viernes, 18 de mayo de 2012

Gracias por un año increíble

Hay fechas que te marcan para siempre y es bueno celebrarlas con los que sientes cerca.

"Un año" Foto: d3v3n3r

Cuando empecé este proyecto, algunos supisteis la razón. Pero, hoy, cuando se cumple un año, las razones se han transformado y se han convertido en todos los que lo leen y me lo dicen,
y los que no me lo dicen,
y los que lo leen todo,
y los que lo hacen por partes,
y los que sólo les gustan los relatos breves,
y los que prefieren los largos y que les haga pensar,
y los que comentan,
y los que meditan,
y los que dicen lo primero que se les ocurre,
y los que están tanto tiempo pensando qué decir, o cómo decirlo, que luego se les pasa el momento y al final no dicen nada,
y los que intentan pelearse con el programa, que es especialmente caprichoso, y no han podido terminar dejando el comentario que querían,
y los que me mandan correos,
y los que me llaman por teléfono,
y los que me lo dicen por la calle,
y los que se paran especialmente para contarme que me leen, que les gusta lo que escribo, que me siguen, que escribo mucho, que no les da tiempo, que lo dejan para hacerlo de una vez, pero van muy retrasados y que tratan de ponerse al día,
y los que lo leen en cuanto llega, sin saber cómo va a ser, pero les permite desconectar de lo suyo, de su rutina,
y los que me dan ideas, o se las robo, o las comparten conmigo,
y los que escriben y suponen fuente de inspiración y de estímulo constante,
y los que noto en su cara que sé que me leen,
y los que tienen ideas que me gustaría haber tenido a mí,
y los que me gusta cómo han desarrollado temas que me interesan de formas que me sorprenden,
y los que dicen que les gusta porque no saben qué van a encontrar,
y los que me ganan por algo y dicen, antes que yo, o mejor que yo, o más profundamente que yo, o más gracioso que yo, cosas que a mí me hubiera gustado haber dicho,
y los que me leen a trozos,
y los que me leen por encima,
y los que me leen en diagonal,
y los que me leen tumbados,
y los que me leen sentados,
y los que me leen deprisa,
y los que me leen con calma,
y los que me miran al paso, sin saber que me están leyendo,
y los que no me leen.

A todos. Gracias por vuestro estímulo. No sé lo que supondrá para vosotros, pero sé lo que suponéis para mí. Un verdadero regalo.


