domingo, 19 de febrero de 2012

Matt Taibbi — Cleptopía

Antes de empezar, dejo aviso para mi amigo Luis Solís: éste es el artículo que te avisé que no leyeras.

Y, en general, dejo aviso para cualquiera que se asome por esta página: leerla provocará diferentes reacciones que pueden ir desde la incredulidad, hasta la ira desatada, pasando por otros estados intermedios como la rabia contenida, la indignación, la furibundia, el hastío, el desinterés o el aburrimiento. ¿Y todo por qué? Porque voy a hablar de economía —el culebrón de moda—, de sus actores principales —banqueros, grandes corporaciones, políticos; toda esa fauna salvaje— y voy a comentar el proceso al que nos están sometiendo, que nos ha cambiado la vida, que ahora llaman crisis y que, en lugar de cargar las tintas sobre los verdaderos culpables, nos arrojan esa etiqueta, como un puñado de arena, para que, además de robarnos y estafarnos, nos cieguen y, en lugar de buscar a los verdaderos responsables, tengamos que sentirnos, nosotros mismos, los culpables de llegar donde hemos llegado.

En fin, un petardo. Un rollo que, con casi total seguridad, te cabreará y, es probable que, como me pasa a mí, no entiendas ni la mitad de la trama, porque es todo demasiado complejo.

Así que, además de Luis, todos estáis avisados para dejar de leer ahora.


Para los demás, los que se consideran preparados, y se atrevan a seguir adelante, llegó el momento: empezamos.

Escribo hoy sobre el libro que me ha tenido atrapado estos últimos días. Su autor, Matt Taibbi; el título, Cleptopía. Fabricantes de burbujas y vampiros financieros en la era de la estafa. Edita, Lengua de trapo.

La presentación, es intencional: la portada se entinta en el color gris del tema tratado y —la edición que yo leí—, venía con una faja promocional morada, que acentuaba el cariz luctuoso del tema a tratar. Me quedó claro que evocaba la cinta de una corona mortuoria que nos hacían llegar —en nuestra memoria— los editores del libro.

El libro construye, de forma entretenida, un sostén argumental, a pesar de que, sus idas y venidas, hacen que, en ocasiones, cueste seguir el hilo. Pero, teniendo en cuenta que las cosas de las que habla —como el propio Taibbi reconoce—, son extremadamente complejas, resulta una verdadera sorpresa que el autor sea capaz de terminar haciendo reconocible el cuadro, con esos brochazos tan enérgicos y deslabazados con los que monta su armazón.

Me recordó a Franck Bouroullec


Unos comentarios sobre los capítulos en que se estructura el libro.

Capítulo 1 — El archipiélago de la estafa, o por qué el Tea Party no tiene importancia

Muestra cómo la  política —los políticos— no está a nuestro servicio. Sólo buscan defender sus particulares intereses, salvaguardar sus privilegios de clase —se ven a sí mismos como los elegidos, en un sentido excluyente, que va más allá del electoralismo— y, para mantener su status, perpetran un engaño permanente: hacer creer que —en casi cualquier asunto— las posturas son radicalmente opuestas, lo que lleva al convencimiento de que existe, entre ellos, una verdadera confrontación —un estigma— que les diferencia y les distancia en su propia esencia. La realidad es bastante más simple: hay un conjunto de “polarizados” —de ambas tendencias, defensores integristas de las ideas de sus partidos— y una minoría de desencantados que van alternando su voto, sin que tengan demasiado claro que, finalmente, su postura vaya a servir para algo.

Debo aclarar ahora —se me había olvidado comentarlo— que Taibbi sólo habla de Estados Unidos. Quería puntualizarlo antes de que mentes calenturientas pensaran que hablaba de España.


Capítulo 2 — El mayor capullo del universo

Se trata de Alan Greenspan, un ¿economista? influido por la ¿filósofa? Ayn Rand y que, ¿para qué queréis que entre en detalles si con el título del capítulo queda todo suficientemente explicado?


