viernes, 30 de mayo de 2014

Mente positiva

Os presento a mi amigo.
Se llama Max.
Impecable presencia.
Aire resuelto.
Discreta elegancia.
Gesto firme y una leve altanería.
Sonrisa franca y animosa.
Decisión para cortar por lo sano.
Sin ataduras.

No parece conocer problemas.

*****

Aunque eso es ahora mismo.

*****

Hace sólo un ratito…





Una calle flanqueada por casas idénticas, diferenciadas exclusivamente por el atrevido color con que algunas de sus fachadas han sido decoradas, es atravesada fugazmente por un coche translúcido.

  
En este escenario se desarrollarán los vertiginosos próximos 20 segundos.



En una de las casas, la pintada de color pardo para ser preciso, asoma a la puerta un títere: se muestra osado atreviéndose a llevar una chaqueta magenta dos tallas más pequeñas de lo aconsejable, acompañada por un cuello almidonado que acentúa su porte, claramente abatido, con los pies apuntando hacia dentro y los hombros caídos, pese a las cuatro cuerdas que se aprecian pero no evitan la acción gravitatoria ejercida sobre quien aparenta ser más ligero que una pluma (rematado con un cabello rubicundo).


Repentinamente, toma conciencia de su situación, percatándose de que actúa como una marioneta, manipulado por alguien ajeno a él mismo, situado por encima suyo (conforme a la taxonomía establecida por Mané Bernardo y Sarah Bianchi). Una situación que le incomoda y que provoca que adquiera consciencia de que “hoy es un buen día para volver a ser tú mismo”.


Como si se tratara de un prestidigitador, no se sabe de dónde, aparecen unas tijeras en su mano izquierda, que emplea para cortar lazos con el titiritero que le maneja, desaprovechando la oportunidad de mutilar las cortinas de crochet que decoran puerta y ventanas (acto que tonificaría el aire mustio que su cara transmite).


Al instante, se le ilumina el semblante, literalmente. En realidad, se trata de un efecto óptico externo a él. No importa: Max se yergue, los párpados dejan de mostrarse entornados y su rostro adquiere el aspecto que se identifica con el emoticono del cierra paréntesis.


Ese insignificante gesto (cortar con lo establecido) le permite armarse del valor suficiente para aventurarse por la balaustrada de la escalera, sin preocuparse ni de cerrar la puerta (se cierra sola). La felicidad le embarga (mucho más llevadero que si lo hiciera el fisco).


Fffiiiiiiiiiiiiiuuuuuuussssssshhhhhhhhhhhhhhh. Un deslizamiento y…


…se encuentra en condiciones de emular a Gene Kelly.


Nada le importa: puede jugarse el físico, ofreciendo golosinas con forma de corazón, mostrando su falta de juicio y su despreocupación porque la madre del infante le vaya a considerar peligroso, imaginando que pudiera tratarse del tipo de las chuches.


Hay en el gesto, de facto, un leve alzamiento de cejas y un mohín que sugiere las oscuras intenciones del mozo, en particular su necesidad de aprobación y, muy en concreto, de complacencia. La perspectiva óptica ojo de buey favorece esta visión intrusiva, desde luego. Y es, también, una muestra de su insensatez alimentaria, dándole piruletas a un bebé.


¡Qué más da! El pipiolo es feliz. Puede seguir con su trote matinal, dar palmas y sentirse extasiado por haber vuelto a ser él mismo. De forma natural.


En la imagen superior se resumen todas las claves del anuncio. Esteve, el laboratorio que comercializa Tritptomax, utiliza mensajes encriptados para transmitir la idea de que se trata de un remedio espontáneo.
Con ingredientes* de ORIGEN NATURAL
*El triptófano y el magnesio son ingredientes de origen natural.
Estos argumentos circulares, explicaciones que no explican nada, meras tautologías, sirven para provocar un efecto tranquilizador, esencial en un producto destinado a un público proclive a caer fácilmente en el desánimo que desencadenan las preocupaciones. Así que, tratándose de un Complemento alimenticio, que favorece el desarrollo de una Mente Positiva, nada puede haber mejor que se trate de un producto con ingredientes de origen natural.


Para rematar la faena se recurre a la falacia cientifista, mostrando la imagen de un cerebro irradiante, en el que emergen como setas una sucesión de puntitos que se intuyen como episodios de dicha suprema.
Se subraya el efecto de uno de los componentes (El magnesio contribuye a una función psicológica normal). Eso garantiza tranquilidad de forma inminente.


Los problemas de Max se han evaporado. Mente positiva.

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Max supone un resumen del estado actual de la cuestión acerca del mundo, las relaciones personales y los estados de ánimo. Esboza un fiel dibujo (animado).

Una sociedad compleja, vertiginosa, fragmentada, desatenta, hiperactiva, bipolar y cambiante —una verdadera locura— acepta colectivamente una posición pasiva para la solución de los propios problemas que debe afrontar. Resulta mucho más sencillo buscar intermediarios que ponerse a la tarea.

Y, hartos de leer libros de autoayuda, Max considera más apropiado leer prospectos.

Una pequeña ayuda.

*****

La publicidad esquiva la realidad de los productos que trata de vender, haciéndolos atractivos para su público potencial, sin tener demasiados escrúpulos a la hora de presentarlos de una forma favorable a los intereses de quien intenta comercializarlos.
Es evidente.
Tratar de arrojar un poco de luz, puede resultar conveniente.

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Lo primero es buscar una descripción alternativa a la propuesta en el spot y en la página en la que te animan a triptonizarte (actualizando el consejo final del Super Ratón).