Cuando esto empezó, Pilar Monar fue mi inspiración, y mi madrina. Gracias.
Gracias, también, a Jesús López-Cancio y Almudena Sánchez-Ocaña, que estaban presentes entonces, y que siempre están.
Gracias a Chema González del Valle, que comparte mucho conmigo, y yo con él, aunque no siempre compartamos puntos de vista.
Gracias a Nina Giulianotti, que es un aliciente continuo y que, con su energía, se transforma en una fuente, un manantial de inspiración y motivación.
Gracias a Fran Carriles, que es mi amigo y al que hice llorar porque pude verle y al que siempre visito y siempre tiene tiempo que dedicarme.
Gracias a Lucía Llaneza, que dejó muchos comentarios inspirados, que habla conmigo y me transmite ilusión y, además, trajo a su familia.
Gracias a Lola Escobedo, que me manda unos correos, breves y espaciados, dice ella. Cariñosos y llenos de emoción, digo yo.
Gracias a Juan Ángel Moreno, que desde que se enganchó, deja siempre comentarios estimulantes.
Gracias a David Robles, que me provee de ideas y de contenidos, y me da soporte.
Gracias a Marino Pérez, de quien aprendí siendo joven y de quien quiero seguir aprendiendo ahora que soy maduro.
Gracias a Anabel Garmendía, que empezó por su nieto, por mediación de su hija y ahora me sigue por su propia iniciativa y me anima siempre.
Gracias a Antonio Vergara, que me hizo pasar grandes momentos y que me pone notitas administradas con sabiduría.
Gracias a Jerónimo De La Hoz, que es buena persona y buen amigo y buen marido y buen padre y que lloré como una madalena en sus brazos.
Gracias a Mara Jade Garland, que me hizo reír hasta tener dolor de costillas.
Gracias a Santi Llaneza, que es amigo de hace muchos años, que me hace reír en la tertulia y al que obligo a leer los extensos.
Gracias a Willie Seisdedos, que lee, aunque le cuesta, y que es amigo para siempre.
Gracias a Alberto Polledo, fuente de inspiración y de sabiduría y que lucha todos los días para que no todas las cosas cambien.
Gracias a Marta Riol, que se portó como una santa, que seguro que lo es, y que vive en otro uso horario.
Gracias a Peter, que quiere aprender inglés, para leerme sin intermediaria.
Gracias a Marta Estela, que quiere a Luis como si fuera suyo y que lee con calma, pero lo aprovecha todo.
Gracias a Benito Moledo, que nos abrió su casa y su corazón (ambos enormes) y le robé una cita.
Gracias a Mila Nodar, que me sigue a su ritmo, como buena mujer inteligente.
Gracias a Tere Lozano, que no puede ser más buena, ni más cariñosa, ni hacer las cosas mejor de como las hace.
Gracias a Javier Apellániz, que me orientó en algún vericueto, que casi hace que me saquen con mascarilla y que ya no me llama nunca.
Gracias a Luis Velasco, que me besó cuando se emocionó al verme, y que es un motivo de orgullo y de inspiración continua.
Gracias a Keko Iglesias, que me ayudó a resolver problemas, y que ayudó a los míos cuando yo no pude, y al que siento cerca, estando lejos.
Gracias a Chus González, que nos acogió, como si siempre hubiera sido nuestra casa.
Gracias a Antonio Iza, que me dice que le gusta y me pone encargos que me llenan de orgullo.
Gracias a José Antonio Álvarez, que un día descubrió en público que yo no era tan serio como él pensaba y le gustó, y a mí también.
Gracias a Juan Carlos Monje, que me enredó, como a cualquiera, y que es un ejemplo de corazón enorme.
Gracias a Luis Martínez, que me hace mantener discusiones de alto nivel, aunque estemos de acuerdo en lo más importante.
Gracias a Morilla, que me lee, que le gusta y que pone una sonrisa para que se lo note.
Gracias a Luis Bobes, que tiene un comercio y un escaparate, físico y virtual, alucinantes.
Gracias a Edu Isla, que es un ejemplo de ilusión renovada y que da gusto verle las ganas que tiene y que le pone para todo.
Gracias a Gonzalo Pérez, que me encanta desde que lo descubrí una vez en el CAO y que una vez me buscó, y me encontró, para dedicarme uno.
Gracias a Juan Ramón De Los Toyos, que me inspiró en una charla informal para escribir un artículo, y que siempre me recuerda que me sigue.
Gracias a Brizeida Salinas, que me leía, porque ya no lee, pero me sigue siempre, porque noto su ojo encima, y que, cuando toca, me hace reír y me impide dormir.
Gracias a Maite Maite, que afrontó su viaje con valentía y que veo que, incluso allí, tiene tiempo para mí.
Gracias a Fernando Monteavaro, que le gusta lo que escribo, que me lo dice y que me manda gente.
Gracias a Quique Campesino, que es buena persona y gran amigo y que tengo ganas de que venga por aquí y poder vernos más a menudo.
Gracias a Leticia Martín, que estuvo presente en todos los momentos importantes que recuerdo y que sabe que estaremos juntos mientras haya camino que seguir haciendo.
Gracias a Elías Prellezo, que una vez me pilló fumando y le terminé abrasando, que lee y que discute, y con el que estuve en un curso, mano a mano.
Gracias a Macu Gudín, que llegará el día que sea churrera y, mientras tanto, trata de leerme.
Gracias a Iñaki Acero, que debate conmigo en la calle, en público, en privado y al que tengo muchísimo cariño, de toda la vida.
Gracias a Eloína Barrio, que me dijo que no me preocupara y nunca he tenido que volver a hacerlo (y no se lo podré pagar nunca).
Gracias a Noelia González Tuñón, que muchos creen la madre de mis hijos, que la quieren como si lo fuera y que es una más de la familia.
Gracias a Raquel González Tuñón, que fuiste la novia de mis tres hijos y que los quieres como te queremos a ti.
Gracias a Pacita Tuñón, que eres su tercera abuela y que pasan casi más tiempo contigo que con nosotros.
Gracias a Marta Aguirre, que me lee y me saca de apuros y confío en ella.
Gracias a Cristina García, que no cree que me pueda olvidar de su nombre, pero sabe que nunca me olvido de ella.
Gracias a Ainhoa Díaz, que no sé si me lee, pero sé que lo intenta.
Gracias a Mada Reinoso, que es alegre y decidida y sabe que la recordamos con mucho cariño.
Gracias a Rebeca Rodríguez, que está empezando y ya ha tenido oportunidad de cumplir (por primera vez).
Gracias a Todas, que estuvisteis en mi casa y traté de que fuera la vuestra y os consideré siempre mi familia.
Gracias a Regina Prado, que me ha ayudado en muchas peleas y que me lee cuando puede, porque de tiempo no va sobrada.
Gracias a Lucía Álvarez, que haces que siempre se pueda contar contigo.
Gracias a Pilar Cases, que tuviste que hacer horas para contestar un artículo que te había gustado especialmente.
Gracias a María Marcos, que me ayudaste a enfocar un artículo que se me había atascado y que eres siempre tan cariñosa.
Gracias a María Llaneza, que te salvas por el día que naciste y porque me haces reír y porque compartí un vuelo contigo y porque sí.
Gracias a Lucía Muñoz, que, cuando tuviste que hacerlo, te animaste con lo que te venía encima con alegría de espíritu.
Gracias a Mati, que siempre tienes una sonrisa para mí, y para cualquiera que tengas cerca.
Gracias a Nuria Álvarez, que sé que me lee y sé que le gusta y (casi) recibiste un ramo mío.
Gracias a Inés Manso, que estuviste en el principio y a quien traté de enseñar todo lo que sabía.
Gracias a Enrique García, que va haciendo encajar las piezas y que es educado y agradecido.
Gracias a Pedro Zaldívar, que fuiste el primero en verlo y que, después, siempre fuiste atento y cariñoso conmigo.
Gracias a Enrique Llaneza, que me explicaste lo que tenía que hacer y me ayudaste a hacerlo.
Gracias a José Luis Cofiño, que tuviste la inspiración, gracias siempre, por hacer lo posible y lo imposible.
Gracias a Toni Blanco, que estuviste ahí para echarle una mano y has sido conmigo siempre tan amable.
Gracias a Miguel Valle, que supiste explicarme y atenderme y entenderme y servirme de apoyo cuando creí que me derrumbaba.
Gracias a Emilio Esteban, que me ayudó a comprender lo que entonces me parecía incomprensible y es atento con todos.
Gracias a José María Vieitez, que estaba presente cuando me derrumbé, y me ayudó a levantarme.
Gracias a Inmaculada Flórez, que vino a visitarme desde el primer día, a pesar de que yo confundía su nombre.
Gracias a Lucía Vior, que puso luz, donde era difícil alumbrar y la queremos y la respetamos porque pudo ver antes lo que nosotros queríamos ver primero.
Gracias a Dolores Barettino, que siempre fue atenta y considerada y que nos ayudó a superar lo que no parecía posible.
Gracias a Carmen Villar, que es amable, sonriente y que fue un gusto dejar que me metiera mano.
Gracias a Jesús González, que me dejó en manos de un equipo eficaz y me permitió entretenerme mientras leía.
Gracias a Pablo Pardo, que ha sido siempre amable y me mostró el trabajo de una amiga suya.
Gracias a José Luis Molins, que, pesar de las agravantes circunstancias que se concitan en su ritmo de trabajo ordinario, es capaz de facilitar las cosas y hacer que te sientas bien atendido.
Gracias a Covadonga Lueje, que me ayudó a superar un trance complicado y lo hizo buscando puntos de encuentro que, entonces, no aparecieron y, ahora, se fortalecen de continuo.
Gracias a Luis Olay Gayoso, que siempre ha sido cariñoso conmigo y que, a pesar de lo ocupado que está, tiene tiempo para mis cosas, y que se acercó a darme un agradecimiento expreso que supuso un impulso renovado para mí.
Gracias a Gema Rivero, que fue amable y atenta y paciente y me ayudó a que mi mensaje de agradecimiento llegara a todos.
Gracias a Marta Clemente, que estoy muy agradecido con ella y que ha demostrado conmigo que es (casi casi) tan atenta como su madre.
Gracias a Humberto Seco, que es atento y educado siempre y que, además de asaltarle cuando me lo encuentro, conseguí que se ofreciera a hacerme de chofer, lo que me llenó de orgullo.
Gracias a Juan Carlos Tejeda, que recuerdo en la que (según dijo) fue la situación más humillante de su vida, pero que, desde hace mucho, tiene sitio reservado permanente en nuestra casa, en nuestras vidas y en nuestros corazones.
Gracias a Toni, que es entretenido y cariñoso siempre y que, a menudo, conduce al pequeño y lo hace siempre con una sonrisa en la cara.
Gracias a Lucía Blanco-Moreno, que me hacía mantenerme en forma cuando por las mañanas echábamos carreras y que me encanta verla a ella y a sus dos princesas.
Gracias a Cristina, que pronto me puso a limpiar sillas, pero que es cariñosa y generosa y tiene una iniciativa que envidio.
Gracias a Aida Zuazua, que siempre fue cariñosa conmigo, que sé que me lee y me sigue.
Gracias a Lucía, que quiero mucho y también a su hermana, con la que tantas veces desayuné.
