martes, 31 de diciembre de 2013

Retrospectiva ‘13

Cierre del año.

Todos —al menos, los que tenemos un blog— queremos hacer algo especial que sirva para explicar a otros lo que se hizo durante el año, tratando de encontrar una justificación que, al tiempo, sirva también para uno mismo.

Algunos hacen una lista de lo mejor (o peor) del año: libros, discos, series de TV o aquello sobre lo que se hayan especializado. Es un resumen, breve, que se repasa rápidamente.

Hay quien dedica más tiempo a realizar esa tarea y enlaza reseñas, vídeos o episodios, de forma que suponga una página para guardar y visitar más adelante.

Por mi parte, me propongo hacer una retrospectiva del año: echar una mirada atrás, sin dejar de observar al frente, para saber cómo fue este año que se acaba.


"Retrovisor" Foto: TenerifeTenerife

Así que seleccionaré algunos artículos del blog, que darán muestra de los asuntos que me interesaron, con un triple propósito:

1 — Para los visitantes habituales: recuperar algún artículo perdido (o recordar alguno ya visto).

2 — Para los recién llegados: tener una visión más amplia (a modo de fresco) de lo que se plantea aquí.

3 — Para mí: intentar conseguir un poco del ansiado feed-back, esos comentarios generosos que, en ocasiones, alguien deja diciéndote qué haces bien (y qué no), en la idea de poder progresar en la tarea de escribir y contarlo.

Aún así, sé y asumo que, este artículo como todos, será efímero y perecerá en el torbellino cotidiano.

Pero no voy a dejar de intentarlo.

*****

Enero


Pasado el día de Reyes se inicia la campaña de rebajas. Se propone un plan, en tres pasos, que permita vivir, “dentro de nuestras posibilidades”, “con la que está cayendo”.


Dos anuncios de fármacos antitursivos emitidos en TV —y presentados desde perspectivas diferentes— muestran el sexismo, profundamente arraigado, en una sociedad que asigna roles de forma indigna.

Febrero


Un presidente de Gobierno concede una rueda de prensa desde una TV de plasma, evocando la imagen de un periodista virtual que, a finales de los ‘80s, protagonizó una serie en la que su alter ego también vivía atrapado en formato hertziano. El incidente hace referencia a un sabotaje de la señal y muestra que la ficción y la realidad conviven y, en ocasiones, se confunden.


Un alucinado viaje por el vídeo de una canción, de un artista predilecto, explicativa de la actualidad nacional como causa de que no haya actuado en España. Se descifran todas las claves.

Marzo


Mis hijos: seres heroicos que saldrán de casa para enfrentarse al mundo. Tendrán miedo. Deberán superarlo.


A principios de año me enganché a un juego lleno de interés, en el que había que seguir la propuesta de alguno de los participantes. Fue muy productivo, pero extenuante para mí. Para despedirme, elegí un proyecto musical precioso, basado en la búsqueda permanente.


Seguramente, una de las noticias del año: la elección de un nuevo Papa y, de forma inédita, la convivencia de dos personas que han desempeñado tal ocupación. En el blog se presentó a los electores, junto a una canción que les identificaba (con algún nexo medianamente razonable) para que, por primera vez, los lectores pudieran participar activamente en un cónclave, eligiendo su candidato favorito. Una propuesta singular.


Un repaso a un grupo esencial, con énfasis en un disco que se editó también como película, que reunía tres actuaciones en un todo único, organizadas en dieciséis cuadros escénicos, tantos como canciones interpretadas.

Abril


La TV propone modelos. Un anuncio de una serie actual, de sumo éxito, muestra una idea de lo que significa el trabajo en equipo, contraria a la del que suscribe, firmemente apoyada en los criterios de una serie clásica, reservada hoy para espectadores insomnes.


Un actor fascinante. Participó en grandes películas y dejó, más allá de su apariencia mutante, interpretaciones repasadas con detalle.


