Uno
ya sabía de la importancia de la moda italiana, antes de embarcarse en un
viaje exprés, con etapas en Roma, Florencia y Pisa.
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"Il Duomo e il maromo" Foto: Ana |
Pero
fue una inesperada sorpresa descubrir que Garibaldi
—defensor de la unificación italiana y de la independencia en América—, tras
haber popularizado la camisa roja, dimitió de su cargo, se encerró en su
gabinete y le echo la culpa al cha-cha-chá.
Inspiró
a los fascistas de Mussolini, que
tiñeron las suyas de negro, como cualquier camarero español, sin necesidad de
tener el alma negra.
Bailar
con una mulata puede parecer divertido, pero hay que andar con pies de plomo.
Si
en el grupo se encuentra Michael Corleone,
evita darle motivos para que quiera besarte.
Ni
te acerques a Cruella de Vil.
Aquí
no hablamos americano (pero entendemos de pasta).
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Gracias a Pepe, Lourdes, Paco, Maite, Emilio y Cristina, con los que nos reímos tanto.
Y a ella, por descontado.