11/09 — Etapa 01: (A) Irlanda
del Norte y (B) Gales
14/09 — Etapa 02: Glasgow
(Escocia)
18/09 — Etapa 03: (A) Resto
de Escocia I (hasta 1990) / (B) Resto
de Escocia II (desde 1991)
25/09 — Etapa 04: North
England (A) Nordeste
de Inglaterra / (B) Noroeste
de Inglaterra
28/09 — Etapa 05: (A) El
Gran Manchester I / (B) El
Gran Manchester II
02/10 —
Etapa 06: (A) Merseyside
I / (B) Merseyside
II
05/10 —
Etapa 07: (A) Yorkshire I / (B) Yorkshire
II
09/10 —
Etapa 08: Midlands (A) East Midlands
/ (B) West Midlands I / (C) West Midlands II
16/10 —
Etapa 09: East of England (A) Este I
/ (B) Este II
19/10 —
Etapa 10: South East England (A) Sudeste
I / (B) Sudeste II / (C) Sudeste III
23/10 —
Etapa 11: South West England (A) Sudoeste
I + Isle of Man / (B) Sudoeste II
26/10 —
Etapa 12: (A) London ‘60s I / (B) London
‘60s II
30/10 —
Etapa 13: (A) London ‘70s I / (B) London
‘70s II
02/11 —
Etapa 14: (A) London ‘80s I / (B) London
‘80s II
06/11 —
Etapa 15: (A) London ‘80s III / (B) London
‘80s IV
09/11 — Etapa
16: (A) London ‘90s I / (B) London
‘90s II / (C) London ‘90s III
13/11 —
Etapa 17: (A) London 00 I / (B)
London 00 II / (C) London 00 III / (D) London 00 IV
Guía de la visita
La
región conocida oficialmente como Yorkshire
and the Humber, comprende cuatro condados, repartidos atendiendo a los
cuatro puntos cardinales (y al estuario de la ría Humber, que separa Yokshire
de Lincolnshire).
Coloquialmente se conoce a Yorkshie como el condado más grande del país
(the country’s largest county), o el
condado de Dios (God’s own county).
Allí se celebra, el 1 de agosto, el Yorkshire
Day. Empezó a celebrarse en 1975, inicialmente en Beverley, organizado por la Yorkshire
Ridings Society, como un movimiento de protesta contra la reorganización
del Gobierno Local de 1974 que introdujo tantos cambios y posibilitó, entre
otras cosas, que York, dejara de
tener entidad administrativa ninguna. La celebración de ese día es un intento
tradicionalista de velar por la cultura, la historia y el dialecto propio del
condado.
Un
condado con un importante legado histórico. Es imposible no mencionar “La guerra de las rosas”, en la que,
disputándose los derechos sucesorios al trono, se enzarzaron en un lío
monumental, la casa de Lancaster
(con la rosa roja como emblema) y la casa de York (cuyo emblema era la rosa
blanca). Muchas muertes después, el asunto se solucionó a la inglesa (versión
moderna de la decisión salomónica), al integrar en la rosa Tudor, ambos emblemas y (al igual que la Union Jack hizo con las cruces de San Jorge, San Andrés y San Patricio) presentar una imagen
superpuesta en la que, todos, se
sentían representados por ella. Si estás interesado en conocer más de esta
etapa de la Historia, “La flecha negra”,
de Robert Louis Stevenson relata el
episodio de forma amena.
El
condado ha tenido un importante desarrollo económico y es un centro destacado
en la extracción de carbón, la industria textil, o el acero (Sheffield).
El
puerto más importante está en Kingston
upon Hull.
El
Harrogate International Centre es un
importante referente internacional, como sede para conferencias, congresos y exhibiciones).
En
el condado se han edificado diferentes casas señoriales (grandes casas de
campo), para la aristocracia inglesa. Son especialmente destacables Allerton Castle (que llegaría a ser
propiedad del príncipe Frederick, Duque de York, e inspirador de la
canción infantil “The Grand Old Duke of
York”) y Castle Howard (en la
versión para TV de la novela de Evelyn
Waugh, “Retorno a Brideshead”,
sería el escenario ideal para la serie protagonizada por Jeremy Irons y Anthony
Andrews). Todavía se puede visitar, en una recomendación que apunto.
