martes, 17 de diciembre de 2013

Piensa en grande

Transcurrido el primer cuarto del siglo XX, con Europa amnésica —parecía haber olvidado los desastres que puede causar una guerra— y Estados Unidos mostrándose inconsciente a los influjos de una avidez desmedida —lo que provocaría que su economía, y la de todo el mundo, hiciera crac—, se preparó el camino para la llegada de un iluminado que pretendió universalizar sus delirios enfermizos, alimentando su deseo trastornado de alcanzar una tiranía totalizadora.

El curso de los acontecimientos evitó que su propuesta alcanzara éxito, pero su ambición, pese a estar cebada de forma desquiciada, presentaba muestras progresivas de su insensatez. Primero quiso dominar su entorno y, desde ahí, someter el viejo mundo, próximo y accesible. Cuando quiso conquistar al ruso, con el que había pactado previamente una tregua, dio el primer paso hacia el abismo.

Pero en su locura nunca se había tomado en serio al lejano Oriente —demasiado lejano, demasiado oriental—, ni había planeado el abordaje americano, receloso de su poderío.

El final de la segunda gran guerra facilitó el camino inverso a la colonización, y la exportación del american way of life, buscando el apoyo en dinero y entretenimiento —plan Marshall y cultura popular, cine o TV, fueron sus anclajes—, una forma evolucionada del panem et circenses romano.

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Hoy, en 2013, a mitad de camino del recorrido que lleva del Thanksgiving day —cuarto jueves de noviembre; al día siguiente se celebra el Black Friday, que da inicio a la campaña de compras para la Navidad— y The night before Christmas —un poema de Clement Clarke Moore, también conocido como “A visit from St. Nicholas”, sustenta gran parte de la mitología que rodea a Santa Claus; sólo puede traducirse como Nochebuena sin temor a caer en el ridículo—, demostramos nuevamente nuestra capacidad para comportarnos como galliformes decapitados y, sin importarnos la crisis, nos arrojamos a la compra compulsiva, en un absoluto descontrol.

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Queremos creer que nos gusta prestar atención al detalle.


"La importancia de los detalles" Ilustración: BIGLI-MIGLI. Visto en Kiribil Coaching



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Molinos tiene un espacio en el que comparte cosas que (le) pasan. He llegado recientemente y me he dejado atrapar. Es una mujer interesante y tiene facilidad para presentar sus asuntos desde una perspectiva atractiva. Me estoy haciendo habitual.

El otro día analizó, en detalle, un vídeo que le había hostilizado hasta el infinito y más allá. Comparto su resumen del anuncio, que de eso se trataba, porque yo no podré hacerlo mejor:

Un estafador disfrazado de guardabosques, guía medioambiental o algo así, mete a un montón de niños en un autobús de la "Meet the trees foundation" y nos dice  "Hoy vamos a llevar a los niños a la mejor excursión que podrían desear. Y ellos ni siquiera lo saben".  Les cuenta que van a ir a pasar el día al bosque y van a ir conociendo árboles y la forma de las hojas. Después,  en distintos planos se nos muestra a los niños aburriéndose y bostezando, intentando demostrar que ese plan les parece un rollo, que los niños se aburren. Entonces el estafador, al más puro estilo Jocker de Batman, se quita el disfraz y les dice que era broma y que lo que van a hacer hoy es pasar el día en su almacén de juguetes y que podrán jugar  con todo lo que quieran. Los niños entran entonces en trance como si estuvieran drogados, se ponen eufóricos, llegan a la tienda, están encantados y juegan con todo en pleno éxtasis al más puro estilo drogatas enganchados... incluso balbucean. Me imagino que los planos de los niños babeando y con la mirada perdida han sido cortados en el montaje final.

Adjunto el vídeo-timo de Toys’R’Us.

Yo leí el artículo de Molinos (y le doy la razón en todo).

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Quizá hubiera echado en falta la posibilidad de una alternativa, pero mi amigo fumador compartió al cabo una iniciativa loable, a la que me apunto.



¿Por qué no pensar en grande?
¿Por qué no pensar en que somos muchos más?
¿Por qué no apoyar al comercio pequeño, especializado y local?
¿Por qué no visitar a los comerciantes que conocemos y hacer allí nuestras compras?

