Llevo un par de
días que me cuesta conciliar el sueño.
Ya conté que me
quedaba en blanco.
Pero no me
atreví a explicar la razón.
Ahora lo haré.
Un anuncio.
Traicionero de cojones, resumen en 40 segundos (también en 30 y 20) de una peli que
encabeza el ranking de spoilers en la que, en ocasiones, alguien
veía osos.
(((antes pensaba que los osos estaban dormidos; ahora sé que estaban de parranda)))
*****
Y claro, insomne, ojiplático perdido, como si fuera idiota, me pongo a hurgar y descubro
en su página la oferta más descabellada que pudiera imaginar:
Contratas tu seguro de decesos (MUERTE, traducción propia)
y disfrutas de 2 noches de hotel para dos personas (que puede que se trate de
la parte contratante de la primera parte y la parte contratante de la segunda
parte; hay rollo) o la beneficiaria y su apaño (un embrollo, como la peli aquella en la
que salía Lana Turner).
Y no puedo imaginar nada que me dé más mal rollo.
*****
Claro que sigo sin poder dormir, desvelado, con la imagen de Lana
andando por (su) casa con un atuendo casual y, quizá por casualidad,
me fijo en que la empresa ha unido su nombre (para eliminar vestigios
religiosos) y ya no parece hacer referencia a aquella mujer a la que
cantaba Miguel Ríos.
“Invadido por la ausensia, me devora la impasiensia” y me lanzo a buscarla.
Sin esperarlo, aterrizo en los ‘80s. En el vídeo fechan la actuación
en 1982.
Es posible.
El tema, escrito por el argentino Roque Narvaja, se incluyó
en el disco Rocanrol Bumerang de 1980, pero la canción tuvo mucho éxito
(y, entonces, los éxitos se estiraban más. Y una versión iba en el directo del año del Mundial, Rock & Ríos). Y las actuaciones en TV eran como
eran las actuaciones entonces. (Yo, que padecí aquellos años, aborrezco del
tratamiento que hace TVE a su catálogo con el programa de cachitos de hierro y
cromo que locuta Torrente. Me parece mucho más digno rotular las esquinas
superiores indicando “Nostalgia” y “Retro”).
Así que AVISO: ojo al atuendo.
Y a la realización.
Y a las claves ocultas.
Ya podía haber hecho caso la aseguradora al mensaje que incluía el
granaíno:
“Dame una cita, vamos al
parque.
Entra en mi vida, sin
anunciarte”.
Me hubieran ahorrado un montón de sustos y noches toledanas.
Te lo aseguro.
Qué grande eres, Alberto!!!!
ResponderEliminarTe prometo que ayer por la noche comentábamos en casa el mal rollo que desprende esta cosa que no me atrevo a llamar anuncio y es como si me hubieras leído el pensamiento. No sé qué es peor, si el señor que al final está muerto (segunda parte de Los Otros?) o lo de las noches de hotel pero me ha encantado como has hilado un tema con otro para acabar con el gran Miguel Ríos.
Gracias !!!
Es uno de esos anuncios de tan mal gusto que te obligan a comentarlo.
EliminarQuizá la estrategia publicitaria haya sido tan retorcida que les esté funcionando.
Sobre la promoción de la noche de hotel: trato de imaginar la sesión de "Brain-storming" en la que se aprobó. Supongo cómo iban puestos los participantes, pero no dejo de pensar en que si esta fue la idea aprobada, ¿cómo serían las que resultaron descartadas?
Gracias
Sí, tienes toda la razón... seguramente para echarse a temblar con lo que fue descartado!!!
EliminarA veces ocurre con determinados anuncios que no puedes creer que un creativo publicitario haya presentado un desastre de tal magnitud, aún menos que alguien apruebe el proyecto. Es como una de esas series malas de solemnidad en las que el espectador sabe desde el minuto uno que nunca va a funcionar pero que los mandamases de las cadenas se empeñan en poner en marcha. Pero como bien apuntas, la diferencia aquí está en el mal gusto.
Gracias