jueves, 19 de julio de 2012

La importancia de prestar atención al formato


Me gustan los blogs. No sólo por tener yo el mío —que tenga perro no implica que me tengan que gustar los de los demás—, sino porque me permiten estar atento a lo que hacen otros. Seguir la pista a personas que, libres e independientes, hacen lo que les apetece, del modo que consideran oportuno, sin que nadie les fije límites sobre lo que tienen que hacer —o cómo hacerlo— y lo que no.

Bien mirado, es un reducto de libertad.

"Tú mismo" Foto: vladimix

Sigo unos cuantos blogs. No tiene importancia el número. No se articulan en torno a un tipo específico de contenidos: hay muchas cosas diversas que me interesan. Tampoco estoy cerrado a seguir nuevas pistas: si alguien quiere dejar en comentarios, enlace a algún blog que crea que me puede interesar (a mí o a otros), prometo echar un vistazo.

Algunos de los que sigo, tienen un montón de seguidores; otros, no tanto. Los hay que, a pesar del tiempo que le dedican sus autores, no consiguen alcanzar la repercusión que merecerían.

He visto cosas rebotadas que alcanzaban la condición de viral y he recordado haber leído lo mismo (o parecido) en un blog minoritario, pero mucho mejor contado, o con un enfoque más novedoso o atrayente.

He presenciado defensas corporativistas en las que se restringía la posibilidad de escribir a escritores (como si existiera ese gremio), la de informar a periodistas (como si, en este momento, pertenecer a ese gremio fuera garantía de algo) y eliminar enteramente la opción de investigar, porque eso ya no se estila y ya no interesa a nadie.

He leído de la existencia de un modelo, al que llaman 90-9-1, que recoge los porcentajes de la actividad de los usuarios de internet: 90% asisten como espectadores, sin hacer aportaciones — 9% rebotan la información y, en algunos casos la modifican, aportando valor — 1% crean contenidos.

El modelo presupone, y yo lo he aceptado en la exposición anterior, que sólo se crean contenidos. Es una manera sutil de inclinar la balanza en una dirección y, en esa dualidad que nos acompaña desde hace mucho, primar el fondo (los contenidos lo son), frente a la forma. Y así, los que nos preocupamos, también, por el aspecto, por la presencia de lo que hacemos, en ocasiones somos catalogados con uno de los epítetos más desesperante que me puedan haber dedicado: “eres un formalista”. Al margen de que reconozco que, para quien no atiende a las formas, cualquiera que sí lo haga se convierte en un tiquismiquis quisquilloso incapaz de ser complacido, lo cierto es que debe prestarse atención al aspecto final de lo que uno termina haciendo.

En particular, detecto en el mundo de los blogs (y no sólo en los independientes, que sería más fácil de entender, sino también en los de los grandes medios) una despreocupación por el formato. Esta despreocupación me resulta preocupante.

No haré referencia a la forma de redactar; de alguna manera considero que ese tipo de errores afectan a los contenidos, al fondo del texto. Pienso, más bien, en asuntos de formato; de cómo se presentan los contenidos, de su apariencia exterior. Ya sé que, en estos asuntos, no existe una normativa que haya que cumplir; ni siquiera unas instrucciones generales, meramente orientativas, que constituyan una etiqueta que, por otra parte, en lo virtual, ni siquiera se ha intentado esbozar.

En fin, asuntos tan peregrinos como si se debe justificar el texto a ambos lados, o sólo a la izquierda, el tipo de letra usada, la separación del texto en párrafos y el interlineado entre ellos, la forma de separar secciones de un único asunto, las viñetas usadas en las listas y la sangría en el inicio de un párrafo. Todos son aspectos formales y, no siempre, están resueltos en los blogs que sigo.

En fin. Parece una tontería, pero intuyo que no lo es.

*****

El pasado viernes (nefasto, a la par que 13), supuso la despedida de Toni Garrido, y su brillante Asuntos propios, en rne. Le sirvió para firmar un editorial que debería ser leído (y estudiado) para entender lo que significa, hoy, un medio de comunicación (específicamente una radio pública). La noticia será conocida: cese fulminante de Juan Ramón Lucas y Garrido con destino todavía sin confirmar. Para quien no se haya enterado, se adjunta aquí el enlace: Gracias.

Es el escueto título del editorial que aparece en el blog del programa y que, para ser precisos, es necesario escuchar. Hay un enlace, (donde está el ►) que abre el archivo sonoro y permite oír la lectura (porque da la sensación que el editorial está escrito y no es improvisado) de un texto que no voy a desentrañar, porque quiero que se emocionen oyéndolo.

Quiero que estas líneas sirvan como homenaje al trabajo bien hecho. El programa Asuntos propios lo era. Un magazine emocionante, entretenido, con colaboradores que aportaban interés y con un Toni Garrido en permanente estado de gracia. Locutor dotado de un profundo registro vocal, que manejaba con sabiduría, empleaba la entonación para conferir énfasis a sus afirmaciones. Destacaba, con sus acentos; cambiaba el ritmo, con su dicción.

Y hacía pausas. Esas pausas, tan importantes en la radio, que sirven como subrayados, que ponen negritas.

