jueves, 14 de marzo de 2013

Dejar de tener sentido

En 1984 Talking Heads era un grupo increíble. Aunaban modernidad y éxito. Surgidos en New York, habían tocado en CBGB, como teloneros de Ramones. Desarrollaban, con estilo, una mezcla de influencias diversas; se les reconocía como avanzados de la new wave, donde habría que incluir, también, a Television, Blondie o The Cars.

Y disfrutaban del reconocimiento unánime de público y crítica.

Después de cinco LPs, quisieron hacer algo diferente; rodar una película que definiera, de forma definitiva, un concierto (en realidad, se trata de la fusión de tres distintos).

"Stop making sense"

Encargaron la dirección de la película a Jonathan Demme, que, sin ser un desconocido (había dirigido tres películas para el productor Roger Corman), era considerado todavía un director “menor”. La participación en esta película supuso un punto de inflexión en su carrera, viendo sus siguientes trabajos.

En 1986 rueda “Something wild” (“Algo salvaje”), la historia en la que Melanie Griffith (con peluca morena) enreda a Jeff Daniels en un viaje alocado en el que, tras quitarse la peluca para mutar en rubia, le mostraría su pasado y a Ray Liotta, su novio en el Instituto.

En 1988 dirige “Married to the mob” (“Casada con todos”) donde Michelle Pfeiffer, que tiene que cargar con Alec Baldwin (y toda la panda), se siente atrapada en su matrimonio y seducida por un agente del FBI (Matthew Modine) que convierte su vida en una verdadera encerrona.

El estrellato de Demme alcanzaría su cúspide en 1991, con “The silence of the lambs” (“El silencio de los corderos”) en la que, al margen de truculencias, todo el mundo recuerda el duelo interpretativo entre Anthony Hopkins y Jodie Foster.

Pero era todavía una promesa cuando en 1984 acepta el encargo de trasladar la energía de un concierto a la pantalla y dotar de carácter individual a cada uno de los cuadros que suponía cada canción. Es complicado delimitar la línea de la responsabilidad artística y se aceptará, como axioma, que el concepto de la obra surge como un acuerdo entre el director y el grupo.

*****

En 1975 empezaron a trabajar juntos. David Byrne (voz solista, guitarra), Chris Frantz (batería), Tina Weymouth (bajo) y Jerry Harrison (teclados, guitarra) adoptaron como nombre “Bustos parlantes” —el término con el que los estudios de TV describen a aquellos locutores, inanimados, que leen textos, sin ser responsables de su elaboración—. Para no nombrar a ningún presentador real, vivo o muerto, se recordará a uno virtual, integrado a la perfección en la emisión catódica, que ya protagonizó un incidente en este blog.

Elegir nombre fue su primera indicación de que pensaban que tenían algo que decir.

Más tarde, publicaron discos.


1977 — Talking Heads: 77


1978 — More songs about buildings and food

(versión de Al Green: Take me to the river)

1979 — Fear of music


1980 — Remain in light



1983 — Speaking in tongues



*****

Tres actuaciones en el Pantages Theater, en Hollywood, constituirían la esencia de la película. Esta empieza con los títulos de créditos, similares a los de la película de Stanley Kubrick, Dr. Strangelove or: How I learned to stop worrying and love the bombe (“Teléfono rojo: Volamos hacia Moscú”). El parecido no es casual: ambas secuencias son realizadas por el diseñador, de origen cubano, Pablo Ferro. La que se incluiría en la película protagonizada múltiplemente por Peter Sellers, es de 1964 (veinte años antes). Esa tipografía adquirió un carácter atemporal y, casi cincuenta años después, sigue usándose para recalcar el aire natural, desenfadado, sin artificios, de determinados productos. Una especie de rótulo indicador  de hecho en casa.

*****



Tras los títulos de crédito, van apareciendo los artistas, en progresión.