Gracias a Yolanda Gorgojo, que siempre habla conmigo y es cariñosa y amable.
Gracias a Emma López, que me gustaría haber hablado más con ella, pero que admiro por sobrellevar su pérdida como lo hace.
Gracias a EriKa, Yuria, Chus, que, por Momentos, asomaron su cabeza y se quedaron un tiempo.
Gracias a Santiago Mier, que siempre aceptas lo que te propongo con una sonrisa, ya sea llevarte a uno y darle de comer, o leer un texto de 12 páginas y comentarlo, o aparentar estar siempre disponible.
Gracias a Tona Herrero, que no puede ser más buena, ni más cariñosa y que tendrá siempre sitio en nuestras cenas y en nuestras vidas.
Gracias a Maite Céspedes, que es cariñosa y alegre y siempre me ha gustado coincidir con ella.
Gracias a Adolfo Garza, que charla conmigo, que es amable y tranquilo y que ayuda a que todo sea más fácil.
Gracias a Eva Acero, que es amiga de siempre y me gusta ver como nuestros hijos se van conociendo.
Gracias a Vanessa Muñoz, que superó con creces el camino complicado que tuvo que encontrarse y que es brillante y entretenida.
Gracias a Juan Manuel Rueda, que un día muy apacible me enseñó las posibilidades que todavía no he conseguido alcanzar pero que, mientras tanto, sé que mira para ver cómo avanzo.
Gracias a Albana Rom, que en su largo viaje apareció por primera vez en mi vida y por segunda en mis escritos.
Gracias a Ángel González, que fue mi estímulo para que me embarcara en un proyecto, vino como invitado y mantiene abierto un espacio en el que hace que todos nos sintamos a gusto.
Gracias a Nacho San Marcos, que, buscando restos, encuentra tesoros y a quien lié con motivo de una cita, y que demuestra, con sus agradecimientos, su enorme generosidad.
Gracias a Lola Casariego, que un día, con gran valentía, se puso el mundo por montera y ahora me encanta saber de las cosas que comparte y de sus éxitos.
Gracias a Berna Álvarez Barberó, que es mi amigo de siempre, que debería ver más a menudo, pero siempre tengo presente.
Gracias a Iciar Álvarez, que es simpática y graciosa y estuvo presente el día que casi necesitan darme oxígeno, y que, a veces, me asusta con esos mensajitos que ella ya conoce.
Gracias a Eloy Alonso, que siempre tiene gestos con los míos y me gusta encontrármelo con frecuencia en todos los saraos en los que participamos.
Gracias a Teté Secades, que es un aliciente continuo, y un ejemplo a seguir, y desborda cariño y entusiasmo y me encanta compartir cosas con ella.
Gracias a Manel Recio, que me hizo sentirme orgulloso de conocerle cuando tuve noticias de sus viajes por el mundo.
Gracias a Javier Pastor, que compartimos plato y cuchara y conversación y muchos planes con el paso de los años.
Gracias a Marián López-Cancio, que es buena y que despierta en mí muchos recuerdos de su padre y eso la engrandece (a mis ojos) más.
Gracias a Víctor Sainz, que es una persona dedicada y atenta a la mejora continua (propia y ajena) y que encontró acomodo para que pudieran encajar y siempre se lo agradeceremos.
Gracias a Luis Ángel Cué, que deja, para lo que a mi me gustaría, con cuentagotas, pensamientos inspirados que destila en comentarios que me hacen pararme a pensar.
Gracias a Leo Prado Vega, que siempre tiene el gesto amable y, ahora que es padre, ha tenido a la fuerza que crecer para ser, todavía más, mejor persona.
Gracias a David Díaz Cosme, que supo aguantar cuando las cosas estaban feas y es una persona digna de encomio.
Gracias a Antonio Rodríguez (Rodri), que en un año intenso de compartir experiencias, contribuyó a forjarme.
Gracias a Maite Queipo, que es mi socia y comparte conmigo la preocupación de ver y saber, sin poder intervenir.
Gracias a Orestes Gayol, que me enorgullece trabar con él lazos que ya había iniciado con mi padre y que es ejemplo de entusiasmo y cariño desatado.
Gracias a Marga Polledo, que compartimos problemas, aunque no soluciones, y que fue amiga y lo seguirá siendo.
Gracias a Maite Busta, que me confesó que, antes, hace mucho, cambiaba de acera al verme, pero sé que, ahora, iremos siempre andando por la misma.
Gracias a Alberto Rayón, que fue mi amigo hace muchos años y que ahora me escribe correos emocionantes para un reencuentro que espero próximo.
Gracias a Benito Gallego, que me enseñó a mí y ahora enseña a mis hijos y se preocupa, más que yo, por mi futuro.
Gracias a Pepe Álvarez, que cometió, por mi culpa, un olvido que nunca había tenido y que nos ayudó a encontrarnos.
Gracias a Jesús Sanz, que siempre tiene palabras atentas, en privado, para mí y, en público, para mis hijos.
Gracias a Carlos Osoro, que cuando era nuestro vecino se paraba siempre a hablar con nosotros y a tirar un penalty.
Gracias a Ángel Rodríguez, que nos enseñó dónde está nuestra casa.
Gracias a Toño Gómez Haces, que nos hace reír siempre y que tiene una profundidad que agradecemos.
Gracias a Manuel González, que siempre que le veo, me saluda y me para y me dedica unas palabras y es todo amor y entrega.
Gracias a José Carlos Seijo, que es todo corazón y que le encontramos un hijo que él no sabía que tenía.
Gracias a Javier Aparicio, que es un ejemplo de amor y de entrega y de sacrificio.
Gracias a José Luis, que costó que nos encontráramos, pero que ya sabemos, ambos, el camino.
Gracias a Pablo Bartolomé, que comimos con él y me ayudó a afrontar un reto complicado.
Gracias a José Ramón Garcés, que compartió tiempo con mis hijos y ahora ha lavado la cara, por fuera y por dentro, y es siempre amable con nosotros.
Gracias a Fran, que nos lo enseñó todo y, a ellos, los llevó cerca del cielo.
Gracias a Dely Carrillo, que, claro, me dio lo más importante, a pesar de que, a veces, parece que me olvido.
Gracias a Luisma Murias, que me lo encuentro en muchos sitios y que ha sido siempre cariñoso conmigo y los míos, y me sirvió de inspiración para ser combativo.
Gracias a Mara García, que fue amiga cuando la necesitamos y que echo en falta que coincidamos más (a menudo).
Gracias a Naomi Kawasaki, que es amiga y a la que apreciamos y admiramos y que nos gusta que los nuestros (y nosotros) sigamos manteniendo el contacto.
Gracias a Manuel de los Mozos, que es entretenido y brillante y, después de haber estado entregándose, le pedí que me ayudara a superar un trance que luego resultó divertido.
Gracias a EMI, que es un crack, que me lo paso en grande con él y que, con ese nombre, es normal que le guste grabar música (propia y ajena).
Gracias a José Miranda, que es buena persona y activo y profundamente agradecido, lo que engrandece su dimensión personal.
Gracias a Ramón Vilalta, que es amigo, compañero de experiencias y de profesión, tertuliano ameno y ponente brillante y siempre tiene tiempo para darme una orientación adecuada.
Gracias a Alfonso Argüelles, que quiero mucho, tanto como a sus padres.
Gracias a Francisco Argüelles, que cuando lo encontré, después de muchos años, lo reconocí por tenerlo en mi cuarto.
Gracias a Laidi Reyero, que he vuelto a encontrar y que me gusta saber de ella.
Gracias a Nacho Rayón, que me manda cosas y, cuando nos encontramos, siempre consigue que me sienta más joven.
Gracias a Nano Cañas, que apareció en mi vida, siempre inesperado, siempre con ideas y proyectos estimulantes y, tras muchos años, compruebas que, si es verdad que lo importante está dentro, los años no alejan a las personas, sino que matizan sus caracteres, lo que nos hace menos iguales, pero más matizados. O algo así.
Gracias a Silvia Secades, que, cuando tuvo que hacerlo, se volcó y es una muestra de enorme humanidad, día a día, todos los días.
Gracias a Pablo Teijelo, que recuerdo cuando, después de muchos años, se sorprendió por verme con muchos y (no todos) eran míos, y después mantenemos una relación a distancia que quiero tratar de profundizar más.
Gracias a Mónica Mezquita, que es agitadora privada y amiga pública, efervescente en esfuerzos, pero animada y sugerente, aunque debería ser más promiscua en afectos y que tuvo la genial ocurrencia de proclamar a los cuatro vientos que fue ella quien acabó con el último de su especie.
Gracias a María Viyella, que descubrimos que había retratado a nuestro hijo y, claro, nos llenó de orgullo y tuvimos que llevárnoslo a casa.
Gracias a Cristina Leiva, que, después de que le costara, puede seguir el rastro (a su ritmo) y, desde que la conozco y me escuchó explayarme en un parque, mantiene conmigo estimulantes conversaciones.
Gracias a Anina, que me atiende bien y me anima a charlar y siempre tiene un taburete pendiente para dejarme.
Gracias a Alfonso Hevia, que un día coincidimos con las familias y me pareció que le sorprendía, y me gustó hacerlo.
Gracias a Luis Solís, que tiene tiempo para dedicarme unos piropos que me emocionan, por sentidos y por venir de quien vienen.
Gracias a Asun Romo, que me aceptó y me acepta, y me quiere a pesar de como soy y se emociona cuando recuerda por las cosas que escribo.
Gracias a Luisa Navia-Osorio, que la quiero desde hace mucho y que es una persona profunda e interesante.
Gracias a Montse Murias, que tiene fuerza y empuje y ganas y lo transmite con mucho entusiasmo.
Gracias a Lydia Castrosín, que es para mí un ejemplo de entrega y sacrificio y consigue que ella esté tranquila y relajada.
Gracias a Edu (Chispi), que aguantó durante un año al segundo y se convirtieron en amigos.
Gracias a Covadonga Landín, que siempre tiene un gesto amable y cariñoso en lo importante, aunque se pierda en los detalles pequeños, que tanto me hacen reír.
Gracias a Mercedes Migoya, que nos abrió la puerta de su casa y nosotros le abrimos la nuestra.
Gracias a Toño, que le planteé un plan incómodo, pero me hizo sentirme acogido aceptando subir cuando ya se había puesto cómodo.
Gracias a Pablo Antuña, que un día me puso la sonrisa en la cara y me llenó por dentro cuando me dijo que le gustaba lo que leía.
Gracias a Ignacio Álvarez, que, después de años de conocernos y habernos reído en muchos sitios, consigue que lo repitamos cada vez que voy a su casa y lo abordo.
Gracias a Marina, que siempre ha sido amable y cariñosa conmigo y, una vez, en la calle, habló conmigo sin saber que yo no sabía que ella sabía y por qué sabía.
Gracias a Ana Manso, que compartimos ratos en el jardín de su casa y una cena para afrontar un día complejo.
Gracias a Marcelino Serrano, que es gracioso y cariñoso y amable y, para escándalo de algunos, nos besamos cuando nos vemos.
Gracias a José María Castaño, que quiero muchísimo (y él lo sabe), que hablamos con toda franqueza y que sé que su casa es la mía y la mía la de él y que espero seguir pasando muchos días de risas y comidas (no necesariamente en ese orden).