Las
hermanas (y novelistas) Brontë son
originarias del condado —Anne, “La inquilina de Wildfell Hall” / Charlotte, “Jane Eyre” / Emily, “Cumbres borrascosas”—. Bram Stoker escribió “Drácula” mientras vivía en Whitby. Alan Bennett es un reputado autor teatral y guionista de la
película “La locura del Rey Jorge”.
En España, Anagrama ha publicado recientemente un par de opúsculos suyos: “Una lectora nada común” y “La dama de la furgoneta”.
Actores:
Ben Kingsley —inolvidable su
interpretación en la película de 1982, “Gandhi”,
dirigida por Richard Attenborough—. Charles Laughton —en 1933 obtuvo el
Óscar por su interpretación en “La vida
privada de Enrique VIII”. / En 1957 fue nominado, sin conseguirlo, por su
papel como el abogado Sir Wilfrid Roberts, en la película “Testigo de cargo”, dirigida por Billy Wilder, con Tyrone
Power y Marlene Dietrich. / En
1955 dirigiría su única película, “The
night of the hunter” (“La noche del
cazador”), una grandísima obra maestra, protagonizada por Robert Mitchum (inolvidables sus
nudillos tatuados con “Love” y “Hate”) y Shelley Winters—. James
Mason —el frío Phillip Vandam en “North
by Northwest” (“Con la muerte en los
talones”), la película dirigida por Alfred
Hitchcock y protagonizada por Cary
Grant y Eve Marie Saint. / El
atormentado Humbert Humbert, atrapado en su enfermiza atracción por “Lolita” (Sue Lyon), la adolescente hija de Shelley Winters y amante compartida
con Peter Sellers, en la película
dirigida por Stanley Kubrick, basada
en la novela de Vladimir Nabokov—. Michael Palin —estuvo en Monty Python; en “Un pez llamado Wanda” desarrolló una relación imposible con los
perros—
Y,
siendo consciente de que se quedan muchas cosas pendientes, empezamos ahora a
oír música.
Yorkshire I (18)
Joe
Cocker — With a little help of my
friends
Hola:
Me llamo Joe Cocker. Llevo muchos
años cantando. He tenido una trayectoria llena de éxitos. A pesar de eso, mucha
gente sólo me recuerda por dos canciones que aparecieron en sendas películas: “Up where we belong”, que cantaba con Jennifer Warnes (y sonaba en los
títulos de crédito de “Oficial
y caballero”) y “Leave your hat
on”, la canción que Kim Bassinger
se dejaba puesto (era lo único) para seducir a Richard Gere —otra vez él—, en un tiempo record (“Nueve semanas y media”) y que, gracias
a mí (y no a su autor y primer intérprete, Randy
Newman), se convertiría en el epítome del desnudo con baile previo. Debo
decir también que, antes de eso, versionando a The Beatles, conseguí (con ayuda de mis amigos) llegar al #1 en UK,
mi país, y que, gracias a eso, me invitaron a participar en el concierto de Woodstock de 1969. Dejo un vídeo como
prueba (que mi amigo François ha
traducido y subtitulado para ayudar a su difusión internacional). Y,
finalmente, concluyo negando que: 1 – haya
tenido ningún problema con la ingesta de psicotrópicos o sustancias
prohibidas y 2 – el vaso del que bebo al comienzo de la actuación contenga otra
cosa que agua. ¡Ah, sí! Quisiera terminar dando las gracias a este grupo de AA
que, hace años, me permite venir a compartir mis recuerdos del pasado. Gracias
Joe.