Una serie de artículos trata de aclarar conceptos de uso cotidiano, en la idea de que, pese a su uso extendido, normalmente no se perciben todos los detalles asumidos de forma implícita. El escrache es un ejemplo: nadie es capaz de alcanzar un acuerdo sobre qué significa (y si es lícito su uso).


Una película, de la que guardaba un recuerdo nítido, como homenaje a la danza y la música, las pasiones que atrapan a cuatro familias, de distintas procedencias, durante cincuenta años.

Mayo


Un viaje musical, en tren, tuvo un cambio de planes abrupto, pese a que se mantuvo el recorrido inicialmente programado. Faltaba el detalle final: esta entrega con las canciones de los 666 elegidos. 50 años de música británica, condensados en una sola página.


Repetir frases, sacadas de contexto, como forma de motivación irreflexiva.


La preocupante fijación del Gobierno (de éste, y de cualquiera) en fijar límites. El empecinamiento en cambiar los fijados por el precedente (máxime, si era de signo contrario).

Junio


Cuando todos te recomiendan tomarte las cosas con (más) calma, agradeces que tus hijos te pidan que aceleres. Una evocación del pasado.


Los que, aunque lo dudes, nos dicen lo que tenemos que hacer (y pensar).


Estar forrado (y no poder gastártelo).

Julio


85 etapas de la construcción (y ¿derribo?) de un mito.


Palabrería para tratar de ocultar la incompetencia. Y una estupenda canción que todo lo resume.


La publicidad, en un sector económico que se transforma, crea monstruos.


Disfruté como un enano escuchando a mis hijos explicar las tramas, escenarios y personajes de una serie de TV que les fascina. Diversión en planes familiares.

Agosto


La puñetera manía de apropiarse héroes, para burlarse de ellos.

Septiembre


Un verano móvil: fotos en las que se te ve mostrando relax, dónde estuviste y lo que ibas a comer. Como siempre, los días soleados finalizan.


La certeza absoluta de que si los jóvenes no tuvieran móviles, se convertirían en emprendedores, como recoge un memorable vídeo.


Guía esencial para conocer al cuarteto de Manchester (y claves para hacerlo en profundidad).


Reseña de un libro, que retrata una época infernal. También se adjunta el prólogo (imprescindible) y un documental sobre el autor (que no he sido capaz de localizar).


La actualidad de la ciudad en la que vivo, contemplada desde un simple elemento arquitectónico, que se deteriora, mientras se empeñan en habilitar dotaciones móviles, de quitaypón, como muestra de lo efímero de la existencia actual.

Octubre


Percibir que tienes mucha más paciencia de la que hubieras llegado a imaginar (en ti) te transporta a la vejez. También te convierte en peligroso, hasta que encuentres tu día de furia.


Características de los grupos excesivamente cohesionados. Algunas muestras.

30 – Aretha

Despedida a una gata, escuchando a la que le dio nombre.

Noviembre


Un semáforo, un viaje en autobús, una cena con amigos. Falta de adaptación personal a las nuevas costumbres.


Paternal panegírico.


Todo lo que está de moda, dejará de estar de moda. Ir de avanzadilla, o con excesivo retraso.


Argumentos para una apariencia.

Diciembre


Estudiar o suicidarse. Alternativas finesas.


Confundir a un intérprete con un traductor fue uno de los detalles que dejó un magno acontecimiento. Ni el único, ni el más preocupante. Ni siquiera es una práctica infrecuente, como se detalla.


Queremos creer que nos gusta prestar atención al detalle. Pero, en ocasiones, olvidamos que muchos pocos hacen un mucho.


Un anuncio como excusa para, gravitando sobre una canción, encontrar sentido a las cosas verdaderamente importantes. La nostalgia y el empeño de afanarse que constituye el espíritu navideño.

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Repetir lo mismo que ya había hecho, quedándome estancado citándome a mí mismo, me parecía una engañifa. No quiero dejar una mirada restrospectiva, en forma de bucle, sin añadir nada nuevo.

Así que, lo que nunca pretendió ser una antología, se estructuró en forma de 39 escalones.




