martes, 15 de septiembre de 2015

Pimentel, sueco

Que digo yo, que si Pimentel está pasando por un gran conflicto —así se puede considerar que Anticorrupción pida su imputación—, ¿no podría acudir a sí mismo?


Todo pasa por intentar hacerse el sueco.

5 comentarios:

  1. Siempre puede pedir asilo a la republica independiente de Ikea

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  2. No es bonito, lo sé, comentar los problemas físicos.

    Y soy la persona menos indicada para ello, dado que ayer por la mañana me senté en una terraza y en la mesa de al lado tres niños, al verme, fueron presa del terror y empezaron a llorar.

    Pero las cosas son como son: el principal problema de Pimentel no es la imputación. Que levante la mano cualquiera de vosotros que no esté imputado por la desviación de unos cientos miles de euros, es decir delito económicos de poca monta. Ya podéis bajarla, mentirosos.

    Su problema es que no deja de crecerle la cabeza; o de menguarle el cuerpo, no estoy muy seguro.

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    Respuestas
    1. Es cierto NáN. Y lo más sorprendente es que, pese a que da la sensación de que se le deslizaría por unos decrecientes hombros, el palo de escoba que le sostiene la cocorota (incrustado sabe Dios por dónde) muestra una verdadera eficacia. Será sueco.

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