miércoles, 19 de noviembre de 2014

Beautiful (Lotería de Navidad 2014, IV)

Deconstruyendo la campaña de Lotería 2014

La Envolvente actúa sobre las pasiones, accionando determinados resortes para desencadenar las respuestas previstas.
Una pasión resultaba inevitable: por simple, por efectiva y por su presencia permanente en la vida ordinaria, muy en concreto en la TV.
Como es fácil imaginar, se trata del sexo. No del amor, una emoción más compleja y madura; un avance evolutivo.
Se recurre a una pulsión primaria, que se exhibe y excita hasta resultar molesta.
Lo que debía reservarse para la esfera íntima, se muestra sin pudor.
En ocasiones, de forma chabacana.
Adán y Eva (el programa de TV, no la pareja exiliada del paraíso) es un ejemplo.

*****

Toda la moralina precedente viene a cuento como preceptivo aviso de la permeabilidad del blog que estás leyendo. Hoy, sin que sirva de precedente, determinados contenidos resultarán sensibles a ciertas personas —entre ellas, mis hijos— que no considerarán [conveniente / adecuado / aceptable / permitido] seguir leyendo.

YO HE AVISADO


El episodio anterior de esta saga (El secreto) terminaba con el deseo de Antonio, expresado en el vídeo: “este año molaría que mostrase la camiseta”.

Y una invención mía, en la que, hiperbólicamente, se le ocurría “organizar una fiesta de camisetas mojadas para la Nochevieja, en el bar”.

El sexo empezaba a asomar las orejas.

Beautiful



*****



Te imagino, perfectamente, con una camiseta mojada. Con sólo una camiseta mojada. O sin ella. O untada en aceite. O pendiente de ser untada. Te imagino, con todo detalle, haciendo cualquier cosa. Dejando que te haga cualquier cosa. A pesar del frío, mi imaginación es calenturienta. Sé que la tuya, también lo es. Tan bien lo sé, que quizá me anime. Llevo dos semanas viniendo al bar de Antonio, a diario, por las mañanas, sin necesidad de que haya fútbol. Pero no se me va de la cabeza la idea de meter. Siempre te pido un café y me pones una porra.


Baila, morena sabrosa. Baila y baila, sin parar. Noto el sabor de tu cuerpo, que ya puedo degustar.


Un astroso, de pelo y barba ensortijadas, entrecano, que lleva gafas Lennon apuntaladas en la napia, llega haciendo slalom, para soltarle un confianzudo “chata”. Yo, me mantengo a su izquierda, apoyado en el taburete, más tieso que mi porra. Si él se atreve, yo no seré menos (con mi pelaco Verdasco, estoy para petarlo).


“¡Dime, cielo!”, le animas, mientras establecéis contacto visual. Él, por encima de sus gafas, poniéndose mohín; tú, sonriendo parapetada tras la doble barrera de tazas de café para mojar (a la vanguardia) y cortado (en retaguardia). Yo, me mantengo expectante.


El tipo quería un décimo. In extremis. Habías escondido mercancía tras el espumillón que venden de saldo en el chino. Es el día anterior al sorteo y siguen saliendo papelinas de cualquier sitio. De pie, un fulano apura su destornillador. Supongo que no será el décimo.


Un movimiento de bailarina y, sin necesidad de arrancarlo, ya tienes el material en la mano. El barbas ha sacado su 20 napos y en la estantería se ve que hay, por lo menos, tres más, detrás de los cuales ha surgido el que ahora sujetas. Parece salido de la cesta de Fray Escoba. El vaso de sidra está casi vacío. El gesto comedido del que se dedica al bebercio muestra su origen astur. Yo me sigo coscando de todo.


¡Será cabrón el pavo! ¡Te ha rozado! ¡Lo he visto! ¡Ha habido contacto!


¡Qué tío! ¡Se guardó la pasta, retrayendo los dedos corazón, anular y meñique. Ha dejado el dedo índice extendido, para deslizarlo por tu mano, mientras te arrebata el décimo y se lleva con él la pasta. Te ha guindao. Debes estar despistada. ¡Maravilloso! Es el momento de pasar a la acción.


“Perdona, ¿me das un azucarillo?”, le espeto, con sonrisa picarona, jugando con el que tengo en mi mano izquierda. Espero que Antonio, que sé que está al fondo dando palique a un par de clientas, no le parezca mal que lance las redes. El de la cuenca se gira, dispuesto a entrar a matar el cacharro.