Gracias a Alfonso Delgado, que me lee y me sigue, y me gusta saberlo.
Gracias a Luis Granero, que está pendiente de todo, y que me gusta charlar con él y sé que él lo sabe.
Gracias a Borja Solís, que volví a coincidir pasados muchos años y da gusto saber de sus actividades.
Gracias a Margarita Coro, que siempre es atenta y cariñosa y amable y divertida.
Gracias a Mónica Dixon, que es viajera y serena, que es poesía y es luz, que es aire y sensación, que consigue estar quieta mientras se está moviendo y me anima a defender lo interesante de lo fluido y lo inquieto.
Gracias a Nacho Jardón, que consiguió llenarme de orgullo cuando, sabiendo sus limitaciones de tiempo, me calificó como lo hizo.
Gracias a Amaya Domínguez, que me río con ella cuando nos cruzamos, pero que nunca estaremos cruzados.
Gracias a José Vila, que siempre tiene temas para hacer reír y que se ocupa de la parrilla, y de los niños, como nadie.
Gracias a Covadonga Secades, que quiero con locura desde que me hacía hablar en ruso o dejaba que me sometieran a interrogatorios y que tiene tres soles que nos dejan el mismo grato recuerdo.
Gracias a Marina Álvarez, que tuvo una iniciativa loable y que espero sea capaz de renovarla y ampliarla pronto.
Gracias a David Pérez Vega, que compartimos aficiones y amistad y que es un estímulo personal para hacer mejor las cosas.
Gracias a Marisa Colom, que me da ánimos siempre que la veo, por oírle y escucharle y saber de su proyecto de vida y que me dio el impulso para que terminara escribiendo el artículo dedicado DDD.
Gracias a Ana Gallego, que es amiga de siempre, y es prima, y tiene una energía que contagia.
Gracias a Coque González del Valle, que es amigo de situaciones que, aunque me avergonzaran en público, que no, me hacen reír hasta el delirio en privado y que siempre consigue ponerme cerca del límite de mi resistencia.
Gracias a Rafa García, que encajó tres gorrazos y es mi amigo.
Gracias a Alfredo De La Mata, que encajó dos gorrazos y es mi amigo.
Gracias a Miguel Ángel Blanco, que encajo un gorrazo y es mi amigo.
Gracias a Marisa, que es una señora y por eso me quito el sombrero ante ella.
Gracias a Celia Argüelles, que es muy cariñosa y, un día en León, puso dos platos más para nosotros.
Gracias a Vicente Ballina, que es bueno y cariñoso y grande y me hace reír como un loco.
Gracias a Macky Menéndez, que se ocupó de dejar un sitio reservado y siempre ha sido respetuoso y educado.
Gracias a Esther González, que aguanta y da trabajo a los míos y siempre tiene una sonrisa para todos.
Gracias a Laura González, que es amable y cariñosa, y cuando toca, trabaja la que más.
Gracias a Todos los hermanos, que ayudan a cumplir la que fue la ilusión del primero y ahora lo es de todos.
Gracias a Luis Vigil, que regaló mis oídos (y los de mis hijos) y lo hizo con sensibilidad y cariño.
Gracias a Caco Seisdedos, que me anima y me lee y me pregunta cómo lo hago y a la que apreció desde que éramos (más) jóvenes.
Gracias a Toñi Álvarez, que recogió un testigo que lleva con acierto y entrega.
Gracias a María Lavilla, que me invita a cantar en sidrerías, aunque sé que sabe que ni canto ni bebo sidra, pero me hace gracia y se lo agradezco.
Gracias a Geni Seisdedos, que es especialmente cariñosa siempre, conmigo y los míos y me gustaría tener más tiempo para charlar sobre cómo es esto de crecer.
Gracias a Eugenia Martínez, que es merecedora de toda mi confianza.
Gracias a Juan Vázquez, que sé que me lee (de los primeros) y que me encanta debatir con él los viernes cuando coincidimos y que respeto muchísimo y me anima siempre que comenta.
Gracias a José Manuel Llaneza, que me atiende siempre, a pesar de sus apreturas, pero que gracias a esa extraña obsesión por seguir el libro, me hace posible adaptar mejor mis soluciones a las exigencias existentes.
Gracias a Alián Tuñón, que tiene una energía ejemplar y una gran entrega y siempre tiene una sonrisa puesta.
Gracias a Venán Martínez, que está lleno de cariño y de humanidad y, esté donde esté, deja a todos huella por su profundidad y sensibilidad.
Gracias a Isabel García Peromingo, que siempre ha sido amable y cariñosa y a la que tengo en gran estima.
Gracias a Covadonga Herrero, que, aunque siempre discutamos, le tengo un cariño muy especial, por sus hijos, por su marido, por sus hermanos, por sus padres, pero, sobre todo, por ella misma.
Gracias a Salvador Sostres, que, cuando empezaba, me dedicó unas palabras de aliento que me llenaron de ilusión.
Gracias a Toni Pérez, que es un crack y un ejemplo y pone el listón, esté donde esté, más alto de lo que nadie podía imaginar.
Gracias a Lisardo Fernández, que es siempre cariñoso y amable y comprensivo.
Gracias a Víctor Leiva, que es amigo de confianza y que, hace años, le tuve que pedir que cuidara cuando yo no estaba y así me pude quedar tranquilo.
Gracias a Richard Houghton, que gracias a su momento de inspiración, puedo, ahora, darle personalmente las gracias.
Gracias a Mario Seisdedos, que es gracioso y salado y que me mantiene informado de las grandes novedades del fútbol, incluidas las pequeñeces locales.
Gracias a Félix, que me cuidó siempre y me besa con esa barba que gasta y que raspa.
Gracias a Beatriz Navarro, que dejó que ejerciera de Papi y me permitió estrechar vínculos.
Gracias a Idoya Unzueta, que es activa e interesante y que dejó huella en mí cuando todavía no era demasiado tarde.
Gracias a Nacho Menzinguer, que ya casi no coincidimos de marcha, pero sí de velocidad y de orientación y os recuerdo con mucho agrado.
Gracias a Luis Blanco, que recibió a dos de los nuestros y a quien le entregaremos el tercero, porque los quiere y los acoge como le queremos a él.
Gracias a Manuel Enríquez, que los conoce y los quiere y los orienta.
Gracias a Luisfer, que, siempre, siempre, siempre ha tenido tiempo y cariño para nosotros.
Gracias a Juan Carlos Calzón, que, desde que se quedó una ve a solas, inesperadamente, con el mayor en un viaje en bus, se hizo merecedor de nuestro cariño y confianza.
Gracias a Manuel De La Roza, que enseña, practicándolo de forma continua, que la memoria y el agradecimiento son gratificantes empleados con sabiduría.
Gracias a Ángel Gallo, que es atento y amable y dirige con tacto lo que es más delicado.
Gracias a Luis Alberca, que sugirió temas para profundizar y que está siempre atento a encontrar soluciones.
Gracias a Fernando Alberca, que dirigió con maestría y es ahora, a distancia, fuente de inspiración permanente.
Gracias a Nacho Blanco, que es, sin duda, inasequible al desaliento, organizador consumado y estímulo continuo para cualquiera que quiera ver y escuchar.
Gracias a Carmelo Fernández, que desarrolla el afán interior de la búsqueda de la independencia y muestra, con acierto, que la lectura (y la escritura) es un buen camino.
Gracias a Rubén Aristayeta, que transmite entusiasmo y que da gusto ver las ganas que tiene de hacer (bien) lo mucho que emprende.
Gracias a José Manuel Megido, que es hombre recto y cabal y que intenta, con esfuerzo, transmitir esas cualidades, lo que le hace merecedor de mi respeto y admiración.
Gracias a Fernando Bárcena, que resolvió con aplomo y rapidez las circunstancias que puntualmente le planteé.
Gracias a Martín Valiente, que me permitió en una charla recordar mi pasado y descubrir cómo ahora las cosas son muy diferentes y, desde entonces, siempre me recuerda su interés.
Gracias a Carmen De La Rosa, que es un torrente de energía y dedicación a una causa justa y que transmite estímulo a todo el que pase cerca. Un notabílisimo ejemplo.
Gracias a Miguel Juesas, que hace mucho que lo tengo perdido y dudo si llego o no, pero que recuerdo aquellas provechosas charlas de hace ya mucho tiempo.
Gracias a Marta Casavieja, que me gustó coincidir en número y en sexos y eso lo hacía notablemente más divertido.
Gracias a Jorge Rodríguez, que organiza con encomiable entusiasmo debates de altura intelectual y profundidad espiritual.
Gracias a Francisco Silvela, que, desde que coincidimos en una fiesta, respeto y aprecio muchísimo y que tenemos una cita familiar que debemos cumplir pronto.
Gracias a Domi Pache, que compartió tiempo en realizar tareas y me enseñó el camino de los que lo hacían mejor y que sé que me sigue con interés.
Gracias a Pancho Alonso, que es un activista virtual y que siempre encuentra y comparte cosas de interés.
Gracias a Belén Luzuriaga, que siempre es cariñosa y reparte comentarios favorables que siempre recibo con agrado.
Gracias a Gloria González-Cela, que dejó huella (y su familia también) entre nosotros y que me gusta pensar que leyendo, mantiene el contacto.
Gracias a Rosana Victorero, que me gusta seguir las pistas que va dejando y que espero volver a ver pronto en el reencuentro.
Gracias a Pipo Secades, que está nervioso por el cambio de estado y me acaba de hacer un regalo del que estoy profundamente orgulloso.
Gracias a Carlos Luengos, que, sabiendo lo atareado que anda, siempre tiene tiempo para pararse a charlar y lo hace con clase y cariño.
Gracias a Eva Barbeito, que me gusta que coincidamos, aunque sea poco, pero me hace sentir escuchado y relajado.
Gracias a Francisco García Pérez, que escribe unos artículos que me hacen disfrutar de lo lindo y que, desde lo virtual, es educado y correspondido, lo que profundamente agradezco.
Gracias a Miguel Navajas, que fue amable siempre, incluso cuando (casi no) nos conocíamos y cariñoso desde que empezamos a conocernos.
Gracias a Marcelino Cuesta, que es ejemplo de renovación permanente y que siempre tiene tiempo para dedicarme cuando nos encontramos al paso.
Gracias a Reyes Valdés, que compartimos mucho tiempo de espera y, ahora, siempre nos hace la espera más agradable con su cariño.
Gracias a Roger Molina, que fue comprensivo con el segundo, cuando tuvo un momento difícil, y conseguimos, entre ambos, encauzarle de nuevo.
Gracias a Toñi Sevilla, que es buena y cariñosa y gran amiga y que hemos compartido (y más que nos quedan) años de vida y de experiencias.
Gracias a Sofía López-Cancio, que es una aventurera y que quiero oír escuchar, con orgullo de tío, el relato de todas sus aventuras.
Gracias a Rafa Fano, que me visitó cuando necesitaba compañía y afecto y me ofreció ambas cosas con generosidad.
Gracias a Pedro Ferrer, que me sigue por triplicado y que provocó que cometiera una confusión muy graciosa.
Gracias a Miguel Toyos, que hizo que me riera mucho con su ocurrencia del año sabático y que transmite su inteligencia y su imaginación brillante.
