jueves, 28 de febrero de 2013

Por Amor a la Música: Deee–Lite — “World clique” (1990)

Del mestizaje vendrá la inspiración (y el baile).


En 1990 eran lo más. Una propuesta totalmente innovadora. Un clásico intemporal para la música de baile. Una estética musical que mezclaba la psicodelia hippie, con el rap, los samples y el scratch.


En New York forman Deee–Lite —el trío que hoy nos hará bailar, sin movernos del sitio—, un productor de Kiev, Ucrania (Super DJ Dmitri), un teclista de Tokyo, Japón (Towa Tei) y una atrevida jovencita, de Youngstown, Ohio, que ponía voz, cara y coreografía y respondía al epíteto de Lady Miss Kier.

Es verdad que, en su pueblo, Kierin Magenta Kirby (como realmente se llamaba), era una más de los 65 000 que vivían allí (a los que Bruce Springsteen cantó en su disco “The ghost of Tom Joad”).

De allí salieron también Billy Beck (el que gritaba en Love rollercoaster, de Ohio Players), Robert y Ronald Bell (de Kool & The Gang), Tiny Bradshaw o The Human Beinz, el grupo que dejó un recuerdo a las rutinas de baile; ésas que todo el mundo sabía hacer, pero nadie como ellos (Nobody but me).

Sidney Poitier, en una de las excursiones culturales en las que, en la película “To Sir, with love”, llevaba a sus alumnos (en este caso, a una boîte) se animaba a bailar, empujado por Lulu, haciendo aparecer, en todas sus alumnas, el mohín de estar imaginando “lo bien que sienta el negro”.


La escena final de “Kill Bill, vol. 1”, de Tarantino, “House of blue leaves”, muestra lo que lleva implícito un verdadero rompepistas. Atención: es la versión japonesa, sin censuras.


Nadie te puede alegrar el trabajo como ellos.


Una canción que los canadienses Northwest Company también hicieron suya, aunque realmente estaba escrita e interpretada por The Isley Brothers, quienes se empeñaron en explicar que nadie hace como ellos algunos pasos, especialmente el Twist y el Shout, a la vista de que todo el mundo se aprestaba a imitarlos.

*****

Así que, como si esto fuera un fiestón organizado por Chusina Misadedoce y amenizado por Ángel González, se os presentará la mejor música de baile de los ‘60s y algunas rutinas que todos los top dancers deberían conocer.

No os pongáis cómodos.

*****

Let’s dance (Chris Montez)

Shing-a-ling (Poncho Sánchez) y Boo-ga-loo (lecciones básicas para aprender a bailarlo) eran pasos de inspiración latina.

Y es que, para divertirte de verdad, debes conocer las rutinas del baile: ningún profesor mejor que James Brown.


Muchos sabían de qué iba la vaina.

Shake (Sam Cooke, que también bailaba el twist, como Chubby Checker)

The philly dog (The Olympics)

C’mon and swim (Bobby Freeman)

The jerk (The Larks)

Limbo rock (Chubby Checker)

Locomotion (Little Eva)

Mashed potato (Dee Dee Sharp)

Peppermint twist (Joey Dee & The Starlites)

The duck (Jackie Lee)

Hanky panky (Tommy James & The Shondells)

Ride your pony (Lee Dorsey)

The madison (Al Brown’s Tunetoppers)

The Harlem shuffle (Bob & Earl)

The stroll (The Diamonds)

Hippy hippy shake (Tom Cruise, en “Cocktail”, con el clásico de Chan Romero)

Hitch hike (Marvin Gaye)

The nitty gritty (Shirley Ellis)

The monkey (Major Lance)

The funky chicken (Rufus Thomas)

*****

Viendo a Rufus bailar, me he dado cuenta de que se me ha ido la olla.

Esto tenía que ser una reseña de un disco de 1990.

Aquí están todas las canciones.

02 — Good beat
05 — Smile on
07 — World clique
08 — E.S.P.

Pero sólo importa una.


Un torpedo absoluto. La mejor muestra kitsch de música baile. Con las apariciones fugaces, pero determinantes, de Bootsy Collins, el influyente bajo en la época dorada de James Brown, fundador e ideólogo en Parliament y Funkadelic —al que se le reconoce por su imagen de zumbado, luciendo las gafas definitivas, las que cualquier estrella debería llevar— y el fraseo vocal de Q-Tip, de A Tribe Called Quest —gorra, con visera en reverse—.

Dejo pistas para conocer a los tres figuras principales: ambos chicos tocan la flauta de émbolo (que permite realizar unos característicos glissandos, ascendentes y descendentes); el japonés lleva gafas cuadradas y permanece inmutable; el ucranio baila llevando el ritmo con las cejas, un estilo que alguien adaptó para desplazarse, manteniéndose ebrio.

