Ha
sido, quizá, la noticia más delirante del fin de semana:
“Títeres
apuñalados y violados y ‘goras’ a ETA en un espectáculo del Carnaval de Madrid
que acaba con 2 detenidos”,
tal como titulaba El Mundo, periódico que pude hojear en el restaurante donde
había ido a comer con mi familia, este sábado. En la crónica, firmada por Marta Belver, Pablo Gil, Luis F. Durán
y Alberto Rubio, se podía leer lo
siguiente:
La Policía Municipal ha detenido este
viernes a dos
miembros de una compañía de títeres contratada por el Ayuntamiento de Madrid para las fiestas de Carnaval. En el
transcurso de la representación de una obra infantil, han exhibido un cartel en
el que se podía leer 'Gora Alka-ETA'.
Alertados por los padres que asistían
al espectáculo con sus hijos, los agentes se han personado en la plaza del
Canal de Isabel II, en el distrito de Tetuán, donde ha arrestado a R. G. P. y
A. L. D, con antecedentes policiales por pertenencia a grupos anarquistas. Se
les imputa un delito de enaltecimiento del terrorismo.
Previamente, ante un auditorio de unos
30 niños de entre uno y seis años, los miembros de la compañía Títeres desde
Abajo habían mostrado cómo una bruja era violada, después ella misma asesinaba a su violador, para posteriormente intentar abortar clavándose un
cuchillo. Finalmente nacía una criatura chillona para espanto de su propia
madre y un juez era ahorcado.
Los hechos se han producido cuando se
estaba representando un espectáculo titulado La bruja y Don Cristóbal con la siguiente sinopsis: «La Compañía Títeres desde Abajo revive a
Don Cristóbal Polichinela, ese oscuro personaje de la tradición popular
ibérica. En esta ocasión, Polichinela llegará a Tetuán para imponer su voluntad a base de
cachiporra. Sin
embargo, también habitará en estas tierras una bruja que tiene la firme
decisión de amar su libertad por encima de todo y no dejarse pisotear por
ningún Don Cristóbal, por mucho poder que éste se arrogue».
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En
el clima de frentismo que vive España, todo el mundo se ha vuelto loco y ha mostrado
su empeño en dar, a los demás, su veredicto sobre el asunto.
Digamos
que se podía notar en el ambiente cómo andan de calientes los ánimos.
Lo
más destacable resulta comprobar que la mayoría de opiniones se encuentran fundadas
en prejuicios, mientras los argumentos se apoyan en falacias lógicas.
Resulta
un sinsentido comprobar que el periodo de interregno parlamentario que vivimos
ha llevado a que, por los excepcionales resultados de las elecciones del 20-D,
en lugar de asistir a un enfrentamiento de dos bandos opuestos —definidos y
delimitados—, contemplemos una realidad (política) mucho más escindida, en la
que la afinidad a un lado puede que no sea nítida, pero todos parecen tener
claro cuál es el foco al que desean enfrentarse.
Así,
en un país con permanente ansia de fiesta, en el que se considera cultura
cualquier cosa distinta de la ocupación laboral habitual (en el caso de
tenerla), con tradición de levantarse en motines para defender el derecho a
vestirse de la forma que se considere oportuna (puede que algo se escondiera
tras el atuendo, pero ése fue el detonante del de Esquilache —que no es un tipo de turrón, pese a que lo parezca—), se aprovecha la coincidencia con
el Carnaval para dejar abierta la puerta a la crítica y la condena.
Una
máscara es un salvoconducto para la di(sub)(per)versión.
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Otros
medios han presentado sus crónicas.
En
Común Sin Sentido, que se carece de intención política (o periodística), se
acude a las fuentes.
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Títeres desde Abajo tiene página web. La información se extrae
de allí.