Gracias a Loli Gómez Morán, que encontré de casualidad un día, después de muchos años, y que me hace gran ilusión seguir en contacto.
Gracias a Covadonga Díaz, que después de todos los años que nos conocemos, siempre ha tenido una sonrisa dispuesta y muestra una sorprendente actividad frenética que espero no cese nunca.
Gracias a María Rosa Mullor, que nos abrió las puertas de su casa y tuvo una generosidad enorme y que me alegré de saber que, leyendo, iba mejorando.
Gracias a Marta Frechilla, que fue amable y atenta cuando tuvo que tratarme y por eso le seguí la pista y me gustó saber cómo se había liado para ir a vivir al campo (y permanecer con ganas de querer contarlo de forma amena).
Gracias a Belén Nicolás, que es inteligente, interesante y me gusta seguir su actividad.
Gracias a JOMA, que reencontré pasados muchos años y, con cara y situación nueva ambos, me ayuda en mi desarrollo y me ofrece estímulo y aliento.
Gracias a Carlos Secades, que es bueno a conciencia, que trabaja y cuida a su familia y ha recibido, precipitadamente, una carga que sería mejor si pudiera resolverla acompañado.
Gracias a Miguel Teijelo, que es amigo de años y una vez, al encontrarlo en un club, nos permitió que todos nos riéramos, y ahora le sigo la pista y creo que él a mí también.
Gracias a Pepa Angulo, que siempre nos dedica tiempo y es especialmente cariñosa y tiene cerca a un mago que nos tiene a todos asombrados e ilusionados.
Gracias a Próspero Morán, que es activista de siempre y visionario, y deja rastros que es interesante seguir.
Gracias a Martín Escandón, que va siempre a carreras, con el que no pude aprender a tiempo y con el que sigo esperando la oportunidad de compartir experiencias.
Gracias a Pedro Bustamante, que viaja, pero que vuelve siempre y que hace que nos juntemos muchos para compartir momentos importantes.
Gracias a Charo Morant, que tiene una sonrisa permanente y una hija que es un sol y, tanta paciencia, que seguro ya me ha perdonado que un día me pusiera a ladrarle en la calle.
Gracias a Maite Elósegui, que es cariñosa y simpática, y me manda gente, y me ofrece una terraza desde la que trabajar, y que tenemos que sacar tiempo para ese día tantas veces planeado.
Gracias a Cova López-Cancio, que es un cielo y que quiero seguir viendo y, durante años, fue la campeona mundial de confianza ciega.
Gracias a Paco Secades, que es un buenazo y, cuando se acordó de los niños, me hizo reír y recordar sesiones con mi padre y nuestro tío.
Gracias a José Oso, que me lanza cebos siempre jugosos que soy incapaz de dejar de probar y que es un ejemplo continuo.
Gracias a Antonio Aguado, que desarrolló en mí, y en muchos otros, el hábito de empezar libretas con su nombre y, con el tiempo, las fuimos convirtiendo en propias.
Gracias a José Muñiz, que llegó tarde para que me pudiera ser asignado y aprender de él, pero he podido tener el gusto de tener, en su momento, conversaciones maduras sobre las inquietudes que compartimos.
Gracias a Gonzalo López-Cancio, que no para y que da gusto verle, creciendo y siendo centro de interés para los que le siguen, lo que le convertirá (si no lo es ya) en un epicentro.
Gracias a Eduardo Ruibal, que es intermitente en nuestros encuentros, pero que es ingenioso y comprometido y me gusta encontrármelo.
Gracias a Pedro Rey, que coordina un proyecto basado en la colaboración, lo que se nota en sus resultados.
Gracias a Dimas García, que demuestra que se puede crecer y seguir siendo cariñoso, madurar y seguir siendo simpático y que, si no te ríes y quieres a los que te importan, lo demás no vale para nada.
Gracias a Juanjo Núñez, que aprecio desde hace muchos años y, ahora que nuestros recorridos se vuelven a cruzar, me da gusto verle y saber cómo crece (en altura y en profundidad).
Gracias a Regina Buitrago, que fue siempre amable y cariñosa conmigo y me permitió crecer y ahora ve como los que crecen son los míos.
Gracias a Vicente Llaneza, que es hombre de iniciativas y que muestra caminos a seguir que resultan llenos de interés y recompensas.
Gracias a Xosé Bermeyu, que tiene una conversación amena y enriquecedora y que hace tiempo me regaló elogios que me llenaron de orgullo.
Gracias a Ramón Mendive, que es buena persona y tranquilo y sensato y, cuando nos juntamos con la chiquillada, permite mantener conversaciones maduras.
Gracias a Pelayo González Secades, que está a punto de asomar la cabeza y le echa ganas y que tiene una invitación permanente para llegar donde otros no pueden.
Gracias a Ángel, que permitió que dos de los míos llegaran cerca del cielo y, al segundo, aprender, dónde pocos pueden, de un gran maestro.
Gracias a Quico Álvarez, que me hizo reír en momentos complicados y le tengo mucho cariño y deberíamos coincidir más.
Gracias a Covadonga Pastor, que tiene unos hijos monísimos, un marido tremendo y paciencia para aguantarlos a todos.
Gracias a Carmen Junceda, que es, y siempre ha sido, cariñosa y atenta y amable y le tengo en gran estima.
Gracias a Javier (Romas), que es cariñoso y buen profesional y un día que vino a enseñar a su hija, me desnudé y le hice pasar por un aprieto.
Gracias a Fernando Gárate, que es cariñoso siempre y me visitó cuando necesitaba compañía (y cariño).
Gracias a Belén López-Cancio, que cada vez me recuerda más a su tía y por eso, y porque es un encanto, me divierto tanto con ella.
Gracias a José Luis Arrieta, que, en muchos sitios diferentes, siempre ha tenido tiempo para mí y para ayudarme a resolver problemas.
Gracias a Santiago González-Alverú, que es detallista y cariñoso y amable y me hizo sentir orgulloso de verle y de poder decir (yo) quién era (él).
Gracias a Emilia Meier, que coincidimos brevemente, pero que deja huella por su profundidad.
Gracias a Antonio Del Busto, que me hizo una tremenda ilusión recuperar su pista después de tantos años y al que debo una visita para desayunar como reyes.
Gracias a Silvia Hagobian¸ que ha sido siempre amable y que, siguiéndonos la pista, me ha permitido compartir experiencias con su familia.
Gracias a César Molina, que es cariñoso y amable y se ofreció a ayudarnos y me gusta siempre encontrármelo en actividades comunes.
Gracias a Luis Olay Pichel, que es paciente y amable y me ayudó a orientar asuntos delicados.
Gracias a Rubén Muñoz, que aprecio mucho, desde que le conozco, que ha entendido a quien debía y que me dedicó un piropo verdaderamente emocionante que recordaré siempre.
Gracias a Fátima Busta, que es cariñosa y paciente, sobre todo cuando consigo revolucionarlos a todos.
Gracias a Judith de la Fuente, que lo tiene todo a punto, incluyendo ese asiento para quien lo necesita.
Gracias a Fran Martínez, que está siempre sonriente, por fuera y por dentro, y que da gusto saludarle siempre.
Gracias a Marta Bohórquez, que lo hace que da gusto verla y que parece que lo tiene siempre todo controlado.
Gracias a Fran Palacio, que está atenta a todo y a todos, lo que hace siempre con muestras de agrado.
Gracias a María Fuego, que es atenta y amable y ahora sabe lo difícil que es.
Gracias a Marta Jáudenes, que transmite entusiasmo y eso hace que le tengamos todos profunda estima.
Gracias a Yolanda García, que es buena y cariñosa y lleva con ánimo el trance que compartimos.
Gracias a Fernando Serrano, que es activo en múltiples iniciativas y me enseñó el camino para llegar a un remanso de libertad.
Gracias a Vanesa Fernández, que sé que se pelea por nosotros y me gusta saber que me sigue.
Gracias a Rosa Cué, que he visto crecer y ahora me llena de orgullo verla al paso.
Gracias a Beatriz López-Cancio, que es cariñosa y sensible y se enfada conmigo porque la saco de quicio, pero va cuidando a los míos por ciudades y continentes.
Gracias a Cati Plaza, que, después de pasar tiempo y dificultades, fue cariñosa y emotiva al encontrarnos mientras los nuestros quedaban con la boca abierta.
Gracias a Tuni, que es buena persona y que conozco de hace años y siempre tiene propuestas interesantes, con una actividad que no cesa.
Gracias a Rubén Sánchez, que me encanta saludar cuando coincidimos y a quien tengo un profundo cariño y respeto.
Gracias a Javier Valdés, que tiene un hijo al que quiero (casi) como si fuera mío y que me hace reír (como lo hace) gracias a que en realidad no lo es.
Gracias a Carmen Sariego, que he vuelto a encontrar de nuevo y que hace que sepa que no importa los años que pasen porque hay gente que será siempre interesante.
Gracias a Conchita Santirso, que es una entregada activista a la defensa de sus ideas y eso merecerá mi reconocimiento siempre.
Gracias a Fernando Menéndez, que, desde la distancia, resuelve todos los problemas y muestra su atención y cariño.
Gracias a Lourdes, que es agradecida con nosotros y no sé si nosotros con ella como deberíamos, pero que me gusta coincidir con ella.
Gracias a Fernando Villabella, que un día me ayudó a resolver un asunto delicado y que, desde entonces, le aprecio personal y profesionalmente.
Gracias a Iván Gayoso, que es atento y siempre se para y hace que todos nos miren (lo que me gusta mucho, y a mis hijos también) y fue tan amable de decir que lo había recuperado para la lectura.
Gracias a Javier Noval, que agradezco por haberle enredado y por confiar en mí y al que deseo que el tiempo amanse el agua revuelta.
Gracias a Sergio Sánchez, que es buena persona y entiende bien su tarea, aunque haya veces que parece que pierda la cabeza.
Gracias a Toño, que tiene unos planes increíbles y, en la tertulia, nos los cuenta y nos deja divertidos y admirados.
Gracias a Cecilia González Secades, que viaja y juega y estudia y vive y nunca he tenido la posibilidad de ver como me hubiera gustado.
Gracias a Ramón Novo, que siempre ejercerá el cargo para el que fue elegido y que hacía que, cuando estaba petado, todos se dieran la vuelta para verle con asombro.
Gracias a Jesús Gutiérrez, que tiene todo mi aprecio y que consigue entretenerme y divertirme cada vez que coincidimos con su encomiable actitud.
Gracias a Javi Suárez, que estuve a punto de liar una vez y que, desde que lo líe la segunda, me gusta imaginármelo en mitad del lío.
Gracias a Santos Menéndez, que hizo que nos riéramos juntos cuando era lo único útil que entonces podíamos hacer.
Gracias a Vanesa González, que un día, en una parrillada en un sitio excepcional, nos hizo reír a lo grande.
Gracias a Chus Sanesteban, que desapareció tan inesperadamente como apareció, pero, por el camino, me sirvió de aliciente para realizar un gran remate.
Gracias a los que olvido aquí, aunque os tenga a todos presentes.


