Morel de Sal. Círculo literario.
9
de mayo de 2016.
Coordina
Patricia Núnez.
Motivo: Alfred
Kubin — “Der letzte König” (1902).
Motor: Escribir sobre la imagen, valiéndose
de su título (“El último rey”).
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—Hoy, apremiado por las circunstancias
que concurren en este preciso momento y que toman forma en mi persona, empujado
a realizar un manifiesto que sirva como patrón para la descripción de mis
acciones o intenciones, expuesto de forma voluntaria al juicio ajeno y decidido
a mostrarme honesto en la narración de las consideraciones que hayan podido
moldearme, cuando abandono todo intento de perpetuar el legado que se me otorgó,
al que ningún otro más que yo pudiera aspirar de manera legítima; la carga más
ominosa que nadie pudiera colocar sobre sus hombros, terca, necia, ciega y
espléndida; reflejo de las ambiciones de quienes me precedieron, testimonio de
la desesperación por la desconfianza provocada, cautiverio del recelo de los
que, habiendo querido contrariarme, han traicionado la razón de la unidad
colectiva y han hecho frente común en el reparto de culpas, arrojadas al azar
de forma arbitraria, con total insensatez y absoluta falta de respeto o
compasión; hoy, débil ante los retos que se me plantean, superado por las
adversidades, vencido en mi convicción de poder devolver, multiplicados, los
frutos recibidos a todos los que se han entregado en la defensa de la prosperidad
común; hoy, lejanos los días en que la calma serena permitía abrigar la
esperanza de un lazo que expresara un cobijo que abrazara toda diferencia, más
allá de constituir la soga que estrangula al disidente, al distinto, al
distante, al otro, a todos; hoy,
superados los desaires que han provocado este dislate; hoy, incitado a...
—¿Cuándo?
—Hoy.
—¿Hoy? ¿Qué día es hoy?
—El día de mi abdicación.
—Abdica ... ¿qué?
—Que me las piro, Ramiro.
—Jo. Haber empezado por ahí.
—Ya.
—Vale. A rey muerto, rey
puesto. ¡Viva el Rey!
—No, que no hay otro. ¡Que soy el
último!
—¡Qué ganas tienes, siempre, de terminar llamando la
atención!
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La
lectura (des)dramatizada contó con Daniel,
en el papel de Rey y Oliva, como contrapunto necesario.
Una
sesión realmente entretenida.
Gracias.
Gran texto sobre la necedad actual de no abandonar el cargo publico u ocupación que ya no se precisa. Buena muestra dele stupor ante una decisión logica en un ilogico mundo
ResponderEliminarYa sabes, querido Bernardo, que los textos que preparo para el Círculo literario son pura ficción y cualquier coincidencia con la realidad no es más que una mera coincidencia; esas cosas del azar que tanto nos sorprenden.
EliminarGracias
Abandono todo intento de perpeturar el legado que se me otorgó...excelente texto, realidad o ficción de la debilidad y el acomodo egoista,
ResponderEliminarExcelente.
Saludos.
De la debilidad y el acomodo egoísta.
EliminarEn su trabajo, una compañera de grupo, Evelia, hablaba de la "vida muelle y los excesos cotidianos".
Agua lleva, cuando el río suena.
Gracias.
Hoy ha salido al compás de una paella con unos grandes amigos el tema de la abdicación del Rey y cómo maquillaron el camino para el nuevo y lo continúan haciendo. Aunque sigo diciendo que me resulta más preocupante la falta de dimisión de políticos. Abrazos.
ResponderEliminarPero, ¿cómo se os ocurre ir de paella y poneros a hablar del Rey?
Eliminar¡Menos mal que no os dio por la política!
Abrazos.