Foto: flickrolf |
Voy a plantear una afirmación rotunda: “La actualidad es irrelevante”. Ya sé que parece difícil de asimilar, que puede entenderse como un contrasentido, incluso intuyo que algunos pensarán que sólo pretendo mostrarme polémico.
Nada de eso: estoy profundamente convencido y, tengo para mí, que, en la raíz de los males de nuestra sociedad, se encuentra el mayoritario convencimiento de la importancia —la relevancia— de la actualidad.
Sé que los postulados que se tienen por ciertos apriorísticamente —salvaguardados de un análisis que los enjuicie individualmente— suelen encerrar una profunda falsedad. El simple hecho de ser tenidos por ciertos, sin posibilidad de ser revisados, tratados como axiomas, falsea su propia condición y los vicia en su esencia.
Así que, rompe tus cadenas, tus esquemas preconcebidos, tus ideas aprendidas y asumidas a la fuerza, para dejar que la duda entre en tu vida y te permita hacerte, a ti mismo, algunas preguntas.
En casa no vemos informativos en TV. Nunca. Sólo rompemos esa regla cuando tenemos invitados residentes. [Por si es preciso aclararlo, no encendemos la TV cuando tenemos visitas]. Pero evitamos ver, en circunstancias normales, los telediarios. No fue una decisión premeditada. El mayor de nuestros hijos cumplió 2 años y nos empezó a dar miedo que viera lo que ponían en los informativos.
En esto estaremos la mayoría de acuerdo: si se siguiera utilizando el antiguo sistema de clasificación de los contenidos de los programas televisivos, los telediarios deberían llevar “dos rombos”. En ocasiones, excepcionalmente, puntualizan que, determinadas imágenes “pueden herir la sensibilidad del espectador”. Ciertas imágenes; nunca etiquetan de esa forma a los contenidos. En esas escasas ocasiones, en que se muestran pudorosos, lo más recomendable resulta —contrariamente a lo que la mayoría hacemos— mirar para otro lado.
El nivel de tolerancia es creciente. Lo que permiten los emisores, los legisladores, los reguladores, los inspectores y los sancionadores. Y lo que toleramos los consumidores. Estamos expuestos a un agua cada vez más caliente, sin saber que nos están hirviendo. Creemos que podemos acostumbrarnos. Pero no necesitamos hacerlo. Desde luego, mis hijos no lo necesitan.
Así que, con pesar, renunciamos en su día a mantenernos informados por medio de los telediarios de TV. Adiós, Matías. Leemos periódicos, oímos la radio. Pero hemos conseguido superar esa sensación de montaña rusa que transmiten los programas de TV, especialmente los informativos. “Esto es de lo que todos hablarán ahora”. Superamos el sentido de inmediatez repentina al que obliga la dosis diaria de actualidad informativa televisada.
Quien ya se plantee, junto a quitarse el reloj y desconectar aparatos electrónicos, dejar de ver informativos como parte de la rutina de las vacaciones, que aproveche esa querencia y, dando un paso adelante más, formalice el aislamiento de Matías y sus secuaces en el confín de los olvidados. Ya verás como, además de no pasar nada malo, resulta altamente saludable.
Foto: flickrolf |
“La actualidad es evanescente”. No se puede atrapar. Intentar conseguirlo es embarcarse en un propósito inalcanzable, altamente desequilibrante y potencialmente frustrante.
Es intentar perseguir algo que necesita escapar de nosotros.
Es un intento de subirse a un tren que, nunca se está quieto, y no lleva a ningún destino.
Hace unos 12/15 años, me indigné tanto con Antena 3 que les escribí y les dije que no volvía a ver un telediario hasta que no mejorara la calidad de la misma ya que tanto en la edición del medio día como por la noche no salía mas que UNA sola noticia extranjera...con TODO lo que ocurría y ocurre en los países africanos, asiáticos, etc! Me contestaron con alguna tontería, tipo carta "standard" que ya ni recuerdo.
ResponderEliminarHoy,sí se ven noticias de todas partes del mundo pero ahora resulta ya imposible ser una asidua de ninguna cadena porque no están informando, ni formando, ni contando, en muchos momentos, la verdad.
En el verano parece que no ocurre nada mas que calor, atascos de tráfico y gente quemándose al sol en las playas. Desde que entraron en escena la Cuarta y la Sexta parece que las noticias de todas las cadenas se han vuelto más sórdidas y cada vez se da mas cobertura a las crónicas sociales...que suelen ser bastante morbosas.