“Y tú, ¿qué? ¿Ya tienes todo lo que quieres?”, afirma retadora y buscona. Parece dispuesta.


“Bueno, a lo mejor lo que quiero no se puede comprar con dinero…”, lacónico, dejo unos puntos suspendidos en el aire… Un coche se esfuma de fondo. Antonio también ha hecho mutis.


Coco (la de Fama, no el de Barrio Sésamo) habla. No veas cómo. No tengo ni idea de lo que está diciendo. Que si Nueva York y una gran manzana. ¡Ni papa! Yo sólo puedo ver que ha pillado la bayeta y se ha puesto a frotar la barra. Lo noto en la porra, que ahora parece doble. Mi mano izquierda se acerca al vaso de agua, para sofocar calores. El del Nalón ya está agarrao.


¡Qué sincronía de movimientos! El de Blimea aparta el vasu y Coco levanta el platillo para retirar las migas. Ni la Pávlova.


“Biutiful”, me dice. Serás loba. Tienes más ganas de guerra…


“Y yo feliz”. Dime si no parece que está pidiendo un bucaque.


¡Fiuuu! “Voy más caliente que la moto de un hípster”, como diría Robinson. La mía es una vespa blanca, que dejo aparcada fuera. “Y vas cascátela más que un hámster, como no te apures, fíu y dejes de buscar sitiu pa’ parcar, que la nena lleva un cachu co’l motor al ralentí y van quemáseye les bujíes” (dice, voz en off, Blimea). Si falla la morena, detrás ya se ha montado un trío.


Va, venga. Sin complejos. “Dame uno”. Yo también quiero participar.


“¿Sí?” ¡Qué tía! ¡Cómo me ha metido el gusanillo en el cuerpo!


Ha vuelto a conseguirlo; ha sacado otro décimo ¡sin que la tira mengüe! Una diosa de ébola, eso es lo que es. De ébano, rapaz, no de ébola. ¡De ébano! Seré de Blimea, cagonrós, pero sé un rato de maderes.


“Pero como me toque, te vienes conmigo a nuevayor”. Tú, ten cuidadín, que la muy guarra diote la mano después de pasar la bayeta y nun hizo por secase. No valía ni pa trabayar en La Osera. ¡Quiés callar con la voz en ho y dejar a los mocinos a la suya, que el curso de audiovisuales que ficiste con los fondos mineros te vino de pena, guaje! ¡Coime! ¿Seré bipolar y por eso falo comigo mesmu?


“A lo mejor, allí, sí consigo lo que quiero”. Pero tú no habías dicho que no todo se conseguía con dinero. ¿Y cómo vas a ir a niuyor? ¿De polizón? Cagonmimanto. Dábate un par de tobes, afatao.

*****

Déjale. Que no le quiten la ilusión. Que no la pierda.

*****

Un ratín después:

— Fede: ‘Taba yo pensando.
— Rico: Dime, Fede.
— Fede: Hoy ¿qué día ye?
— Rico: Domingo.
— Fede: No me jodas.
— Rico: To’l día.
— Fede: Si es que pierdo la cuenta…
— Rico: Dígotelo yo.
— Fede: Y el sorteo, ¿ya fue?, ¿o ye la víspera?
— Rico: Será mañana, Fede.
— Fede: Pues, ‘taba yo pensando. ¿Acuérdeste de la mocina?
— Rico: ¿De cuala?
— Fede: La del chigre de Antonio.
— Rico: Sí, ho.
— Fede: Ye un pocu putuca, ¿nun crees?
— Rico: Dígote.
— Fede: Viste como-y miraba’l guaje.
— Rico: Sí, ho. Fede. La mozuca quería manteca.
— Fede: Pero, ‘taba yo pensando.
— Rico: ¿Qué?
— Fede: Era un pelín gocha.
— Rico: Liberal, dizse ahora.
— Fede: No, si no lo digo por el unte. Pa’ mí ye igual.
— Rico:
— Fede: Ye porque, ¿fijástete la rebequina que llevaba?
— Rico: Sí, ho. Muy prestosa.
— Fede: Pos mañana llevará la misma.
— Rico: Y, ¿tú como lo sabes, Fede?
— Fede: Un deyaví.
— Rico: Qué coses dices, castrón. Deya¿qué?
— Fede: Na, Rico. Coses míes. Que en veces tengo visiones.
— Rico: Cagontó. Lo tuyo ye que-y das al destornillador cosa fina.
— Fede: Sí. ¡Y pásome de rosca!
— Rico: Desde que viniste p’aquí ya nada ye igual.
— Fede: Fijo. Marché de Asturies y la cosa cambió.
— Rico: Nun marchaste, Fede. Echáronte.
— Fede: Pos eso. Ye lo mesmu.
— Rico: Casi.
— Fede: To’ por culpa la mi muyer.
— Rico: Y porque yeras un borrachu, to’l día chumiando.
— Fede: Como ahora.
— Rico: Y un ludópata.
— Fede: Y el tu padre, otru.
— Rico: Nun faltes, Fede. Digo que te gustaba el juego.
— Fede: Diba’l Molinón pa’ ver a Quini.
— Rico: No esi juego, guaje.
— Fede: ¿Qué juego, entós?
— Rico: Les perres.
— Fede: Ya lo sé.
— Rico: Ye jodíu cambiar les costumbres.
— Fede: Y eso que vine aquí, que llamábase Villaverde, pero nada.
— Rico: To’ cementu.
— Fede: Son to’s unos estiraus del pijo. Lleven to’s la cabeza tapáa.
— Rico: ‘Onde vióse eso.
— Fede: Lo único que vale ye la boina. Leváa caláa.
— Rico: ¿Ye bacalá?
— Fede: Déjalo.
— Rico: Déjolo.
— Fede: ‘Taba yo pensando.
— Rico: Dime, Fede.
— Fede: El rapaz de antes.
— Rico: ¿El esmirriau repienau?
— Fede: Esi.
— Rico: ¿Qué y-pasa?
— Fede: Nun debió enterase del estudio de la Universidad de Güisconsin..
— Rico: Cualo.
— Fede: Uno que decía que el 95% de los guajes que tan en un bar...
— Rico: Sí.
— Fede: …anden pensando en llevar a la camarera pa’ lo oscuro.
— Rico: De fijo.
— Fede: Pa’ arrimar la cebolleta.
— Rico: O lo que se pueda.
— Fede: Ye que hay algunos que pásanse de necius.
— Rico: ¡Home, no!
— Fede: Esti lo que y-pasa ye que yera un iluso.
— Rico: Pensaría que iba a moxar el churru.
— Fede: Como dicen los de Güisconsin.
— Rico: ¿Los que faen el DYC?
— Fede: No. Esos son de Segovia.
— Rico: Sí que s’agobia el melenas.
— Fede: Ye cuando t’ofuscas.
— Rico: Pasa a veces.
— Fede: Pasóme el otro día, donde el programa.
— Rico: ¿Nun vas a olvidalu?
— Fede: Ye que, ‘taba yo pensando.
— Rico: Nun sigas, Fede. Va date un irtus.
— Fede: Yo nun tuve la culpa.
— Rico: Ya lo sé, ho.
— Fede: Pusiéronse al mi lau.
— Rico: Provocando.
— Fede: Eso, provocando.
— Rico: Di que sí.
— Fede: Mira que había playa, que paecía la del Aguilar.
— Rico: Eso.
— Fede: Y pusiéronse al mi lau.
— Rico: Provocando.
— Fede: Y, cagonmivida, yo facía tiempo que nun quitaba el quesu.
— Rico: Sigue faciendo.
— Fede: Y por asociación de idees.
— Rico: Cabrales y sidra.
— Fede: Puse en marcha el manubrio.
— Rico: Y atascóse.
— Fede: Claro. Y los muy perros pasaben de mí, ho.
— Rico: Eso no se hace, Fede.
— Fede: Recordóme el día que quedé atorau n’el parking.
— Rico: Acuérdome bien.
— Fede: Nun era a salir. Y mira que llamé, pero escojonábanse tóos.
— Rico: Cabrones.
— Fede: Y, ye normal, acumulóse la sangre allí enbaxio.
— Rico: La gravedá.
— Fede: Gravísmu, fíu. Creí que nun volvía a sacala.
— Rico: La madre...
— Fede: Y ya nun pensaba bien. ‘Taba toa la sangre allí.
— Rico: Acudiendo a la llamada.
— Fede: Y púseme farruco, lo reconozco.
— Rico: Eso te honra.
— Fede: Era hora de tomar decisiones drásticas.
— Rico: Cortar por lo sano.
— Fede: Home, Rico. ¡No me jodas! ¿Cómo hables de cortar, si ye eso?
— Rico: Ye verdad, perdona.
— Fede: Será mejor ahogar les penes, bebiendo.
— Rico: Las muy putes aprendieron a nadar, ¿oyiste?
— Fede: ¿Sabes qué, Rico?
— Rico: ¿Qué?
— Fede: Esto pue’ ser el principiu d’una guapa amistá.
— Rico: Home, claro.
— Fede: Llevamos toda la vida juntos.
— Rico: Ende que nacimos.
— Fede: Vamos a celebrallu.
— Rico: Unos cacharros, sí. Ye pronto pa sidres.
— Fede: Y pasau’l Negrón la sidra avinagra…
— Rico: …y sabe peor.
— Fede: Gascona queda un poco lejos, ¿no crees?
— Rico: Sí. A tomar po’l culo y un pocu más.
— Fede: ‘Taba yo pensando que, siempre que voy de sidres a Gascona…
— Rico: Cada vez que vas a Oviedo.
— Fede: …dejo pa’l final lo llambión.
— Rico: Home, claro.
— Fede: Y subo la cuesta, arrastrau como’l Tarangu.
— Rico: Sí.
— Fede: Pa’ llegar d’arriba y avituallar en Santumedé.
— Rico: Tienen más pastes que rizos en la cabeza la mozuca del bar.
— Fede: Póngome tiesu.
— Rico: Nun m’extraña.
— Fede: Pienso en ellu y me relamo.
— Rico: Habrá que facer algo.
— Fede: ‘Taba yo pensando.
— Rico: Déxalu, cabeza. Nun vayes vaciar el tarru.
— Fede: Tiés razón.
— Rico: Claro.
— Fede: Habrá que celebrallu.
— Rico: Cómo.
— Fede: Canta conmigo.
— Rico: Siempre.
— FedeRico: (tambaleándose): Asturies, patria queridaaaaaa, Asturies de mis amores…
— Federico (recuperado del desdoblamiento, se va cantando, sólo).

