¿Alguna vez has
dado “me gusta” a un texto que no has
leído, una foto que has mirado al bies, una canción que no has escuchado y ni
siquiera conoces, amparado en un deseo de reciprocidad, sabedor que las
relaciones se alimentan de estas migajas de aceptación que se dan en espera de
ser cobradas?
¿Has subido una
foto, escrito una ocurrencia pasajera, compartido una canción ñoña y resultona,
rebotado un enlace de un artículo demasiado largo y enrevesado para detenerte a
leerlo; y te has quedado oteando, como un halcón, esperando que más y más gente
(hordas desconocidas, ¡cómo os anhelo!) se abalancen en una interacción que,
mal que te pese, es fructífera y satisfactoria?
Una realidad
tiránica, descrita (empleando palabras ilustres) y editada por Santi Alverú, ejerciendo de pope de Yonlok, la revista de la que todavía no me han echado.
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enlace adjunto.
“Es la
historia de siempre. Al principio nos basta y sobra la propia alegría de crear
y el interés de los pocos que nos entienden. Pero después, cuando comprobamos
lo que prospera a nuestro alrededor, todo lo que cobra cierto renombre y hasta
fama, terminamos deseando que también se nos escuche y aprecie. ¡Y entonces
llegan las desilusiones! La envidia de los que carecen de talento, la
frivolidad y malevolencia de los críticos y la terrible indiferencia de la
multitud. Y uno acaba cansado, cansado, cansado. Tendría muchas cosas que
decir, pero nadie quiere prestar atención, y al final olvida que ha sido uno de
esos que aspiraban a algo grande y quizá incluso llegaron a crear algo grande”.
Arthur
Schnitzler
“El arte de 'no' leer
es muy importante. Consiste en no interesarse en todo cuanto llama la atención
del gran público en un momento dado. Cuando todo el mundo habla de cierta obra,
recordad que todo aquel que escribe para los imbéciles no dejará de tener nunca
lectores. Para los buenos libros, la condición previa es no perder el tiempo en
leer cosas malas, pues la vida es corta [...]. Sólo el que saca sus escritos
directamente de su cerebro merece ser leído”.
Arthur Schopenhauer
“Conformidad
y uniformidad, la urgencia por 'pertenecer a' y el deseo de hacer que todos los
demás 'pertenezcan a', pueden constituir perfectamente las formas de fanatismo
más ampliamente difundidas, aunque no las más peligrosas”.
Amos Oz
“Al principio, cuando
empiezas a probar a escribir narrativa, todo está orientado a divertirse. No
esperas que nadie más te lea. Lo escribes prácticamente todo para excitarte a
ti mismo. Para permitirte tu fantasía y tu lógica desviada y también para
eludir o bien para transformar partes de ti mismo que no te gustan. Y funciona,
y es muy divertido. Luego, si tienes buena suerte y parece que a la gente le
gusta lo que escribes, y encima te pagan por ello, y consigues ver tus cosas
impresas de forma profesional y encuadernadas y acompañadas de frases
promocionales de otros autores y reseñadas y hasta (en una ocasión) leídas en
el metro por la mañana por una chica guapa a la que ni siquiera conoces,
todavía parece que la cosa sea 'más' divertida. Al principio. Luego las cosas
empiezan a complicarse y a volverse confusas, y hasta a dar miedo. Ahora tienes
la sensación de que estás escribiendo para otra gente, o por lo menos en eso
confías. Ya no estás escribiendo únicamente para excitarte a ti mismo, lo cual
–puesto que toda masturbación es solitaria y vacía– probablemente esté bien.
Pero, ¿qué reemplaza a la motivación onanista? Has descubierto que disfrutas
mucho del hecho de que a la gente le guste tu escritura, y también descubres
que tienes muchas ganas de que a la gente le gusten las cosas nuevas que
escribes. La motivación de la pura diversión personal empieza a ser suplantada
por la motivación de gustar, de que haya gente guapa a la que no conoces que te
aprecie y te admire y te considere buen escritor. El onanismo da paso al intento
de seducción, como motivación. Ahora bien, el intento de seducción resulta muy
trabajoso, y su diversión se ve compensada por un miedo terrible al rechazo.
Sea lo que sea el 'ego', tu ego acaba de entrar en juego. O tal vez 'vanidad'
sea una palabra mejor. Porque te das cuenta de que gran parte de tu escritura
se ha convertido en puro exhibicionismo, en intentar que la gente te considere
bueno. Y es comprensible. Ahora estás poniendo mucho de ti mismo en juego,
cuando escribes; y también está en juego tu vanidad. Descubres algo peliagudo
que tiene la escritura de narrativa: que para ser capaz de escribirla es
necesaria cierta cantidad de vanidad, pero que cualquier cantidad de vanidad
por encima de la estrictamente necesaria resulta letal”.
David Foster Wallace
“La
interactividad de la Red nos dota de nuevas y potentes herramientas con que
recabar información, expresarnos y conversar con otras personas. También nos
convertimos en cobayas de laboratorio que accionan constantemente palancas a
cambio de migajas de reconocimiento social o intelectual”.
Nicholas
Carr
“Todo lo que los seres
humanos están haciendo para que sea más fácil manejar las redes informáticas a
su vez hace que, por motivos diferentes, sea más fácil que las redes de
ordenadores manejen a los seres humanos”.