El
drama que describe la canción no podía reflejarse con un simple vídeo (en
blanco y negro) de una aparición en un programa de TV. La épica retorcida de Barry Ryan, en su desesperado grito a “Eloise”, necesitaba un contenedor de
mayores proporciones. Un teatro, por ejemplo. Pero el Covent Garden estaba pillado en una (rutinaria) representación de “Pagliacci”, de Leoncavallo. El cinemascope
parecía entonces una buena alternativa. Pero se necesitan, además, otros
elementos: un mandilón, un ventilador
apuntando a la cara de la partenaire,
subrayando las ráfagas de las secciones de viento y cuerdas, los caballos
tordos y la capa amarilla flotando en la escena en la playa, el interludio con
velas, con la amada emergiendo del mar mecida por los violines. De repente,
Ryan se despierta de su obnubilamiento (se cae del guindo) y empieza una
atropellada progresión hasta alcanzar el clímax
final. Ya sé que muchos creerán que la versión de Tino Casal
(el ciudadano más universal que haya dado Tudela
Veguín) es mejor, pero ya no me quedan fuerzas para discutir con ellos.
He
estado buscando, de verdad que sí. Podría jurarlo. Alguna explicación plausible
a la escena local de Leeds, tan
(cómo decirlo), tan barroca, tan bizarra, tan (sí, eso suena bien), tan
variopinta. Con gente como Barry Ryan, Soft Cell, The Sisters of Mercy, Scritti
Politti, The Wedding Present, o Spacehog. Pensé que la ciudad podía haber estado emplazada
sobre un antiguo cementerio celta. O que las emisiones de productos tóxicos
generaban mutaciones en los habitantes del pueblo (a lo vengador tóxico). Cuando oí hablar de que un cantante y compositor
del vecindario, Jeff Christie, había
escrito una canción sobre el Río amarillo,
creí que había encontrado una buena pista: explicaría que el río Aire (que cruza la industriosa Leeds,
está canalizado y es parcialmente navegable) había mutado su color por los
vertidos contaminantes y justificaría el colorido de los artistas allí
amamantados. Pero, no. La historia realmente trataba de un soldado de los
confederados, en la Guerra Civil USA que, tras acabarse ésta, sólo
piensa en volver a su ciudad natal, “Yellow
River” (un lugar que nunca sería identificado). La canción se la ofreció a The Tremeloes, pero lo rechazaron. Así
que Jeff se buscó un par de acompañantes y la grabó, ambientada en (y dentro
de) el río Thames y acreditada en
exclusiva a su apellido: Christie. Con un par.
Kiki
Dee — I’ve got the music in me
“No tengo problemas en la vida, ninguna
tontería me puede hacer llorar, no estoy asustada o preocupada. Si algo se
calienta, que se enfríe. No dejo que la vida me deprima. Voy a tomar las cosas
como vengan. Dicen que la vida es un círculo, pero yo no lo veo así. Voy a
andar en línea recta, manteniendo mis pies firmes en el suelo. Tengo la música
dentro de mi”. Después de cantar
así, Elton John quiso hacer un dúo
con Kiki Dee, “Don’t go breaking
my heart”. No me extraña. Apúntate a la musicoterapia. En UK 666.
Chris
Rea — Fool (If you think it’s over)
Me
has regalado la bufanda multicolor que tejiste para mí en tu tricotosa. Me la puse
cuando grabé el vídeo de la canción y sale en la portada del single y del primer LP que he publicado,
“Whatever happened to Benny Santini?”.
Estás loca (si crees que lo nuestro se ha acabado). Chris Rea tiene toda la razón (y lamento meterme donde no me
llaman, pero hay cosas que son de justicia).
En
las primeras fases de cualquier proyecto (lo que podríamos denominar la etapa fundacional), es habitual dedicar
un tiempo a establecer los rasgos identitarios; aquello que caracterizará a la
tarea que se pretende acometer. Los motivos de que suceda así, supongo que
serán perfectamente comprensibles para cualquiera y no creo que sea necesario
que los apunte aquí. Lo que ya resulta más complicado de entender es por qué,
en algunas circunstancias, cuando los proyectos evolucionan con una deriva
incierta, nos comportamos talmente como un pollo al que le hubieran cortado la
cabeza, sin un rumbo claro, hasta que aparece un iluminado (con diversos
secuaces que le animan), anunciando que esto
[sustitúyase por lo que le resulte más conveniente] “hay que repensarlo” (como si lo de “pensar” fuera un acto infrecuente, reservado para elegidos y que
deba ser evocado, en lugar de ser un acto continuado, que debe presidir nuestro
comportamiento individual y colectivo). Todo esto viene a cuento analizando la
evolución que han ido tomando los medios de comunicación, especialmente la TV.
