lunes, 4 de febrero de 2013

El incidente Max Headroom


Edison Carter (Matt Frewer) es el periodista estrella del canal de TV Network 23. Su método de trabajo pasa por cargar con una cámara al hombro y dejar constancia (grabada) de sus pesquisas. En una de sus investigaciones, mientras escapaba de los corruptos —que querían limpiar todo rastro de sus fechorías—, sufre un accidente sobrecogedor, impactando, en un parking subterráneo, con la barrera retráctil que tiene impreso (en negro y amarillo) un apunte de seguridad, Max. Headroom 2.3 m (indicador de la altura máxima permitida para los vehículos que quieran franquearla). Como resultado del impacto, Carter pierde la conciencia, se integra definitivamente en la red digital, adoptando la personalidad virtual, de su alter ego, un tipo ocurrente (y con un ligero tartamudeo) nominado con las únicas palabras que es capaz de repetir Carter y que corresponden al aviso de la barrera, visto inmediatamente antes de su impacto brutal.

"M-M-M-M-M-M-Max"

Este es el resumen argumental de una trama, entonces futurista y que hoy suena, cuando poco, ingenua.

Max ya era conocido de antes. Su primera aparición se produjo en 1985, con The original Max talking Headroom show, seis dosis emitidas en UK, en el Channel 4, en las que hacía de Vee-Jay (concepto arcaico que, en plena era MTV, definía a un DJ presentador de videoclips).

Después vino 20 minutes into the future —donde se desarrolló la trama que dotaría de personalidad a Max— y que se convertiría en el piloto de la serie de TV que, entre marzo de 1987 y mayo de 1988 emitió en USA la cadena ABC y en España programó TeleMadrid.

Compartían el reparto de la serie los siguientes personajes:

Theora Jones (Amanda Pays) es controladora en Network 23 y colabora estrechamente, con Carter, el reportero estrella de la cadena [no con tanta proximidad como a ella le hubiera gustado, teniendo en cuenta su obsesiva (y mal disimulada) fascinación que, ni remotamente, se aproxima a una tensión sexual, ni resuelta, ni sin visos de resolver]. En cualquier caso, demuestra su esperanza en que las cosas lleguen algún día a cambiar, sacándole en cada episodio, de forma recurrente, las castañas del fuego.

Bryce Lynch (Chris Young) es un antiguo hacker y, en un destino personal predecible, transmuta en un genio (aprovechando su condición de niño prodigio), sin conciencia, ni moral, dispuesto a realizar cualquier intromisión en los círculos privados más restringidos. Él solito completa el staff del Departamento de Investigación (todavía no se había generalizado el concepto I+D+i) de la cadena.

Murray (Jeffrey Tambor) es el productor del programa; asume el papel del tradicional redactor jefe de un periódico convencional. Tiene que mediar entre los jefazos de la cadena y las chifladuras y desplantes que cometen (a medias) Max y Carter.

Ben Cheviot (George Coe). Tras el escándalo inicial en el que Edison Carter se escinde en dos personalidades (y que casi le cuesta la vida), en el que estaba involucrado el antiguo mandatario de la cadena, Cheviot es promocionado al cargo de nuevo preboste y debe mostrar su entereza ética, defendiendo a la pareja dual, frente a los deseos intervencionistas del consejo de administración de Network 23.

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Se haría tan reconocible que llegaría a protagonizar anuncios de TV, videoclips, e incluso sería entrevistado en el show de David Letterman. Y, a pesar de que eso no constaría como un precedente, permitió que Letterman le hiciera preguntas.

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El 22 de noviembre de 1987 en Chicago, USA se produjo el “incidente Max Headroom”. Alguien saboteó la señal de la WGN-TV, en prime time, durante el informativo “The nine o’clock news”, mientras informaban sobre el equipo local de fútbol americano, los Chicago Bears, sustituyendo la señal por una emisión en la que una persona bromeaba, con el rostro camuflado tras una máscara de látex de Max.

