Marino es psicólogo y Catedrático en la Universidad de Oviedo, en el área de conocimiento “Personalidad, evaluación y tratamientos psicológicos”. Tiene una prolongada dedicación a la docencia que ha manifestado en su dilatada trayectoria como profesor y, para deleite de sus seguidores, ha sintetizado en sus singulares libros, dotados de un sello personal que se concreta en lo acertado del objetivo que se plantea y en el surtido de recursos, metodológicos y argumentales, que siempre despliega.
Vengo, por tanto, animado y respetuoso, a enfrentarme a una compleja tarea: reseñar el libro de un autor, estimado en lo personal, respetado en lo profesional y, en definitiva, forjador del espíritu de muchos estudiantes, futuros psicólogos, entre otros el propio reseñador, describiéndome aquí, sin que espero suponga una losa para él, como discípulo suyo.
El libro “El mito del cerebro creador” se presenta, como suele conseguir siempre Marino, de forma oportuna, relevante y necesaria:
ü Oportuna, porque, como el mismo autor señala, asistimos a una tendencia, el cerebrocentrismo, consistente en reducir las actividades humanas a procesos fisicoquímicos en los que el cerebro desempeña un papel central, desplazando a la conducta y la cultura de las explicaciones “pseudo” –científicas.
ü Relevante, porque presenta argumentos que clarifican lo que, al fin y a la postre, puede considerarse que corresponde a una moda, un mito y una ideología.
ü Necesario, porque aporta elementos para reformular o reconfigurar el espacio que debieran mantener las ciencias sociales y, en cualquier caso, la persona, relegada en la literatura actual a un segundo plano, sometida al relumbrón que se le ha (con)cedido al cerebro como motor y explicación de los asuntos humanos.
Es un libro recomendable, pero que debo acotar, para que, quienes piensen acercarse a su lectura, estén avisados:
ü Es una obra académica, lo que implica que está vertebrada por las virtudes y los defectos de ese tipo de libros: las referencias están citadas, el manejo de documentación es exhaustivo, la utilización de fuentes originales es indispensable.
ü Está dotado de rigor. Se manejan los argumentos con la solvencia de una base conceptual profundamente asentada.
ü Tiene un carácter, en cuanto al conocimiento, no finalista. Busca la gestión del conocimiento como un medio, no como un fin en sí mismo. Eso implica, entre otras cosas que no es un libro para no iniciados: el saber es acumulativo y este libro no es el más adecuado para empezar de cero.
ü Está plagado de ironía. El discurso de Marino utiliza siempre la ironía como recurso, lo que aporta un valor añadido a su lectura.
Superadas, o mejor todavía, aprovechadas las características del libro, su carácter lo transforma en imprescindible; una especie de salvaguarda erudita ante el cerebrocentrismo infantiloide que nos inunda.
Dejo a continuación una referencia bibliográfica —espero que completa— de obras anteriores del mismo autor.
1990 — Médicos, pacientes y placebos. El factor psicológico en la curación. Pentalfa
1992 — Ciudad, individuo y psicología. Freud, detective privado. Siglo XXI
1993 — La superstición en la ciudad. Siglo XXI
1996 — La psicoterapia desde el punto de vista conductista. Biblioteca nueva
1996 — Tratamientos psicológicos. Universitas
2003 — Guía de tratamientos psicológicos eficaces I. Adultos. Pirámide
2003 — Guía de tratamientos psicológicos eficaces II. Psicología de la salud. Pirámide
2003 — Guía de tratamientos psicológicos eficaces III. Infancia y adolescencia. Pirámide
2003 — Las cuatro causas de los trastornos psicológicos. Universitas
2004 — Contingencia y drama. La psicología según el conductismo. Minerva
2007 — La invención de trastornos mentales. ¿Escuchando al fármaco o al paciente? Alianza (con Héctor González Pardo)
2009 — Manual de psicología de la salud. Pirámide (con Isaac Amigo Vázquez y Concepción Fernández Rodríguez)
2011 — El mito del cerebro creador. Cuerpo conducta y cultura. Alianza
Para seguir el "cachondeo"Marino, por cierto es del Barca !cerrao!.-Como buen psicologo es un enamorado de Iniesta. el futbol hecho inteligencia y arte.......Jose
ResponderEliminarEn un momento en que, desgraciadamente, ha bajado el índice de lectores, con el permiso de los grandes devoradores de libros, que siempre estarán ahí, para enhorabuena del mundo literario,
ResponderEliminarhoy en día,con la cantidad de publicaciones anuales (se habla en torno a las 77.000)hay pocas cosas que enamoren al lector experimentado o al que inicia esa sana aventura de la lectura.
