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martes, 5 de noviembre de 2019

Charles, Charlie, Chuck (50 Estados USA)

El 4 de noviembre es el día en que llamo a mi hijo Charlie.


Un nombre que siempre dio juego para un montón de músicos.

Y una edición en la que encontramos motivos para hablar de Carlos Borromeo, de Marvin Gaye, de Meghan Trainor, de Davy Crockett, de Johnny Ace, de James Brown, de Elvis Presley, de John Denver, de Harvey Milk, de Dan White, de George Moscone, de Gus van Sant, de Sean Penn.

Descubre por qué en el enlace adjunto:

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Programa: Noche tras noche (RPA)
Fecha de emisión: 4 de Noviembre de 2019


martes, 27 de febrero de 2018

Cántame un Mito (50 Estados USA)

Un experto en mitología griega (Carlos Secades), una historiadora del arte (Patry Pérez) y el director del programa permitieron una confluencia de texturas en la que me tocó poner la banda sonora a tres mitos: Aracne, el Inframundo (Orfeo y Eurídice) y Medusa.


Nos detuvimos en tres obras:

"Las hilanderas" (Velázquez)

"Orfeo y Eurídice" (Rubens)
"Medusa" (Caravaggio)



martes, 13 de junio de 2017

Oregon (50 Estados USA)

Un episodio enriquecido con la participación de Carlos Secades, avezado experto en cine y series de TV, prolongado con el repaso de Patry Pérez a “La última cena”, de Leonardo Da Vinci.

En el NorOeste, al borde del Pacífico, al Sur de Washington y al Norte de California, se encuentra Oregon, el destino de muchos colonos que atravesaban un continente para llegar a la tierra prometida.
En eso confiaban al empezar un recorrido de 3.200 km desde Independence (Missouri); la Oregon Trail.

La ruta

Programa: Noche tras noche (RPA)
Fecha de emisión: 12 de junio de 2017



La capital del Estado es Salem, pero la ciudad más importante es Portland.


martes, 23 de febrero de 2016

Heria y Clofonte

Morel de Sal. Círculo literario.
22 de febrero de 2016.
Coordina Patricia Núnez.

Motivo: Gustave Moreau“La peri” (grafito, pincel y tinta negra, gris lavado y toques de pintura metálica dorada), circa 1865, Art Institute Chicago.



Motor: Elaborar un mito (“narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico”) a partir de la imagen.

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Heria y Clofonte, el ser del árbol hueco

En un recóndito páramo, expuesto a las inclemencias (sol, lluvia, alimañas), un árbol, hueco en su interior, sagrado para los que conocían su historia, llamado Glay por los que se atrevían a decir su nombre, dejaba pasar el tiempo. Llegó el momento en que nadie recordaba su historia, ni mostraba interés por querer escucharla.

Dicen y cuentan y recuerdan, a quien muestra ganas de escuchar, que el último huevo de un dragón de sangre púrpura estaba escondido en el tronco hueco de Glay.

Cuentan y recuerdan y dicen, a quien muestra ganas de escuchar, que un águila sobrevolaba en círculos al árbol hueco, Glay. Alguien se aventuró a conjeturar que buscaba alimento; es conocido que ciertas águilas muestran predilección por la tibieza púrpura de un dragón en gestación.

Recuerdan y dicen y cuentan, a quien muestra ganas de escuchar, que una leona vagaba por el páramo, circundando a Glay, el árbol hueco. No daba sombra, no daba protección, ni siquiera servía de consuelo por la pérdida de sus crías. Pero la leona acechaba.

Cierto día, del que nadie dice, del que nadie recuerda, del que nadie cuenta, del que nadie muestra ganas de escuchar nada, el cielo se oscureció, sin que hubiera nubes, ni hubiera llegado la noche, ni se hubiera producido un eclipse. Existen cosas que son inexplicables y quizá no tenga sentido perder el tiempo en buscar una razón.