Una película de Alfred Hitchcock en la que, al inicio, en 2:00, se presenta al Señor Memoria, un auténtico prodigio, capaz de memorizar 50 datos al día y recordarlos todos. Pone a prueba su talento. Entre chanzas y obsesiones personales (la edad de Mae West, o la forma de reproducción de los pájaros), se organiza un ditirambo que termina con la intervención de las fuerzas del orden (y un asesinato).

*****

Trataba de recordar lo que fue el año ‘13, con un triple objetivo.

Las matemáticas no engañan:
13 * 3 = 39

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Esta Nochevieja, estableciendo nuevos hábitos, saldré a emborracharme.
Beberé entre desconocidos.
Bailaré como un poseso.
Intentaré ligar.
Aceptaré todas las propuestas, por muy estúpidas que puedan parecer.

Seguro que triunfo.

*****

Y confiaré que, como en una epifanía, a la luz estroboscópica de los excesos y la distorsión inducida, donde otros ven el anuncio del año que empieza, yo sea capaz de percibir la presencia de Dios.

"Si. Dios" Foto: Ana

Ya es hora de pasar...

martes, 24 de diciembre de 2013

Esta noche es Nochebuena

¡Buenas noticias, amigos!

Todos estamos hartos de oír hablar de penurias, dramas y tragedias diversas.
Hemos de reconocerlo.
Es preciso revertir este desánimo generalizado y volver a disfrutar de la vida.

Se necesitan buenas noticias y, desde este blog, se intentará ayudar a elevar la moral, haciendo partícipe a todos de la estupenda noticia que acabamos de conocer.

El Rey curra hoy.

No está dicho con guasa, como dando a entender que el Rey sólo curra un día.
O que, dado que la mayoría no trabajará esta noche (unos por estar parados; otros por disfrutar de un merecido descanso), transmitirá una sensación de alivio ver que, a quien los cursis llaman el primero de los españoles, tenga que afanarse en su ingrata tarea —profundamente ingrata en la edición 2.0, justo es reconocerlo. Era tradición arraigada no prestar atención al monarca, para embarcarse en confrontaciones dialécticas (y etílicas) con el cuñado, mientras los niños se quejaban y las mujeres daban el último toque a los condimentos del pavo. Desde la invasión phonica, se ha dispersado la atención a una única pantalla, por muy grande que sea, mientras cada uno mira la suya, que emite un silbido monocorde y confuso. Así que hoy, más que nunca, sólo los políticos y los periodistas, esas dos castas, estarán atentos a lo que diga el gran jefe, para terminar despellejándole o alabándole, de forma fácilmente previsible. Apuesto que ABC le dará La Razón—.

Pero hoy, este año por vez primera (y seguro que última), el blog que Vds. leen, Común sin sentido, ha sido agraciado (se comunicó el 22, disculpen el latiguillo) para asesorar al jefe en su alocución nocturna.


"Pero mira que eres buencha"

Sólo se han presentado dos sugerencias (éramos muchos y había que dejar oportunidad al resto de asesores, algunos de ellos, de pago).

1 — Sustituir el “mensaje a todos los españoles”, por la “carta a los colegas”.

Puede parecer una pijada. No tengan duda que lo es. Pero, piénsenlo un poco, con más detenimiento: supone un apoyo al trío que actúa en nuestro país desde siempre, uno de los más firmes pilares de la marca España, que ve como su influencia se muestra en retroceso frente a la llegada de un gordo extranjero con aviesas intenciones (y no me refiero a Sheldon Adelson).

2 — Pida para Vd.

