jueves, 28 de febrero de 2013

Por Amor a la Música: Deee–Lite — “World clique” (1990)

Del mestizaje vendrá la inspiración (y el baile).


En 1990 eran lo más. Una propuesta totalmente innovadora. Un clásico intemporal para la música de baile. Una estética musical que mezclaba la psicodelia hippie, con el rap, los samples y el scratch.


En New York forman Deee–Lite —el trío que hoy nos hará bailar, sin movernos del sitio—, un productor de Kiev, Ucrania (Super DJ Dmitri), un teclista de Tokyo, Japón (Towa Tei) y una atrevida jovencita, de Youngstown, Ohio, que ponía voz, cara y coreografía y respondía al epíteto de Lady Miss Kier.

Es verdad que, en su pueblo, Kierin Magenta Kirby (como realmente se llamaba), era una más de los 65 000 que vivían allí (a los que Bruce Springsteen cantó en su disco “The ghost of Tom Joad”).

De allí salieron también Billy Beck (el que gritaba en Love rollercoaster, de Ohio Players), Robert y Ronald Bell (de Kool & The Gang), Tiny Bradshaw o The Human Beinz, el grupo que dejó un recuerdo a las rutinas de baile; ésas que todo el mundo sabía hacer, pero nadie como ellos (Nobody but me).

Sidney Poitier, en una de las excursiones culturales en las que, en la película “To Sir, with love”, llevaba a sus alumnos (en este caso, a una boîte) se animaba a bailar, empujado por Lulu, haciendo aparecer, en todas sus alumnas, el mohín de estar imaginando “lo bien que sienta el negro”.


La escena final de “Kill Bill, vol. 1”, de Tarantino, “House of blue leaves”, muestra lo que lleva implícito un verdadero rompepistas. Atención: es la versión japonesa, sin censuras.


Nadie te puede alegrar el trabajo como ellos.


Una canción que los canadienses Northwest Company también hicieron suya, aunque realmente estaba escrita e interpretada por The Isley Brothers, quienes se empeñaron en explicar que nadie hace como ellos algunos pasos, especialmente el Twist y el Shout, a la vista de que todo el mundo se aprestaba a imitarlos.

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Así que, como si esto fuera un fiestón organizado por Chusina Misadedoce y amenizado por Ángel González, se os presentará la mejor música de baile de los ‘60s y algunas rutinas que todos los top dancers deberían conocer.

No os pongáis cómodos.

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Let’s dance (Chris Montez)

Shing-a-ling (Poncho Sánchez) y Boo-ga-loo (lecciones básicas para aprender a bailarlo) eran pasos de inspiración latina.

Y es que, para divertirte de verdad, debes conocer las rutinas del baile: ningún profesor mejor que James Brown.


Muchos sabían de qué iba la vaina.

Shake (Sam Cooke, que también bailaba el twist, como Chubby Checker)

The philly dog (The Olympics)

C’mon and swim (Bobby Freeman)

The jerk (The Larks)

Limbo rock (Chubby Checker)

Locomotion (Little Eva)

Mashed potato (Dee Dee Sharp)

Peppermint twist (Joey Dee & The Starlites)

The duck (Jackie Lee)

Hanky panky (Tommy James & The Shondells)

Ride your pony (Lee Dorsey)

The madison (Al Brown’s Tunetoppers)

The Harlem shuffle (Bob & Earl)

The stroll (The Diamonds)

Hippy hippy shake (Tom Cruise, en “Cocktail”, con el clásico de Chan Romero)

Hitch hike (Marvin Gaye)

The nitty gritty (Shirley Ellis)

The monkey (Major Lance)

The funky chicken (Rufus Thomas)

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Viendo a Rufus bailar, me he dado cuenta de que se me ha ido la olla.

Esto tenía que ser una reseña de un disco de 1990.

Aquí están todas las canciones.

02 — Good beat
05 — Smile on
07 — World clique
08 — E.S.P.

Pero sólo importa una.


Un torpedo absoluto. La mejor muestra kitsch de música baile. Con las apariciones fugaces, pero determinantes, de Bootsy Collins, el influyente bajo en la época dorada de James Brown, fundador e ideólogo en Parliament y Funkadelic —al que se le reconoce por su imagen de zumbado, luciendo las gafas definitivas, las que cualquier estrella debería llevar— y el fraseo vocal de Q-Tip, de A Tribe Called Quest —gorra, con visera en reverse—.

