lunes, 28 de diciembre de 2015

Alberto quiere que le insultes

Alberto quiere que le insultes. No un insulto cariñoso, sino uno vulgar, agresivo, infame. Un insulto de los que duelen como puñaladas. Un agravio directo a esa parte del dolor que sólo se deja a los que se quiere. 

Una palabra indecente que atente contra los miedos más infantiles, los que se guardan tras tres armaduras recuperadas de las cruzadas.

Necesita un poco de la rabia de una amante despechada para sentir lo que siente alguien a quien se le acusa de caer en la tentación en la que tanto le costó no caer. Necesita un pisotón, un desprecio exagerado.

Lo necesita porque quiere saber qué se siente siendo el malo, siendo el enemigo o el contrario. Se ha cansado de ser de esas personas a las que se supone racional y a las que nunca se les ve partícipe de la maldad.

Alberto quiere ser el dictador al que le tiran piedras sus súbditos. Quiere sentir el dolor de los golpes, oír resquebrajarse los huesos de los brazos cuando los tanques pasan por encima.

Ha intentado meterse con el vecino. Se ha orinado en la pared de una iglesia y detrás de un minarete (salpicando hacia la meca), pero no ha perdido la salvación eterna. Votó al enemigo, pero obtuvo representación parlamentaria y le asfaltaron las aceras frente a su casa. Se cagó en tu madre y tu madre le preparó un bizcocho. Despreció a un amigo y el amigo le dio la razón. Miró el escote de la vecina en el ascensor y ella se ruborizó para responderle con una sonrisa pícara y cómplice.

Hay quien se levanta por la mañana y le ladran los perros. A Alberto le huelen la entrepierna y luego le traen un hueso moviendo el rabo. A algunos, los jubilados les golpean el coche con sus bastones, al esquivarlos en un paso de cebra; a él le dan la razón, esperando que el semáforo se ponga en verde. Los ladrones le devuelven la cartera y los fans de Pitingo le reconocen que ni es flamenco, ni es pop, ni es fusión, ni por supuesto soul. Ni siquiera le miran mal los veganos cuando se deleita chupando los huesos de las chuletas en su presencia.

Así que no sabe lo que es ser malo, no sabe lo que es ser un endemoniado o un proscrito. Quiere conocer esa sensación, ese malestar grisáceo del causante de todos los males. Lo necesita para saber lo que se siente viviendo en el lado oscuro.

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Alberto quiere que le insultes.

#InsultosAlberto

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Espera que Iglesias, Errejón y Monedero empleen su método favorito para decidir quién le tirará la primera piedra, el primer folio, o la primera tijera.

"Rock - Paper - Scissors"

La aplicación de la escala de Bristol se ha mostrado infalible.
Pablo es puño.
Íñigo corta rápido.
Juan Carlos debe llevar lectura.

4 comentarios:

  1. https://youtu.be/iPmMK7XWLHQ

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  2. Si he de buscar un insulto creo que visto mi facebook los que más se prodigan por las redes son dos Facha o Podemita escoja Vd Este país no aprende es guerricivilista y Vd con estos post se busca la ... amistad eterna jjj

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  3. No es fácil insultarle. Se parece demasiado a mi hijo.

    Un abrazo

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