El último huevo de un dragón de sangre púrpura notó algo y se removió.
El águila notó la presencia del último huevo de un dragón de sangre púrpura, y se lanzó en picado para saciarse.
La leona vio al águila y se puso al acecho; su apetito se había avivado.

Y, en un brevísimo instante, desconocido para muchos desde entonces, el águila se comió el último huevo de un dragón de sangre púrpura; justo en el momento en que la leona se comía al águila que había devorado al último huevo de un dragón de sangre púrpura; al tiempo que caía un rayo sobre Glay, el árbol hueco, en el que se abrigaba el último huevo de un dragón de sangre púrpura, que era devorado por un águila mientras una leona se comía al águila.

Nadie había que hubiera presenciado el instante.
Muchos años pasaron sin que nadie fuera capaz de explicar lo ocurrido.
Sólo Heria, la joven que había caído siendo niña cuando jugaba en las ramas de Glay, el árbol hueco, sintió algo.
Un estremecimiento, una premonición.
No sabía qué era, pero supo que tenía que llegar hasta Glay, el árbol hueco.

Un largo viaje exige demasiadas explicaciones y convertirían este relato en una saga.

Heria ya había llegado a su destino y pudo comprobar que una criatura andaba cerca, volaba alto y reptaba en las inmediaciones de Glay, el árbol hueco. Respondía al nombre de Clofonte, “el ser del árbol hueco”, pese a que sea cierto que nadie se atrevía a nombrarla.

Heria quiso montarla y Clofonte se opuso.
Heria susurró unas palabras al oído de Clofonte.
Desde entonces, Heria cabalga a lomos de Clofonte.

Sólo para quienes muestren ganas de escuchar: dicen que Heria pudo montar a Clofonte, porque sabía su nombre, y sabía por qué se llamaba de la forma en que se llamaba.

Era la hija concebida al caer el rayo sobre Glay, el árbol hueco: hija de Clótela (águila), hija de Fontia (dragón), hija de Teyna (leona), las tres hembras que quedarían unidas para siempre. Sólo Heria —la única que había mostrado ganas de escuchar a los que decían, contaban y recordaban— sabía su nombre y conocía su historia.

Heria ya podía sentirse libre, más que nunca, para completar su viaje, en pos del último dragón púrpura, que dicen y cuentan y recuerdan, a quien muestra interés en escuchar, que se llama Fluffy, que liberará a Heria de la maldición que le impide andar.

Cuentan y recuerdan y dicen, también, que Clofonte, el ser del árbol hueco, sufrirá alguna transformación, pese a que es sabido que ésa es otra historia, a la que habrá que prestar atención, mostrando ganas de escuchar a quienes recuerdan y dicen y cuentan.

Eso creo yo, al menos.

MC Secades

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La lectura de Pilar fue un complemento perfecto al relato imaginado por mi hijo.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Charlie, mi hijo

Tener un hijo artista conlleva continuas sorpresas. Las ocurrencias de cualquier niño de siete años, multiplicadas por su desbordante imaginación, dejan a un padre estupefacto.

Recuerdo su nueva lectura de una frase clásica y cómo, en Portugal, decidió que quería que le llamáramos Charlie, mientras no dejaba de hacernos reír.

"Charlie, disparando ideas al mundo"

Eligió un buen nombre. Muchos otros utilizaron el mismo.

Charlie Parker, un saxofonista, inspiraría la película Bird, dirigida por Clint Eastwood.

Charlie Reid, uno de los hermanos gemelos que forman The Proclaimers, y que triunfaron con I’m gonna be (500 miles).


En el vídeo de la canción, que cuenta con imágenes de la película “Benny & Joon”, Johnny Depp encuentra múltiples usos, para un sombrero, con los que sorprender a Mary Stuart Masterson.

Cuando Charlie necesitó uno, encontró la forma de agenciárselo.

