domingo, 26 de junio de 2011

Carpe diem

Foto: Ivan Zuber
Según el “Diccionario del español actual” es una “invitación a tomar lo bueno que ofrece cada momento, sin pararse demasiado a pensar en lo que pueda traer el futuro”. Wikipedia menciona dos formas —se puede pensar que antagónicas— de entender la máxima:

ü      No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy
ü      Vive cada momento de tu vida como si fuera el último

La primera vez que escuché esta expresión fue en la película “El club de los poetas muertos” dirigida por Peter Weir en 1989 y protagonizada por Robin Williams, Robert Sean Leonard (el Dr. Wilson de "House") y Ethan Hawke. He aquí la escena:


La secuencia presenta al profesor Keating en su primer contacto con los que van a ser sus alumnos. Como formador, debo detenerme en los recursos didácticos que emplea para captar la atención de los estudiantes:

ü      Ruptura de los esquemas tradicionales: el profesor entra en el aula, pasea sin decir nada —sólo silba— y después de terminar su recorrido sale al pasillo e invita a sus alumnos a que le sigan.

ü      No comienza con un exhorto —explicando cómo van a funcionar las clases, repasando el temario o comentando los manuales que emplearán durante el curso—. Su asignatura es literatura: les hace leer un poema. Es un formador: les hace pensar.

ü      Utiliza el sentido del humor y la sorpresa: resulta más sencillo alcanzar a los formandos empleándolos desde el inico.

El propósito de Keating es provocar cambios en sus alumnos. Para quien no haya visto la película, es obligado decir que versa sobre cómo afectan a sus alumnos los cambios provocados por Keating. Para quien la haya visto, recordaré algunos de los cambios que Keating quería provocar.

ü      “Les contaré un secreto: no leemos y escribimos poesía porque es bonita. Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana; y la raza humana está llena de pasión. La medicina, el derecho, el comercio, la ingeniería... son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida humana. Pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor son cosas que nos mantienen vivos".

ü      Las normas están al servicio de las personas y pueden ser cambiadas para ajustarse a las necesidades de las personas a las que sirven.

ü      Cada persona tiene que buscar su propio camino para mostrar su individualidad. No todos somos iguales y debemos trabajar en mostrar nuestras diferencias y aceptar las de los demás.

ü      El trabajo duro —más todavía en los jóvenes— no excluye la diversión.

La película, que en su momento tuvo gran repercusión, ha motivado la generalización de una falsa interpretación del mensaje implícito en la máxima “carpe diem”. Muchos jóvenes se han apropiado del lema y lo repiten como una suerte de mantra. Se venden camisetas, se realizan tatuajes y se encuentran en muy variados soportes publicitarios. Y la juventud repite el mantra apelando a la necesidad de vivir experiencias intensas, al límite, sin importar las consecuencias. Descargar adrenalina, vivir a tope, oír la música a tope, gritar a tope, bailar a tope, beber a tope. Subirse a un puente para tirarse atado a unas cuerdas y —donde antes gritábamos al tirarnos: Jerónimoooooo!!!— gritar ahora mientras caen al vacío: Carpe dieeeeeem!!!.

En fin, reducir la posibilidad de convertir nuestra vida en algo extraordinario, trabajando y esforzándose en alcanzar ese fin, en una sucesión de subidones y saltos, irresponsables e irreflexivos, es algo que, para un observador imparcial, resulta meridianamente simple.

Vivir pensando sólo en el presente y sin reflexionar en las consecuencias para el futuro de lo que estamos haciendo. Negar la posibilidad de establecer un plan, un objetivo, una forma de dedicarnos —apasionadamente, eso sí— en alcanzar algo que, nos satisfaga mientras nos ocupamos en su desarrollo, y que pueda dejar huella.

“Carpe diem”


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4 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo contigo en que la expresión Carpe diem se ha desvirtuado un poco. Yo preferiría vivir mi vida sabiendo que el mañana puede que no llegue pero actuando con dignidad, utilizando la cabeza para pensar y no actuando compulsivamente para satisfacer aquello que me pide el cuerpo.

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  2. Yo también estoy totalmente de acuerdo. Me quedé sin ver la película en su día y me encantaría verla. Está muy bien eso de vivir cada momento y disfrutar el presente que es lo que tenemos pero tb debemos pensar en el futuro aunque no llegue nunca.
    Respecto al tema de la juventud, desgraciadamente hemos criado una generación sin valores donde todo vale. Ya veremos como será el futuro de esta generación que, yo , gracias a Dios, espero no conocer.
    Un abrazo. Muy interesante.

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  3. Cada vez me gusta más.
    Ana

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  4. Cuando eres joven notas algo que te empuja a hacer las cosas a lo bestia e irracionalmente y me parece que controlar eso debe de ser hasta malo. Si usan el término o expresión Carpe Diem, living la vida loca o lo que sea, poco importa.

    Cuando llegas a una edad piensas que la generación que viene no es tan buena y se tiende a generalizar, pero por suerte en toda generación hay gente que merece la pena conocer.

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