George Dyson
“Llego
ahora a un punto que, creo, es el resorte y el secreto de la dominación, el
sostén y el fundamento de la tiranía. El que creyera que son las alabardas y la
vigilancia armada las que sostienen a los tiranos, se equivocaría bastante. Las
utilizan, creo, más por una cuestión formal y para asustar que porque confíen
en ellas. Los arqueros impiden, por supuesto, la entrada al palacio a los
andrajosos y a los pobres, no a los que van armados y parecen decididos. Sería
sin duda fácil contar cuántos emperadores romanos escaparon a algún peligro
gracias a la ayuda de sus arqueros y los que fueron asesinados por sus propios
guardias. Ni la caballería, ni la infantería constituyen la defensa del tirano.
Cuesta creerlo, pero es cierto. Son cuatro o cinco los que sostienen al tirano,
cuatro o cinco los que imponen por él la servidumbre en toda la nación. Siempre
han sido cinco o seis los confidentes del tirano, los que se acercan a él por
su propia voluntad, o son llamados por él, para convertirse en cómplices de sus
crueldades, compañeros de sus placeres, rufianes de sus voluptuosidades y los
que se reparten el botín de sus pillajes. Ellos son los que manipulan tan bien
a su jefe que éste pasa a ser un hombre malo para la sociedad, no sólo debido a
sus propias maldades, sino también a las de ellos. Estos seis tienen a
seiscientos hombres bajo su poder, a los que manipulan y a quienes corrompen
como han corrompido al tirano. Estos seiscientos tienen bajo su poder a seis mil,
a quienes sitúan en cargos de cierta importancia, a quienes otorgan el gobierno
de las provincias, o la administración del tesoro público, con el fin de
favorecer su avaricia y su crueldad, de ponerla en práctica cuando convenga y
de causar tantos males por todas partes que no puedan mover un dedo sin
consultarlos, ni eludir las leyes y sus consecuencias sin recurrir a ellos.
Extensa es la serie de aquéllos que siguen a éstos. El que quiera entretenerse
devanando esta red, verá que no son seis mil, sino cien mil, millones los que
tienen sujeto al tirano y los que conforman entre ellos una cadena
ininterrumpida que se remonta hasta él”.
Etienne
de La Boétie
"Así, siempre, con los tiranos" |
“Algunas personas
tienen un prejuicio instintivo contra la palabra 'autoridad'. O bien dan por
sentado que autoridad es una forma pomposa de referirse a los meros abusos, o
bien, en el mejor de los casos, piensan que los meros abusos son un exceso de
autoridad. Pero los abusos son prácticamente lo contrario de la autoridad. La
tiranía es el contrario de la autoridad, pues la autoridad es simplemente el
derecho; y nadie dispone de autoridad a menos que tenga derecho a hacer algo, y
por tanto haga bien haciéndolo. Con frecuencia ocurre, en este mundo
imperfecto, que uno tiene el derecho a hacer algo y no el poder de hacerlo.
Pero nunca tendrá ni rastro de autoridad quien sólo tenga el poder de hacer
algo y no el derecho de hacerlo”.
G. K. Chesterton
“Los que
han aprendido desde temprana edad a temer el desagrado de su grupo como la peor
de las desgracias serán capaces de morir en el campo de batalla –en una guerra
cuyos motivos desconocen por completo– antes que sufrir el desprecio de los
necios”.
Bertrand
Russell
“Una perceptible
consecuencia de la desintegración del sector público ha sido la dificultad creciente
para comprender qué tenemos en común con los demás. Ya estamos familiarizados
con las quejas sobre el efecto 'atomizador' de Internet: si cada uno selecciona
los fragmentos de conocimiento e información que le interesan, pero evita el
contacto con todo lo demás, formaremos comunidades globales de afinidades
electivas, al mismo tiempo que perderemos el contacto con las afinidades de
nuestros vecinos”.
Tony Judt
“Diversifico
mis lecturas para burlar los límites de mi carácter, librarme de mis manías,
salir del círculo de mis ideas [...].Diversifico mis lecturas para escapar de
mi terca singularidad, para convertirme en alguien menos tosco y monótono que
yo. Pero siempre leo lo mismo”.
Iñaki
Uriarte
“Haz cosas. Sé curioso.
No esperes a que te llegue la inspiración o a que la sociedad te dé un beso de
aprobación. Presta atención. Lo fundamental es estar atento. La atención es
vitalidad. Te conecta con los demás. Te hace ávido. Permanece ávido”.
Susan Sontag
“Aquello
que es estático y repetitivo, es aburrido.
Aquello
que es dinámico y aleatorio, resulta confuso.
En el
medio, yace el arte”.
John
Locke
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Si le he dado al like y no lo he leido sobre todo los de mi madre que no para pero es mi madre que se le va a hacer.... mas vale eso que te deje sin alguno de sus platos
ResponderEliminar¿Qué no haríamos por un plato de buena comida?
EliminarGracias.
Yo lo he hecho alguna vez con alguna chica de buen ver. Altamente interesante este post. Abrazos.
ResponderEliminarQuerido JJJ:
EliminarYa sabes que en la guerra de guerrillas no hay reglas. Todo puede servir (en ese terreno).
Gracias.
PD - Y que le den po'l culo a Salva