Y gracias también a todos esos proyectos que he ido encontrando en este viaje continuo que es la navegación virtual. Presentan temáticas y aproximaciones diversas, lo que les confiere interés de forma singular y como agregación. Son (algunas) de las cosas que me llenan de inspiración y aliento.

625 ranas / Acciones contra los mitos del autismo / Al alba / AMC Café Racer España / Anatomía de la edición / Antinomias libro / Apuntes en sucio / Arquetipo’s / Atisbos / Bar Deportes / Bañeras en el cine / Bitácora para Nicómacos / Blog Canei / BlogOff / Bolmangani / Boulé / Bulevares periféricos / Carne cruda / Ciclismo 2005 / Claqueta / Común sin sentido / Comunicación audiovisual / Consultoría Artesana en Red / Contrapuntos / Culturamas / Culturamas Ocio / Desde la ciudad sin cines / Doctor Zito / Ecolaboratorio / Economía saludable / El arquero / El arte de presentar / El blog de Enrique Dans / El blog de Loretahur / El blog de Regina Buitrago / El blog que te hará pensar / El comidista / El correo del Zar / El descodificador / El efecto Pigmalión / El espantapájaros blog rural / El ojo fisgón / El palomero / El salto del ángel / El show de Juanelo / El último mono / El ojo crítico / Escolar.net / Estrategia digital / Guantánamo / Guerra eterna / Haciendo el pino / Hermano cerdo / Hikikimori / HispaLibertas / Hockey Asturias / I love bicis / Il gatopardo / Improsofía / Javi, mi niño / Joaquín Sevilla Moróder / Jot Down / Kid A / Koult / Kurioso / La brújula verde / La buena prensa / La ciencia es bella / La cocina de vida&artes / La Doctora Shora / La fiera literaria / La lengua salvada / La mala de la película / La medicina de Tongoy / La página definitiva / La ruta norteamericana / La silenciosa conquista china / La web de Fernando Botella / La cara oculta del rock / Lector mal-herido Inc. / Lector-e / Lee más libros / Libro de Notas / Libros de management / Libros y bitios / Lo deploro / Loca novelife / Loca Academia de Vaders / Madrid tiene miga / Magonia / Mal día para dejar de fumar / Manel Fontdevila - Impepinable / Metamorfosis / Mi mesa cojea / Momentos / Muro de sonido / Más allá de los RRHH / Nimias cosas mínimas / No funciona / No me des la vara / Nuevo viernes – Nuevo libro / Número cero / Obamaworld / OppenBlog / Óptima infinito / Papeles perdidos / Parando en Villalpando / Patologías urbanas / Patrulla de salvación / Pensar por libre / Periodismo independiente / Periodistas 21 / Pixel fugaz / Pixel y Dixel / Planeta Manrique / Plataforma padres de alumnos con TEA de Asturias / Publicidad y cine con valores / Quinta temporada / Recuerdos de Pandora / Revista Mongolia / SaberCurioso / Sentado frente al mundo / Symbiosi / Simetrías / Sin tinta / Solo de libros / Soviet magazine / Suelto. Inspiración para el cambio / Territorio Boyero / The american way of life / The big picture / The Zurdman zone / ThinkWasabi / Tormenta de ideas / Trending topics / Tócala otra vez, Sam / Un cafelito a las 11 / Un respeto a las canas / Una docena de... / Vano oficio / Veba volant, scripta manent / Viajero furtivo / Voley Murcia / Yoriento / Yorokobu / Zona crítica /