Capítulo 3 — La patata caliente. La gran estafa inmobiliaria

Primera estafa analizada en detalle. De ésta, todos hemos tenido que aprender. Se explica cómo y por quién se orquestó.


Capítulo 4 — El gran pinchazo. La burbuja de las materias primas

Segunda estafa. ¿Alguien se acuerda de la subida de precios de las materias primas durante las primarias anteriores a las elecciones que llevarían a Obama a la Casa Blanca? Aquí se detalla cómo y por qué ocurrió (y como los candidatos se esforzaron en buscar explicaciones ad hoc y ad hominem).


Capítulo 5 — La autopista externalizada. Fondos soberanos

Tercera estafa. Nos hemos quedado sin dinero; ¿qué hacemos? Vender nuestras infraestructuras a los extranjeros que tienen (más) dinero gracias a la burbuja descrita en el capítulo anterior. Versión USA de la privatización española.


Capítulo 6 — La tirita del billón de dólares

Cuarta estafa. La reforma del sistema sanitario; caballo de batalla de la campaña electoral americana. Se acercan las conclusiones del libro y pondré citas textuales.

[página 325] Así que a fin de cuentas esta ley horrorosa no solo amenaza con robarnos miles de millones de dólares al año durante las próximas décadas, sino que nos regala el espectáculo de la clase política empeñada en ofrecer lo mejor de sí misma, convirtiendo el Senado en un manicomio bochornoso y chirriante y asegurándonos unos cuantos años de rencillas sin sentido, bloqueos sistemáticos y concursos legislativos para ver quién exaspera mejor al adversario, mientras el país se tambalea ante el vacío de la crisis económica y el drama de dos guerras sin sentido.


Capítulo 7 — La gran máquina de burbujas

Aunque lo parezca, no va a hablar de Pep Bou. Para que te tranquilices un poco, la magia silenciosa te ayudará a sonreír. Toma aliento para seguir después a Taibbi.


[páginas 334 y 335] [está hablando de Goldman Sachs] El poder y la influencia sin precedentes del banco le han permitido manipular sectores económicos enteros durante años, trasladando la partida de dados de mesa en mesa al ritmo del colapso de cada uno de los mercados, nutriendo sus beneficios de los costes invisibles que golpean a las familias por todas partes —subidas del precio de la gasolina, encarecimiento de los créditos para el consumo, fondos de pensiones descapitalizados, despidos en masa, impuestos futuros para pagar la factura de los rescates—. Todo ese dinero que se pierde está yendo a alguna parte, y tanto en un sentido literal como figurado Goldman Sachs es ese lugar: el banco es un motor inmenso y extremadamente sofisticado para convertir la riqueza real y productiva de la sociedad en la sustancia menos útil y más insoluble de la tierra, beneficio puro para individuos ricos.

Ese motor funciona usando la misma estrategia una vez tras otra. Goldman se posiciona en el medio de horribles burbujas maníacas que funcionan como un sistema gigante de lotería, aspirando enormes sumas de dinero de las clases bajas y medias de la sociedad con ayuda de un Gobierno que le deja reescribir las reglas de juego, a cambio de las migajas que el banco reparte como donaciones políticas. Esta dinámica permite al banco succionar al mismo tiempo riqueza de la economía y vitalidad de la democracia, lo que da lugar a un fenómeno regresivo que, como una inmensa bola de nieve, nos empuja sin cesar hacia la penuria y la oligarquía en un solo movimiento.

[página 340] La estafa básica de la era internet resulta fácil de entender hasta para los analfabetos financieros. Bancos como Goldman cogían unos cuantos melones, les ponían una pegatina, los lanzaban por una ventana del piso 50 y abrían las líneas telefónicas para recibir ofertas. En este juego ganabas si sacabas tu dinero antes de que el melón se estampara contra el suelo.