Pero ¿Que es lo que está pasando? Junto con lo arriba comentado, si hay alguna noticia mas seria, ten por seguro que es violenta,siempre el tema de las drogas, el maltrato a los ancianos, los delincuentes que suelen ser inmigrantes..!vamos! Que NUNCA nos muestran los logros de la sociedad,....porque NO VENDE.Hay que asustar a la gente, atraernos con la morbosidad....y con esos mensajes que filtran poco a poco en nuestras subconscientes no dudes que es(como el lobo feroz) para manipularnos mejor.
Gracias Alberto. Hace pensar, sentirse una rana, un momento de reflexión al día en lugar de precipitación, SIEMPRE SE AGRADECE.
ResponderEliminarVIVA LA PRENSA ESCRITA.
En cualquier caso, si un hecho es relevante o no, se ve luego en los libros de historia. Nadie recordará ( me refiero al 90% de los conocedores del personaje y sus avatares) los nombres de las amantes de Felipe el hermoso. Sí nos acordaremos de que esa "costumbre", hizo a su mujer lo que la hizo. Y este, en sí es el hecho relevante. Igual que a determinadas épocas de nuestra historia, las recordamos por lo verdaderamente importante que pasó, no por sus detalles más o menos escatológicos.
ResponderEliminarEn este pais a lo mejor estan todos viendo "salvame....es la vida de "los otros" la que nos habita a diario-actualidad. lo demas no lo entienden...ni quieren entender,aunque vean pasar cadaveres por delante de su salon mientras cenan; la bolsa ,la politica, los rescates hoy si, mañana no.Messi-goool,Ronaldo idem. La jaula de los monos... esta repleta.Sera mejor retirarse a una esquina a escuchar el silencio...... es la mejor compañia en estos tiempos convulsos. pero no nos van dejar.J.Alvarez
ResponderEliminarEs interesante ver la necesidad imperiosa que todos tenemos del silencio. Creo que incluso ya en el mundo rural, ese que dicen que es un geriátrico, necesitan del silencio igual que en las ciudades.
ResponderEliminarLa reflexión, saber por qué estamos haciendo las cosas, en definitiva, ser libres, porque hemos decidido hacer lo que hacemos.
En estos días, hablar de actualidad es tener miedo a una prima que no conocíamos de nada, pero que nos está acojonando (la de riesgo, digo).
En fin, que nos dejen vivir, derecho a la información, SI, derecho al descanso TAMBIÉN. Las audiencias son el elemento clave de la tv de hoy en día, que no nos cuenten milongas!
Ana
La cuestión a mi modesto modo de ver, tendría que empezar por definir que es para nosotros actualidad. Una vez que tenemos claro que entendemos por actualidad, "hechos relevantes acontecidos a lo largo de un periodo mas o menos largo de tiempo", tendríamos que mirar que tipo de actualidad queremos, o mejor dicho, estamos dispuestos a tolerar. En algunos casos, la mayoría, están dispuestas a tragarse cualquier información, venga de donde venga, se refiera a lo que se refiera y este acompañada de las imágenes mas brutales. Otros se tragan lo que sea, pero el tema de las imágenes les vuelve escrupulosos, por lo que dejan de lado la televisión y se centran en la radio y algo de prensa y por ultimo estas tu, lo digo en solitario, no digo personas como tu, no, me refiero a ti como persona individual, que optas por que las imágenes de la televisión no entren en la retina de tus vástagos, que esas imágenes que en su mayoría no se limitan a ilustrar la noticia, si no que buscan de manera poco ética y falta de algún tipo de moral, la sangre, la víscera, lo tétrico, lo macabro, lo absurdo, la imagen de pulizzer, el dolor en su estado supremo. Es fantástico encontrar a personas como tu que quieren mantener las pupilas de sus hijos limpias de atrocidades el mayor tiempo posible, es extraordinario que en los tiempos que corren, encuentres por la vida, "personajes", no en modo peyorativo, mas bien en alabanza extrema, que logre mantener la mirada de un niño, limpia de sangre, miseria, vísceras y atrocidades, bien amigo, me inclino ante tu extrema delicadeza para con tus vástagos y me fustigo con el látigo de la insensatez por no haber podido lograr lo mismo, esta siendo un placer leerte, intentar acomodar mis ideas con las tuyas y sobre todo, aprender, que nunca es tarde, si la sabiduría viene en esencia como la tuya.