Y gracias, por descontado, a ella. Me dio las tres razones más importantes.
Pero antes de eso, quiso compartirlo todo conmigo, sin saber lo que iba a venir.
Y lo cumplió.
Con entereza, la mayoría de las veces. Con dificultad, otras. Con amor, siempre.

82 comentarios:

  1. Eres un crack.
    Si no existiera gente como tú habría que inventarla.

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  2. Gracias a tí Alberto, los unos sin lo otros no seríamos nadie y tú eres de esas personas que SI merecen la pena tenerlas cerca. Un muy fuerte abrazo.
    Francisco Carriles

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  3. Enhorabuena. ¡Buen trabajo!. Un abrazo. Eduardo P. Ríu

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    1. Muchas gracias, Lali, que asististe impertérrito a la transformación que me permitía el hecho de que yo era el único que estaba solo y ella no podía llevarme la contraria.

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  4. Gracias a ti Alberto. Yo soy de las que te lee en cuanto me llega el link y me ayudas a desconectar de mi rutina. Te sigo desde hace menos de un mes pero me encanta formar parte de este blog y espero que sigas escribiendo muchos años. Los que, por "deformación profesional", somos quisquillosos con las faltas de ortografía y estilo apreciamos muchísimo encontrar gente que escribe tan bien. Es un placer leerte, por lo que escribes y por cómo lo escribes. Un beso.

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  5. Alberto, no sabes la envidia que me das...

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  6. Y muchas gracias a tí, por romperte la cabeza a diario, por expresar ideas que nos pasan a muchos por la cabeza (y muchas veces las callamos por miedo a que nos llamen colgaos), y por el esfuerzo que supone mantener esto....¿Cuándo lo vas a estructurar par hacer de esto un/os libro/s?

    Aprovecho esta ventana para recordar hoy a Donna Summer. Hot stuff.

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    1. Muchas gracias, Iñaki.

      En cuanto a tu pregunta, deberíamos hacerla a alguna editorial avis(p)ada.

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  7. Gracias a tí Alberto, y como Chema y yo somos de la misma condición, también me sumo a su envidia.

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  8. VANESA GONZALEZ SANCHEZ18 de mayo de 2012, 10:59

    Y QUE CUMPLAS MUCHOS MAAASSSS¡¡¡¡¡¡ JEJEJEJE

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  9. Gracias a ti Alberto. Eres lo mejor que me ha pasado, y hemos crecido tanto juntos, que ya no me imagino seguir como Yo, solo entiendo NOSOTROS. (incluso cuando me apetecería matarate, jejeje)
    Un gran gran beso.

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  10. ¡¡¡Feliz cumpleaños al blog.!!!
    Enhorabuena a ti Alberto, ere un crack, lo mismo nos deleitas con una breve pero sustanciosa entrada, como nos tienes dos días intentando terminar de leer una entrada, que por lo denso, lo complejo, el trabajo de recopilación de videos...no soy capaz de asimilar de un tirón.
    Gracias por todo, por estar ahi.
    Un fuerte abrazo.
    Ah, y no se te ocurra dejarnos.

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  11. eres increíble, tío. Cada día me sorprendes más. gracias a ti, sin duda.

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  12. ¡ IMPRESIONANTE !
    Gracias,Alberto

    MATI

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  13. Qué decir que ya no esté, ni escrito, ni pensado, ni en la memoria, ni por decir....
    Querido Alberto: estos 365 días (un año normal, no bisiesto, je, je)has elevado todo nuestro mundo a una sensación más que grata, donde la autoestima, el aprecio, el dolor, el sufrimiento, la alegria, la felicidad, el sentido más profundo de uno mismo: sentirse persona, poder decir, manifestar, luchar, enamorar, compartir y, lo más importante, poder manifestar que aunque las cosas vayan mal hay una luz (en tu caso un foco halógeno de 2000 w) en la que siempre,siempre nos podremos cobijar. Ese eres tú.
    Muuuuuuuuuuuuuuuuuccccchhhhhhhaaaaaaaaaaaaasssssssssssssss
    Feeeeeeeeeeeeeeeeelllllllllliiiiiiiiiicccccciiiiiiidddddaaaaddddddeeeeeeeeeesssssss por este proyecto que cumple un año

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  14. Gracias a ti, de todo corazón.
    Un abrazo,
    Amaya

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  15. Que pedachoooo de memorión. Para que luego digan que las neuronas no se regeneran. Las mías siguen conservadas en alcohol etílico en espera de tiempos mejores.
    Feliz cumpleaños y un abrazote.

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    1. Muchas gracias, pese a que has olvidado firmar (aunque creo que sé quién anda detrás).

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  16. Gracias a ti, por ser tan buen padre para tus hijos. Y sí...me pones muy nerviosos a los chiquillos...y sí...tengo mucha paciencia...jejeje.Gracias por el detalle. Fátima Busta.

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  17. Alberto, con tu blog has conseguido que cada día me esfuerce en "crecer" un poco más.
    Seguiré "vago al desaliento".
    Este verano te lo agradeceré.
    Q.C.

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  18. Impresionante Alberto, que te clonen.
    Gracias a ti y enhorabuena, de verdad.
    un abrazo

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  19. Gracias Alberto por ser nuestro AMIGO.Un beso para ti y para Ana-lista.Marta y Jerónimo

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  20. Hola,
    Vaya sorpresa estar en la lista!!