Ella luce modelitos y una figura imponente y baila como si en hacerlo se jugara su destino final.

*****

Esto ha sido un repaso —trepidante, pero fugaz— sobre la música de baile y las rutinas que marcan los pasos que hay que seguir. Se han dejado al margen, intencionadamente, algunas que parecen vergonzantes, sin importar si son antiguas (pajaritos, Macarena) o contemporáneas (Gangnam, Harlem shake).

Aunque se hubieran podido poner 1000, sin exagerar un ápice.


Cuando Wilson Pickett vino a España, más de 20 años después de romper todos los registros con su clásico inmortal, demostró una energía arrolladora y que, en España, —pese a ser de San Blas, Malasaña o Lavapiés, vestir como un primo de la abeja Maya o un anticipo de un camarero siglo XXI standard, y preferir a Leño, Obús o Barón Rojo—, el macho ibérico no baila, aunque, cuando tiene que hacerlo, se entrega, dejando como testigos de la ocasión a Carlos Herrera y Bibi Andersen. Un episodio efímero que sigue contándose en los corrillos navideños de las tres familias afectadas.

Otro monstruo de la escena, Solomon Burke, poco antes de morir, cuando tenía que permanecer en un trono porque no podía sostenerse en pie, hacía que todos se estremecieran y sintieran la necesidad de tener que moverse y bailar.

*****

Tres películas explican bien lo que, para muchos, puede suponer el baile, desde ópticas bien distintas:

Danzad, danzad malditos, de Sidney Pollack (1969)

Saturday night fever, de John Badham (1977)

Dirty dancing, de Emile Ardolino (1987)

*****

Esta etapa de Por Amor a la Música responde a un envite de Pupilo Dilatado que, en la fase geográfica en que nos encontramos, propuso Japón.

Es evidente que no he sabido ajustarme.

Presento mis disculpas por ello.

Pero, tal día como hoy, encuentro varias señales que avisaban de que esto iba a suceder.

En primer lugar, mi dificultad para ajustarme a plazos y exigencias ajenas.
En tercer lugar, por mi deriva, que no sigue un rumbo predecible.


*****

La semana pasada, según la propuesta de Chals, realicé una reseña de un grupo chileno (que no conocía) y que me costó horrores.
Hoy era Japón, el país del sol naciente.
Una escena de una película en que cortaban cabezas.
Un intento de poner música de baile, cuando no he bailado en mi vida.
Explicando rutinas, yo, que, desde siempre, trato de escapar de ellas.
Un ucranio que tiene el nombre que todo el mundo espera oír en España y que tiene una clara opinión sobre la música que pongo aquí.

*****

Así que, hoy, 28 de febrero de 2013, el mismo día que se hace efectiva la renuncia de Benedicto XVI, yo presento la mía.

Y me pongo en manos de Tsi-Na-Pah, estímulo de este juego tan entretenido, para saber si quiere que la haga efectiva ahora o, tras la próxima semana, en la que estaba previsto que yo diera el primer paso. Si lo prefiere, seguiré una semana más. Pensaré en un país asequible a mis posibilidades (y accesible a todos).

Pero será la última. Seguiré viendo (desde la barrera) el desarrollo del juego y trataré de conservar los amigos que el juego me ha permitido hacer.

Todos tienen unos blogs interesantes, que recomiendo visitar.


Espero se entienda mi postura.

14 comentarios:

  1. Precisamente esta semana en el coche sonaba como ambientación el recoilatorio de Dee Lite tenian grandes canciones. or el contraio losd discos de Towa Tei son un oco rollo. me uedo con Pizzicato Five que poseen lguno de los mejores videos retro jámas fabricados

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    1. Acabo de seguir la pista y he visto algunos de los simpáticos vídeos de Pizzicato Five: "It's a beautiful day", "Happy sad", "Sweet soul revue" o "Tout va bien" y molan mucho. El típico chute energético con el que combatir un atasco.

      Lástima que no los recordara.

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  2. Vaya Alberto, lo siento. Ahora con el enlace que has puesto he conocido del proyecto en cuestión. Entiendo hasta que punto puede suponerte un lastre este espacio, aunque te animo a que continúes, ¿porque no otro blog? tus post son especiales, lo que suele llamarse "una rara avis", rompes los esquemas en la exposición de tus ideas, y la verdad es que me sabe mal (por mi esencialmente, como lector).
    De todas maneras cualquier paso que des y si lo das anúncialo aquí y te seguiré.
    Saludos Alberto y un fuerte abrazo.

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    1. Hola Chals:

      Gracias por tus palabras de ánimo, aunque me parece que no me he explicado bien. Trataré de hacerlo ahora: tengo el propósito de seguir con el blog; la renuncia era a la participación en el juego. Pero seguiré escribiendo, aunque no sólo de música. Creo que estaba demasiado centrado en las entradas musicales y me sentí un poco agobiado.

