Eso
que llaman DDD, atendiendo a su triple objetivo: Desinfectación,
Desinsectación, Desratización.
Acabar con las plagas.
Lo
que muchos desearíamos se pudiera realizar pronto en ciertos ámbitos.
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También
imaginé que pudiera ser una velada mención a Donald Duck Dunn, el bajo
más dinámico que haya escuchado nunca, que estuvo presente en los clásicos del soul más memorables y a
quien ya se dedicó un obituario.
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Pero,
no. La publicidad no está para sutilezas.
3D
sólo puede hacer referencia a las tres dimensiones.
"En relieve" Foto: donbuciak |
Uno
de los anuncios que alcanzan la condición de inolvidable por su supina
simpleza.
Protagoniza
el anuncio un “nerd” pre-púber: antes
se les denominaba, despectivamente, pitagorines.
Hoy, alcanzan la condición de freakies,
llevando la boca semiabierta, empleando gafas tamaño king-size y mostrando una notoria incapacidad para combinar una
camisa a cuadros y un chaleco de topos.
La
mano intimidante de un rudo —sacado
de un ring de lucha libre mexicana
(la variante de wrestling practicada
al sur de la frontera)— acogota al crío que se queda, es sencillo comprender
por qué, in albis.
El
rudo no sólo apunta con el dedo;
también hace preguntas.
— ¡Eh, tú! ¿Has visto las nuevas 3D?
El
tono hostil es entendible en alguien que necesita cubrir su rostro para
aparecer en público, aunque sorprende la rapidez del muchacho, que parece tener
ascendentes gallegos, lo que se manifiesta cuando resta con otra pregunta.
— ¿Y cómo voy a verlas, sin gafas 3D?
Es
evidente que no estamos en un curso de óptica. Pero unas nociones elementales
sirven para saber que es la visión binocular la que facilita la creación de
imágenes tridimensionales. Así que, en presencia de un objeto físico, no se
necesitan gafas especiales para tener la percepción volumétrica; se precisan,
eso sí, dos ojos.
En
cualquier caso, la argucia publicitaria pasa por confundir a un niño (y a la
audiencia) mostrando una
terna imposible: crema de chocolate, avellanas y natillas. El tipo de cóctel
que el niño se prepara, todos los sábados y domingos, levantándose antes que sus
padres para organizar su desayuno y entregarse a la TV matinal.
Una
cucharilla contiene la dosis necesaria para captarle definitivamente para la
secta. Su capacidad de analizar críticamente la información se ha deshecho;
acepta, sin cuestionarlo, que pueda ver las natillas, en tres dimensiones, sin
necesidad de utilizar gafas. Es evidente que han sustraído su cerebro y lo han
sustituido por un postre de origen lácteo.
Aún
así, renuncia a la poca vergüenza que le podía quedar; dejándose ver en
público, con gafas de cartón y cristales de dos colores, mostrando a su nuevo
amigo enmascarado.
Amigos
para siempre.
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(((Que
alguien le avise de lo que significa, en la intimidad de los vestuarios, “cruje tu rutina”, en boca de un rudo,
antes de que sea demasiado tarde)))
Grandioso análisis del spot. Mientras esbozo una sonrisa pienso que yo también quiero Danet en 3D. Abrazo.
ResponderEliminarGracias Johnny. Me alegra comprobar que todavía se sigue estilando el sentido del humor (más raro de encontrar que el sentido común, pero mucho más vinculante).
EliminarUn abrazo.