Ambientada
en los años ‘60s.
De
momento he visto las dos primeras temporadas.
En
la serie, acaba de pasar la Crisis de misiles de Cuba.
Estamos,
pues, en octubre de 1962.
No quiero juzgar la serie (y lo que en ella ocurre) empleando el cronocentrismo, aplicando criterios actuales, porque es una práctica carente de sentido.
Pero, con todo, muchas cosas suceden y me llaman la atención.
Intentaré realizar un ejercicio de costumbrismo comparado.
Intentaré realizar un ejercicio de costumbrismo comparado.
— Siempre van
arreglados. Ellos visten chaqueta y corbata. Van afeitados. La única barba que
recuerdo está recortada, bien cuidada. Ellas van peinadas, maquilladas, llevan
joyas y usan vestidos o pantalones. Se percibe que les resulta natural, no aparenta
suponer un gran esfuerzo.
— Trabajan muchas horas.
Se reúnen, intercambian impresiones, bromean, cotillean. Y se encierran en sus
despachos a pensar; empleando tiempo en decidir sus estrategias. Llegan al
punto de llevarse trabajo a casa. Dedican tiempo a obtener información para
algún asunto complejo que deban resolver. No esperan que el conocimiento (o las
respuestas) les llegue de otros; se afanan en su búsqueda. En algún momento,
alguien dice: “Estamos en América. Decidí
a qué quería dedicarme y luego busqué la mejor manera de hacerlo”.
— Los niños no son el (único)
centro de la vida familiar. Ni de lejos.
— Beben (mucho). Y no
siempre lo mismo. Depende del horario, el contexto y la compañía.
— Son concisos a la hora
de hablar. No sueltan soliloquios. Aceptan que sus interlocutores son
inteligentes y no es necesario decirlo todo.
— La promiscuidad.
— Tienen vida social. Quedan
después del trabajo, acuden a espectáculos, van a cenar, tienen reuniones caseras
para charlar, cenar y jugar cartas.
— Se ven empleos prescindibles:
ascensoristas, encargados de guardarropía, chóferes, conserjes, aparcacoches,
repartidores, telefonistas, secretarias. Hay un sacerdote.
— Fuman.
— Tienen intereses que
van más allá de su vida profesional o familiar. Sus aficiones enriquecen su
vida personal.
— Conversan entre ellos
mirándose a la cara. Prestan atención a sus interlocutores
— No temen el silencio. Cuando
están en lugares públicos (oficinas, ascensores, restaurantes, cafeterías) no precisan
música de fondo.
— Se encuentran atenazados
ante los dilemas morales que la vida les presenta. La mayoría de las veces los
eluden. Nunca resulta una buena solución.
*****
Mad Men es una de mis series favoritas americanas hasta el punto de que estaría en mi Top 1 empatada con "A dos metros bajo tierra" y la tres sería "Los Soprano".
ResponderEliminarYo la vi entera, pero empecé cuando ya llevaba tiempo emitiéndose por eso no noté el paron que hubo entre dos temporadas, si todo eso que has ido recogiendo te ha sorprendido, espera a ver la evolución de los personajes a medida que vaya avanzando la serie. Creo que es de las series mejores escritas de la historia de la televisión.
Es una serie extraña, que tiene que cargar con la maldición de las series modernas, que deben ser rompedoras en cada uno de sus capítulos. No quiero imaginar el recorrido que tendrá porque parte del aliciente de estar ambientada en los sesenta es que fue una década de una profunda transformación. Pero es muy entretenido ver esos cambios.
EliminarGracias.