"Pescar un sombrero"

Johnny también hacía bailar unos panecillos, inspirándose en Charlot, en La quimera del oro.

Otro Charlie genial, Chaplin, en uno de sus momentos más lúcidos y emocionantes, en El gran dictador.


Charlie Sheen, actor, hijo de Martin, hermano de Emilio Estevez; hizo de si mismo en Dos hombres y medio.



Charlie Watts, batería en The Rolling Stones: Charlie Baquetas

Dio nombre a una canción de The Coasters, Charlie Brown, en la que en un momento se preguntan “Why everybody always pickin’ on me?” (¿Por qué todo el mundo está siempre metiéndose conmigo?)

A pesar de que podría parecer el leitmotiv de las andanzas de Charlie Brown, protagonista de Peanuts, la tira cómica creada por Charles M. Schulz, no existe relación entre ambos, te lo juro por Snoopy.

Pese a que sí inspiró una canción de Coldplay: Charlie Brown

El cantante británico Charlie Brown: She makes me se mantiene al margen (aunque recupera influencias).

Una canción de Red Hot Chili Peppers: Charlie.


Charlie Chan, un detective clásico: Eran trece.

Charlie Rivel, payaso, silla y guitarra.

Charlie Townsend contrató a un trío estupendo, Kate Jackson, (Sabrina Duncan) Farrah Fawcett–Majors, (Jill Monroe) y Jaclyn Smith (Kelly Garrett) para que resolvieran sus casos y se convirtieran en Los ángeles de Charlie.

Y, finalmente, Charlie Bucket estuvo en una fábrica de chocolate, imaginada y descrita por Road Dahl, visitando a su propietario, Willie Wonka (otra vez Depp).

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"Charlie bailando"

Afortunadamente, su padre vio la película de Billy Elliot y le dejó bailar.


Todo lo explican aquí.

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Le gusta improvisar y disfrazarse. Cualquier cosa le sirve para ello.

"¿Estaré fashion?"

Un artista no limita su radio de acción. Este fin de semana me hablaba de su idea para un libro.

“Un libro sin final, que no deja de empezar”.

Naturalmente, recordé a Bastian Baltasar Bux, un niño con problemas de socialización, que se guarecía en un trastero y que, con ayuda de un libro escrito en dos tintas (verde y roja), descubría el Reino de Fantasía y las aventuras que corría Atreyu, su alter ego. El libro de Michael Ende, que espero que Charlie lea pronto.



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La última supuso una ducha fría, escuchando el mensaje que dejó al administrador de la comunidad de propietarios.


Gracias a Elisa Novo y a Ricardo Villegas, proveedores de ideas y entusiasmo.

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Su participación en un taller, en EME, Espacio de Mediación y Educación, le permitió debutar como presentador de TV, el 17 de noviembre de 2014.



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Anunciando los "Desayunos del Paraíso".

viernes, 11 de octubre de 2013

Tú decides

"De ti depende" Foto: Incessant Flux
“Por la calle de después, se llega a la plaza de nunca”.

Luis Coloma

“Por la calle de ahora, se llega a la plaza de siempre”.

Martín Carlos Secades

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Luis Coloma era un jesuita español, escritor y periodista.

A finales del siglo XIX le pidieron que escribiera un cuento para Alfonso XIII, a quien se le había caído un diente, teniendo ocho años. Se le ocurrió la historia del Ratón Pérez, que cambia dientes de leche por monedas.

También dejó la sentencia sobre las consecuencias de posponer las cosas.

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Martín Carlos es mi hijo pequeño, acaba de cumplir siete años y hoy me ha contado la frase de Coloma, que había leído, y la continuación, que él ideó.

El mismo día que tuvo que buscar debajo de la almohada para encontrar un billete de 5 €.


Esa incierta edad [el libro]

A veces tengo la sensación de que llevo toda la vida escribiendo este libro. Por fin está terminado. Edita Libros Indie . Con ilustracio...