Es posible recordar (yo al menos lo hago), cuando se establecía la regla de tres catódica, que se
fundamentaba en los siguientes tres pilares: formar, informar y entretener. Es
evidente que, hoy en día, el primero de ellos ha perdido definitivamente la
batalla y nadie se plantea que la TV, o los mass-media,
o lo que sea, tenga como uno de sus objetivos primordiales formar, por
más que la formación se plantee como un mantra
recurrente (por los políticos, pero no sólo por ellos) para definir las
estrategias con que afrontar el futuro. En cuanto a lo de informar;
bueno, se asume la alineación,
que se considera inevitable, en los promotores de la información, aceptando que
se mueven con intereses más o menos confesables. Para decirlo de otra forma: se
admite —sin que se cuestione— que la información está sesgada y que, antes de
analizarla, debe filtrarse, atendiendo a su procedencia. Así que, si este
argumentario es válido, queda como único elemento sostenible el propósito de entretener.
Tampoco tiene nada malo. En USA
—prácticos que son— han asignado un status
de merecida respetabilidad al show-business,
reconociendo abiertamente, con toda franqueza (como suelen hacer) que, al fin y
al cabo, “that’s entertainment”. En
fin, que si no nos dan pan, que al menos nos mantengan entretenidos. Por
cierto, la canción que se presenta es de Cabaret
Voltaire y espero que, durante 4 minutos y 26 segundos, os mantenga
ocupados (no sé si entretenidos). Me gustaría no haber llegado demasiado tarde, aunque fuera por unos segundos.
Soft
Cell — Tainted love / Where did our
love go
Cuando
teníamos tiempo para escuchar las canciones enteras; cuando comprábamos LPs que
oíamos de principio a mitad (o de mitad a final), porque a lo mejor preferíamos
una cara a la otra; cuando enchufábamos singles
apilados en un cilindro que los iba dejando caer, uno detrás de otro. Cuando
nos tirábamos horas escuchando música y no se nos ocurría pasar a la siguiente
canción (porque el botón que hacía eso no estaba todavía disponible). Tampoco
hacíamos zapping en la TV, porque el
primer mando a (una cierta) distancia
estaba enchufado al aparato con un cable (y todavía no se había
comercializado). Era 1981, antes del mundial de fútbol de España (el que organizamos, no el que ganamos). La llegada del
formato maxisingle (12” en UK) nos permitió escuchar a Soft Cell, en versión extendida,
uniendo a Gloria Jones (“Tainted love”) con The Supremes (“Where did our
love go?”). 9 minutos sin mover un dedo (y disfrutando como enanos). ¿A que
no eres capaz de hacerlo ahora?
The
Human League — Don’t you want me
La
canción se ha convertido, con el paso del tiempo, en un referente de la música
de los primeros ‘80s y de los grupos que utilizaban sintetizadores (en UK al estilo se le conoció como synthpop). Eran The Human League y “Don’t you
want me” fue su mayor éxito. La canción, compuesta por el solista del
grupo, Philip Oakley, tras haber
visto “A star is born” [la película,
original de 1937, dirigida por William
A. Wellman, con Janet Gaynor, o
el remake de 1954, convertido en
musical, dirigido por George Cukor,
con Judy Garland y James Mason, o puede que fuera la
versión de 1976, dirigida por Frank
Pierson, con Barbra Streisand y Kris Kristofferson]. El caso es que vio
“Ha nacido una estrella” (en la
versión que fuera) y compuso una canción planteada como un duelo vocal entre él
y Susan Ann Sulley, una de las dos
chicas que hacían coros para el grupo. El vídeo estaba fuertemente influido por
el de la canción “Vienna”, de Ultravox y, según su director, Steve Barron, por la película “La noche americana”, de François Truffaut, lo que se aprecia en
la claqueta en la que, en 1:23, se
puede leer en francés: “Le League
Humaine”.