De ahí que una nueva edición de algo tiene que "enamorar" o de lo contrario estará perdido en las estanterias hasta su completo olvido.
El tema, por raro que sea, tiene que ser atractivo; dulcificar cada palabra para ir adentrándose poco a poco en sus páginas;... y el autor, consagrado o no, hacer la magia de conseguirlo.
Buena suerte. Este libro parece conseguirlo.
Jose: Yo debo ser una mal psicólogo, porque, de momento, sólo estoy enamorado de ella.
ResponderEliminarJuan Angel: tú, que tienes la suerte de trabajar entre libros, sabes cómo está el mundo de la edición. La cantidad de libros (creciente) va en dirección inversa a la profundidad de la forma de abordar los asuntos tratados y del modo de afrontarlos por los lectores (decreciente). Una curiosa paradoja.
El libro de Marino es un libro profundo para lectores que pretendar saber más que sólo conocer. "Rara avis".
Un saludo agradecido a ambos.
Es fácil encontrar lectores, "tragalibros" que no se detienen a analizar la elección de aquel en el que van a invertir su estimado tiempo. Se dejan arrastrar por la moda, lo que leen mis amigos... Me parece un acierto que recomiendes la lectura de este libro que pretende algo más que dejarnos llevar: que pongamos en práctica nuestra facultad de pensar
ResponderEliminarTras leeer el artículo, me quedo con ganas de aprender un poco más, un poco cansada de los seudocientíficos que nos cuentan todos los días cosas en la prensa, radio y televisión.
ResponderEliminarTras leer el artículo y el comentario, se nota la pasión que sientes por el autor.
ResponderEliminarYo intento saber más que sólo conocer,a veces es difícil.Encuentro muy interesante utilizar la ironía como herramienta para facilitar ese camino y para muchas cosas más.
ResponderEliminarMe parece muy importante,evitar ese tipo de tendencias donde todas las actividades humanas se quieren reducir a lo meramente cerebral.
ResponderEliminarEl ser humano es mucho más, su conducta, su cultura y su actitud,hace que no haya una persona igual a otra.
Con lo cual, a los que nos gusta el mundo de la psicología , estamos de enhorabuena, al saber que podemos aprender de alguien que está tan bien considerado por tí.
Me gusta eso que has escrito, que el libro está dotado de rigor, pero con un toque de ironía.
Comparto esa manera de ver la vida.
Anónimo: Marino es un aliciente para el desarrollo del pensamiento, entendido además en su sentido crítico, tratando de analizar las causas y consecuencias de un fenómeno extendido.
ResponderEliminarAnónimo: hay una tendencia creciente consistente en confundir la ciencia con el pensamiento. La ciencia para los científicos, el pensamiento para los pensadores. La divulgación para quien sepa transmitir conocimientos, de forma amena y rigurosa, al mayor público posible. Pero de esto queda ya poco, ¡ay!
Lucia: pasión por las ideas, por la docencia, por el trabajo bien hecho, por la honestidad en los planteamientos, por la crítica y la ironía, por un montón de cosas. Marino fue profesor mío y, con los años, descubrí que también mi maestro.
