Entre los límites marcados por dos Océanos, se despliegan los contornos de una extensa nación, bosquejada a menudo con trazos a mano alzada, resumidos en clichés que, por su simplismo, muestran un esbozo borroso, en el que las manchas impiden intuir los rostros y detalles de un país que no puede resumirse en estereotipos.
Quizá el más desajustado de todos estriba en que la chispa de lo que ocurre se localiza en torno a dos entornos: la costa Este (clásica, clasista, clasicista; con el epicentro neoyorquino) y la Oeste (desinhibida, efervescente, moderna; San Francisco es más que un cocktail).
Y, en medio de todo ello, extensas llanuras, llenas de paletos, que configuran la América profunda.
"Caravanas en Eagle Rock" Foto: Scotts Bluff |
"Equality before the law" (Igualdad ante la ley) |
*****
En
lo topográfico, no resulta complejo. Se trazan dos rayas que dividan
longitudinal y latitudinalmente a USA y, el punto en que se crucen, en el MidWest, con casi toda seguridad en
algún lugar de Nebraska, determinará
el núcleo más profundo de la América profunda, en un Estado olvidado, alejado
de los grandes centros industriales próximos al lago Michigan, del rico Sur, de las providenciales aguas de ambos litorales.
Vastas
llanuras; el granero de América; el Old
West (no el Far West); destino de
muchos centroeuropeos (alemanes y checos); el alma trabajadora de un país que,
singularmente allí, tuvo que asimilar los vertiginosos cambios que el progreso
terminó suponiendo.
Días
que pasan despacio; los años vuelan. La vida muestra que, todo y un
suspiro, viene a ser lo mismo.
Un vórtice para desheredados, generador de una enorme fuerza centrípeta: un sitio en el que crecieron
y del que se alimentaron; ese territorio del que nunca pudieron escapar (o, que si lo consiguieron, al
que desean con ansia volver).
Surcos
profundos que marcan la memoria y hacen que, con el paso del tiempo, los
recuerdos reverdezcan.
Un
extenso terreno que siempre deja huella.
Capital y ciudades
La capital del Estado es Lincoln; inicialmente se llamaba
Lancaster, fue renombrada tras el asesinato del presidente Abraham.
La ciudad más poblada es Omaha. Existen
otras dos poblaciones con más de 50.000 habitantes: Bellevue y Grand Island.
Canción
Una solvente carrera lleva, por fin, a
Bruce Springsteen al #1 en listas de
discos, en 1980, con su doble álbum “The
river”. Y cuatro años más tarde, alcanza el status de megaestrella, con su aclamadísimo (y patriótico) ”Born in the U.S.A.”. Entre ambos, un
disco de una factura distinta, grabado en solitario, del tirón, en su casa en New Jersey, como si se tratara de demos, con el escueto acompañamiento de
guitarra y armónica, con un sonido amargo, desgarrado, acentuando la crónica del
perdedor, con ese empeño que The Boss
siempre ha querido perseguir. Que, cuando fue al estudio y lo interpretó junto
a The E Street Band, percibió que el
tono de los arreglos no era el adecuado y que la atmósfera primigenia, básica,
directa y demoledora, era la que correspondía al aire atormentado que se
encerraba entre sus surcos.
Lo que buscaba.
Publicado en 1982, “Nebraska” es también el título de la canción
que abre el trabajo. En ella, Bruce se convierte en Charlie Starkweather, un tipo real, cuya desesperación sólo tiene
cabida en el desarraigo y la inmensa soledad que propicia el MidWest americano.
“La vi en el jardín de
su casa, haciendo girar su bastón de majorette
Nos fuimos a dar una
vuelta y diez personas inocentes murieron
Desde Lincoln, Nebraska, con una escopeta de cañones recortados en el regazo
Atravesando los
páramos de Wyoming, maté todo lo que encontré en mi camino
No puedo decir que esté arrepentido de las cosas que hicimos
Al menos, ambos pudimos
divertirnos por momentos
El jurado me declaró culpable y el juez me condenó a morir
A medianoche, en una
celda, atado con correas que cruzan mi pecho
Sheriff, cuando conecten la corriente y mi cuello se vuelva hacia atrás
Asegúrese de que mi
chica esté sentada a mi lado
Dijeron que no era apto para vivir, que debería ser arrojado al eterno vacío
Se preguntaban por qué
hice lo que hice
Señor, imagino que algunas
cosas en este mundo carecen de sentido”.