Más tarde, sobre las 23:15 se boicoteó la señal de la WTTW, que emitía un capítulo de la serie Dr. Who. La interrupción tuvo una duración mayor y permitió al intruso quitarse los guantes y la máscara (manteniendo el anonimato) y, en un acto absolutamente bizarro, bajarse los pantalones, poner el culo en pompa y permitir que una mujer le azotara las nalgas con una fusta.


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Entre 1984 y 1996 la TV británica emitió el programa Spitting image, que en España, Canal+ adaptó como Las noticias del guiñol.

Algunos pensamos que, detrás del muñeco, siempre hay alguien que mueve las cuerdas. Y que, si eres el muñeco, puedes terminar atrapado sin que te des (del todo) cuenta.

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El 2 de febrero fue el día de la marmota. Si Bill Murray lo tenía complicado, sintiéndose atrapado en el entorno de un único día, teniendo que encontrarse, día tras día, con Ned “Bing!” Ryerson, peor es sentirte atrapado como a Max Headroom le sucedió para siempre, en el ámbito de un aparato de TV, y descubrirlo ese mismo y fatídico día

No podía llegar a imaginar que la Revista Mongolia pudiera tener tanta razón.

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5 comentarios:

  1. Muy bueno ALberto. Recuerdo la serie, también la echaron en la tv3, y creo que en canal 9, autonómicas. Guardo buen recuerdo de esa serie, más por mi ingenuidad que por las virtudes de la misma. Por lo demás, me sucede lo mismo, me siento en el dia de la marmota. Por cierto, ha surgido otra hipótesis al respecto del tema de los sobres. Según parece esta campaña mediática está siendo llevada a cabo por quienes hasta ahora apoyaban a los susodichos presuntos y no tan presuntos para cargarles el marrón, desviar la atención de lo que realmente importa (casos de corrupción se han dado tanto y más graves sólo en Valencia) y de paso colocarnos otro lobo vestido de corderillo procedente de Guatapeor, el ejemplo más claro es el de Berlusconi, destituido por corrupto (bien cierto) y sustituido por cierto tecnócrata más amable pero con peores medidas. El día de la marmota puede incluso empeorar, perdón el discursito, tenía que soltarlo. Saludos Alberto, me encantan estos posts.

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    1. Gracias por el comentario Chals. Veo que te gustan seguir las pistas, como Pulgarcito. No todo el mundo lo hace. Pero, cuando compruebas que alguien lo ha hecho, el esfuerzo merece, doblemente, la pena.

      Antes (en aquellos tiempos que para leer se utilizaban los libros y se escribía sin hipervínculos; cuando parecía que la gente disponía de tiempo), era posible tener que utilizar el doble sentido y forzar a que hubiera que leer entre líneas. Estos tiempos (los actuales) llenos de mediocridad, empujan hacia la literalidad, profundamente aburrida. Pero permiten la interconexión, divertida de plantear, pero compleja de establecer.

      Me apunto para dedicarle a este asunto un poco más de tiempo (y hacer un artículo).

      En cualquier caso, un abrazo agradecido.

      PD - Aquí puedes soltar todos los discursos que te parezca. Este es un foro libre (Y, si no estamos de acuerdo, disentimos argumentando).

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  2. Es una serie que no recuerdo ver. Si me acuerdo de las noticias del guiñol en su primera época: frescas, anecdóticas, simpáticas y con personajes más que entrañables
    Un abrazo

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    1. Ya lo apuntó Chals: emitieron la serie en los canales autonómicos que había entonces. Luego vino la proliferación de telecanales como telesetas, previa a la teledesaparición de todo el teleentramado.

      Gracias.

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  3. Eh tío, actualmente se ha descubierto que no es una mujer, él mismo tipo dice que es su hermano vestido de manera muy sucia.

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