[página 357] Después de haber jugado un papel fundamental en tres burbujas catastróficas, después de haber ayudado a que se evaporaran 5 billones de dólares de NASDAQ a principios de la década de 2000, después de haberle endosado toneladas de basura tóxica a los jubilados y a las ciudades, después de haber contribuido a que el precio de la gasolina subiera por encima de un dólar por litro y a que cien millones de personas pasaran a vivir en todo el mundo bajo el umbral de la pobreza, y después de haberse asegurado miles de millones de dinero público en una serie de rescates en cadena, ¿qué le devolvió Goldman al pueblo de los Estados Unidos en el año 2008?

Catorce millones de dólares.

Eso es lo que el banco pagó en impuestos en el año 2008: una tasa efectiva de imposición de exactamente 1, léelo bien, 1%. El banco pagó 10.000 millones de dólares en compensaciones y bonificaciones ese año y logró unos beneficios por encima de los 2.000 millones y, aun así, le pagó al Gobierno menos de un tercio de lo que le pagó a Lloyd Blankfein, que ganó 42,9 millones de dólares en 2008.

[página 358] El congresista de Texas Lloyd Dogget fue uno de los pocos que denunció la obscenidad del asunto: “Con la mano izquierda mendigan el dinero del rescate —dijo—, y con la derecha lo esconden en paraísos fiscales”.

[página 367] De forma aplastante, el tema principal de la crítica no consistía en afirmar que mis informaciones eran falsas, sino que yo no había comprendido la verdad más amplia y metarrandiana del asunto: puede que Goldman fuera un banco corrupto y que hubiera utilizado su influencia en el Gobierno para salvarse a sí mismo, pero todo esto era necesario para el país porque nuestros mejores hombres y nuestro talento deben ser salvados cueste lo que cueste. Porque, ¿quién nos iba a dar de comer si no? Gasparino, la herramienta de la CNBC, lo explicó mejor que nadie:

“Y gracias a Dios que Paulson y Bernanke le pidieron ayuda a Blankfein y no a los editores de Rolling Stone. Siento aguarle la fiesta a toda la gente ahí fuera con ganas de guerra de clases, pero si AIG está a punto de estallar, y tú eres el Gobierno y necesitas ayuda para reestructurar la compañía o pensar maneras para que, el Gobierno pueda solucionar el problema, Goldman es un buen lugar para empezar”.

[páginas 380 y 381] Es extremadamente sencillo señalar con el dedo a Goldman Sachs. Hoy en día, no hay nada más fácil que ganar una batalla de relaciones públicas contra el banco, igual que es fácil ganar una batalla de relaciones públicas contra Stalin, Charles Manson, la Union Carbide o la sífilis, porque el comportamiento del banco no tiene defensa posible. Son criminales. Y si revelas lo que hacen ante un número suficiente de miradas, incluso los estadounidenses pueden comprobarlo.

Así que ahora sabemos lo que hacen ¿Y qué? Todas las cartas están sobre la mesa, Y América y Wall Street se miran a los ojos como un matrimonio en el que ya casi no quedan secretos. Pero saber algo y ser capaz de hacer algo al respecto son dos cosas muy diferentes.

Bancos como Goldman siguen estando prácticamente blindados ante el impacto de la opinión pública, porque mientras el único vínculo de los ciudadanos con el poder es la vía torpe y altamente imperfecta de las elecciones, un banco de ese tamaño dispone de toda una red de conexiones íntimas y un acceso casi directo a la legislación. En muchos casos, ni siquiera necesitan esas conexiones: su gente directamente ocupa los cargos políticos de mayor poder. Y mientras en el mejor de los casos los ciudadanos sólo pueden ejercer presión ante sus representantes (que además dependen de las inmensas donaciones políticas de esos bancos) para que investiguen o denuncien delitos cometidos años atrás, el banco ya ha puesto en marcha cinco, seis, siete nuevas estafas desde entonces, cada una de ellas envuelta en una complejidad tal que la conciencia pública tardará años sólo en empezar a comprenderla.