Empieza David Byrne, que se presenta en escena, sólo, con una guitarra y un reproductor de cassette.

Canta a un asesino sistemático.

En la siguiente canción, se incorpora Tina Weymouth. Luego, Chris Frantz. Y, más tarde, Jerry Harrison.

Donde al principio había un escenario vacío, el equipo va montando todos los elementos y aparece el resto de músicos: Lynn Mabry (de The Brides of Funkenstein) y Edna Holt —voces—, Bernie Worrell (había estado en Parliament / Funkadelic) —teclados—, Steve Scales —percusión— y Alex Weir (estuvo en The Brothers Johnson, en su clásico Strawberry letter 23) —guitarra—. La primera canción en la que la formación está al completo, sobre el escenario, es “Burning down the house”, la sexta del set.

En realidad, la película se graba mientras el grupo se encuentra de gira, promocionando Speking in tongues. Es, de una manera peculiar, un disco de grandes éxitos, grabado en directo. Entre paréntesis se indica el año del disco en que la canción apareció originalmente y, en una de las canciones, Byrne desaparece de la escena, para dejar actuar a Tom Tom Club, el grupo comandado por Weymouth y Frantz. Él aprovecha para retirarse al camerino y preparar una nueva sorpresa.

Cada canción se interpreta con una escenografía singular.

01 — Psycho killer (1977)
02 — Heaven (1979)
03 — Thank you for sending me an angel (1978)
04 — Found a job
05 — Slippery people (1983)
06 — Burning down the house (1983)
07 — Life during wartime (1979)
08 — Making flippy floppy (1983)
09 — Swamp (1983)
10 — What a day that was
11 — This must be the place (Naive melody) (1983)
12 — Once in a lifetime (1980)
13 — Genius of love (as Tom Tom Club)
14 — Girlfriend is better (1983)
15 — Take me to the river (1978)
16 — Crosseyed and painless (1980)

En una (fingida) rueda de prensa, le harían dieciséis preguntas:

— ¿Qué significado tenía el radiocassette?
— ¿Por qué, al principio, el escenario estaba vacío?
— ¿Por qué los miembros de la banda aparecen de uno en uno?
— ¿Por qué ocupabas el centro del escenario?
— ¿Cómo decidiste incorporar esos bailes de inspiración africana?
— ¿Por qué no había iluminación con colorido?
— ¿Hacia dónde huías en tus carreras por el escenario?
— ¿Qué significaban los rótulos de las pantallas gigantes?
— ¿Por qué correr?
— ¿Quién decidió la ubicación de la iluminación?
— ¿Por qué una lámpara de pie?
— ¿Gafas de pasta?
— ¿Por qué desapareces mientras actúa Tom Tom Club?
— ¿Por qué un traje tan grande?
— ¿Qué representa la gorra roja?
— ¿Por qué tantos cambios (y tan poco color) en el vestuario?

*****

Después de grabar el concierto, se publicaría, en formato LP, con los temas:

Cara A:

1 — Psycho killer
2 — Swamp
3 — Slippery people
4 — Burning down the house
5 — Girlfriend is better

Cara B:

1 — Once in a lifetime
2 — What a day that was
3 — Life during wartime
4 — Take me to the river

*****

Y, tras ese disco épico, entregarían otros tres, antes de disolverse.

1985 — Little creatures





1986 — True stories



Hey now


1988 — Naked

Blind


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En aquella rueda de prensa, sólo respondió una pregunta:

— ¿Por qué el disco se titula así?

