viernes, 13 de enero de 2012

Editoriales

El caso es que me metí con un artículo que, con gran inventiva por mi parte, había titulado provisionalmente “Los libros” y, a pesar de conocerme, no marqué un límite claro de lo que pretendía hacer. La previsible consecuencia es que estoy, ahora mismo, enteramente desbordado.

Ya he dejado comentarios sueltos, quejándome de esquina en esquina, como alma en pena, buscando una voz que se apiade de mí y, presurosos, han surgido amigos que, dándome aliento, me dicen que no lo deje. Como el tema lo sigo abordando de forma enciclopédica, he decidido provocar ahora mismo un spin-off que me permita liberar una parte de la carga.

Me quedaré con editoriales.

Foto: º_º

He estado trabajando para esbozar un catálogo de ellas. No están todas, claro.

Primero, porque sería imposible: cualquier catálogo debe definir un marco.

Segundo, porque he querido, a propósito, excluir a las grandes, a los grupos editoriales que hacen un trabajo industrial, no artesanal, por motivos que no se argumentan aquí, sino que se reservan para el artículo original.

He utilizado ahora una ilustración con una composición de una linotipia, falseando ex-profeso la realidad, al sugerir que las editoriales independientes (que es la etiqueta a la que dedico la relación) trabajan de forma diferente a como lo hacen los grandes grupos. La realidad es muy distinta: ambos tipos utilizan la misma forma de producir sus libros —en ocasiones compartiendo las mismas imprentas— y, de existir, el matiz que los distancie será de tipo estratégico, si es que lo hubiera.

Pero, en cualquier caso, la propuesta inicial es mía y relaciono, a continuación, las editoriales independientes que he ido encontrando, sin que su aparición otorgue ninguna carga de valor a su labor editorial. Anticipo ya, que aceptaré gustoso las sugerencias que se me planteen, en el caso de que algún lector tuviera interés en ver mejorada esta relación. Me reservo, eso sí, la capacidad de emplear mi juicio para incluir las aportaciones ajenas en la lista que sigue:

Ático de los libros — http://www.aticodeloslibros.com/
Baile del Sol — http://www.bailedelsol.org/
Blackie Books — http://www.blackiebooks.org/
Cabaret Voltaire — http://www.cabaretvoltaire.es/
Casa de cartón — http://www.casadcarton.es/
Ediciones del Viento — http://www.edicionesdelviento.es/
El Olivo Azul — http://www.elolivoazul.es/
Errata naturae — http://www.erratanaturae.com/
Gallo Nero — http://www.gallonero.es/
Lengua de trapo — http://www.lenguadetrapo.com/
Libros del Asteroide — http://www.librosdelasteroide.com/
Libros del KO — http://librosdelko.com/
Libros del Silencio — http://librosdelsilencio.com/
Menos cuarto — http://www.menoscuarto.es/
Nevsky — http://nevsky.es/
Páginas de espuma — http://paginasdeespuma.com/
Principal de los Libros — http://www.principaldeloslibros.com/
Pulp Books — http://pulpbooks.es/
Salto de página — http://www.saltodepagina.com/

No me podrán negar que muchos de los nombres son evocadores.

4 comentarios:

  1. Estimado Alberto, este tema es mucho más delicado de lo que te pueda parecer.Te diré que coincido plenamente en la lista que relacionaste de editoriales.Esta es la clara prueba de que con una idea romántica de la publicación también se puede vivir. Muchas veces se achaca a los números, a la rentabilida, a la competitividad el hecho de publicar solamente productos comerciales. Esta es una perfecta demostración de que publicar obras seleccionadas, buscadas con paciencia y mimo pueden dar lugar a un negocio sostenible.Ahora,me alegro que no te metieras con los libreros.

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    1. Naturalmente que sé que el tema es complicado. Por eso mi artículo, tal como lo panteé inicialmente (sin límites, ni fronteras), se ha visto ya colapsado.

      Mencioné en el artículo y reitero ahora que la lista es una mera relación: no se atribuye ningún valor por su pertenencia. Es verdad que se puede plantear el negocio de editor con otra estrategia, pero ni siquiera todas las "independientes" tienen una estrategia que a mí me guste.

      En realidad, sucede otro tanto con los libreros: no me he metido con ellos (todavía). Entiendo que los dueños de las pequeñas librerías son los menos culpables de todos: ya no pueden decidir ni que línea de negocio deben llevar (condicionados como están por las distribuidoras y el sistema de novedades) y, obligados por ley, no pueden ejercer su labor de comerciantes fijando con sabiduría los precios de los artículos a la venta. En cualquier caso, aunque cuento entre mis amigos a dos libreros, los hay también que son para darles de comer aparte.

      En fin, dejo semillitas para aligerar el artículo.

      Un saludo

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  2. Aquí está un verdadero amante de la los libros.
    Te imagino por las calles del casco antiguo de cualquier ciudad, buscando lugares donde el tiempo se ha detenido, pero ha permitido que sigamos saboreando ese placer tan exquisito de las buenas cosas. Y ahí es donde entran las librerías de siempre. Frente a las grandes superficies, estos sitios donde el lector es un amigo, tú cómplice, a la hora de buscar acomodo en la lectura más apetecible en ese momento. Poder acariciar sus lomos y tapas, sentir el olor de la imprenta en sus páginas...
    Eso es el esfuerzo de esas editoriales casi artesanas, donde lo primero y lo último es el esfuerzo final en hacer llegar esas pequeñas joyas que son los libros,lejos del afán voraz superventas de títulos de las grandes editoriales.
    Feliz lectura, amigo mío

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    1. Juan Angel: Gracias sinceras.

      El libro como objeto, será el tema de mi próximo artículo. De verdad que me está costando meter la poda; ahora pretendo que, de cada vez, me salga un pequeño esqueje.

      Veremos si gusta.

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