Realmente SM es humano, aunque algunos ignorantes lo lleguen a poner en duda. También se siente necesitado de cariño y afecto; anhela unos mimos, un detalle sorpresa, una muestra desinteresada de cariño. Déjese de tanto protocolo y pida por esa boquita, no para otros —como acostumbra a hacer, con tanta generosidad—, sino para Vd. mismo: dése un gustazo y pida lo que más quiera, su deseo, lo que más le apetezca. No se corte. Venga, piense en Sí mismo. Es su día, su momento. Mire en su corazón, detrás del marcapasos, al lado del by-pass. Piense en lo que le apetece, lo que más desea. Déjese llevar y diga lo que quiere que sus colegas le traigan el próximo día 5, que además es su cumple. Se lo merece, de verdad de la buena. Lo que quiera, no le diremos nada a Sofi. Quedará entre nosotros. Haremos como hemos hecho siempre los de nuestra estirpe y le guardaremos los secretos. Nadie sabrá nada. Pida por esa boquita. Lo que le dé la gana. Hágalo ya. Puede hacerlo. No se corte. 

Dígalo...

    “Siempre he querido sentirme como el Faraón de Camas:

Concedido: Desde ahora viajará en coche. Último modelo. Cúpula abatible de serie.

Abdi-CAR

domingo, 22 de diciembre de 2013

Amar a alguien

Es Navidad. Época de vivir en familia, reflexionar y hacer (buenos) propósitos.
Un momento para mirar atrás y recordar cómo fueron las cosas.
Pensar en los que ya no están.

Qué hemos hecho, cómo podríamos hacerlo de forma diferente...


"Verle crecer"

Y también es momento para que los anunciantes nos atrapen con la guardia baja, sabiendo que estamos especialmente sensibles.

Coca Cola sabe hacerlo: Ser padres


Si no has sido padre —en especial si has decidido que no lo vas a ser nunca—, lo que viene a continuación tendrá poco sentido para ti, así que podrás saltártelo y dedicarte a otros menesteres (aunque anticipo que habrá buena música).

Tú decides.

Puedes hacer una lista de pros y contras para ver si continúas.

Yo la hice, en su día.

En la columna de la izquierda (“pros”) sólo había puesto una cosa: “quiero”. En la de la derecha (“contras”), había escrito un montón. Hoy sería capaz de poner muchas más, que entonces no era capaz de imaginar, pero que ahora conozco al detalle. El anuncio dibuja algunas de las contrariedades que entraña ser padre (completo desorden, un ojo abierto, paseos nocturnos, destrozarse un pie, falta de intimidad, cargar con bártulos, ausencia de planes adultos, rotura de objetos, ...) pero constata la verdadera realidad que supone serlo: una dimensión de felicidad inalcanzable para quien no lo haya sido.

Una alegría tan enorme que hace palidecer cualquier otro momento dichoso que proceda de otros ámbitos.

Quizá no todos los padres puedan sentirlo; probablemente se estén perdiendo la parte más divertida de la fiesta.

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El anuncio se puede ver desde la perspectiva de un padre varón, una forma poco habitual de presentar la publicidad, que siempre ha buscado la complicidad femenina. Los padres que nos sentimos implicados en la educación de nuestros hijos, agradecemos el gesto.

Y los que nos gusta la música, reconocemos una canción espléndida, “To love somebody”. Si la educación de los jóvenes se hiciera atendiendo a criterios racionales, debería ser de escucha obligada en los colegios: ayudaría a desarrollar la sensibilidad que necesitamos.

Fue escrita por Barry y Robin Gibb, hermanos y miembros de Bee Gees, pensando en Otis Redding, que fallecería al accidentarse la avioneta en la que viajaba, yendo de gira, antes de poder cantarla.

Grabaron la canción en abril de 1967 y se publicó como single en junio. Era el segundo adelanto al que sería su lanzamiento internacional, el LP “Bee Gees’ 1st”, publicado el 14 de julio.

1967 — Bee Gees’ 1st

Bee Gees (el vídeo promocional original de la canción).