ResponderEliminarSiempre que no se les aísla a los niños de la realidad de nuestro mundo, de lo que ocurre en nuestras sociedades, estaría de acuerdo en que no hace falta enseñarles la total brutalidad de algunas imágenes que nos ponen delante en la TV.
ResponderEliminarLos niños a partir de los 10 años,9,8, (depende de cada niño, deben, creo yo, enterarse de lo que ocurre en el mundo porque no es bueno permitirles que crean que el mundo es maravilloso, que como viven ellos, viven todos los niños.Entre otras cosas...porque no es verdad.
En los colegios británicos y desde hace decenas de años,(y a partir de los 8 años) hay una clase a primera hora de la mañana, que es leer con el profesor las noticias y discutirlas. Hoy lo hacen en Internet también, con imágenes y siempre supervisados por el profe.Es media hora a diario. Solo ha podido ser beneficioso.
Hoy y desde hace varios años,en mis clases de inglés, no me gusta ver que los niños no tengan interés en el mundo alrededor y que no se enteran de mucho y que además no tienen ningún interés.Desde hace mucho tiempo, en mis clases, sí repasamos "la actualidad" si con eso se refiere a lo que está ocurriendo en el mundo. A los de 8/9 años se habla de unas cosas y no de otras pero siempre que un niño tan pequeño me hace una pregunta, la contesto y le presento la contestación de manera que (además en inglés) la puede entender, le provoque interés y vaya a su casa con algo de preguntar a su papás. A los de mas edad y con mejor nivel de inglés,discutimos más y ven imágenes. Yo no creo que hay que esconderles las imágenes de los niños de Bolivia que con 4/5 años están picando piedras en las canteras a las 4 de la mañana, para luego volver a casa a ayudar a sus madres con la casa y llevar en la espalda a los 7 años a un hermano pequeñito "a la escuela" para aprender. Es una realidad y les puedo decir a los críos que lo he visto con mis ojos por los viajes que he hecho.Hoy muchos de estos niños están ya en la facultad terminando carrera y nos juntamos para charlar de vez en cuando, para lo que llamo "filosofar en La menor.
Pregunta: ¿A vuestros hijos les dejaríais ver la peli o leer el libro "El niño del pijama de rayas"?" y a qué edad?
Buenos días a todos.Gracias Alberto por tu artículo que nos ha hecho a todos reflexionar y aportar.
Nina
Bien, para cualquiera que siga este blog, tendrá que convenir en que los comentarios están superando en interés a los propios artículos lo que se convierte en un estímulo lleno de interés. Gracias por vuestro activismo.
ResponderEliminarVamos por partes:
Nina: me encanta saber que siguen existiendo personas que escriben cartas. La calidad de los informativos de TV pasa por su propia dimensión y configuración. Da la sensación que están hechos por becarios que se documentan por internet y por eso miran lo que hace el vecino: "todos hablan de lo mismo". Si desplazan a un corresponsal se pierde en la inmediatez del formato, tiene que entrar en directo frecuentemente, en lugar de patear y buscar documentar la información. No es lo mismo "dar noticias" que "informar" o, más todavía, ayudar a que cada uno "se forme su propia opinión" (utopía del día).
Anónimo: Gracias por seguir la pista que llevaba a la rana que ayudaba a reflexionar. Pero te diré que, a mi juicio, la prensa escrita sigue el mismo mal camino de la TV. La principal ventaja es que cada lector puede elegir dónde pararse a profundizar, las pausas, los acentos que dar.
Iñaki: Estoy de acuerdo contigo que el tiempo otorga la importancia que merecen los hechos, pero, no lo olvides, la escriben los historiadores, que pueden tener sus propios intereses.
José: esperaba que un hombre de la radio, como tú, la mencionara. Me has sorprendido con lo de ir a escuchar el silencio. Tú, ¿sin tu radio pequeñina?
Alberto Secades
Sigo; no me dejaba de una vez.
ResponderEliminarAna: el otro día alguien comentó en la entrada del voto accesible "qué país". Pues eso. En cualquier caso, en el campo o en el geriátrico, los ancianos tienen un elemento de protección mayor: desenchufar al audífono. Aunque igual eso convierte a intérprete de lenguaje de signos en profesión con alto índice de empleabilidad.
