Louis-Jean Cormier — “Croireen rien”
Quand la nuit tombe (2020)
Montreal, Quebec (Canada)
*****
Me
hace llegar mi amiga Papu esta
canción, de un canadiense que desconocía, lo que me da pie para investigar.
Encuentro
que está sacada de su tercer disco, su vuelta a la escena tras una pausa de
cinco años en los que aprovechó para ordenar su vida (acababa de separarse de
su mujer) y sus ideas (en el disco no se utilizan guitarras, ni se maltrata
ningún animal —creo— en toda la grabación).
Y
resulta sencillo (a mí me ocurre, al menos) encontrar pistas en la canción sobre
la relación con su padre, amante de la música clásica y quien le introdujo en
el amor por la tradición de algunos cantautores quebequeses y que, antes de fundar
una familia, había ejercido el sacerdocio.
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Podría
tener el gusto de creer en nada
Sé
ser feliz
No
hay necesidad de que sigan mi camino
Podría
tener el gusto de creer en nada
Avanzo
en medio de semidioses
O
enemigos tuyos
Sé
que te duele
Eso
te entristece
Verme
huir
Pero
aunque insistas...
Podría
tener el gusto de creer en nada
Tengo
mi propio cielo
Ángeles
sin alas y sacerdotes sin manos
Podría
tener el gusto de creer en nada
Seré
el salvador
De
mi simple felicidad
Podría
tener el gusto de creer en nada
Tengo
el viento en las velas
Mis
propios nombres de estrellas
Y
algunos estribillos míos
Podría
tener el gusto de creer en nada
Y
te pido perdón
Seguiré
siendo tu chico
De
principio a fin
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Reconozco
que, pese a tener un piano de pared en el salón de casa, nunca había caído en
la cuenta de que, al ponerse a tocar, el intérprete transmite la sensación de
estar castigado.
Gracias
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