Dejo pistas para conocer a los tres figuras principales: ambos chicos tocan la flauta de émbolo (que permite realizar unos característicos glissandos, ascendentes y descendentes); el japonés lleva gafas cuadradas y permanece inmutable; el ucranio baila llevando el ritmo con las cejas, un estilo que alguien adaptó para desplazarse, manteniéndose ebrio.

Ella luce modelitos y una figura imponente y baila como si en hacerlo se jugara su destino final.

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Esto ha sido un repaso —trepidante, pero fugaz— sobre la música de baile y las rutinas que marcan los pasos que hay que seguir. Se han dejado al margen, intencionadamente, algunas que parecen vergonzantes, sin importar si son antiguas (pajaritos, Macarena) o contemporáneas (Gangnam, Harlem shake).

Aunque se hubieran podido poner 1000, sin exagerar un ápice.


Cuando Wilson Pickett vino a España, más de 20 años después de romper todos los registros con su clásico inmortal, demostró una energía arrolladora y que, en España, —pese a ser de San Blas, Malasaña o Lavapiés, vestir como un primo de la abeja Maya o un anticipo de un camarero siglo XXI standard, y preferir a Leño, Obús o Barón Rojo—, el macho ibérico no baila, aunque, cuando tiene que hacerlo, se entrega, dejando como testigos de la ocasión a Carlos Herrera y Bibi Andersen. Un episodio efímero que sigue contándose en los corrillos navideños de las tres familias afectadas.

Otro monstruo de la escena, Solomon Burke, poco antes de morir, cuando tenía que permanecer en un trono porque no podía sostenerse en pie, hacía que todos se estremecieran y sintieran la necesidad de tener que moverse y bailar.

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Tres películas explican bien lo que, para muchos, puede suponer el baile, desde ópticas bien distintas:

Danzad, danzad malditos, de Sidney Pollack (1969)

Saturday night fever, de John Badham (1977)

Dirty dancing, de Emile Ardolino (1987)

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Esta etapa de Por Amor a la Música responde a un envite de Pupilo Dilatado que, en la fase geográfica en que nos encontramos, propuso Japón.

Es evidente que no he sabido ajustarme.

Presento mis disculpas por ello.

Pero, tal día como hoy, encuentro varias señales que avisaban de que esto iba a suceder.

En primer lugar, mi dificultad para ajustarme a plazos y exigencias ajenas.
En tercer lugar, por mi deriva, que no sigue un rumbo predecible.


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La semana pasada, según la propuesta de Chals, realicé una reseña de un grupo chileno (que no conocía) y que me costó horrores.
Hoy era Japón, el país del sol naciente.
Una escena de una película en que cortaban cabezas.
Un intento de poner música de baile, cuando no he bailado en mi vida.
Explicando rutinas, yo, que, desde siempre, trato de escapar de ellas.
Un ucranio que tiene el nombre que todo el mundo espera oír en España y que tiene una clara opinión sobre la música que pongo aquí.

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Así que, hoy, 28 de febrero de 2013, el mismo día que se hace efectiva la renuncia de Benedicto XVI, yo presento la mía.

Y me pongo en manos de Tsi-Na-Pah, estímulo de este juego tan entretenido, para saber si quiere que la haga efectiva ahora o, tras la próxima semana, en la que estaba previsto que yo diera el primer paso. Si lo prefiere, seguiré una semana más. Pensaré en un país asequible a mis posibilidades (y accesible a todos).

Pero será la última. Seguiré viendo (desde la barrera) el desarrollo del juego y trataré de conservar los amigos que el juego me ha permitido hacer.

Todos tienen unos blogs interesantes, que recomiendo visitar.


Espero se entienda mi postura.

viernes, 22 de febrero de 2013

Enrique Mendoza: Toma de decisiones difíciles


El pasado 13 de febrero, Enrique Mendoza participó en una charla, en el Colegio Los Robles —donde estudian mis hijos—, sobre la toma de decisiones difíciles. Mendoza es una persona con una vida llena de sentido. Padre de siete hijos, trabajó en diferentes multinacionales, en Chile y México. Fue, también, director de un Colegio en Monterrey. Actualmente vive en España y se dedica a ejercer la abogacía y tiene un interesante blog.