Monje: comentario complejo que planteas y que trataré de afrontar con honestidad. No comparto la definición que aportas de actualidad; para mí (con ayuda del diccionario que siempre consulto) es el "conjunto de cosas que tienen interés en el momento actual". Ese sentido era el que planteaba el artículo. Esa sensación de que las noticias que vienen en el periódico de hoy, sólo sirven mañana para envolver un pescado.
La sensación de embarcarse en una persecución puede convertirse en agobiante atendiendo a cualquier medio de comunicación, pero la TV lo favorece. Y a mi juicio el enfoque de los telediarios es nefasto, a pesar de que tengan un aura de respetabilidad, hasta el punto de convertirte en alguien sospechoso por declarar que no los ves. Otra cosa es el medio: existen estupléndidos documentales (no sólo de animales) que tratan de profundizar y, por tanto, informar a quien quiere hacerlo.
En mi caso, ya lo mencioné en el artículo, no fue una búsqueda para nosostros, pero, tratando de cuidar a nuestros hijos, encontramos que también nos beneficiaba. Y no es una búsqueda de mantenerlos en una burbuja aislada. Es que realmente estamos convencidos que hay cosas que los niños no necesitan. No necesitan ver telediarios, como tampoco necesitan llevar móvil ni quedarse en el cuarto cuando los adultos empiezan a hablar de cosas de mayores. Preservar su derecho a ser niños no es aislarlos; es tratarlos como lo que son.
En cualquier caso, eres conocedor del aprecio mutuo que nos tenemos y, ya te comenté en persona, y lo dejo ahora públicamente escrito: has sido una incorporación muy valiosa al activismo de los comentaristas del blog. Estoy profundamente agradecido.
Nina: Ya hemos hablado del concepto burbuja y los padres sobreprotectores. Tengo una idea formada que a lo mejor es errónea y que expongo aquí para que me corrijáis ("La burbuja" parece un título apetecible para un artículo): los padres que no dejan que los niños jueguen y exploren y se caigan y se hagan daño y crezcan jugando con extraños y conozcan su propia capacidad, son los que, en casa, permiten que se expongan a los contenidos tóxicos de los telediarios, internet, maquinitas, teléfonos móviles, etc.
Los padres y educadores deberían entender la responsabilidad que tienen; la mayor de todas: ayudar a los niños a pensar por sí mismos, formarse sus propias opiniones, tomar sus decisiones y ser responsables de su comportamiento. Plantearles preguntas es una obligación ineludible.
Yo he leído el libro y no me gustó. No tuve ningún interés en ver la película. Creo que, en todo caso, no es un libro para niños. Los niños tienen que ver las cosas en su momento. Luis (ya tiene una década) quiere leer "El principito". No puedo dejar que lo haga ahora. No será capaz de extraerle se esencia todavía y, cuando quiera hacerlo más adelante, estará para siempre condicionado por esa primera lectura. Cada cosa a su tiempo. Tampoco es cuestión de precipitar la exposición a cosas que los niños no son todavía capaces de procesar.
Gracias a todos. Es evidente que me mantenéis en un elevadísimo tono el foro que siempre quise que fuera este blog.
Alberto Secades
Bien, para cualquiera que siga este blog, tendrá que convenir en que los comentarios están superando en interés a los propios artículos lo que se convierte en un estímulo lleno de interés. Gracias por vuestro activismo.
ResponderEliminarVamos por partes:
Nina: me encanta saber que siguen existiendo personas que escriben cartas. La calidad de los informativos de TV pasa por su propia dimensión y configuración. Da la sensación que están hechos por becarios que se documentan por internet y por eso miran lo que hace el vecino: "todos hablan de lo mismo". Si desplazan a un corresponsal se pierde en la inmediatez del formato, tiene que entrar en directo frecuentemente, en lugar de patear y buscar documentar la información. No es lo mismo "dar noticias" que "informar" o, más todavía, ayudar a que cada uno "se forme su propia opinión" (utopía del día).
Anónimo: Gracias por seguir la pista que llevaba a la rana que ayudaba a reflexionar. Pero te diré que, a mi juicio, la prensa escrita sigue el mismo mal camino de la TV. La principal ventaja es que cada lector puede elegir dónde pararse a profundizar, las pausas, los acentos que dar.
Iñaki: Estoy de acuerdo contigo que el tiempo otorga la importancia que merecen los hechos, pero, no lo olvides, la escriben los historiadores, que pueden tener sus propios intereses.