There's a light,                                                                                           Hay una luz
A certain kind of light,                                                                         Cierto tipo de luz
That never shone on me.                                                             Que nunca brilló en mí
I want my life to be lived with you,                                           Quiero vivir mi vida contigo
Lived with you.                                                                                           Vivir contigo

There's a way, everybody say,                                Hay una forma, todo el mundo lo dice
To do each and every little thing.                   Para hacer cada cosa, por pequeña que sea
But what does it bring                                                               Pero, ¿de qué me sirve?
If I ain't got you, ain't got?                                                                   Si no te tengo a ti

Baby, you don't know what it's like,                                         Cariño, no sabes cómo es
Baby, you don't know what it's like                                           No sabes cómo se siente
To love somebody,                                                                            Amando a alguien
To love somebody,                                                                  Queriendo a otra persona
The way I love you.                                                             De la forma que yo te quiero

In my brain                                                                                             En mi cabeza
I see your face again.                                                                 Veo tu rostro, de nuevo
I know my frame of mind.                                     Soy consciente de mi estado de ánimo
But you ain't got to be so blind.                                              Pero no debes estar ciego
And I'm blind, so so very blind.                                     Y yo estoy ciego, completamente

Cause I'm a man,                                                                       Porque soy un hombre
Can't you see what I am?                                                     ¿No puedes ver lo que soy?
I live and I breathe for you.                                                                Vivo y respiro por ti
But what good does it do                                                                 Pero, ¿de qué vale?
If I ain't got you, ain't got?                                                                        Si no te tengo

Baby, you don't know what it's like,                                         Cariño, no sabes cómo es
Baby, you don't know what it's like                                           No sabes cómo se siente
To love somebody,                                                                            Amando a alguien
To love somebody,                                                                  Queriendo a otra persona
The way I love you.                                                             De la forma que yo te quiero

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La canción era tan potente, que muchos músicos se aprestaron a interpretarla. Hoy se acepta que la que más recuerda a la que podría haber cantado Otis, es la que realizó el singular James Carr, un tipo introvertido y atormentado, incapaz de cantar en público, pero dotado de una sensibilidad sobrecogedora. Una de las anécdotas más esclarecedoras de su personalidad —que hoy, cualquiera, en la cola del supermercado identificaría como bipolar— viene de la grabación de su mayor éxito The dark end of the street (otra canción que se convertiría en un standard).


Veré cómo lo cuento: Memphis, en 1966, era una ciudad pequeña, aunque muy importante en el negocio musical, por la cantidad y variedad de personajes implicados en él. En el verano de ese año se celebró una convención de DJ, seres dedicados a la mala vida, que, a la menor ocasión, organizaban una timba. En esas estaban Dan Penn y Chips Moman, dos músicos blancos que, si no hubiera existido el soul, se habrían dedicado para siempre al country. Pero Memphis era un lugar especial, en el que no existía (al menos en lo musical) segregación: compositores y productores, músicos y propietarios de sellos discográficos o estudios de grabación, trabajaban juntos para hacer una mezcla altamente explosiva. Así que Penn y Moman, blancos ambos, se aburren de perder el tiempo jugando a las cartas y se lían en la composición de una canción. Necesitan concentración, que no encuentran en el hotel donde se realiza la convención. Quinton M. Claunch les ofrece una habitación para trabajar, en el hotel que está enfrente, de su propiedad, poniendo una condición: la canción que compongan la interpretará su protegido, James Carr.

Claunch, blanco, era, además de propietario del hotel donde finalmente se compuso la canción, fundador de los sellos HI Records  —donde grabaría Al Green, otro que versionó a Bee Gees: How can you mend a broken heart— y Goldwax Records, donde publicaba Carr. Era también su representante y, el cantante, su apuesta más firme para destilar esa música, conocida como southern soul, fermentada a partir de dos ingredientes básicos: la pasión de los intérpretes (negros) y los sentimientos de los compositores (blancos). Ese lugar, a mitad de camino, donde todos se muestran débiles y comparten sus difíciles experiencias vitales.

