lunes, 24 de noviembre de 2014

Llamada (Lotería de Navidad 2014, VI)

Deconstruyendo la campaña de Lotería:

La ambivalencia es cada vez más apreciada.
O la polivalencia.
La capacidad para adaptarse a cualquier situación.
Esa forma de encontrar justificación, a toro pasado, para la verdadera naturaleza de nuestro comportamiento.

En un mundo, donde nada es blanco o negro, todo terminará siendo gris.


Llamada



*****

Luis está de vacaciones. Va caminando, cuando recibe una llamada. Es Miguel, su jefe.



Ha visto el sorteo. Hace un rato. Miguel le ha mandado ir a captar algún cliente, no vaya a ser que se les escapen todos. Total, como vive cerca del bar de Antonio.


Para llegar al bar, debe atravesar un paso elevado. Va pertrechado con un anorak que le permite mimetizarse con el entorno. En su mano izquierda lleva una bolsa blanca de plástico, de las que dan (sin cobrar) en cualquier comercio de barrio, aunque sea chino.


Está llegando. Pasa por delante del muro iluminado inalámbricamente, donde hay un banco, al lado del cual un confiado había dejado apoyada la bici, sin que le importe que se la levanten, o que se le congele el culo la próxima vez que monte en ella (quizá es un ejercicio para poner las nalgas duras como tambores africanos; el mundo hip está lleno de reglas indescifrables para los no iniciados).


“De nada”, dice, tras haber colgado. Aunque en sus ojos se dibuja una expresión, puesta en boca de todos por la opus magna de Alaska y Dinarama: A quién le importa. Una idea bulle en su cabeza: “Yo soy así y así seguiré. Nunca cambiaré”.


Hay motivos para ello. En la puerta del bar saltan y brincan sus amigos, la gente que vive a su alrededor, con la que comparte vínculos de proximidad y cercanía. Ellos han sido afortunados.


Un gnomo barbado, la anterior encarnación de Jordi Évole, ha llegado.


Al mismo tiempo que Luis, llegan otros dos gnomos. Se incorporan a la danza por detrás de una chica que mira hacia Luis. No parece pasar frío y sólo lleva un jersey para abrigarse.


Por lo visto, la chica se viste con emoticonos, al objeto de evitar malentendidos. Corre, llena de amor, hacia un Luis que ha sacado la botella de la bolsa y abre los brazos sin parecer girarse hacia ella. Su melena se desboca al viento y se abalanza presurosa en un tierno conato de intimidad física.


Ella rodea a Luis y vemos la copa que lleva en su mano derecha. El tercer simbolismo sexual más sencillo de identificar, tras la llave y la cerradura o el lápiz y el sacapuntas, es el de la pareja formada por botella y copa. Ya sabemos que, en breve, ella rebosará amor.


Copas y botellas se elevan, en un multitudinario brindis al sol. Me pasma no haberme dado cuenta hasta ahora que, Luis, una vez que se quite el anorak será el tipo del jersey color berenjena y trenzas en las mangas que danza junto a Manuel, un poco más tarde. Y me sorprende que la prensa no haya hecho acto de presencia, máxime cuando la llamada de Miguel, el jefe de Luis, respondía a que había atado cabos con el bar de Antonio y el lugar de residencia de Luis.

Quizá es que los motivos de las prisas de Luis correspondían a intereses ocultos:

1 – Tenía una misión: atrapar a la mocita de los emoticonos.
2 – Buscaba una comisión: la idea de su jefe llegaba con retraso. Una vez más.


Entre el grupo se encuentra, además de El Follonero y su gorro navideño, un representante del mundo viejuno; parece estar pensando: “la ciudad no es para mí (aunque debo reconocer que saben organizar un jolgorio)”.

Si hay que timar a alguien, parece el objetivo preferente. No habrá quien lo salve.

*****

Nada importa ya. Una vez que sabemos que nada cambia a nadie, y menos el dinero, las intenciones podrán ponerse a posteriori, como relato fabulado de lo que en realidad sucedió.

Luis tendrá el camino expedito.

*****

Otras entregas previas:

Episodio 2 – Si tú supieras
Episodio 3 – El secreto
Episodio 4 – Beautiful
Episodio 5 – Dilo bien
Episodio 6 – Llamada
Episodio 7 – Carpeta
Episodio 8 – No siempre se gana
Episodio 9 – No la pierdas
Extras – Traca final

Queda menos para el final de la campaña. Lo más bonito. Lo más emotivo.
Lo más esclarecedor.

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