Agradezco sus palabras, realmente inspiradoras, así como la esforzada labor que realiza Jorge Rodríguez, ideador, coordinador y organizador de estos informales encuentros, siempre tan estimulantes.

He tomado unas notas que resumen las “ideas-fuerza” sobre las que se ocupó en su disertación.

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— La función social del matrimonio. [Me recordó una charla anterior de Leopoldo Abadía, en la que explicaba que, más que preocuparnos por el mundo que le vamos a dejar a nuestros hijos, debíamos ocuparnos en los hijos que nosotros dejaremos al mundo].

— La Formación atiende a conocimientos y habilidades (desarrollo de hábitos).

— El Colegio está educando a nuestros futuros yernos (y nueras). Es importante interesarse (e involucrarse) por los criterios con los que realiza su labor.

Educar es fácil. Nunca ha sido tan fácil como ahora.

Educar es muy cansado.

— Actual descrédito del esfuerzo.

— Las virtudes cardinales (Justicia, Prudencia, Fortaleza, Templanza) están en la base de la cultura occidental y deben guiar la conducta pública de los ciudadanos (establecidas desde Platón, en “La República”). Deben recuperarse como ejes de la educación actual.

— Superar la tentación de ceder y tratar de “vivir en paz”.

Educar es una técnica y hay mucha experiencia documentada. Estudiar cómo aplicarla.

— Las decisiones son complejas, más que difíciles.

— Volver a lo básico. La sencillez es un valor. Apreciar las cosas sencillas.

— Enseñar la importancia del compromiso.

Aprovechar el tiempo.

— La pedagogía del deseo: enseñar a elegir el bien. Hago lo que quiero. Y querer hacer lo que se debe hacer.

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Muchos otros temas se esbozaron y, algunos, se trataron en el debate posterior, pero, los aquí compendiados, podrían suponer un tratado.

Muchas gracias por la inspiración que supuso la charla.

jueves, 21 de febrero de 2013

Por Amor a la Música: Los Tres — “Fome” (1997)


Es imposible saber lo que se esconde tras una puerta que permanece cerrada.

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1987. Concepción. Chile.
Tres jóvenes se juntan para formar un conjunto musical.
Son Roberto Titae Lindl, Álvaro Henríquez y Francisco Pancho Molina.
Augusto Pinochet sigue siendo dictador.
Malos tiempos.
Mucha juventud.

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Preparados — Listos — Ya
Salud — Dinero — Amor
Oro — Plata — Bronce
Desayuno — Merienda — Cena
Groucho Harpo Chico
Piedra — Papel — Tijera
Soltero — Casado — Viudo
Presentación — Nudo — Desenlace
Pavarotti Carreras Domingo
Tom Dick Jerry
Tierra — Mar — Aire
Amancio Pirri Santillana
Sota — Caballo — Rey

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1991 — “Los Tres”
1993 — “Se remata el siglo”
1995 — “La espalda & la pared”

Tras tres discos, publican su obra maestra.
Son cuatro, tras incorporar a Ángel Parra.
Se siguen llamando Los Tres.

1997 — Fome

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Pim — Pam  — Fuego
Altura — Anchura — Profundidad
Aperitivo — Almuerzo — Sobremesa
Ello — Yo — Superyo
Veronica Bennett Estelle Bennett Nedra Talley
Gaby Fofó Miliki
Frank Sinatra Dean Martin Sammy Davis, jr
Reducir — Reutilizar — Reciclar
Paleolítico — Mesolítico — Neolítico
Cuchara — Tenedor — Cuchillo
Animal — Vegetal — Mineral
Fe — Esperanza — Caridad
Gordon Matthew Sumner Andy Summers Stewart Copeland

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“Bolsa de mareo”


Álvaro: “La canción se llama así por la sensación de estar siempre sin saber dónde agarrarse, que es la misma que siento cuando me subo a un avión, por eso se me ocurrió el nombre. Esa sensación es la misma que se puede aplicar en muchos aspectos de la vida y quizás por eso la escribí así, aunque uno nunca sabe”.