Que recalcan y hacen pensar.

*****

Una parte esencial en los actuales programas de radio (que le pregunten a Javier Gallego y su Carne cruda) son los blogs. Sirven para multiplicar el efecto (y los seguidores). Permiten aumentar la influencia (incrementando la audiencia). Facilitan la interacción. Y frente a la instantaneidad de otro formatos (singularmente twitter), dan un cierto carácter de permanencia a lo que allí aparece.

Las posibilidades son tan grandes que cualquiera puede ser capaz de imaginar cómo se le ocurriría aprovecharlas. Se puede prestar atención a todos los ingredientes y convertir al blog en un espacio complementario, aunque dependiente. O se puede pensar que, con sólo transponer los contenidos, está todo hecho.

Es lo que pasa en el blog de Asuntos propios. La vibrante editorial, escuchada en la voz de Garrido, se convierte en un texto ramplón, complicado de leer y que, ni siquiera, está transcrito de forma literal. ¿Por qué?

¿Por qué el texto escrito no corresponde, literalmente, al texto leído?

¿Por qué el texto está mal puntuado, con faltas de ortografía?

¿Por qué el texto se presenta en un párrafo único?

¿Por qué el texto carece de negritas, cursivas, enlaces que faciliten la lectura y la asimilación?

¿Por qué el texto demuestra que se ha cuidado el contenido, pero se ha desatendido el formato?

*****

Recuerdo cuando me trataban de enseñar que “bien está, lo que bien parece”.

*****

En este ritmo presuroso, en el que parece que estamos obligados a vivir, repasar lo escrito, supervisar lo que se ha hecho, se ha convertido —casi de forma fulminante— en una cosa tan desfasada como “revisar las galeradas”.

Releer y volver a leer lo que se ha escrito.

— Quita, quita

*****

Quizá sorprenda que se muestre preocupado por el formato quien se empecina en mantener el rosa como color de fondo del blog. Al margen de que se haya convertido en una seña de identidad (independientemente de aquello con lo que me llegue a identificar), es una gama de colores que permite una lectura cómoda. He leído blogs que tienen el fondo negro, y el texto en blanco, y pasas un rato con las líneas de texto bailando en tu memoria visual.

No es el recuerdo que quiero que se lleve quien se pase por aquí.

4 comentarios:

  1. Gracias por éste artículo Alberto.Cuando desapareciste unos días y luego volviste con un formato diferente de blog, alguien te felicitó porque tenía un nuevo aire "fresco", etc.y le advertiste de que era solo una prueba. !Menos mal! Habría sido un cambio equivocado, en mi humilde opinión. Te habría seguido igual porque lo que importa es el contenido y me habría acostumbrado porque a todo uno se acostumbra (desgraciadamente para nuestra Sociedad), pero tú eres el color rosa, te va el rosa, tu identidad en el ciberespacio es ese color rosa color rosa y esa orden y "pulcritud" que tienes en el formato.
    Es verdad que hay blogs "aburridos" de ver, "molestos" de ver, "feos" "agresivos" y me tiene que enganchar casi de inmediato para que me quede leyendo.
    Re: Garrido y Juanra Lucas, muy malas noticias sus despidos y me parece que Pepa fernández, peso pesada de la radio puede tener sus dias contados también. Lo que faltaba, ahora nos quitan a los grandes profesionales, callan sus voces.
    Parece que todo el mundo en Twitter protesta y lamenta ésto. Que van a echar a los socialistas de la Telvisión y de la Radio,pero son los votantes quienes han hecho esto. Las urnas los han echado.
    Un beso
    Nina

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    1. Gracias por tus palabras de aliento; en realidad, en petit comité, te diré la tercera de las razones: la provocación (seguimos en una sociedad tan sexista que el color rosa sólo puede ser asignado al sexo femenino; aún no comprenden que la pantera era rosa, pero era un chico).

      En fin, el cuidado del formato debería ser esencial en el blog (como en casi todo).

      En cuanto al tema de los ceses en radio nacional: te animo a que escuches el emocionante editorial de Garrido que se enlaza en el artículo. Mayúsculo.

      Besos

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  2. Hola Alberto

    Yo escuché en directo la despedida de Garrido, y efectivamente fue emocionante.

    No deberiamos esperar que por un cambio de partido los periodistas fueran removidos. El programa de Toni Garrido tenía calidad, era divertido y sorprendente, y destilaba libertad de criterio.

    Enhorabuena por el blog, y por ese rosa. Un saludo,

    José Luis
    www.paseandoporleon.blogspot.com

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    1. Hola José Luis:

      No sé cómo habrás hecho para llegar hasta aquí, pero eres bienvenido.

      Gracias por tu comentario. La calidad en el trabajo, el interés que algunos (pocos, cada vez menos) muestran por las cosas que hacen, les debería suponer una garantía de, al menos, permanencia. Pero en este mundo, dominado por mediocres -y orientado hacia conformistas-, las cosas están muy lejos de ser como deberían.

      He respondido a la visita y he podido encontrar un sitio ordenado, apacible y al que me he apuntado para volver a visitar. Enhorabuena por ese azul.

      Un saludo (y espero verte más a menudo).

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