Sesión
del taller Morel de Sal, de creación
literaria. 11 de enero de 2016.
El
motivo era el fotograma de una película, sin más datos sobre ella.
El
motor eran las tentaciones, continuando la sesión precedente en la que habíamos
estudiado el cuadro “Las tentaciones de San
Antonio”, de El Bosco.
Tenta
Dora
— ¿Cómo la ves?
— Imponente.
— Ya te había avisado.
— Sí, Pher. Pero
en ocasiones la imaginación es limitada.
— No lo hubiera esperado de ti.
— ¿Qué tuviera límites?
— Que fueras tan atrevido como para
reconocerlo. Todos tenemos límites.
— Nunca lo había pensado.
— Lo mismo que precio. Todos tenemos
uno.
— No estoy seguro de ello. Creo que no.
— Tú no tienes nada que vender.
— Mi futuro, mi alma, mi condenación eterna.
— Ya estás condenado. Desde que
permitiste que la conversación empezara.
— ¿Puedo hablar con ella?
— Seguro. Siempre está dispuesta.
— Hola, Dora.
— Hola, encanto.
— Me dice Pher que estás disponible.
— Dispuesta.
— Dispuesta.
— Pensaba que era lo mismo.
— No lo creas, encanto.
— Me gusta cómo dices “encanto”.
— Eres un encanto.
— ¿Sí?
— Sí. Pher es encantador.
— … de serpientes.
— Me hace arrastrarme…
— …
— …y sentirme como una
serpiente.
— Quizás sea mejor que me vaya.
— Ya es tarde para eso.
*****
En
la lectura dramatizada Teresa tomaba
el papel de (Luci)Pher. El gesto adusto, la tenebrosa indumentaria, el bigote recortado,
la mirada entornada y el ademán esquivo con el que sostiene el cigarrillo,
daban un perfil insidioso y maligno que asocié al príncipe de las tinieblas.
El
espectador, con el que Pher inicia el intercambio y rompe “la cuarta pared”, fue representado por Pilar, a la que su jersey verde esperanza le confiaba
más realismo.
La
tercera pata de la función recayó de forma sobresaliente en Daniel
—en su debut en esta plaza—, interpretando a Dora, representante voluptuosa de
la tentación, a la que Daniel supo dotar de gran profundidad, explotando el
juego de una enigmática y sugerente sensualidad.
*****
Una
representación extraordinaria.
El
juego que propone Patricia es, en
cada sesión, más estimulante y divertido.
*****
El
fotograma estaba extraído de una película italiana, “Boccaccio ‘70” (1962), según una idea de Cesare Zavattini, plasmada en cuatro episodios que siguen el estilo
de Giovanni Boccaccio y su interés por
el amor y la moralidad, constituyendo una adaptación del “Decamerón” a los tiempos modernos (principios de los 60 en
Italia).
Los
cuatro episodios fueron dirigidos por Mario
Monicelli, Federico Fellini, Luchino Visconti y Vittorio De Sica.
El
segundo de ellos, “Las tentaciones del
doctor Antonio”, estaba protagonizado por Peppino De Filippo y Anita
Ekberg. De él se extrajo el fotograma y se adjunta para su visión completa
(subtitulada).
Una
película costumbrista muy entretenida.
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