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Rojo — Amarillo — Verde
Equilátero — Isósceles — Escaleno
El bueno — El feo — El malo
Melchor Gaspar Baltasar
Buda Dharma Sangha
Diana Ross Mary Wilson Florence Ballard
Cuarzo — Feldespato — Mica
Lato Deyna Gadocha
Niña — Pinta — Santa María
Mark Pontius Mark Foster Cubbie Fink
Violín — Viola — Chelo
Pasado — Presente — Futuro
J — F — K
Vaca — Cabra — Oveja

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“Olor a gas”


Suicidarse metiendo la cabeza en el horno hace que en la cocina huela a gas, haya masa en el horno y no sea de pan.

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Padre — Hijo — Espíritu Santo
Varas — Banderillas — Espadas
Sólido — Líquido — Gaseoso
John Wayne Harry Carey jr Pedro Armendáriz
Cuchillo — Tijera — Ojo de buey
Aglaya Eufrósine Talia
Agua — Harina — Levadura
Gramática — Dialéctica — Retórica
Jorgito Juanito Jaimito
Barry Robin Maurice
Tesis — Antítesis — Síntesis
Patti LaBelle Nona Hendryx Sarah Dash
Ejecutivo — Legislativo — Judicial
Tarde — Mal — Nunca

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“La torre de Babel”


Un cigarro, llamado Gabriel, vive con otros cincuenta cigarros, todos amontonados.
El pequeño quiere vivir cerca del río, lejos de su tío, que es un cigarro de miel...
Gabriel se moja en el río y muere.
Todo ha quedado en silencio.

“Solamente un buen fuego,
puede dar muerte a un cigarro.
Pero si muere mojado es igual
que, si a un hombre, lo mataran colgado”

Es fácil imaginar que habla de Pinochet y de los desaparecidos durante su gobierno.

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Ayer — Hoy — Mañana
Oro — Incienso — Mirra
Charlotte Anne Emily
Café — Copa — Puro
Idígoras Satrústegui López–Ufarte
Billy Gibbons Dusty Hill Frank Beard
Aprender — Beneficios — Cambio
Beth GibbonsGeoff BarrowAdrian Utley
Partido — Prórroga — Penaltis
Dixie Pixie Jinks
Basilio de Cesarea Gregorio Nacianceno Juan Crisóstomo
Sabrina Duncan Jill Munroe Kelly Garrett
Sí — No — ns/nc
Flautista Violinista Práctico
Izquierda — Derecha — Centro

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“Silencio”


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Alfa — Beta — Gamma
Athos Porthos Aramis
Externo — Interno — Mediopensionista
George Clooney Mark Wahlberg Ice Cube
Bajo — Entresuelo — Principal
Peter Björn John
Amparo Soler Leal Emma Cohen Julieta Serrano
Yago Luis Charlie
Activo — Parado — Jubilado
Oliver Cowdery Martin Harris David Whitmer
Mutya Keisha Siobhan
Manga — Media manga — Mangotera
Watzlawick Beavin Jackson
Billie Joe Armstrong Mike Dirnt Tré Cool
Jupiter Jones Pete Crenshaw Bob Andrews
Dani Sarabia Argote
Mickiewicz Slowacki Krasinski
Pato Donald José Carioca Panchito Pistoles

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En el juego Por Amor a la Música, Chals propuso Chile como destino en esta etapa del viaje.

Abrió una puerta, clausurada con cerradura, candado y cadena.

Descubrió todo un mundo de posibilidades.

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Más detalles:

martes, 19 de febrero de 2013

Tom Petty no viene a España. Conocemos las razones


Una fábula visual (y alucinada).


Para resolver un problema, es preciso identificarlo adecuadamente.


"Lo estoy pensando..."

En 1985, Tom Petty publicó un disco, “Southern acents”, en el que se incluía un single de éxito, “Don’t come around here no more”. En plena “era MTV”, las canciones debían ser promocionadas utilizando videoclips, piezas narrativas que cautivaban visualmente a los espectadores, más allá de lo que podían hacerlo, cuando se utilizaban exclusivamente argumentos musicales. El vídeo de la canción que hoy nos (pre)ocupa fue una obra de arte, ajustada a su escala y proporciones. Revisarlo, hoy, puede aportar un nuevo nivel de lectura.