*****

Uno de Blimea, borracho, ludópata y bipolar,
se cuela en el chigre de Antonio.
Ya había protagonizado un incidente con una botella de sidra en ‘Adán y Eva’, por el que sería hospitalizado.

*****

Rindo homenaje a algunos maestros del humor asturiano. Un tipo de humor peculiar. Una forma de ver las cosas. Una particular sorna. Una expresión facial contradictoria, la del que se pone serio para hacer una broma y sonríe para decir algo serio.

Difícil de exportar, pese a que algunos lo han intentado.

Algunos son amigos; a otros los sigo; todos han sido una influencia.

Tipos de un talento enorme: Alfonso Iglesias, Jerónimo Granda, Maxi Rodríguez, Pepe Colubi, Francisco García, Antonio Rico, La Nueva Asturias, Edu Galán, Terapia de Grupo, Gelu Rodríguez, Deploreibol, Fernando López-Cancio.

Con los que me encuentro en deuda.

Hay una película magistral que resume el espíritu de esta tierra: La torre de Suso (tien su coña oíla explicá en catalino), de Tom Fernández, con Javier Cámara y Gonzalo de Castro.

Sirve para entender lo que significa “estar de coña (no siempre marinera)”.

*****

Otros episodios de la campaña:

Episodio 2 – Si tú supieras
Episodio 3 – El secreto
Episodio 4 – Beautiful
Episodio 5 – Dilo bien
Episodio 6 – Llamada
Episodio 7 – Carpeta
Episodio 8 – No siempre se gana
Episodio 9 – No la pierdas
Extras – Traca final

Un descanso —orinar, fumar un pitillo, echar la siesta— y la función continuará.

4 comentarios:

  1. Recuérdame cierto chigre de Anleo, aunque la ninia nun era tan guapina, ho....y el tal Antonio taba tambén por alli, pero nun era el camarero, creo, aunque manejaba las botellas como si lo fora.

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    Respuestas
    1. ¿Nun llevaría un abrechapes colgando'l cuellu, como'l indomable?

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