Un
tipo permanece apoyado en el vano de una puerta de un comercio, atrancada con
cadenas, cuyos escaparates se esconden tras unas persianas de apertura lateral.
A pesar del sórdido ambiente, parece sonreír. Su postura, con los pies cruzados,
estando vertical, escorado sobre el hombro izquierdo, con los dedos de sus
manos entrelazados en su regazo, muestra un aire apacible. La elección de
colores de su vestuario no es del todo acertada. Un pañuelo asoma en el
bolsillo de su chaqueta verde, a juego con su pantalón beige. Culmina su atuendo con el complemento más llamativo que
pudiera imaginar: un flat cap customizado para mantener sus orejas
calientes y transmitir un aire confortable.
Es
Gregory Porter, la brillante nueva
voz del jazz.
No
hagan caso del anuncio.
Escuchen
a Joserra Rodrigo, dueño y señor de
una tierra de promisión, en
la que se mantiene, por decreto, “soul is
the answer”.
Es
Gregory Porter, la brillante nueva voz del soul.
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Hagan
lo que quieran después.
Pero,
ahora mismo, empleen siete minutos en disfrutar de una experiencia inusual: un
vídeo y una música y una historia completa.
Gregory Porter — “Be good (Lion’s song)”
Dirección y
edición – Pierre Bennu
Cupido – Mahsati Moorhead
El Caballero
– Samuel R. Gates
La Dama – Holly Bass
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La
conectividad tiene estas cosas. Con una velocidad increíble anteayer éramos
bombardeados con un vídeo llamado “First kiss”,
dirigido por Tatia Pilieva, que más
tarde se afirmó que era un montaje porque se trataba de un anuncio de ropa. Es
cierto que la canción de Soko, “We might be dead tomorrow”,
era muy propicia para ese tipo de acercamientos.
Pero
es más cierto que el vídeo original, con la participación de la propia cantante
y Meghan Edwards, como su amante,
era más explícito (en imágenes y lugares).
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Qué
lejano 1990, cuando una prostituta rescataba a un tiburón, aspirando a
convertirse en princesa, haciendo para él todo lo que le pidiera —¿todo? ¡No,
todo no! No le iba a besar en la boca. Era demasiado personal—. Julia Roberts y Richard Gere encarnaron a la pareja más romántica, superando los
estereotipos de los papeles que desempeñaron, mostrando que tenían corazoncito,
mientras Roy Orbison se lucía con el
tema que titulaba la película, “Pretty woman”.
Nunca se sabe
qué sucederá mañana.
Es una cuestión de estilo. Y tu siempre has tenido mucho.
ResponderEliminarEl estilo siempre dependió de la compañía.
EliminarNo se si has visto aGregory en directo pero los discos no le hacen justicia así que si alguién se lo pierde a la hoguera
ResponderEliminarMi amigo Dani Otero me ha hecho llegar un enlace de un concierto. Fascinante.
EliminarDe todas formas he de decir que, pese a que me encanta la música, hace 20 años que no voy a un concierto de música no clásica (tradición que se romperá, si nada se interpone) el próximo mes de abril, en un acto que reseñaré oportunamente.
Abrazos