Y, como aliciente final para seguir leyendo, se demostrará que incluye todas las claves que se necesitan para saber por qué TP todavía no ha actuado en España.


Hoy se alcanzará una profundidad inédita.


1 — La canción

Eurythmics había tenido un éxito increíble en 1983 con Sweet dreams (Are made of this). Fue #2 en UK y su único #1 en USA (reemplazando a The Police y Every breath you take). Eso supuso que Annie Lennox y David A. Stewart (el dúo que formaba Eurythmics) debieran iniciar una gira por USA, el sueño por el que todo músico rock suspira desde que decide a qué quiere dedicarse.

Pero, todos sabemos esto, un sueño encierra una pesadilla y, para Stewart, pronto tomaría forma.

Tras un concierto de la gira, celebrado en The Wiltern Theatre, en Los Angeles, Stewart conoció a Stevie Nicks, cantante y compositora en Fleetwood Mac, un grupo que, tras el fenomenal éxito de “Mirage” (donde se incluyeron singles del calibre de Hold me o Gypsy), se tomaba unos años de respiro forzado para liberar tensiones y, entre otras cosas, para que Nicks, Christine McVie y Lindsey Buckingham pudieran dar un impulso a sus carreras en solitario.

Nicks, en el plano personal, acababa de romper con su novio, Joe Walsh, el día anterior y, además de disponible, fascinada como estaba por la música (y, es un suponer, el magnetismo) de Stewart, se lo llevó a su casa para tener un affaire. En casa de Nicks había más gente de la que Stewart esperaba encontrar; aquello era un fiestón en toda regla (a la californiana) y, teniendo en cuenta que él había acudido con otras intenciones, más allá del consumo de coca, decidió retirarse prudentemente al cuarto que se le había asignado. A las 5 de la mañana, según el relato de Stewart, Nicks se presentó, vistiendo un vestido victoriano, poseída por un espíritu conquistador que, al combinarse, hicieron que Stewart huyera, con el rabo entre las piernas, mientras Nicks le gritaba, mostrando orgullosa su despecho: “no vuelvas por aquí nunca más”.

Stewart cogió un avión para presentarse en San Francisco, donde tenía que actuar al día siguiente, pensando que el asunto había concluido, pero, en ocasiones, las historias dan unos incomprensibles giros que, si bien llenan de confusión a quienes las protagonizan, añaden indudable interés a su relato. En nuestra aventura, tras el concierto, Stewart se puso a pensar en los sucesos de las veinticuatro horas precedentes y compuso —en el estudio portátil que todo músico lleva a mano, usando una caja de ritmos, un sintetizador y un sitar— el boceto inicial de la canción que nos ocupa. Unos días después, coincidió con Jimmy Iovine que, pequeño que es el mundo, había producido el disco “Bella Donna” de Nicks, en el que se incluía la participación de TP en la canción Stop draggin’ my heart around, compuesta por él y Mike Campbell (guitarra solista en The Heartbreakers) y, tras escuchar la demo que había grabado, se pusieron juntos a trabajar en ella. Stewart, nuevo en el mundillo de la música angelina, desconocía que Iovine y Nicks habían mantenido relaciones en el pasado. Demostrando una candidez sonrojante, no pudo imaginar la furia que se desataría en Nicks, al descubrir que ambos amantes (uno, extinto; el otro, no consumado) estaban trabajado juntos, como finalmente sucedería. Al marcharse Nicks del estudio, tras el estallido, Iovine llamó a TP, que vivía cerca y la versión que grabaron, sería el primero de los temas en los que TP y Stewart colaborarían para la realización de ese álbum.

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2 — El vídeo


Dirigido por Jeff Stein, se plantea como una réplica del imaginario de “Alicia en el país de las maravillas”; en concreto, la lectura que Walt Disney hizo en 1951 del libro de Lewis Carroll. Se identifican, claramente, tres escenas: La oruga azul, Fiesta del te, Juicio.

En el vídeo aparece David A. Stewart, al inicio, como la oruga azul (The Caterpillar), en un mar de champiñones, tocando apaciblemente el sitar y fumando un narguile.

La actriz Wish Foley interpreta a Alicia.

