Morel de Sal. Círculo literario.
21
de marzo de 2016.
Coordina
Patricia Núnez.
Motivo: Arnold Böcklin — “Medusa”.
Motor:
Doppelgänger es
un vocablo alemán usado para referirse al doble (en ocasiones puede tratarse de
un fantasma) de una persona viva.
El
ejercicio consiste en describir al doble vivo de la imagen.
En el retrato se
combinarán rasgos físicos con rasgos psicológicos y morales.
*****
Doppel &
Gänger
—Deberías
cerrar la boca.
—Pero si apenas hablo.
—No lo digo
porque hables mucho o poco, sino por la mandíbula batiente.
—¡Valiente bobada!
—Te cuelga.
Es como si te faltara un poco de chicha.
—No tienes ni idea. Lo
que me sobra es chicha.
—Pero si
estás en los huesos...
—¡Eso! ¡Ensáñate!
—¿Yo? Eres
tú; quizá debería enseñarte...
—Enseñarme, ¿a qué?
—A lucirte, a
mostrarte, a sacarte partido...
—¿Partido?
—A
enseñarte... Empecemos: ¿ese peinado?
—No le presto mucha
atención. Creo que me da un aire casual.
—Lo que no
resulta casual es que nadie quiera pararse a hablar contigo.
—Doppel, ¡déjame que te diga...!
—No sigas, Gänger, que todo lo lías.
—Callaré, como un muerto.
—Cuando te
pones fúnebre no hay quien te gane. ¡Levanta ese ánimo!
—No sé cómo
explicarte...
—No tienes
nada que explicar. Cuando te pones así, me exasperas.
—Me, ¿qué?
—Exasperas.
—¿Esas peras? ¿Qué
peras? ¿De qué peras hablas?
—Peras,
manzanas, churras, merinas...
—Un poco de todo.
—Surtido;
como un colmado.
—Lleno de frutas,
confitadas.
—Quédate
dentro, confinado.
—Con un
finado, Doppel; no quieres
escucharme.
—¿Para qué?
Si luego me hablarás de tragedias.
—Natural.
—¡Qué caray
va a ser natural!
—Eso digo yo. Te pones
a hablar y me dejas muerta.
—Exacto.
—¡Vaya! Resulta curioso
escucharte dándome la razón.
—Resulta que
vamos a estar conectados.
—¿Conectados?
—Si. Como Yin
y Yan.
—Eros y Tánatos.
—Hernández y
Fernández.
—Alfa y Omega.
—Ortega y
Gasset.
—Me he muerto.
—Ya lo estoy
viendo.
—Eso trato de explicarte
desde hace un rato.
—¿Qué haces
aquí, entonces?
—He venido a buscarte.
—¿Un dejá-vu?
—Una cena ligera, si
prefieres.
—Un entremés.
—Nunca entre horas.
—Dejémoslo,
pues.
*****
En
la lectura (des)dramatizada, Teresa se
transformó en Doppel,
mientras Daniel se convertía en Gänger, para disfrute de todos los
presentes.