    Muchas gracias y enhorabuena.

    un abrazo
    David

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  21. Tengo tanto que hacer todos los días que no suelo tener tiempo para mí pero después de estos meses siguiéndote, me reafirmo en que el tiempo se estira con la actividad.Siempre buscaré tiempo para leerte Alberto.Muchas gracias por estos artículos tan bien escritos y por tu esfuerzo constante.Tu blog es muy, muy bueno.
    Un beso,
    Nina

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  22. Felicidades y muchas gracias por intentar que nuestro cerebro se active un poco....
    Que sigas muchos años sorprendiendonos.
    Una vez mas...largo largo pero muy justificado, he echado de menos algún enlace a youtube y a Donna Summer....jajaja
    Saludos y gracias de nuevo.

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    1. Muchas gracias, Humberto.

      En facebook ya dejé noticia del triste deceso.

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  23. Muchas felicidades y espero que después de este momento de ternura, tan necesario por otra parte, sigamos creciendo en torno a tí.
    Un beso enorme y adelante
    Marián

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  24. Muchas gracias a ti, Alberto por estos artículos que has ido publicando este año, que nos van ilustrando sobre los distintos aspectos de nuestra vida ordinaria. A vece no tengo tiempo para leerlos, pero otras veces me sirven para descansar y reflexionar.

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  25. Enhorabuena Alberto. Sigue con ese tono positivo, tan importante y escaso en los días que corren. Se agradece.
    Carlos

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  26. Desde hoy, cuando hablemos de la "Lista de Alberto" no será sólo de su esposa...
    Enhorabuena Alberto, y también para Ana y los niños; ellos hacen algo muy importante por el blog: ¡Te dejan hacer!
    Nosotros lo disfrutamos.
    Un abrazo fuerte.
    Q.C.

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    1. Muchas gracias, QC.

      La lista se hará tan famosa como la de Schlinder. Lo que ellos hacen, en inglés, se llama "support" que es, mucho más, que me soporten (que también).

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  27. Haces que me sienta importante. Vaya lista larga de agradecimientos.¡ Sigue así que lo haces muy bien!. Un abrazo grande.

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  28. Enhorabuena Alberto, nos has emocionado. Ayer una de mis pacientes entró llorando a la consulta después de leerte.....
    Y , a partir de ese momento, acumulé una hora de retraso toda la mañana.
    Eres increíble.
    Muchas gracias

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  29. Muchas gracias por el rinconcito que Lourdes y yo encontramos junto a tu familia y que tan generosamente nos habéis regalado.
    Somos muy afortunados. Enhorabuena.

    César Molina.

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  30. !Enhorabuena! un gusto leerte....un gusto seguirte.......!que escribas muchos,muchos más.......

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  31. Ya se que lo que se debe es contestar aqui pero yo te he mandado un correo , igual vayan mis felicitaciones y enhorabuena boblemente
    un abrazo y siempre adelante
    es muy lindo leerte
    anabel

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  32. Alberto: CRACK!!!!!...., enhorabuena por un año fantástico, al que me he incorporado, como en casi todas mis actividades vitales, TARDE. No obstante y como quiera que nunca lo es si la fortuna acompaña, me queda un minuto para NO <>, e indicarte que nos DEBEMOS una cervecita para que me aclares eso del TRANCE...., que no se si te refieres a mi estado en general, o a una cuestión de otra índole por la que si tengo que transitar espero hacerlo contigo.
    Un abrazo

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    1. Muchas gracias.

      Acepto la invitación aunque, para mí, pediré un jugo de tomate (preparado con mucho hielo, sal, pimienta, salsa tabasco, salsa worcestershire y unas gotas de zumo de limón, presentado en copa balón y, a ser posible, en terraza con sombrilla y sin música ambiente).

      Sencillo que es uno.

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  33. Y gracias sinceras para TODOS los que, en algún momento, os habéis asomado a este sinsentido, tan poco común.

    Un gran abrazo.

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  34. Felicidades por el cumple del Blog; y gracias por incluirme en "La lista Slhinder-Secades Blog",de agradecimientos cumpleanuales.Frase leida en algun sitio y que te dedico a ti y a tus amigos-Comunsinsentidos seguidores....."En el camino de la amistad, nunca dejes crecer la hierba...." . Por lo visto y leido durante el año¡tienes el cesped impecable!
    Fmd:Jose Alvarez "Oso".

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    1. Muchas gracias, Oso.

      Así entendido, el caballo de Atila tendría legión de amigos (más que Roberto Carlos, el cantante).

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  35. Felicidades por el blog!!
    Aunque no tengo todo el tiempo que me gustaría leo de vez en cuando,algunos días comentamos tus entradas en la panadería y nos reímos como con las del rey pero sin duda esta es la mas emotiva, hasta aglomeraciones en consultas ha causado.
    Yo tampoco me olvido de ese 10 de Diciembre que me convertí en una mas.
    Gracias

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  36. Caramba, no se cómo definirte, pero eres algo con significado GRANDE........qué honor encontrarme en la lista (aunque soy un poco tonta), me has hecho pasar de las lágrimas a la risa y de regreso a las lágrimas. Eres una clara demostración de que Dios existe, porque en ti ha logrado cosas maravillosas, no conozco a nadie como tú, eres único........te dejo un abrazo tan grande como tú lleno de cariño y agradecimiento. FELICIDADES Alberto, nadie lo haría mejor!

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    1. Muchísimas gracias. El anonimato me deja turulato, pero agradezco sinceramente el comentario.

      (aunque me gustaría conocer la procedencia)

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    2. Soy yo jejejeje ;)

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    3. Pues, ahora, muchas gracias con conocimiento de causa (y origen).

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  37. Muchas gracias a ti, por tu atención, por acordarte de las que "por ahí hemos pasado" Ha sido un honor aparecer en tu lista, al igual que el de haber podido trabajar con vosotros.
    Un fuerte abrazo y enhorabuena, María Fuego

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  38. enorabuena por cumplir tu primer añito de bloggero
    me ha impresionado la voluntad y la paciencia que le has echado para agradecernos a todos y cada uno de tus seguidores por este año y en honor a ese privilegio de verme nombrada entre los agradecimentos aquí te dejo este comentario que ya sabes que leer leo pero comentar poquito jejee

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  39. Recuerdo un día de mi infancia. Recuerdos de hace mucho tiempo. Recuerdos que se plasman y visualizan como por arte de magia. Salen del disco duro. Estaban ahí, en un rincón del enrrevesado laberinto de neuronas....y en este recuerdo, apareces tú, Alberto. Te puedo contar perfectamente que estaba pasando por la sombra de un sauce llorón. Dejé tirada la bici en la esquina. Que asomaba, casi de puntillas, la cabeza por encima de la valla de madera y veía el soleado porche de la casa de la orilla, con su tejado de pizarra. Sentada en el, una bella señora, que me hizo pasar, me saludó muy cariñosamente y me señaló la puerta de la ría. Me descalcé y corriendo, junto con mi hermano corrimos hasta el final de la rampa...allí estábais Toñín, Borja y tú, Alberto. Ese día aprendí a nadar sin manguitos.
    Recuerdo la casa del Pardo, a Deli, a Jose Luis, a Silvia y a Carolina....y a tí, con mucho cariño. Recuerdo esa época con especial nostalgia.
    Y hoy, has avivado muchos más recuerdos.
    Gracias. Muchas gracias, Alberto.
    Un fuerte abrazo

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    Respuestas
    1. Muchas gracias a ti, sin duda.
      No recuerdo ese día en concreto, pero si recuerdo las tardes compartidas con vosotros, las partidas de cartas y la juerga que organizaban los mayores, mientras los niños nos divertíamos.

      Un beso muy grande.

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  40. Gracias a ti Alberto por escribir tus pensamientos y matener el corazón abierto para la gente de viaje largo como yo
    besazooo de enhorabuena!!!!!

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    1. Muchas gracias, Albana.
      La vida consiste en compartir y los recuerdos surgen de las personas con las que has compartido tu vida.
      Gracias por haber estado y seguir estando.

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