TP encarna al sombrerero loco (The Mad Hatter).

Mike Campbell es la liebre de marzo (March Hare).

El resto de los Heartbreakers aparecen en el desvarío, sin un papel específico.

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3 — “La interpretación de los sueños”

El psiquiatra vienés, Sigmund Freud, publicó en 1899 este libro, titulado originalmente, en alemán, “Die traumdeutung”. En él, se presentaba una técnica psicológica que permitía descubrir las claves que, urdidas de forma inconsciente, se encontraban ocultas tras los sueños.

Puesto que ya no hacía falta provocar un estado hipnótico (y el diván se convertía en superfluo), esta práctica sustituyó a la sugestión como método para alcanzar la catarsis. La asociación libre es el método de análisis psicológico a utilizar.

Traducido: los sueños establecen conexiones libres y, pueden ser analizados a posteriori, de forma crítica, para encontrar el significado que ocultan. Para ello, debe emplearse, también de forma libre y creativa, la imaginación.

Todo sueño es un viaje. A un mundo irreal, onírico, distorsionado. Pero, de vuelta a la consciencia, se puede (empleando un análisis detallado) averiguar el mensaje oculto en el aparente sinsentido.

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4 — El sueño, interpretado

Cualquiera que haya visto el libro, o leído la película, sabe que la historia que imaginó Lewis Carroll —llena de fabulaciones alegóricas, en la que encerraba a Alicia en un mundo irreal—, era simplemente un sueño del que, a última hora, escapaba al despertar.

Todo sueño es un viaje. En ocasiones, más allá del trance al que parece dirigirse, puede tener un destino determinado diferente, espacial o temporal.

Déjenme que, en un giro inimaginado, me transfigure en Freud y demuestre que, en 1985, TP viajó en el espacio —llegando a España— y en el tiempo —hasta 2013— y que nos muestra, con clarividencia absoluta, el panorama de esta España nuestra.

Alicia se da cuenta de que está iniciando un viaje. Necesita alguien que le ayude. Un agente, pongamos.

Está en la cúspide. Parece que echando humo.

Tiene una pinta realmente siniestra, con gafas de espejo uñas larguísimas, aunque de pacotilla, de las que venden en el chino del barrio. Lo del pelo revuelto parece una tapadera (de una apabullante calvicie).

Intentando mostrarse ajeno a lo que le rodea, exhala un último aliento.

Un montón de tramas interpuestas dificultan que Alicia llegue hasta él.

Le ofrece el billete para el viaje.

¡Eh! Te hemos pillado. Somos trabajadoras de tu empresa (la agencia). Se nos nota en las ojeras (provocadas por la falta de sueño) y en la anticuada indumentaria.

Eres Díaz-Ferrán.

Alicia (identificada ya como el pueblo español; la ciudadanía; tú y yo) se cae de espaldas, patas arriba.

Caemos rodando, sin fin, atrapados por una burocracia asfixiante, gris y cuadriculada.

Al fondo de una mesa, obscenamente larga, se encuentra un tipo solitario, apartado del mundo.

Vemos que es TP, sentado en un trono dorado, tomando la sopa boba. Es realmente evidente de quién se trata (JC I, para los faltos de perspicacia). Los secuaces que se le acercan por la espalda, no pueden ser otros que Urdangarín y Torres.

En los sueños (ya veremos que este efecto se repetirá) las claves pueden ir cambiando y, los personajes soñados, pueden corresponder a más de un alter ego, secuencial o simultáneamente.

Se graba esta conversación interna (como hicieron con Pujol):

— España: Creo que no me podré levantar.
Elena: Me haré pasar por tonta.
Cristina: Voy a hacer como que no sabía nada de lo que hacía mi marido.
— España: No cuela. Ni con una (por abusar del recurso), ni con la otra (¿nos tomas por tu hermana?).

Aprovecharé para ensayar (otro año más) el (esperado) mensaje navideño, repitiendo slogans, como si fueran mantras, en la esperanza de que terminen haciéndose realidad.

— Todos los españoles somos iguales ante la Ley.
Felipe está muy preparado.
— Yo me encuentro (mayor) mejor y quiero dedicarme a charlar con Jesús Hermida, vivir en un mundo nuevo con Corinna y entregarme a contemplar mi colección de fetiches.