ABC — The look of love
Si
haces un vídeoclip con el A-B-C de
tus referencias visuales y lo ubicas en el parque en el que Julie Andrews y Dick Van Dyke llevan a los niños a pasear en “Mary Poppins”, es posible que sea necesario que pidas hora en el
psicoanalista. Leyendo la lista completa que se adjuntará aquí, la llamada es
obligada. En orden de aparición: canotier (4), tirolés tocando la cornucopia, clown, monja voladora, patinador,
jirafa, desplegador de tumbonas, globos inflables, novia en ascenso, banco
recién pintado, dentadura postiza vibrátil, ventrílocuo, tiroleses jugando a
las palmas, pintor de sujetador (cartel indicador de zoo), terraza francesa,
comedor de spaghetti, enchufe de tres
tomas (tipo D), caseta de playa, chaqueta dorada, helados de cucurucho (de
vainilla), violinista zíngara, loro en el hombro, bailarina clásica con tutú y
andando en puntas, laberinto de espejos, marionetas, camarera sexy,
malabaristas de fuego, Charlot,
forzudo, prestidigitador. Es evidente que la fantasía onírica discurría en una
feria, pero —de no haberse dejado tratar—,
Martin Fry (el solista) sería
un psicópata potencial suelto. [Nota: desde que escribí este artículo, hasta
ahora, Youtube borró el vídeo
seleccionado originalmente, en el que la canción no terminaba abruptamente y
aparecían todos los referentes relacionados. Presento mis disculpas].
Whitesnake
—
Here I go again
David
Coverdale había estado en Deep Purple.
Tras su marcha, fundó Whitesnake, un grupo de hard rock (o de heavy metal, dependiendo de lo purista que te encuentres). En 1982,
incluído en su álbum “Saints &
sinners” estaba “Here I go again”,
que tuvo un éxito moderado. En 1987 deciden dar el salto y atacar el mercado
americano. Publican el álbum “Whitesnake”
y graban de nuevo “Here I go again ‘87”
(“ahí voy de nuevo, otra vez”). Y lo consiguen.
#1 en listas, exitazo total. Las tres claves se aprecian en el vídeo: 1 – Suavizan su
música, ahora es más accesible a todos los públicos. 2 – El cardado de
Coverdale está mucho más definido. Su cabellera está más perfilada y transmite
mejor la sensación de leonina masculinidad buscada. 3 – Aparece la inolvidable Tawny Kitaen, haciendo cabriolas, en
lencería blanca, sobre el capó del Jaguar
XJ de David y haciéndole masajes mientras él trata de conducir. Conseguiría
llegar a ser su esposa (durante un breve periodo) y protagonizar los sueños
húmedos de la legión de seguidores del grupo (ya para siempre).
Enrique Jardiel Poncela es un escritor madrileño, divertidísimo, que dejó
obras de teatro, representadas sin descanso, y cuatro novelas. La tercera de
ellas, de 1931, titulada “Pero...
¿hubo alguna vez once mil vírgenes?” parte de un equívoco (habitual en
el autor) y me ayuda a preguntarme ahora ¿cuántos cielos puede llegar a haber?
El grupo de Sheffield, Heaven 17, ya iba por el decimoséptimo.
Y ahí surge la tentación. La de irse al teatro a ver “Cuatro corazones con freno y marcha atrás”, “Eloísa está debajo de un almendro” o “Los ladrones somos gente honrada” y pasar un rato de los más
entretenido.
Def
Leppard — Rock of ages
Vayamos por partes. La idea puede que suene bien. Un musical de éxito en Broadway, en el que aparecen canciones
de rock clásico, se traslada al cine
y se presenta una banda sonora de escándalo, con temas de Bon Jovi, Guns N’ Roses,
David Lee Roth, Joan Jett, Extreme, Def Leppard, Foreigner, Journey, Poison, Pat Benatar, Warrant, Whitesnake, Night Ranger, Twisted Sister,
Starship, Quarterflash, Quiet Riot,
Skid Row, Scorpions, Van Halen y REO Speedwagon. El reparto incluye
a Julianne Hough, Diego Boneta, Russell Brand, Paul Giamatti,
Catherine Zeta-Jones, Mary J. Blige, Alec Baldwin y Tom Cruise.
