We Sing. We Dance. We
Steal Things.
Las canciones tienen una capacidad enorme para establecer
conexiones.
Cuando se fijan en momentos emotivos, la canción adquiere un
significado especial, imposible de olvidar.
La canción se extrajo del tercer álbum de estudio de Jason Mraz.
Su mayor éxito.
Mientras en el vídeo él viajaba en un taxi en Hawaii, yo iba en
otro a ver a mi madre recién hospitalizada, de noche, en una ciudad silenciosa,
con la música sonando en el vehículo que me trasladaba.
Antes de que lo bueno se termine.
Daré lo mejor de mí.
Y nada va a detenerme.
Salvo intervención divina.
Creo que vuelvo a tener la oportunidad.
Para ganar o aprender algo.
No volveré a vacilar.
Nunca más.
Esto no puede esperar.
Soy tuyo.
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