En la canción, un adúltero le habla a la mujer con la que mantiene relaciones ilícitas, con quien se reúne en el lado oscuro de la calle. El tono es de culpa absoluta, abrumado por estar haciendo lo que sabe que no debería hacer. La letra tiene pasajes estremecedores: “esconderse en la oscuridad”, “vivir en las tinieblas”, “ser víctimas”, “pagar por lo robado”, “es un pecado”, “está mal”, “escabullirse”, “nos encontrarán”, “no llores”. James Carr había interiorizado esas emociones y debía expresarlas en el estudio de grabación —Royal Studios, propiedad de Willie Mitchell, en lo que había sido el Royal Theatre—. Llegado el momento de grabar, Carr no aparecía. Claunch le encontró, agazapado en el techo del estudio, casi catatónico. Era evidente que sufría una crisis personal; el texto y las emociones le habían calado hondo y no podía despegarse de ellas.

La mano izquierda de Claunch, su amigo y reverenciado admirador, su charla tranquila y unos pitillos compartidos, lograron convencer a Carr para que bajara y mostrara al mundo —a todos, para siempre— lo que implica reprocharse a uno mismo y sentir la necesidad de verse redimido.

Eso es identificarse con la historia que estás cantando; lo demás, monsergas.

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Su versión de la canción de Bee Gees también quedó como definitiva.


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Se grabaron muchas otras versiones, de las que me detengo en cinco:

Tom Jones (el tigre de Gales, un tipo talentudo, proclive a dejar crecer sus patillas y que transmite que, con las prisas y el temor a sentirse pillado, carece de tiempo para ajustarse el corbatín. En las islas, la inyección de la música negra alcanzó muchas venas y el perpetuo Jones fue uno de los afectados.)


Nina Simone (la cantante que más le gusta a mi amigo. En un concierto en Antibes, en 1969, muestra la hondura de su personalidad musical. Demuestra que las emociones no tienen sexo y abre el camino para una legión de mujeres que también cantarían a lo que se siente al amar a alguien. La versión de estudio la tienes aquí.)


P. P. Arnold (una exquisita intérprete soul, en directo, en 1969. La grabación de las imágenes, en una sola toma con travelling circular en bucle, parece hecha con un anticipo de una steady-cam y sorprende enormemente: primero, contemplando el desinterés de toda una orquesta, con arpa incluida, vistiendo de riguroso smoking, mostrando desgana mientras la artista canta. Segundo, por el apático comportamiento del público, mayoritariamente blanco, que se mantiene sentado y que no mueven ni una ceja para llevar el ritmo. Finalmente, una señora de chaqueta verde y gafas oscuras que, asomada al vomitorio, se mantiene durante toda la canción con gesto impertérrito y brazos cruzados, en esa postura altiva de veterana que muestra a las claras que no le gusta nada lo que está haciendo la jovencita y que, si no abre el pico, es porque ella cumple órdenes. Su concesión final, al terminar la interpretación, es la de ajustarse las gafas. No parece que tenga una vida amatoria completamente satisfactoria, podría añadirse, aunque nunca puede imaginar uno lo que ocurre en las alcobas.)


Michael Bublé (el crooner 2.0 se apunta. Se incluye en su disco de 2013, “To be loved”. En el vídeo, atendiendo al título del álbum, aparece rodeado de una banda de mujeres que, da la sensación, hacen el paripé. Y no me refiero a las tres que bailan; se trata, más bien, de las que simulan tocar instrumentos. Resulta enojoso que, con tanto empeño en mostrar mujeres, no hayan hecho los coros; las voces son masculinas y, creo, se trata del propio Michael doblándose a sí mismo. Eso sí, se le reconoce el gusto justo en combinar blanco y negro como atuendo y actitud vital.)


The Revivalists (son de New Orleans y, el nombre da una pista, les gusta volver la vista al pasado. Participaron en una sesión del proyecto Jam In The Van, idea que consiste en replicar el ambiente del camarote de los Marx Brothers y dejar que las cosas discurran de forma natural. Se juntaron siete tipos, con aire hipster, para tocar instrumentos variopintos: batería, bajo, dos guitarras, saxo, sitar y un acordeón que, en lugar de fuelle, cuenta con un soplador al otro lado del tubo de goma. La verdad es que el conjunto funciona. Todo se desarrolló el 25 de septiembre de 2013, en High Sierra, Quincy, California.)