      Como, desde hace mucho, mi blog no tiene una línea definida fija (y tampoco un público standard) seguiré evolucionando, sin ritmo definido, que es lo que más se ajusta a mi forma de trabajar.

      En cualquier caso, el tiempo que he jugado ha sido enriquecedor para mí, me ha permitido conocer a gente y a blogs repletos de interés y ha hecho que haya dejado un par de artículos de los que he quedado muy satisfecho.

      Y, repito, seguiré las pistas de todos.

      Seguro.

      Un abrazo.

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  3. Lastima perder otro concursante!!!No se si te tocaba a ti la semana que viene, tengo un lío, entre lo que lo dejan y los que son nuevos en el juego!Haz tu la propuesta la semana que viene como despedida!Una verdadera
    lastima , tus post eran muy entretenidos!!!También te animo a que sigas!
    A estos los conozco de nombre, ya que el bailoteo nunca fue lo mio!!!
    A+

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    1. Gracias Tsi.

      Prepararé un artículo sencillo, sin demasiadas estridencias; de un país accesible para todos y en el que voy a reseñar un disco que me apasiona, desde hace muchos años.

      Será el broche final a esta experiencia tan gratificante para mí.

      Es una lástima que no se apunte más gente al carro: la idea es buenísima.

      Un abrazo, máster

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  4. Es que el juego tiene sus exigencias caramba! hay q cumplir en tiempo y forma, y eso no es fácil.. ¡menos con Japoneses!.. Pero conocer Común sin Sentido es una recompensa que justifica el esfuerzo.. buena entrada y cumplido el desafío.. Un abrazo!

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    1. Muchas gracias, Aldo.

      Eres excesivamente generoso conmigo y reconozco que, aunque haya presentado un artículo que pueda ser interesante, en este caso he pisado la doble raya continua durante la mayor parte del trayecto.

      Y, aunque me guste forzar los límites, esa conducta se convirtió en temeraria para mi costumbre.

      Un abrazo.

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  5. No me esperaba tu renuncia Alberto, se te veía con fuerza, con creatividad suficiente para las acometidas geográficas y con desparpajo para ofrecer esas entradas tan psicotrónicas que te salen. ¿Qué puedo decir?, sabes que lo siento, te habías convertido en un gran entretenimiento extra-musical dentro de lo musical. Sabía de antemano (me costó entenderte en un principio) que tu prioridad no era la música pero esa era tu gran baza saliéndote del guión pre-establecido (más o menos) a la hora de reseñar un disco y hablar de los movimientos de las bandas que lo crean.

    En cualquier caso, admiro tu reflexión sobre la decisión tomada. Si en algún momento te apetece seguir participando no lo dudes, estamos por aquí. Sigo tus pasos. Gracias amigo.

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    1. Llegó la hora. Llevo 4 días, desde que recibí tu comentario, paladeándolo y disfrutando con él. Es evidente que uno hace las cosas para uno mismo, pero, cuando recibes elogio, de personas que respetas (y que muestran sinceridad), la satisfacción es inevitable.

      He leído el comentario, y lo he vuelto a leer, y le he pedido a ella que lo leyera, y lo he releído.

      Y has ayudado a entender que el esfuerzo por hacer las cosas de la mejor manera posible, siempre merece la pena.

      Muchas gracias, Pupilo. Has conseguido emocionarme.

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  6. No tenía muy controlado a este grupo, Alberto. Aunque no esté metido en el interesante concurso lo he seguido más o menos, pero entiendo tu decisión, y tu explicación te honra. Un abrazo.

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    1. Gracias Johnny. Cuando descubrí el juego ideado por Tsi, me pareció una idea estupenda y quería probar y saber si podía hacerlo. Y me propuse dar una vuelta más a la reseña de un disco, tratando de que sirviera como resorte para hablar de otra cosa.

      Ya ves: me lo he pasado en grande, he hecho algunos amigos, he conocido blogs que seguiré su pista y he dejado un par de artículos que yo creo que merecen la pena.

      Pero, desde que empecé, sabía que no iba a durar mucho. Mi inconstancia es uno de mi mayores defectos.

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  7. La carambola desde luego es mayúsucula. Aunque todo sea por ver bailar a James Brown.

    No nos dejes Alberto, nosotros nunca lo haríamos... O bueno, puede que sí. En fin, que si no te ves con fuerzas, es totalmente comprensible la postura.

    Sea como sea, seguiremos pasando por aquí.

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    1. En este momento no es una cuestión de fuerzas; es, quizá, un cambio de rumbo. O un deseo de faenar con otras artes y no usar siempre los mismos amarres.

      Pero mantengo una señal abierta y, a mis viejos amigos, los visitaré de continuo.

      Un abrazo.

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