— Es una parte de la letra de la canción “Girlfriend is better”: “As we get older and stop making sense...”. [A medida que envejecemos, las cosas dejan de tener sentido]

*****

Más detalles:

6 comentarios:

  1. Recuerdo ir al cine a ver stop making sense una gozada. pantalla grande a todo volumen y esos sonidos. Byrne con su famoso traje 10 tallas más grandes. Increible. Grandes muy grandes . A destacar tb los dos primeros de Tomn Tom Club y los lps de Jerry Harrison en solitario tal vez porque a diferencia de byrne en solitario a veces demasiado "intelectual" me parecen más disfrutables. Mención especial para ese grandisimo guitarrista que es Andrew Belew. Sus actuaciones con Talking fueron memorables

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    1. Yo me perdí esa experiencia. De hecho, hasta el otro día no había visto la película. Eso me supuso, de golpe, retroceder casi treinta años y llegar a esa época.

      ¡Una gozada!

      El otro día un amigo se acordaba de lo mucho que me gustaban entonces. Supongo que di mucho la lata con ellos.

      Un saludo.

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  2. Ha sido un placer este repaso, Alberto, me ha servido para de paso escuchar canciones que hacía años que no escuchaba. Me gustaban más al principio aunque en todos tenían cosas buenas que rascar. Incluso el "Little creatures" acabó gustándome muchísimo. Abrazo.

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    1. Yo conocí a Talking Heads con "Stop making sense". Y me enganché. Cada nuevo disco lo compraba y lo devoraba con ansia. El primero que compre así fue "Little creatures" y lo disfruté mucho.

      Luego fui buscando hacia atrás y completé su discografía. Pero esos dos fueron esenciales en mi vida.

      Y, otro motivo más para que algunos amigos pensaran que yo estaba "zumbado". Si Poch hubiera vivido en NY, hubiera sido David Byrne.

      Un saludo.

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  3. Recuerdo haber ido a verla en los Brooklyn. Sobraban las butacas. Los ritmos de talking heads provocan esos espasmos en el cuerpo que no se ajustan a un asiento. Siempre fan del grupo, desde Remain in light . Cada disco nuevo una evolución y una sorpresa, pero siempre Talking Heads.
    La película es simplemente genial. La puesta en escena, el orden de las canciones, el manejo de la intensidad...y por supuesto el traje :). A medida de un personaje como David Byrne.
    Aparte de la discografía completa, que gracias a Internet incluye temas no incluidos en los LP's, tengo por ahí un libro que cuenta su historia y anécdotas y también un recopilatorio de vídeos que titularon "Story telling gigant". Cada video precedido de una pequeña historia personal contada por gente anónima.
    Lo increíble es que un grupo de la talla de talking heads sea prácticamente desconocido e ignorado por tanta gente y para algunos sólo conocido por los vídeos, obras de arte, de "road to nowhere" y "and she was". Tomarte una copa en un bar y que suene algún tema suyo es algo que sucede raramente.
    En fin, de vez en cuando tengo un día talking heads y gracias a ti hoy es uno de ellos.
    Por cierto, muy buenas "casada con la mafia" y "algo salvaje". Esta última con una banda sonora cojonuda - que incluía un tema de Byrne, "Loco de amor" - y una Melanie Griffith estupenda, pre cirugía.

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    1. Pues debiste pasarlo en grande en el cine. Recuerdo, además, que los Brooklyn tenían un gran sistema de sonido y se oía muy bien (no como estos sistemas actuales que intimidan tanto y nos dejan al borde de un colapso nervioso).

      La preocupación del grupo (y especialmente de Byrne) por los vídeos hace suponer que, de no ser músico, hubiera elegido otro camino para expresar su (inquietante) forma de ver.

      Y, por rematar la respuesta a tu comentario, la película que me cautivó completamente de Demme fue "Algo salvaje". Entendía completamente la sensación de Jeff Daniels, dejándose atrapar por Melanie Griffith, antes de conocer a Banderas y convertirse en otro tipo de ser.

      En fin, tocayo, muchas gracias por tu comentario y espero que asomes la nariz más a menudo.

      Un abrazo.

      PD - Tratar de encontrar explicación a lo que la mayoría de la gente conoce (y valora), excede la capacidad de este cronista del costumbrismo.

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