— El padre de Rachmaninoff
era un santo varón.
— El de Paganini,
ni te cuento.
"Todo el día igual" |
Sergéi
Rachmaninoff: Rapsodia sobre un tema de
Paganini, op. 43
Niccolò
Paganini: Capricho nº 24
La
imagen corresponde a Schroeder,
entregado a su obsesión.
Es
amigo de Charlie Brown, en la tira “Peanuts”,
de Charles M. Schulz.
Me gusta más el ruso, el tempo es increible lo de paganini como su nombre indica un capricho. si furra un heavy metal guitar hero sería un masturbador de guitarra este de arco.
ResponderEliminarAmi también me gusta más el ruso , no estoy de acuerdo con lo de paganini :)
ResponderEliminarLa Rapsodia de Rachmaninoff en el Theme of Paganini sigue siendo una obra maestra, ya del siglo XXI. Ha sido estudiado con lupa por La Crítica y por Intelectuales. La Rhapsodia ha aguantado la prueba del Tiempo y es por lo tanto una obra de Arte que bien vale la pena estudiar, tocar, perfeccionar y disfrutar….ya no por la pieza, la música en sí, sino por la afinidad emocional que logra tener con cualquier ser humano. Tenemos algunas bandas de música Rock salvajamente popular pero aún han de pasar la prueba del Tiempo.
ResponderEliminarPaganini: Virtuoso del violin y compositor, de los más grandes de la historia del violín y esta pieza 24, creo que es el mas difícil. Me encanta. Solo los grandes, los que mas dominan la técnica pueden tocar el 24 ara mí nadie hay como Yehudi Menuhin, que hacía llorar o reir a un violin como y cuando quería.
Gracias Alberto
Oops, me olvidé escribir sobre el violinista que Alberto ha incluido en el blog, Alexander Markov.
ResponderEliminarGenial e un increible pizzicato con la mano izquierda, increíble. Con razon Yehudi Menuhin dijo que Markov sería de los violinista virtuosos mas brillantes y musicales de nuestro tiempo y que dejaría huella en todos los amantes de la musica de hoy. Tocó este capricho con gran destreza y pasión.
Es una idea recurrente, que recuerdo surgir escuchando una magnífica charla de Ken Robinson sobre cómo afecta la educación a la creatividad de los niños, en la que se planteaba cómo debían haber sido las cosas para el padre de Shakespeare: ¿le corregía sus deberes escolares?, ¿le planteaba que no hablara así de raro?, ¿le preocupaba que estuviera todo el día leyendo, o escribiendo, en lugar de perder el tiempo echado a la calle, jugando al pilla-pilla con sus convecinos?
ResponderEliminarEn concreto: asistir al proceso progresivo de adquisición de las competencias necesarias para la realización de una actividad. Ese proceso es llevadero, en el caso de actividades silenciosas, pero ¿y el padre de un pianista, o un violinista, todo el día aporreando el instrumento, hora tras hora, hasta alcanzar un nivel en que, medianamente, se empiece a apreciar el virtuosismo del intérprete.
Gracias por los comentarios.
PD - El paso del tiempo, que separa el grano de la paja, resulta una carga adicional para el acompañante silente del obsesivo practicante, querida Nina. Sé que entenderás lo que sugiero.
¿¿¿¿¿¿El padre del violinista y pianista????? ¿¿¿¿¿¿Y los pobres vecinossss? Creeme, he sido vecina de pianista.... de estas niñas que DURANTE UN AÑO se equivocaba en el mismo lugar de la partitura y ahi se enganchaba.!!! A ésta niña, tiene gracia, NUNCA la vi, empecé a creer que era fantasma o figmento de mi imaginación. Desde luego, habría estado mejor disfrutando de la calle, saltando a la comba con sus amigas.
ResponderEliminarPsssst....¿Es que tienes a alguien en tu casa que está PRACTICANDO algo????
Luis toca el piano. No todo lo que debería, como es natural. Aunque, dado su carácter, le encantan las improvisaciones, las escalas y los ejercicios percutivos que le sugiere su profesora.
ResponderEliminarPero el piano produce en ocasiones sonidos agradables...
Ahora recuerdo que L. toca rl piano....Además me han dicho que "como un angel".
ResponderEliminarSí.
EliminarAunque ya sabes también, quién es el ángel caído.