Alberto Secades
Ana: el otro día alguien comentó en la entrada del voto accesible "qué país". Pues eso. En cualquier caso, en el campo o en el geriátrico, los ancianos tienen un elemento de protección mayor: desenchufar al audífono. Aunque igual eso convierte a intérprete de lenguaje de signos en profesión con alto índice de empleabilidad.
ResponderEliminarMonje: comentario complejo que planteas y que trataré de afrontar con honestidad. No comparto la definición que aportas de actualidad; para mí (con ayuda del diccionario que siempre consulto) es el "conjunto de cosas que tienen interés en el momento actual". Ese sentido era el que planteaba el artículo. Esa sensación de que las noticias que vienen en el periódico de hoy, sólo sirven mañana para envolver un pescado.
La sensación de embarcarse en una persecución puede convertirse en agobiante atendiendo a cualquier medio de comunicación, pero la TV lo favorece. Y a mi juicio el enfoque de los telediarios es nefasto, a pesar de que tengan un aura de respetabilidad, hasta el punto de convertirte en alguien sospechoso por declarar que no los ves. Otra cosa es el medio: existen estupléndidos documentales (no sólo de animales) que tratan de profundizar y, por tanto, informar a quien quiere hacerlo.
En mi caso, ya lo mencioné en el artículo, no fue una búsqueda para nosostros, pero, tratando de cuidar a nuestros hijos, encontramos que también nos beneficiaba. Y no es una búsqueda de mantenerlos en una burbuja aislada. Es que realmente estamos convencidos que hay cosas que los niños no necesitan. No necesitan ver telediarios, como tampoco necesitan llevar móvil ni quedarse en el cuarto cuando los adultos empiezan a hablar de cosas de mayores. Preservar su derecho a ser niños no es aislarlos; es tratarlos como lo que son.
En cualquier caso, eres conocedor del aprecio mutuo que nos tenemos y, ya te comenté en persona, y lo dejo ahora públicamente escrito: has sido una incorporación muy valiosa al activismo de los comentaristas del blog. Estoy profundamente agradecido.
Nina: Ya hemos hablado del concepto burbuja y los padres sobreprotectores. Tengo una idea formada que a lo mejor es errónea y que expongo aquí para que me corrijáis ("La burbuja" parece un título apetecible para un artículo): los padres que no dejan que los niños jueguen y exploren y se caigan y se hagan daño y crezcan jugando con extraños y conozcan su propia capacidad, son los que, en casa, permiten que se expongan a los contenidos tóxicos de los telediarios, internet, maquinitas, teléfonos móviles, etc.
Los padres y educadores deberían entender la responsabilidad que tienen; la mayor de todas: ayudar a los niños a pensar por sí mismos, formarse sus propias opiniones, tomar sus decisiones y ser responsables de su comportamiento. Plantearles preguntas es una obligación ineludible.
Yo he leído el libro y no me gustó. No tuve ningún interés en ver la película. Creo que, en todo caso, no es un libro para niños. Los niños tienen que ver las cosas en su momento. Luis (ya tiene una década) quiere leer "El principito". No puedo dejar que lo haga ahora. No será capaz de extraerle se esencia todavía y, cuando quiera hacerlo más adelante, estará para siempre condicionado por esa primera lectura. Cada cosa a su tiempo. Tampoco es cuestión de precipitar la exposición a cosas que los niños no son todavía capaces de procesar.
Gracias a todos. Es evidente que me mantenéis en un elevadísimo tono el foro que siempre quise que fuera este blog.
Alberto Secades
Al final te acabas inmunizando de los telediarios y simplemente los pones cuando hace alguna burrada Mourinho.
ResponderEliminarBien, para cualquiera que siga este blog, tendrá que convenir en que los comentarios están superando en interés a los propios artículos lo que se convierte en un estímulo lleno de interés. Gracias por vuestro activismo.
ResponderEliminarVamos por partes:
Nina: me encanta saber que siguen existiendo personas que escriben cartas. La calidad de los informativos de TV pasa por su propia dimensión y configuración. Da la sensación que están hechos por becarios que se documentan por internet y por eso miran lo que hace el vecino: "todos hablan de lo mismo". Si desplazan a un corresponsal se pierde en la inmediatez del formato, tiene que entrar en directo frecuentemente, en lugar de patear y buscar documentar la información. No es lo mismo "dar noticias" que "informar" o, más todavía, ayudar a que cada uno "se forme su propia opinión" (utopía del día).