Tras dos
meses y medio de creación por fin hemos presentado en Granada nuestro nuevo
espectáculo "La Bruja y Don Cristóbal. A cada cerdo le llega su San
Martín". Han sido unas semanas intensas de trabajo pero estamos
muy satisfechos con el resultado. Todavía nos queda mucho que hacer con esta
obra y muchos lugares que visitar. Nuestros siguientes bolos serán en el barrio
de Tetuán en Madrid, con motivo del Carnaval, el día 5 de Febrero por la tarde
en la Plaza de las Palomas.
Incluyen
un cartel en el que se destacan algunos aspectos de la representación.
No
corresponde a la representación del viernes 5, pero se entiende la propuesta (“Títeres y merienda vegana”), el título
de la representación (“La Bruja y Don
Cristóbal. A cada cerdo le llega su San Martín”) y las intenciones (“Contra la democracia”).
No
es la primera obra de una Compañía que arrastra un repertorio previo.
Su
anterior función, “En la plaza de mi pueblo.
Akelarre músico festivo de títeres y bestias” está accesible. No necesitas
ni una hora para ver la representación completa. En el cartel anuncian fechas y
lugares.
No
me siento capaz de identificar si lo que se relaciona al principio es el elenco
de la obra, o las características por las que se definen los titiriteros:
republicanos sodomitas
heroes de guerra radioactivos
burros veganos
exjefes de estado
jornaleros sin tierra
guardias cerriles
trotamundos y muertos de hambre
he
escrito de forma anarquista, evitando las mayusculas —privilegios— y los
acentos —opresores— en un intento de respetar las pretensiones de la Compañía
(que sí incluye mayúscula en su propio logo)
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En
un comunicado
de la CNT-AIT de Granada, en el que expresan su apoyo a Títeres Desde Abajo y “exigen la inmediata libertad de los
detenidos y el libre ejercicio de la creación artística”, explican la trama:
La obra está protagonizada por una bruja, que
representa a las personas de mala fama pública, y que se ve en la situación de
enfrentarse a los cuatro poderes que rige la sociedad, esto es: la Propiedad,
la Religión, la Fuerza del Estado y la Ley. La protagonista está en su casa, y,
en primer lugar, su vida es interrumpida por la aparición del “Propietario”,
que resulta ser el legítimo poseedor legal de la casa donde vive. No existen
monjas violadas; bajo la forma de los muñecos, los adultos podemos comprobar
que el propietario decide aprovecharse de la situación para violar a la bruja;
en el forjeceo, la bruja mata al propietario. Pero queda embarazada, y nace un
niño. Es entonces cuando aparece la segunda figura: una monja, que encarna la
Religión. La monja quiere llevarse al niño, pero encuentra resistencia en la
bruja, y en el enfrentamiento, la monja muere. Es entonces cuando aparece el
Policía, que representa la Fuerza del Estado, y golpea a la bruja hasta dejarla
inconsciente, y tras ello, construye un montaje policial para acusarla ante la
Ley, colocando una pancarta de “Gora Alka-ETA” sobre su cuerpo, que intenta
mantener en pie para realizar la foto, como prueba. A partir de este montaje
policial, surge la cuarta figura, que es la del Juez, que acusa, y condena a
muerte, a la protagonista, sacando una horca. La bruja se las arregla para
engañar al juez, que mete la cabeza en su propia soga, y la aprovecha para
ahorcarle, para salvar su propia vida.
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A
modo de coda, dejo la transcripción textual del interrogatorio al que fueron
sometidos, tras su detención.
— ¿Sabéis por qué estáis aquí?
— si
— ¿Por qué?
— el estado
opresor ha tramado esta función y nos ha cargado el muerto
— ¿Ha habido muertos?
— estamos
sufriendo la pena de banquillo como no habeis sido capaces de hacer con la
infanta
— No se vaya por las ramas.
— no porque
nos ahorcarian
— Vayamos a los hechos. ¿Cómo se declaran?
— marionetas
titeres guiñoles muñecos
— Unos farsantes.
— como
la bruja practicamos la autodefensa y liquidaremos a nuestros opresores a golpe
de cachiporra
— ¿Me está amenazando?
— no pretendemos
despersonificar a los opresores sino señalarlos
— ¿Cuáles son vuestras intenciones?