¡No me jodas! Me quedo sin habla.

Por encima del resto de fetiches, siento orgullo y predilección por los prismáticos que usé para cargarme al elefante, allí en Botsuana.

Hola, mira, me presentaré que, a lo mejor, no me conoces. Soy el que pone la guinda (verde, por descontado) al pastel. Mejor que te sientes, que te voy a informar de las (nuevas) medidas.

(Citando a otro que también iba de verde): ¡Que te sientes, coño!

¿Dijiste que no querías taza?

[Ya sé que es complicado (de)limitar sus campos de actuación y por eso debo aclarar la posible confusión. El anterior, de verde oscuro, era De Guindos. Éste, de verde claro, es Montoro].

El interludio musical que ameniza el entreacto, y que servirá para aclarar el cambio de escenario, está patrocinado por el titular de cultura (Wert) y consiste, paradójicamente, en un trío, con-trabajo, interpretando flamenco. Se aprecia que están afinados.

No, por favor. De verdad. No me gusta la sopa.

Tranquila. Es de sobre. Bárcenas nos ha mandado cinco raciones, aunque ninguna será para ti.

Me quedo ojiplática.

Hoy, como tema único, trataremos la resolución del pufo y, por eso, puedes contemplarme, así de meditabundo. Es una jaqueca que me han impuesto.

¡Por supuesto! ¡Impuestos! Me sacaré alguno de la chistera. Ahora empezarás a comprender que esto es un Consejo de Ministros y podrás contemplar cómo actuamos los estadistas. Yo presido. Adivina quién soy.

yojaR — No es la solución al problema, es notorio.

[Pero, ahora percibirás mejor el enigma, al notar que todo lo hago al revés].

¿No querías taza?, ¡tendrás taza y media! Y no me importa que te salga humo de la cabeza. Esto no ha hecho más que empezar.

Y, por cierto, los ahorros de toda tu vida, los que fuiste consiguiendo tacita a tacita, deberías ver en qué tamaño de tacita se han transformado.

No pongas la otra mano (la izquierda), que no te quedará nada para recoger.

Yo, a todo esto, cuando me nombraron presidente, encargué un traje a medida. Me lo hizo el amigo de Camps. Está claro que me viene grande.

Hay quien dice que sólo cumplo órdenes (de Merkel, o de los mercados, eso no queda claro).

Pero, con los ojos tapados, puedo imaginarme que Belén Esteban me manda un beso. Eso no puede ser tan malo.

Hola, qué tal. Soy Rodrigo y vengo un Rato a presentarte mi nuevo plan. Le cambiamos el nombre, mantenemos el color verde (el de la pasta gansa) y mira cómo te presento que va a haber un montón de beneficios. Es súper-rentable. Te lo juro por Gallardón.

Espera que coja un piquito.

Un finiquito de nada (para mí).

Debes asumir que las rosquillas son los ahorros.

[Así decían que se iban a vender las viviendas (o las preferentes); como si verdaderamente lo fueran].

“Ahora las ves, ahora no las ves”.

El festín está preparado. Nos lo repartiremos.

Un nuevo actor se muestra es escena. Ha aparecido fugazmente, pero siempre fuera de foco (desenfocada) y formando parte de un grupo (nunca independiente). Ahora se le ve mejor. Por su postura (mostrando desgana, una cierta desidia y un profundo aburrimiento, que se manifiesta en un incipiente bostezo), su posición (escorada, apartada del centro de atención) y su imagen (anticuada y desfasada; parece participar en un Carnaval grotesco y dieciochesco) identificamos, no sin dificultad, de quién se trata. Es la prensa.

Comprueba cómo, habiendo tenido la oportunidad de presenciar el reparto, se retiran para que puedan actuar a gusto, sin interferencias. No existen asuntos que merezcan investigarse.

La primera medida es cambiar de asientos (aunque los ocupantes sigan siendo los mismos).

No os preocupéis, chicos. Seguimos teniendo dónde mojar.

Y si no, me como la taza. ¿A quién le va a importar?

Un nuevo truco. Dejaremos que te sientes y que creas que vas a poder participar en el reparto.

¿Ves cómo sí hay para repartir? ¿Y cómo la prensa debería estar enterada de todo?

