En
vísperas de que se cumplan 500 años del momento en que Martín Lutero colgara en la puerta de la iglesia de Wittenberg sus
95 tesis en contra de la Iglesia católica, inicio de la Reforma y de un cisma
que llevó al protestantismo y la proliferación de congregaciones cristianas, nos
embarcamos en un viaje que comienza en St. Louis (MO), avanza por Portland
(ME), continúa en Asheville (NC) y finaliza en Tennessee, orto y ocaso de
preferencias personales.
Frente
a los que apuestan por la independencia, algunos preferimos los vínculos.
Vengo
de comparecer en Santiago (de Compostela) y, a la vuelta, me entero que el
ministro de Hacienda, tocayo del patrón de los conductores (Montoro), no ha comparecido (en la sesión
de control del Congreso), convencido de que la dificultad de los temas que
pretendía tratar iban a generar una natural controversia y, por ello, delegó en
Santiago Menéndez, Director General
de la Agencia Tributaria, para que, a
la vista de lo complejo y delicado de la información de la que dispone, sobre
la que se cuestiona su confidencialidad, deba resolver compareciendo (o comparecer
resolviendo), en un intento desesperado de contener el sinsentido, aportando
información para desfacer el entuerto.
Conclusión:
otra tediosa sesión parlamentaria, para otear mirlos y dejar pasar guarros.
— ¡Ssshhhh! ¡Calla! Ahí está Santiago:
el del centro.
“Sé,
que las portadas de los periódicos y los informativos de las emisoras de radio
y TV han creado muchas expectativas en torno a esta comparecencia, pero yo no
puedo referirme a ningún contribuyente concreto”.
“La
Agencia Tributaria investiga con discreción y sigilo, constantemente. Esta
confidencialidad está en el ADN de los funcionarios de la Agencia”.
“…usted
dispondrá de los datos? Mire, yo dispongo de todos los datos que hay en la
Agencia, que son la ‘repera’, la ‘repera patatera’”.
Si
quieren consultar un “resumen más amplio”,
deben dirigirse al diario de sesiones, pese que, estoy convencido de ello, no
tendrán la más mínima gana de hacerlo.
Mi
experto amigo confirma la tesis de que he procedido de forma incorrecta.