La mezcla multicultural de este trío afincado en Berlín (Dvora es
inglesa, con raíces jamaicanas e hindúes, es vocalista y presencia; Adam, polaco
de nacimiento, está en las baquetas; Nick, una mezcla de ancestros franceses y
estadounidenses, se ocupa de la guitarra) aglutina todas las influencias de la
música negra, con fuertes bases de blues, soul y americana.
Acaban de publicar su disco de debut, reseñado en Arcadia
Negra.
La canción fue compuesta por R.L. Burnside, uno de esos músicos
que tocaban blues en el delta del Mississippi y que, por su abundancia, apenas
eran valorados pese a llevar años en escenarios y carretera. Se incluyó en uno
de los discos que empezaron a publicarle a inicios de los ‘90s, pero él ya cantaba la canción desde
hacía por lo menos veinte años.
La canción sería incluida en el fantástico disco de debut de NMAS.
Por aquel entonces el grupo actuaba como trío, con Chris Chew
acompañando a los hermanos Dickinson. Todavía no estaba con ellos Duwayne Burnside, el hijo de R.L., que formaría
parte del elenco durante un par de años.
Luther
Dickinson
(voz y guitarra), Cody Dickinson (batería
y teclados) y Chris Chew dejaron
atrás su pueblo, Hernando y se fueron a Jackson, la capital del estado.
Abandonaban la vida rural; cambiaban a una ciudad; querían superar la
segregación.
En
cualquiera de sus formas, es un completo atraso.