*****
Una declaración en primera persona; el
lamento de alguien que sabe que va a morir, tras haberse ganado el título de spree killer (concedido a quien comete
varios asesinatos, en dos lugares distintos, o más, sin que medie un gran lapso
de tiempo. Podría traducirse como asesino
relámpago). Entre el 21 y el 29 de enero de 1958, acompañado de su novia de
catorce años, Caril Ann Fugate, Charlie
mató a diez personas. Sería ejecutado en la silla eléctrica el 25 de junio del
año siguiente. Una historia que previamente había inspirado el debut de Terrence Malick en la dirección (“Badlands”, 1973), en
una película protagonizada por Martin
Sheen y Sissy Spacek.
Libro
Quizá no haya autora que haya dibujado
mejor el estado de Nebraska y su evolución —desde los pioneros que se
establecieron allí (“O pioneers!”,
1913) y que forjaron uno de los asentamientos más importantes una vez terminada
la Guerra de Secesión (“My Ántonia”,
1918)—, que Willa Cather.
En 1922 publicó “One of ours”, que obtendría el premio Pullitzer en 1923, editado en España por Nórdica (“Uno de los nuestros”, 2013). La historia de Claude Wheeler, un muchacho atrapado
entre la vida y los valores de sus padres (un granjero y una piadosa mujer) y
la Guerra que estalla en Europa y que marcaría su vida, como la de muchos
otros. El descubrimiento forzado de que los patrones que regían la vida de sus
padres y que él cuestionaba en su afán por salir de su cautiverio, estudiar y poder
conocer mundo (el esfuerzo, la solidaridad, la generosidad, la majestuosa y
agreste presencia de un mundo salvaje, inalterado y vivo), eran más sólidos que
los determinados por una guerra establecida por taimados intereses de beneficio y
lucro. Una decadencia, la de los valores del empeño emprendido en dominar
amablemente el territorio, recibe el relevo de una sociedad mezquina, codiciosa y
explotadora; una revelación elegíaca de que la dura y emotiva vida de los
habitantes de las praderas está plagada de emoción, pero no de sensiblería; de
esfuerzo y denuedo, no de blandos y cobardes que abandonan sus compromisos a las primeras
de cambio.
De personas, ciertamente humanas y
entregadas, que aunque hayan podido mostrar aspecto huraño, son fuertes, y
supervivientes, y trabajadores, y siguen sin entender “cómo han dejado que este país se haya ido al carajo”.
Película
Las películas de Alexander Payne (“About
Schmidt”, “Sideways”) son, en esencia, road-movies.
Aunque “Nebraska”
pueda ser vista, apropiadamente, como una buddy-movie.
En realidad, se trata de una Woody-movie, porque el elemento central
de toda la trama es la búsqueda personal de su empecinado protagonista, Woody Grant (un magnífico Bruce Dern).
La narración comienza cuando un policía
avisa a su hijo David (Will Forte) de que, otra vez, se ha
escapado de casa y ha empezado a andar. Trata de llegar, desde su casa en Billings,
Montana, hasta Lincoln, Nebraska. Quiere cobrar el millón de dólares que (cree que) ha
ganado.
Finalmente, David accede a acompañarlo, devolverle parte del afecto y del
sacrificio que él le había entregado, invirtiendo tiempo en tratar de comprender
a su padre. El plan no es del agrado de la esposa, Kate (June Squibb), ni
del hijo mayor, Ross (Bob Odenkirk, el fantástico Saul Goodman en “Breaking bad”).
