— Maripili, que te tengo disho que no dejeh lah uñah, dehpuéh de cortahlah, nel shenishero, que luego, con la faria, paeshe que’emo ashao una culebra.
— Olegario, jomío, ¿pueh traeme unoh panshitoh pa’yudah a pashah la birrita? ¡Legario! Joé, quítate loh cahcoh que paeshe nutómata.
— Shereshade, reina, ¿eh nesheshario qu’andeh dehando loh folletoh de la clínica bortiva a la vihta de toh?
— Yoshua, ¿ónde ta’r mando la tele, que la yaya durmió y quiero quitar Shárvame, que ya va’mpesháh Redeh? ¡Yoshua, ereh un coshino: deja de tocate ya!
— Maripili: que me voy. Dejo’l móvil cargando.
—¿Ónde vah?
— Al único shitio nonde no lo vai consheguí:
en-er-bá
"Cabreo" Foto: Joaquin Villaverde Photography |
Si no creemos en la fantasía, si no tenemos un sueño.... qué nos quedará
ResponderEliminarSin la fantasía, nos quedará la realidad.
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