Anónimo: Gracias por seguir la pista que llevaba a la rana que ayudaba a reflexionar. Pero te diré que, a mi juicio, la prensa escrita sigue el mismo mal camino de la TV. La principal ventaja es que cada lector puede elegir dónde pararse a profundizar, las pausas, los acentos que dar.
Iñaki: Estoy de acuerdo contigo que el tiempo otorga la importancia que merecen los hechos, pero, no lo olvides, la escriben los historiadores, que pueden tener sus propios intereses.
José: esperaba que un hombre de la radio, como tú, la mencionara. Me has sorprendido con lo de ir a escuchar el silencio. Tú, ¿sin tu radio pequeñina?
Alberto Secades
Ana: el otro día alguien comentó en la entrada del voto accesible "qué país". Pues eso. En cualquier caso, en el campo o en el geriátrico, los ancianos tienen un elemento de protección mayor: desenchufar al audífono. Aunque igual eso convierte a intérprete de lenguaje de signos en profesión con alto índice de empleabilidad.
ResponderEliminarMonje: comentario complejo que planteas y que trataré de afrontar con honestidad. No comparto la definición que aportas de actualidad; para mí (con ayuda del diccionario que siempre consulto) es el "conjunto de cosas que tienen interés en el momento actual". Ese sentido era el que planteaba el artículo. Esa sensación de que las noticias que vienen en el periódico de hoy, sólo sirven mañana para envolver un pescado.
La sensación de embarcarse en una persecución puede convertirse en agobiante atendiendo a cualquier medio de comunicación, pero la TV lo favorece. Y a mi juicio el enfoque de los telediarios es nefasto, a pesar de que tengan un aura de respetabilidad, hasta el punto de convertirte en alguien sospechoso por declarar que no los ves. Otra cosa es el medio: existen estupléndidos documentales (no sólo de animales) que tratan de profundizar y, por tanto, informar a quien quiere hacerlo.
En mi caso, ya lo mencioné en el artículo, no fue una búsqueda para nosostros, pero, tratando de cuidar a nuestros hijos, encontramos que también nos beneficiaba. Y no es una búsqueda de mantenerlos en una burbuja aislada. Es que realmente estamos convencidos que hay cosas que los niños no necesitan. No necesitan ver telediarios, como tampoco necesitan llevar móvil ni quedarse en el cuarto cuando los adultos empiezan a hablar de cosas de mayores. Preservar su derecho a ser niños no es aislarlos; es tratarlos como lo que son.
En cualquier caso, eres conocedor del aprecio mutuo que nos tenemos y, ya te comenté en persona, y lo dejo ahora públicamente escrito: has sido una incorporación muy valiosa al activismo de los comentaristas del blog. Estoy profundamente agradecido.
Nina: Ya hemos hablado del concepto burbuja y los padres sobreprotectores. Tengo una idea formada que a lo mejor es errónea y que expongo aquí para que me corrijáis ("La burbuja" parece un título apetecible para un artículo): los padres que no dejan que los niños jueguen y exploren y se caigan y se hagan daño y crezcan jugando con extraños y conozcan su propia capacidad, son los que, en casa, permiten que se expongan a los contenidos tóxicos de los telediarios, internet, maquinitas, teléfonos móviles, etc.
Los padres y educadores deberían entender la responsabilidad que tienen; la mayor de todas: ayudar a los niños a pensar por sí mismos, formarse sus propias opiniones, tomar sus decisiones y ser responsables de su comportamiento. Plantearles preguntas es una obligación ineludible.
Yo he leído el libro y no me gustó. No tuve ningún interés en ver la película. Creo que, en todo caso, no es un libro para niños. Los niños tienen que ver las cosas en su momento. Luis (ya tiene una década) quiere leer "El principito". No puedo dejar que lo haga ahora. No será capaz de extraerle se esencia todavía y, cuando quiera hacerlo más adelante, estará para siempre condicionado por esa primera lectura. Cada cosa a su tiempo. Tampoco es cuestión de precipitar la exposición a cosas que los niños no son todavía capaces de procesar.
Gracias a todos. Es evidente que me mantenéis en un elevadísimo tono el foro que siempre quise que fuera este blog.
Alberto Secades
Me quedaba contestar a Anónimo: "simplemente los pones cuando hace alguna burrada Mourinho". ¿Te pasas el día delante de la TV? Porque entre las muchas que hace y el mogollón insaciable de veces que las repiten...
ResponderEliminarEso es información a martillazos.