La historia del viaje alcanza una
profundidad increíble. En medio del trayecto toman un desvío y se acercan a la
ficticia Hawthorne, lugar donde se conocieron y vivieron Woody y Kate, de donde emigraron
en pos de un mundo nuevo y mejor. Allí permanecen el hermano de Woody y su familia (los primos Bart y Cole son hilarantes). También vive Ed Pegram (Stacy Keach),
antiguo socio de Woody.
La película contiene escenas inolvidables
(la dentadura perdida o el nuevo compresor) y un intrincado mensaje que muestra
que, aunque parezca un sinsentido, el esfuerzo, el sacrificio, la entrega y el
compromiso de alguien podrá ser ninguneado,
pero nunca será olvidado por sus protagonistas, esos héroes anónimos que ven
tambalearse los pilares de la vida en la que creyeron y por la que lucharon.
Un mensaje lleno de esperanza y de
amor, que subsana el sentimiento de desidia que deja este nuevo mundo, bullicioso
y frenético, pero carente de firmeza moral.
Serie de TV
Nebraska no es una encrucijada, ni un
cruce de caminos. Es, a modo de resumen, un lugar de paso. Numerosas caravanas
atravesaron sus praderas, especialmente a raíz de la fiebre del oro. Aunque la
mayoría buscaban una oportunidad para la fortuna, algunos de los nómadas eran
centroeuropeos, esforzados y profundamente religiosos; para ellos, la tierra de promisión era un
lugar en el que asentarse y establecerse. Arraigarse.
Se quedaron en tierra de nadie, aunque
afirmaron que aquella era su tierra y trabajaron con firmeza para domeñarla. El
Viejo Oeste cobraba sentido.
Necesitaban comunicarse. El
ferrocarril acarreaba personas y mercancías, pero, la única forma veloz de
recorrer grandes distancias llevando correspondencia, telegramas, pequeños
paquetes o periódicos, era el caballo. Y así surgió el Pony Express, un servicio de correo que unía Saint Joseph, Missouri
con Sacramento, California, atravesando los estados de Kansas, Nebraska,
Colorado, Wyoming, Utah y Nevada, en su avance hacia el Oeste. Un servicio que
fue operativo durante un breve periodo de año y medio (desde abril de 1860
hasta octubre de 1861) y que dejó de tener sentido una vez que el telégrafo
estuvo en marcha.
En 1989, la cadena ABC comenzó a
emitir la serie “The young riders” (“Jóvenes jinetes”, en España). Creada
por Ed Spielman, se centra en las
aventuras de un conjunto de empleados del servicio, de la Sweetwater Station, en tierras de Nebraska. El reparto está
encabezado por Stephen Baldwin (William F. ‘Buffalo Bill’ Cody), Ty
Miller (The Kid) y el veterano Anthony Zerbe (‘Teaspoon’).
Tópicos del Viejo Oeste revisados desde
una perspectiva fin de siglo.
Visita obligada
Para cualquiera que haya visto películas
del Oeste, acercarse al Monumento Nacional Scotts Bluff, es un viaje al
pasado, lleno de colorido.
Desfiladeros y caravanas, en un
espectacular escenario natural.
Ubicación
Wikipedia |
*****
Un
trabajo escolar improbable —ayudar a que Yago,
Luis y Charlie conozcan, además de las capitales de todos los países del
mundo, como se les obligará a estudiar en el colegio, las de los 50 Estados
USA—, sustanciado en la búsqueda de las claves más relevantes de su producción
artística: canciones, libros, películas o series de TV ambientadas en cada uno
de los Estados.
Un
intento de viajar (sin moverse del sitio).
*****
Cualquiera que se apunte a este viaje
será bienvenido.
Aunque tres fuentes de inspiración
permanente tienen sitio reservado: Nacho SM, Bernardo Dual y JJJ.
Y, en lugar preferente, PPC, impulsor de este proyecto, al que estoy sumamente agradecido.
Y, en lugar preferente, PPC, impulsor de este proyecto, al que estoy sumamente agradecido.