¡Y una mierda! Me quedo con las rosquillas, antes de que desaparezcan.

Tú, ¡fuera! Aquí ya no pintas nada.

¡Bah! Está bien... Me das lástima. Te enviaré un rescate.

Lo recibo con los brazos abiertos. Atenderé todo lo que me pida.

¿A quién se parecerá?

¡Soy yo! Esto no me gusta nada...

Creo que hay gato encerrado (y no es el de Cheshire).

Ahora descubrirás quién lo pagará todo, absolutamente todo.

¡Tú! Pagarás como una cerda...

¡Toda la cuenta! Como una completa cerda.

No importa que gruñas.

No confíes en que calzar Botín-es te va a ayudar.

Agencias de valoración, independientes, preparándose para calificar la evolución del valor de la marca España.

Desciende...

...rápidamente.

No me acoses. Yo no tengo la culpa.

Sí. Todo lo pagarás tú. Quisiste vivir por encima de tus posibilidades.

No trates de huir.

Te pillaremos, ...

...te atraparemos, ...

...y te deshauciaremos.

Pondremos un impuesto nuevo.

Y otro.

Y otro más.

Te haremos creer que sabemos cómo salvarte.

Y, cuando estés a punto de ahogarte...

...te lanzaremos un salvavidas que no hará más que prolongar tu agonía. Es el preludio del amargo final que te espera.

Voy a entrar a saco.

Entre todos, meteremos la tijera (aunque, aquí, pueda parecer una pala).

Ya sabes lo que te espera. No importa que grites.

Estás mal. Necesitas ser intervenida.

 Operada (por Ana Mato en persona).

Tienes que darnos de comer a todos. Y somos muchos.

Toma, compi. Seguimos con el reparto.

Somos muchos para el papeo.

¿A quién le importa cómo vayas a quedar? En la tarta de España, muchos se apuntan a pillar cacho.

Y, aunque andemos a bocados, comiendo del plato de al lado, nadie se molestará por eso.

Únicamente le preocupa a ella, que contempla, atónita, el destrozo que están haciendo los que sólo quieren Mas.

Engullida por su apetito voraz, imposible de saciar, obsceno y desmedido, cegado por una avaricia inconsciente y una falta de responsabilidad imperdonable. El último recurso (aunque sirva para poco) es gritar.

Una mueca (que podría parecer una sonrisa) es el anticipo de la insólita consecuencia que tamaño desmán llegará a producir nunca.

Bluuurp!

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5 — Atando cabos

TP es un extraordinario músico rock. En este blog repasamos su carrera, de forma exhaustiva, dedicándole un artículo que deberías visitar. A raíz de su publicación, Chals, de On The Route (extraordinario escaparate de música americana), me invitó a participar en el proyecto para conseguir que venga a España. Es el músico más importante de los que nunca han actuado aquí.

Pero ya había estado en España.

En 1985, en un viaje inducido por los hipnóticos recuerdos de una extraña historia, TP se sumergió en una completa pesadilla, que se acaba de analizar en detalle. En ella aparecían, sin orden preciso, los siguientes personajes de la actualidad nacional: Ana Mato, Bárcenas, Belén Esteban, Botín, Camps, Corinna, Cristina, De Guindos, Díaz-Ferrán, Elena, Felipe, Gallardón, JC I, Jesús Hermida, Mas, Merkel, Montoro, Pujol, Rajoy, Rodrigo Rato, Torres, Undargarín, Wert.

TP explicó a la perfección que “no volveré por aquí nunca más”. A la vista de lo ocurrido en su experiencia onírica, yo no se lo echaría en cara.

Una premonición latente, agazapada (como un conejo blanco), desde hacía 28 años. No había prisa en descubrirla. Pero cuando ha terminado sucediendo, se muestra con una virulencia explosiva.

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Si aún precisas más confirmación de la experiencia paranormal que supuso ese viaje en el tiempo (y no te apetece llamar a Iker Jiménez), el álbum se titula “Acentos del sur”.

Más claro ya no puede estar

Esa incierta edad [el libro]

A veces tengo la sensación de que llevo toda la vida escribiendo este libro. Por fin está terminado. Edita Libros Indie . Con ilustracio...