— es evidente
— No para mí.
— no dejar
titere con cabeza
— Explíquese.
— vemos
la vida desde abajo
— Es natural. En el teatrillo se colocan por debajo de los
muñecos que manipulan.
— es alegorico
— ¿Qué es alegórico?
— cuando
decimos titeres desde abajo tomamos una perspectiva sociologica no espacial
— ¿Saben lo difícil que resulta entenderles si no emplean mayúsculas,
acentos o signos ortográficos?
— nuestra
pretension es alterar el orden establecido
— Ya veo que no renuncian al plural mayestático.
— nosotros
lo construimos con nuestras manos y es nuestro teatrillo
— ...
— creemos
que las medidas represivas fomentan el advenimiento de seres del inframundo y
la progresiva conversion de los asistentes en fieles de un akelarre sin fin
— ...
— emplearemos
horcas guadañas cachiporras y guillotinas hasta que consigamos nuestros
objetivos
— ...
— rechazamos
la fuerza de la ley y recurriremos a la ley del más fuerte
— ...
— toma
y toma y toma y toma y toma
Bueno, aunque esta sátira no sea de mi gusto, la libertad de expresión democrática debería protegerla, ¿no? La cosa trataba de las manipulaciones policiales y es un títere-policía el que endosa la pancarta a uno para así detenerlo.
ResponderEliminarEn fin: seguimos teniendo, como en la memoria histórica, una doble vara de medir. Hace una semanas Losantos dijo que si hubiera llevado la escopeta cuando vio a Pablo Iglesias y a otro de Podemos, les habría disparado. Nadie lo denunció, porque los que tenemos sentido común lo entendemos como una figura de lenguaje... Mucho Je suis Charlie, pero una parte de este país actúa como los yihadistas (por suerte, sin matar).
Tengo la impresión que hay intolerantes en todos lados; una parte de mi artículo (la esencial, según mi personal criterio) aborda el frentismo: esa idea de definirse más por lo que se desprecia que por aquello a lo que uno se siente afín.
EliminarNo estamos dando la talla, me temo, querido NáN.
Gracias.
Te doy mi opinión de un tema que no he comentado mucho. Para mí todo esto ha sido un ejemplo de la deriva que lleva este país con una fractura social que como no cambie pronto la cosa se va a volver insostenible. No es normal que un juez, o en su caso a partir del fiscal que le informó para tomar medidas, fijase prisión provisional y no una libertad con o sin fianza. O bien se trata de togados extremadamente clasistas o bien buscaban protagonismo extra. Y de ambos existen, doy fe. Aquí se debía haber admitido la denuncia, seguir su trámite procesal y ponerlos en libertad hasta el día del juicio. Al final será sobreseído seguro, dudo que me equivoque, con lo que la chapuza todavía será mayor aunque llegado el momento nadie se acuerde. Que hubo errores sí, que nunca debían haberlo visto niños sí, pero la sobredimensión de los hechos por parte de los medios afines solamente consigue el efecto contrario. En Granada, en Valencia no había pasado nada pero en Madrid es otra cosa actualmente, da lo mismo la libertad de expresión en las facetas del arte (aunque puedan ser de mal gusto). Al final, por buscar el sensacionalismo hacen santos a sus adversarios y encima dos actores que quizás sean mediocres los han convertido en mártires. Por lo menos, cuando pase la marejada definitivamente no les faltará trabajo. Un abrazo.
ResponderEliminarMe gustaría poder decir que estas cosas sólo pasan en Madrid, pero sé que no es un comentario justo con una ciudad que me encanta, en la que viví varios años y a la que vuelvo con asiduidad y que, siempre que lo hago, me hace recordar que la condición de madrileño se adquiere desde el segundo día de vivir allí, por su carácter abierto y plural.
