sábado, 10 de noviembre de 2018

Beth Hart en Teatro Palacio Valdés (Avilés) (9/11/2018)

Beth Hart superó con creces las expectativas (y eran muy altas) en la tercera y última de las actuaciones españolas; tras Madrid (el lunes) y Barcelona (el miércoles), Avilés era el lugar.
Las 9 de la noche de ayer viernes, el momento.




Hace un mes que se había anunciado que no había entradas (“SOLD OUT”); el Teatro estaba a reventar; el público deseaba comprobar la fuerza de esta artista consumada; la gira Fire on the Floor lleva en marcha los dos años que hace que se publicó el disco; Papu y Javier, que habían ido a Armsterdam en mayo para verla, se plantean ahora seguirla de nuevo a Bulgaria.

Todo el tiempo de rodaje se resume en: una banda integrada, con un sonido compacto (potenciado por la excelente acústica del Teatro); un repertorio en el que se echan en falta algunas canciones memorables de la angelina: “Am I the One”, “Leave the Light On”, “Love Is a Lie”.


Su entrada triunfal, por el fondo del patio de butacas, cantando cuando la banda desgranaba los acordes de “Love Gangster”, dio paso a un inicio del show vibrante e intenso. Es una de las cualidades de Beth (y su banda): alcanzan la máxima intensidad y son capaces de llegar a momentos en los que ella (y su piano; acompañada por todo el grupo; sólo por una guitarra; ella y un piano) rozan la más absoluta intimidad. El más destacado fue cuando dedicó “My California” a su marido; Beth se emocionó; él entró a darle un beso, con la pierna escayolada y muletas; todos aplaudimos a rabiar.




Y eso fue lo que hicimos todos los que estábamos allí: acompañar a esta DIVA en su recorrido vital, disfrutando de cada uno de los momentos que experimenta, que, transmite esa sensación de manera diáfana, lo hace al límite de su pasión.

Bailamos; llevamos el ritmo; con las palmas, con las piernas, con el cuerpo entero; hicimos shot-answer (en la mejor tradición de la música negra); sentimos que la música merece la pena; nos quedó la sensación de que Beth, como Etta, exprime la vida al máximo.

¿Qué más podíamos pedir para convertir un viernes otoñal en una cita inolvidable?

2 comentarios:

  1. Cómo se nota cuando disfrutas! Gracias por la crónica!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias. Haberte conocido es uno de los mayores regalos que he tenido recientemente. Siempre consigues animarme. TQM.

      Eliminar

Tu comentario será bien recibido. Gracias

Esa incierta edad [el libro]

A veces tengo la sensación de que llevo toda la vida escribiendo este libro. Por fin está terminado. Edita Libros Indie . Con ilustracio...