Sería absurdo que su slogan fuera tan diáfano como el que me sugiere Max:

Comprimidos para deprimidos

Pese a que sea de eso de lo que se trata: unas pastillas que te dopan y que hacen que veas las cosas de color de rosa.

Se empeñan en explicar que no consiste en un fármaco, ni un medicamento y que es, simplemente, un producto natural.
Intentan convencernos de que se trata de un complemento alimenticio.

Nada de eso tiene sentido: se comercializa en farmacias, para su administración se deben seguir las indicaciones de médico y farmacéutico y, por más que busque, no puedo imaginar un bosque en el que encontrara a discreción arbustos cuyos frutos violáceos estuvieran compuestas de triptófano, el aminoácido favorito del Dr. Gaona.


Este sujeto barbado no es un tipo cualquiera. Miembro del Grupo de Expertos del Triptófano de ESTEVE (que puede incluir entre 1 y n+1 sujetos, siendo n un número variable e indeterminado), realiza sus comprobaciones desde su despacho en NY. Allí, alterna miradas al microscopio, con ojeadas por su visor de aumentos, pudiendo vigilar de reojo la silueta de la Estatua de la Libertad que se aprecia de fondo.

En su blog, el Dr. Gaona, José Miguel para los amigos, da respuestas diversas:


Mira que es majo.


Y modesto.

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Dejamos al Dr. Gaona tratando de adivinar si Woody Allen vuelve a estar dentro de una mujer y nos acercamos al blog del triptófano (existen blogs para todas las necesidades).


Susi no nota mejoría, pero demuestra una fe y una voluntad increíble.


Lulu plantea preguntas demasiado complejas. Quizá vaya siendo hora de cerrar el blog.

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Y este artículo, que se está eternizando.

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Antes de acabar, debo mostrar mi deuda con Bernardo Dual, mi amigo compostelano, que me mostró el camino para identificar la canción, lo mejor de todo este manejo. Una composición del tándem formado por Joel Evans (música) y Adryan Russ (letras), incluida en su disco de 2011 Changing my tune, una verdadera delicia jazz. Para la canción que aparece en el spot, “There’s never been a day like this”, contaron con The Marquee All Stars Band y la voz solista de Dante Marchi.

Nunca ha habido un día como éste.

*****

En todo caso, admitiendo la conveniencia de tratar de afrontar, con buen talante, los reveses que la vida nos presenta, empecinarse en mostrar una sonrisa bobalicona, artificial, tratando de mostrarse siempre positivo, encierra una trampa peligrosa que Barbara Ehrenreich desmontó hábilmente en Sonríe o muere.

Quizá resulte más sencillo viéndose recriminado ad æternum por Louis van Gaal.


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Positivamente: nos estamos volviendo gilipollas.

13 comentarios:

  1. habia leido algo de este medicamnto milagroso que noe s más que una droga como otras tantas. Solo me pregunto como las autoridades sanitarias no toman más medidas con este tipo de publidcidad que bajo la apariencia de un placebo y la alegria desbordante de un anuncio eso si magistral en su concepción se nos pone en circulación un producto que afecta a algo tan peligroso como la psique. 10 a los publicistas, un 10 al tema musical un 0 al objeto de la venta. Además cualquiera que haya sufrido depresión o tenga a alguién con esa enfermedad sabra que son personas excesivamente desvalidas y por tanto vulnerables. vender a los vulnerables es un fraude.

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  2. Se me olvidaba yo aconsejaria la piruleta como remedio mejor. Jo que rica me voy a comprar un par de ellas ya

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    1. Sustituyendo estas porquerías por piruletas se conseguiría un efecto mayor.
      Que te nombren ministro de salud.

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  3. Sabes qué?, jajajaja, he pasado un buen rato. Aunque creo que la conclusión de que nos estamos volviendo gilipollas, no es muy acertada. No nos estamos volviendo, ya nos han hecho.

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    1. Me alegro por la diversión.
      Yo también he pasado un buen rato.
      Siempre.

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  4. jajaja, todavía me estoy riendo...me ha encantado.
    Creo que en vez de tomarme el triptofáno ese voy a comenzar las jornadas con mi dosis de tu blog estupendo.
    Mil gracias por ese arte,

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    1. Gracias.

      En dosis excesivas, puede producir adicción. Queda Vd. avisad@

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  5. De acuerdo con todos: SOMOS GILIPOLLAS, MEJOR PIRULETAS Y RISAS A TUTIPLEN.

    BRAVO ALBERTO.

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    1. En algunos establecimientos comerciales (se incluyen financieros, léase bancos), dejan caramelitos para hacernos más entretenida la espera.

      Aunque se echen en falta los palos.

      Gracias

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    2. Los palos de los dan con el tipo de interés :)

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    3. Y las comisiones. Y que especulen con el dinero de los inversores y luego pidan un rescate cuando ellos la cagan.

      En el banco no dejan de darte palos, bien es cierto...

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  6. Curioso: una noche tuve un sueño, resulta que soñé que en una habitación hablaban sentados en una mesa, con vasos y dos botellas, y tomaban lo que fuera de las botellas de vez en cuanto, comentaban un atentado en Madrid, al día siguiente, me desperté horrorizado, y por si este sueño fuera a convertirse en realidad, de paso al trabajo, pasé por la Comisaría de Campamento, y lo dije, lo del sueño, bueno no dieron importancia me dieron las gracias y sata hoy pero el hecho fue que al día siguiente como les dije y soñé se produjo el atentado en Madrid.
    Fue solo un sueño.
    Jenaro

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    1. Quizá deba aclarar mejor este asunto. Tómese tiempo y pónganos en antecedentes.

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