Pero al menos la mística ha desaparecido, los operarios de la Gran Máquina de Burbujas no sólo no producen nada, sino que viven de todos nosotros. Eso ya lo sabemos, la única pregunta es, ¿qué vamos a hacer al respecto?

Hasta aquí llega la reseña de este libro demoledor: entretenido y absorbente, desmitificador y polémico, complejo y necesario. No te quedes en un bosquejo somero de su esencia y profundiza en su lectura completa. Quizá no entiendas todo el complicado entramado. Es posible que te alteres y sientas el sabor de la rabia subiendo desde el estómago. Seguramente la lectura no cambiará nada en el escenario. Pero, sin entenderlo todo y sin que sirva para nada, sabrás el juego que se está representando y que ha cambiado tu vida y tendrás más fácil reconocer a los actores, los culpables de que todo haya ido a peor.

Queda, como corolario necesario de la lectura y análisis del libro —y la contemplación asombrada del nuevo statu quo—, mi tarea, lo que yo creo que puedo hacer al respecto: un decálogo para analizar las razones en las que se fundamenta la estafa. Nos vemos pronto.

11 comentarios:

  1. Hola Alberto:

    Con ésta son ya dos las recomendaciones que me llegan sobre este libro sólo en este fin de semana.
    Al final voy a tener que leerlo.

    saludos

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    1. Hola David:

      Gracias por tu comentario, pero sigo sin tener demasiado claro si recomiendo a nadie la lectura del libro.

      A veces creo que es mejor no estar informado, que estarlo, si pensamos que tampoco podemos hacer nada para que las cosas cambien.

      Platón empezó a darle vueltas a este tema y puedes quedarte con la idea que es mejor que nos encadenen a todos, nos metan en una caverna y nos dejen a oscuras para siempre.

      Qué sé yo. Malos tiempos para la lírica, amigo.

      Un saludo

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  2. Hola Alberto:
    Primero: meritorio que te lo leyeras.
    Segundo: el mundo económico actual es tan deprimente como hace 100 años.
    Tercero: solo la existencia de la clase media, hace posible el bienestar.
    Cuarto: Las grandes fortunas robaron al tercer mundo. Finalizada la sangría, (porque no hay de donde sacar), toca que se merienden a la clase media de occidente.
    Quinto: Tal vez nos lo tengamos merecido por creernos que eramos libres.

    Ana

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    1. Hola Ana:

      Contestare, primero por partes y, más tarde, "grosso modo".

      1º - gracias
      2º - el mundo actual. Quita "económico" y la frase sigue siendo igual de válida
      3º - y la mediocridad
      4º - ahora llegará el momento que intenten robarse entre ellos, y entraremos a degüello
      5º - libres??? Estoy que me desorino.

      "Grosso modo" - Amén.

      Un beso

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  3. Bueno, Matt Taibbi, no sé si lo clasificaría como un buen o muy buen periodista/reportero. Es polémico, eso sí y le gusta confrontar, a veces poco acertado, (tirando cafés o tartas a las caras de su interlocutores).Su padre, Mike Taibbi sí ganó un Emmy y demostró su valor como reportero en los años que estuvo en Afghanistan e Iraq.
    Taibbi Junior, sin embargo, que nunca ha tenido pelos en la lengua, acertó plenamente al describir a Goldman (de Goldman Sachs) como un pulpo - vampiro gigantesco que envolvía la cara de la humanidad." Es la verdad. Estos financieros, estos banqueros allá y acá están robando nuestro Futuro y lo que es aún peor están robando el Futuro de nuestros hijos. Y ahí están.... impunes.
    No es verdad que NO podemos hacer nada. !!Mirad Islandia!!El Pueblo(fue el país donde empezó la crisis) de manera organizada, supieron buscarse apoyos de personas que fuesen capaces de canalizar toda esta energía, no se derramó ni una gota de sangre y están todos los corruptos en la carcel....y están ya re-escribiendo su constitución.

