar algo de menos de 2 €, en un sitio en que se produzcan aglomeraciones en momentos puntuales, en los que se trate de despachar con rapidez a los clientes y que no esté lleno de cámaras de vigilancia.

Eso suena a estancos, quioscos, tiendas de chucherías, chinos y, sobre todo, panaderías.

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Pero el problema matemático es el menor de todos los que se plantean. Ya se afirmó que los problemas no vienen con señales luminosas avisando de que algo va a suceder. A mi juicio, esta situación encierra una pregunta que el dueño de la relojería debe resolver (aunque nadie se la haya planteado): ¿qué ha pasado?

¿Fue una falta de previsión? (No había un procedimiento establecido para actuar en caso similar; la consecuencia inmediata es que debe establecerse un plan de acción para situaciones análogas que se puedan producir en el futuro).

¿Fue un incumplimiento? (El dependiente actuó en contra de los criterios que se hubiesen establecido; se debería tomar una medida disciplinaria que acotara las consecuencias futuras del incumplimiento).

Hay quien piensa que los ejercicios que planteo encierran una trampa. Es posible. Quizá piensen que constituyen un sinsentido, una pérdida de tiempo. Es probable. Pero, lo que para algunos es una trampa, para otros conlleva una situación de aprendizaje.

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No sé si la solución gustará a todos. He decidido presentarla hoy, por ser viernes 13. He dado suficientes argumentos (quizás demasiados) que justifican la explicación propuesta, pero, recordando un viejo chiste clásico:

    Si metemos a un político en un barril lleno de ácido sulfúrico, eso es una disolución.
    Si los metemos a todos, eso es una solución.


Y, ni siquiera esta solución, gustará a todos.

Esa incierta edad [el libro]

A veces tengo la sensación de que llevo toda la vida escribiendo este libro. Por fin está terminado. Edita Libros Indie . Con ilustracio...