¿Por qué no queremos darnos cuenta de lo que realmente nos conviene?

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Hace tiempo que expuse las razones por las que yo compro en comercio local.

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La campaña se completa con un hashtag: #1gift1dream

Recuerda enormemente a la legendaria campaña de Volkswagen, Think small, para promocionar el Beetle y conquistar América, algo que ni Hitler llegó a plantearse.


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John Edwards sabía que esas pequeñas cosas son las que cuentan.

La más importante: darse cuenta de que muchos pocos hacen un mucho.

Esta Navidad, siempre, mira al que tienes cerca.

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Pasado un tiempo, cuando todos volvamos a mirar para lo nuestro, como hasta ahora, tendremos el recurso de evocar, en un fugaz destello, el momento en que recuperamos el gusto por las tradiciones, los viejos hábitos, aquellos que aprendimos junto a nuestros padres.


10 comentarios:

  1. para pensar en grande y comprar al pequeño creo q tambien se debe a los q te crian y te educa...yo gracias a dios fui crecida asi...pienso en muyyyy grande pero me hacen feliz tambien las cosas pequeñas.:) alina vladescu

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    1. Gracias Alina.
      El tamaño importa, pero hace referencia a la cantidad y no a la grandeza, una virtud que sin duda atesoras.

      Besos.

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  2. Prometo solemnemente que antes de comprar nada esta Navidad... pensare si conozco a alguien o algun comercio pequeño al que ayudar a soñar, y compartir ilisiones. SI AL PEQUEÑO!!!

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    1. Así, sumando todos, comprobaremos la esencia de las relaciones (basadas en la confianza y la cercanía) que permiten sentir la pertenencia al grupo más numeroso y poderoso de todos, el de los pequeños.

      Felicidad para todo el año.

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  3. Acabo de añadir el blog de Cosas que me pasan a favoritos. Pese a su vivón algo femenina si me parece muy interesante y con una prosa magnifica.
    respecto al tema de este post , estamos en la país de Navidades perpetuas y solo hay que mirar como gastamos y gastamos en aquellas infaustas épocas de boom urbanistico

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    1. No sé si existe una visión femenina de las cosas; realmente creo que hay personas interesantes. Molinos, como tú, encuentra la manera de transmitir interés por las cosas que os gustan.

      La gran ventaja del mundo virtual: conectarte con proyectos interesantes, de personas que desconocías.

      Abrazo.

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  4. Gracias por citarme y por lo que comentas de mi blog.

    Sobre este tema, he escrito, bueno más bien reflexionado un poco sobre una carta de John Steinbeck que hace 60 años se hacía la misma reflexión. Te lo dejo aqui por si te interesa.

    http://pisandocharcos.net/wordpress/2013/12/steinbeck-y-nuestra-sociedad-2/

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    1. Ya me he apuntado como pisador de charcos. Suena interesante.

      Lo cierto es que lo de intentar encontrar el camino de las relaciones profundas, degustar la esencia de las cosas y otorgar valor a las personas, por encima de las cosas, es una historia que viene de largo.

      Yo mantengo mi esperanza, por los años que me queden.

      Gracias por compartir y enhorabuena por tu(s) esfuerzo(s).

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  5. Aún tenemmos que reeducar para que las cosas funcionen, desde el momento que un bolso, una cartera, una pieza de bisuteria es mejor por ser de"FulanitaPerez" y no del joven artesano que diseña, fabrica cose y engarza, desde que solo valoramos el precio para que, cuanto más caro, creemos, más exclusivo...

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    1. No soy de "Apple", "Amazon", o "Coca-Cola", ni de ninguna gran corporación, despersonalizada y deslocalizada, completamente inhumana.

      Soy de las personas con las que puedo estrechar vínculos, a las que veo a diario; con las que me relaciono y mantengo intereses comunes.

      Las marcas me interesan de forma relativa; utilizo algunas, pero no me puedo considerar de ninguna de ellas. Supongo que sabes de lo que hablo.

      Un beso. Y feliz Navidad.

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