    Para aquellos que no les gusta tanto leer libros tan densos, os recomiendo ver INSIDE JOB donde denso también, de forma clara y contundente veréis exactamente lo que el mundo financiero está haciendo con nosotros. Es un documental en el cual aparecen todos, con nombres y apellidos y sus cargos declarando ante los magistrados, siendo interrogados. Caras y nombres y puestos muy conocidos....y una excelente explicación hecha con rigor de todo el proceso de la desgracia que hoy nos confronta.
    Saludos,
    Nina

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    1. Hola Nina:

      Sabes mucho más que yo de los temas que afronto. De verdad que estoy con ganas de que empieces con tu blog. Estoy seguro que sería apasionante.

      Dejo el tema (por trillado) y comento:

      Taibbi, que tendrá padre pero no tiene abuela, comenta en el libro lo del (así lo traducen) calamar-vampiro. La metáfora es interesante y, por sugerente, no la desarrollaré ahora; cada uno la seguirá por sí mismo.

      En cuanto a los pasos para la acción: Cada uno debe elegir lo que puede hacer. Tenemos que encontrar para qué estamos capacitados. Yo, por ejemplo, no me veo en una sentada, haciendo frente a la policía y escapando por las calles de ninguna ciudad. Mi acción la expreso compartiendo mis ideas en un blog, con personas preocupadas por el futuro que otros, como dicen, están destruyendo para nuestros hijos.

      Una pluma puede tener más fuerza que una espada.

      He intentado localizar "Inside job" (me han llegado múltiples referencias de procedencias muy diversas; todas con comentarios recomendándolo), pero soy incapaz de saber dónde conseguirlo. ¿Alguien puede dejar aquí un lugar para encontrarlo?

      Seguimos pensando.

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    2. Alberto,
      Inside Job ya está en los video clubs. Yo tampoco voy a ir a ninguna sentada...al menos eso creo....y estoy totalmente de acuerdo contigo, cada uno sabe, debe saber o encontrar la manera de hacer algo para estar en "acción".
      Por supuesto la pluma puede tener mas fuerza que la espada y la viva voz también. De hecho hay que canalizar todo esta fuerza que empezamos a ver en la sociedad que comienza ya a "despertarse" y darse cuenta de lo que El Poder está haciendo con todos nosotros, para que no haya espadas y sangre. Lo que queremos es un gran cambio positivo, no cabezas volando.
      Si no encuentras Inside Job, dímelo, a ver si lo consigo (solo lo tengo en inglés) de algún alumno o amigo que puede tenerlo en español. Lo meto en un memory stick y te lo envío a casa.
      Un beso
      Nina

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    3. Te agradecería infinito que me ayudaras a encontrar "Inside Job" (en castellano, mi inglés da para lo que da: entre ello no está ver un documental sobre economía). Me sirve el método descrito, también algún enlace en la red. Descarto de inicio pasarme por un videoclub; de hecho, dudo que quede alguno todavía en Oviedo.

      Muchas gracias.

      PD - pienso seguir fabricando plumas (por mucho tiempo)

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  4. Cleptopía. !Que venga la Utopía!...esa inalcanzable Utopía que siempre está allí en la distancia, que nos elude. Ese mundo donde todo es justicia, donde el dinero no sea Diós,donde nadie nos manipule, ni nos obligue, donde todo,incluso la comida y los niños no sea un comercio y donde la justicia y la libertad anden de la mano.
    Os dejo aqui un enlace que para empezar el día o para terminarlo.
    Corto entrevista a Eduardo Galeano http://www.youtube.com/watch?v=m-pgHlB8QdQ&feature=share

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    1. No nos pueden quitar el derecho a pensar por nosotros mismos

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    2. Desafortunadamente, desde la cuna y a lo largo de nuestras vidas,estamos manipulados y por lo tanto ¿Hasta qué punto nuestros pensamientos son libres?
      Nina

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