EliminarPero los que allí viven asumen también un grado de crispación -y un cierto sentido de ombliguismo, que hace que la ciudad se merezca ser conocida como "El Foro"-; nada de ello es exclusivo, pero allí se extrema y se percibe en cosas como colas infinitas (en las que no se mueve nadie), aglomeraciones (que resisten como condición natural de su hábitat) y el tránsito: de los que van en coche, de los que van en transporte público o colectivo, de los que van en moto o bici, de los que van andando.
Y existe un trasfondo de ciudadanos concienciados (de todo signo) que, en determinadas circunstancias, se ven obligados a actuar. Muchas veces emprendiéndola a golpes o intimidando a otros; en algunos casos, llamando a la autoridad pertinente. No creo que la misma respuesta se produzca en Valencia, en Granada (o en Oviedo). En lo que a mí me consta, somos muy pocos los que llamamos a la policía y, por lo general, nos tratan como si fuéramos unos trastornados.
Divago como acostumbro.
Todo el asunto de los títeres fue un despropósito, un completo sinsentido, un tipo de cosas que me interesa abordar en mi blog. Como seguidor frecuente y amigo mío sabes que soy más dado a plantear preguntas que a mostrar respuestas, porque creo que respuestas existen tantas como personas, pero las preguntas escasean.
¿Existen límites para la libertad?
¿Es la libertad de expresión la forma más importante de expresar la libertad?
¿Puede considerarse delito el mal gusto?
Teniendo en cuenta que era una representación por la que no se había pagado entrada, ¿por qué no coger a los hijos e irse?
¿Tiene sentido programar un teatrillo de títeres, un viernes, 4 días antes del martes de Carnaval, a las cinco de la tarde y pensar que quien pase por allí no va a suponer que se trata de una actividad para niños?
¿Es suficiente excusa alegar que la responsabilidad es de los padres, por no haberse informado y amparararse en que en una página de facebook, en un mensaje colgado con una hora de antelación, se informaba de que el espectáculo no era para niños?
¿Tiene sentido que, más allá de criticar la actuación del juez en este caso concreto, se hayan hecho públicos expedientes de la trayectoria del magistrado, dando a suponer que estaban elaborados con antelación y significando, al menos para mí, que hay tipos (en todos lados, que no se me malentienda) que se dedican a preparar informes con los deslices que en el pasado se hayan podido cometer y aprovecharlos al extraerlos de su contexto real?
¿Tiene sentido que cualquier medio de comunicación deba considerarse afín, o peor todavía (por la fragmentación de las fuerzas políticas), que deba definirse por aquellos a los que se opone y se enfrenta y que cualquier cosa que suceda sólo podrá explicarse atendiendo al signo del medio y al del sujeto o sujetos?
Querido JJJ, tengo claro que el día que se pusieran a repartir carnets de imbecilidad, los habría para tipos y tipas de todos los colores.
Un abrazo.
Pero dudo mucho que los titiriteros vayan a conseguir MUCHO más trabajo, después de este lamentable incidente.
EliminarMe encanta cómo has detallado el modus vivendi madrileño, yo no he vivido pero ahora que lo dices he tenido más o menos esa sensación cuando he estado. ¿Puede considerarse delito el mal gusto? Jajaja, no se puede pero a veces nos gustaría. Ignoraba lo de los expedientes públicos de la trayectoria del magistrado, qué fuerte me parece todo, es que las noticias últimamente se van de varas, es lo que tú dices. Si te soy sincero intenté no leer muy en profundidad sobre la deriva del caso para no indignarme, contaminarme o saturarme, sobre todo procuré limitarme en buscar una explicación lógica a esa medida a nivel judicial, cosa que no logré. En fin, así vamos. De lo del trabajo de los titiriteros no sé, igual estoy en un error, pero esto puede aumentar el morbo de algún sector de población por ver nuevas obras de aquellos que se convirtieron en héroes de un país de guiñoles por un día. Otro abrazo, crack.
EliminarVeo que me quedaba este comentario pendiente, hoy que trato de actualizar (= limpiar) mi correo electrónico.
EliminarJJJ, como intentes encontrar una explicación lógica a las decisiones judiciales, terminarás perdiendo el juicio.
Seguro.
Un abrazo.