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Y hay mucha más gente interesante que se atrevió con el tema:


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La canción supone una fuente de inspiración increíble. Además de tomarse como base para el anuncio de marras, también se ha utilizado en unas cuantas películas:

Melody

1971 — (Waris Hussein). Una historia de amor adolescente, el que siente Daniel Latimer (Mark Lester) por Melody Perkins (Tracy Hyde). Cuenta con otras canciones de Bee Gees, “In the morning” y “Melody fair”. La escena en la que suena la que nos interesa ambienta una competición de atletismo, contraviniendo la idea extendida de que, antes, los padres no acudían a ver cómo sus hijos practicaban sus aficiones (si bien debe puntualizarse que no iban a ver todos los entrenamientos, afortunados ellos).



2001 — (Alfonso Cuarón). Road movie mexicana, protagonizada por Maribel Verdú, Diego Luna y Gael García Bernal. Claramente subida de tono, fue nominada al Óscar al mejor guión original. Se intuye a Eagle-Eye Cherry, en el vídeo a partir de 8:12.



2009 — (Glenn Ficarra y John Requa). La historia de amor y fugas que se desarrolla entre Steven Jay Russell (Jim Carrey) y Phillip Morris (Ewan McGregor). Es Nina Simone.


 50/50

2011 — (Jonathan Levine). Adam Lerner (Joseph Gordon-Levitt) tiene 27 años cuando le diagnostican una extraña variedad de cáncer. El título de la película hace referencia a sus probabilidades de sobrevivir, como se entera tras consultar internet. La escena empieza cuando va a iniciar las sesiones de quimioterapia y conoce a dos compañeros, Alan (Philip Baker Hall) y Mitch (Matt Frewer), que le introducen en su secreto para superar el deprimente ambiente que les rodea: tomar cookies, unas galletas “cocinadas” con marihuana, que ayudan a superar el trance. La sonrisa tonta que se le pone responde al viaje interior que acaba de iniciar.


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Es, al fin y al cabo, un efecto secundario del amor que se ha documentado extensamente: esa capacidad para transportar al afectado y de encenderlo con una luz, un cierto tipo de luz, que sólo conoce quien la ha tenido, quien ha brillado de esa forma.

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Y no hay amor como el que se siente por los hijos. No existen alegrías comparables a las que pueden darnos.

Los recuerdos no tienen patria; surgen de las emociones y se alimentan de sentimientos. Carecer de ellos es no tener pasado, como no haber vivido.

Vivir los hijos nos hará duraderos, perpetuados en su memoria, nutridos por las historias que compartiste con ellos, en las que hablabas de la vida y de las cosas, repitiendo lo que tu padre te había contado a ti, imaginando cómo tu hijo se lo contará al suyo, sintiéndote orgulloso en la transmisión de vivencias, de cuentos, de historias inventadas, de juegos, de buenos y malos momentos, de días que sientes que no tienes ganas de pelear y terminas revolcado en el suelo, haciendo cosquillas, o recibiéndolas, abrazando, queriendo, sintiendo, formando un vínculo tan sólido y duradero que permanecerá para siempre, otorgando sentido a tu vida, en la entrega de amor hacia quien sientes próximos para siempre.

Un sentimiento que, pese a que en ocasiones se muestren expertos en buscar tu debilidad y te hagan sentir cercano a la derrota, sembrando dudas y animando al desfallecimiento, es tan poderoso y gratificante que, cuando se sublima, se convierte en absolutamente eterno.

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Con mi agradecimiento permanente a la que hizo posible que pudiéramos disfrutar con ellos, juntos por muchos años.

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La Navidad es un árbol con demasiados bosques.

Feliz Navidad.

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Actualización: acabo de darme cuenta que he publicado esta entrada el mismo día en que nacieron los gemelos Robin y Maurice, hace 64 años.

Sirva de recuerdo y homenaje.



Esa incierta edad [el libro]

A veces tengo la sensación de que llevo toda la vida escribiendo este libro. Por fin está terminado. Edita Libros Indie . Con ilustracio...