Me
han invitado a una boda.
Rápido,
he preguntado:
— ¿Regalo o consejo?
El
novio, astuto él, supuso que iba a aconsejarle que no se casara y, poniendo el
sonido en mute, pidió consejo.
— No me invites, de verdad. No lo hagas.
"En las bodas me transformo" Foto: sponng |
Al
final, creo que llevaré a
mi novia.
jajaja.. ¿que desayunaste?
ResponderEliminarlo mismito que el día de la boda
EliminarAleluya que no fue el novio.......aunque.......conozco un caso en particular ;)
ResponderEliminarcuenta, por favor, no te quedes así.
EliminarEn las bodas el novio tendría que quedarse en casa. Total los invitados sólo preguntan por la novia y lo guapa que está. Así que para qué? Je,je,je
ResponderEliminarHe estado en bodas en las que la madre de la novia (o la madrina, no recuerdo bien), restó protagonismo a la novia y suponía una explicación razonable para la sutil transformación en el celebrante.
EliminarQue te invite a tí y no al resto!
ResponderEliminarTrazos
Pero si mi pretensión es que no me invite.
EliminarLa subida del IVA invita a pensar lo mismo.