martes, 23 de abril de 2013

(S)elección de personas


En todos los proyectos en que nos vemos envueltos, debemos participar junto a otros. Por eso somos sociales: no tanto porque nos deba gustar la charla intrascendente, sino, en realidad, porque estamos conectados en nuestras relaciones con los demás, que nos hacen involucrarnos en una compleja trama a la que no podemos renunciar.

"Hay veces que me siento como un mono enreda(n)do" Foto: DaBok

Con la mayoría tenemos que cargar a la fuerza, sin que seamos partícipes de su naturaleza ni tengamos nada que ver con ellos en la práctica. Son todos esos que te rodean y a los que consideras gente.

Pero algunos, a los que tratas como personas —les has otorgado identidad propia y puedes describirlos empleando características singulares— comparten, sin fecha de caducidad (o de consumo preferente), aspectos de tu vida. Son tu pareja, tu familia o tus amigos. Aquellos a los que sientes como próximos y con los que has desarrollado unos vínculos que, en su definición, incluyen algunos rasgos concretos: mutua aceptación, reciprocidad, compromiso, flexibilidad y adaptación a nuevas circunstancias concurrentes y a los cambios personales que se produzcan.

Este tipo de relaciones, electivas, en caso de mantenerse lo hacen de forma madurativa; adquieren mayor sutileza y precisión conforme se fortalecen.

Elegimos a nuestros compañeros. Es por tanto responsabilidad nuestra, aunque compartida, lograr que la relación sea verdaderamente provechosa.

*****

En ocasiones, algunos son encargados de liderar proyectos. Deben involucrarse en seleccionar a los que participarán y establecer el sistema de trabajo en equipo que van a protagonizar.

Ahora, cuando se enfatiza exageradamente la polivalencia, se olvida que un equipo eficaz debe tener miembros diferentes: la diversidad es un incentivo para acercar el éxito. Aplicar un mismo perfil, olvidando las especificidades de cada caso concreto, sólo conduce a la clonación que, además de antinatural, es increíblemente aburrida y estéril.

¡Hola! Soy nuevo... Foto: Mark Fischer

A eso tan bonito, a lo que me dediqué por primera vez hace muchos años, lo llaman ahora hacer un casting.


4 comentarios:

  1. Razón tienes. Me pone enfermo la selección que no es tanto. Realmente nos e busca diversidad de pareceres o conocimientos o personalidades. Se busca un personal acorde a las dias del seleccionador que vulgarmenet sirva para no cuestionar decisión alguna.

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    1. Había pensado poner, en lugar de un mono, la imagen de uno de esos perritos que se ponen en el portaequipajes trasero que mueven la cabeza y no saben hacer otra cosa que asentir, pero me pareció más apropiado el monito.

      Esos jefes que buscan satélites que les ronden, les digan que sí, sin criterio propio, pero menores en tamaño, son los prototipos de los políticos, otra tropa clónica.

      Un saludo.

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  2. La afinidad entre las personas es fundamental para una relación fructífera, larga y duradera.
    Se hace imprescindible tener,en un alto porcentaje, pareceres en las ideas,objetivos y formas de proceder, dentro de la diversidad de los individuos.
    La diversidad enriquece al grupo. Le da mayor valor añadido, por lo tanto aumenta las posibilidades de emprendimiento,desarrollo del grupo y garantía del éxito.
    Es verdad que los líderes, en general, buscan perfiles que se adecuen mas a su forma de pensar o de ser y se rodean de gente que le dicen lo que quiere oír, "ya que es el que le paga". Estos satélites de alrededor del líder son los que pudren y parasitan las empresas.
    La existencia de un solo perfil por puesto de trabajo,en a menudo estándar,limita el desarrollo y ofende la inteligencia del hombre,que sin dudas es emocional y no homogénea. Esta homogeneidad que buscamos por la costumbre del hombre de clasificar y catalogar todo en esta vida, hace que a menudo los homogéneos se conviertan en monogeneos y es hay cuando nos creamos nuestros propios problemas.

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    1. Encantado. Me puse a contestar a Bernardo, en el comentario anterior y resulta que estaba citándote, Pepe, con lo de los satélites.

      Se nota que conoces por dentro las virtudes (y las enormes carencias) de los grupos hiperdesarrollados.

      Un abrazo.

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