Lucia 2: la sabiduría permanece, el conocimiento se acumula. La forma de transmitir el saber condiciona su aprovechamiento. La superficialidad debe combatirse y la ironía puede ser un instrumento.
Anónimo: La clave del libro de Marino está en la búsqueda del espacio que le corresponde a la persona, integrado en su cuerbo, su conducta y su cultura (que es el intítulo del libro). La fórmula, sabiamente administrada por Marino de rigor + ironía, se convierte en sus manos en "magistral"
Gracias a todos por vuestros comentarios.
ESTA SEMANA HAY CONGRESU DE LOS DEL "PSQIQUE" ALLI EN OVIEU !MIRAI A VER".....A VER SI APRENDEIS ALGO UTIL Y NO COMEIBOS TANTO LA CABEZA..... !OH!
ResponderEliminares un libro realmente excepcional, da cuenta de toda la basura seudocientifica que se infecta el mundo de la neurología cognitiva y afines, lo recomiendo tanto para captar el poder del materialismo filosofico Español y perder el complejo de inferioridad que tenemos respecto a lo que hacen en otros lares, así como para ahorrar dinero pues luego de este libro no es necesario gastar dinero en tanta cháchara innecesaria de tanto cerebrocentrista bobo.
ResponderEliminarCoincido con M. Bunge en que la división entre ciencias naturales y ciencias sociales es bastante artificial.
EliminarDiscrepo profundamente en la relación que Pérez Álvarez establece entre el desprestigio de las ciencias sociales y la decadencia moral de nuestra sociedad. Correlación no implica causalidad, algo que él debería saber.
Su apoyo sin parangón al (pseudo)materialismo filosófico de Bueno lo lleva a un camino árduo, pues se mete en arenas movedizas: es un psicólogo haciendo defensa de una estructura filosófica que acaba siendo una defensa del filósofo y de sus ideas trasnochadas y nostálgicas y de sus famosos ex-abruptos.
Afirma que las imágenes en colores del cerebro funcionando no aportan ni explican nada nuevo. Sería adecuado que contrastara esta opinión con poco fundamento (que no es nada más que eso) con neurocientíficos como R. Llinás (v. "El cerebro y el mito del Yo"), al que parece parodiar con el título de su libro.
Entre otras ideas, intenta superar la dicotomía monismo-dualismo con una especie de traje a medida, pero lejos de superarla, lo que hace es apartarla.
Parece ser que las "propiedades emergentes" de los sistemas le producen urticaria. Debería complementar las lecturas con la filosofía de Bunge, especialmente de sus ideas al respecto.
Lo dejo aquí para no extenderme.
Un saludo.
De lo que nos enteramos gracias a usted, es que usted es "Bungista" convencido. Me parece lícito, pero no veo que con ello sea usted mejor que Marino Pérez o Bueno, porque no lo argumenta
EliminarSecades quien te ha visto y quien te ve!
ResponderEliminarAnónimo: Siento haberme perdido el Congreso anunciado. Una lástima.
ResponderEliminarAnónimo 2: completamente de acuerdo contigo.
Anónimo 3: ¿Quién me ha visto? Supongo que muchos; nunca me dio por tratar de esconderme. ¿Quién me ve? Algunos sé quiénes son; desconozco los que se esconden tras comentarios anónimos.
Saludos para todos
Tremendo que a Marino le lluevan tantos honores. Un conductista radical, skinneriano, mezclado con Orteguismo y Buenismo filosófico. Decía en clase que Santa Teresa entraba en trance con el agua sucia de los pozos del convento... Y ¿el Fuentismo? Menudo bluff lo de Juan Bautista.
ResponderEliminarLos adjetivos que utilizas aluden a tres pensadores que, para muchos, siguen teniendo plena vigencia, pese a que los años pasen: Skinner, Ortega y Bueno.
EliminarLa obra de Marino bebe en esas fuentes (y en muchas otras) y estructura caminos de investigación atrevidos y novedosos.
Deberías leer su último libro "Las raíces de la psicopatología moderna".