El título, como la canción de Def
Leppard, “Rock of ages”. El resultado
(sin tener que ir al cine): un
verdadero bodrio.
¿A
que no sabías que Jack Sparrow,
antes de dedicarse a la piratería, había cantado en un grupo rock? Y que, pese a que Keith Richards era su padre, ¿era el
cantante solista y no el guitarra? ¿A que no? Pues ya ves: antes de mandar (es
un decir) en “La perla negra”, y de
protagonizar aventuras junto a Will Turner,
Elizabeth Swann, Barbossa o Davy Jones, cantaba en The
Cult y se llamaba Ian Astbury.
Practicaban un estilo que oscilaba del post-punk
al hard rock, fusionando el heavy metal con gotas de sonido gótico
(y si quieres que te lo explique mejor, espera un poco). En España, sólo Bunbury se sabía todas sus canciones.
En el vídeo se intuye la premonitaria presencia del luchador de wrestling The Undertaker.
The Housemartins son cuatro muchachos de Hull (Paul Heaton, Stan Cullimore,
Norman Cook y Dave Hemingway) que, en el vídeo, ven como el tiempo pasa, en
estado semilíquido, en su aburrido trabajo de oficina. Al dar la hora, como
buenos ingleses, van rutinariamente al pub
y, entre partidas de dardos, beber cerveza negra templada y hacer
construcciones con fósforos o posavasos, ver pasar el tiempo sintiéndose una
pequeña parte de un gran Imperio. ¡Hay que joderse! Menos mal que existe la
hora feliz: un momento en el que, después de que el mesonero toque la campana
anunciando que la birra será más barata, todos se apelotonan para pedir la
última ronda. Algo así. No me extrañaría que Pavlov hubiera diseñado su entrenamiento canino tras haberse
zampado un par de “Guinness”.
Ahora
ves el vídeo de la canción de The
Sisters of Mercy y todos sabemos que se trata de Petra (en Jordania),
gracias a su aparición como localización en la película dirigida por Steven Spielberg, “La última cruzada”, con Harrison
Ford (como Indiana Jones) y Sean
Connery (como su padre). Pero, entonces, un año antes del estreno de la
película, era un lugar fascinante, ideal para la propuesta gótica del conjunto liderado por Andrew Eldritch.
Living
in a Box — Living in a box
Al
principio del vídeo aparecen unos homeless
(los que, sin hogar, tienen que dormir en una caja) y daba la sensación que la
canción del grupo homónimo Living in a
Box iba a encerrar un mensaje de denuncia social. Al final, como su propia
trayectoria, la cosa quedaría en nada, una simpleza recubierta de algunos
tópicos de los ‘80s: la música marcada por un sintetizador y la voz del
cantante Richard Darbyshire haciendo
contrapunto. En el vídeo se ve también un penoso intento de utilizar la técnica
del stopmotion, que tantos vídeos
virales ha aportado después. Y la metáfora de vivir en un espacio cerrado,
donde sólo puedes correr en círculos es de una pobreza que huelgan más
comentarios.
El
mayor conjunto de pibones que se podía ver en 1988 en TV (antes de que se
inventara el término que las describía). Oír los primeros compases de la
canción de Robert Palmer y ponérsete
las orejas tiesas era un ejemplo rápido de acción-reacción. La explicación de
que prestabas atención para oír mejor la canción, era menos creíble que la
defensa de las bondades de los articulistas del Playboy. ¡Que jóvenes y que impresionables pudimos llegar a ser! (Y
que ingenuo puede resultar para los adolescentes de hoy en día).
Scritti
Politti — Oh Patti (Don’t feel sorry
for loverboy)
Mirar
hacia atrás y recordar cuando uno era joven, debería contribuir a ser
indulgente con los que ahora son más jóvenes que uno mismo y comprender que la
adolescencia es un estado de atontamiento que —con suerte— termina curándose,
dejando actuar al paso del tiempo. Lo explicaré de otra forma más sencilla: fui
(más) joven y —encerrado en mi habitación— escuchaba, repetida una y otra vez, Patti de Scritti Politti. (Casi) nada de lo que digan o hagan los jóvenes de
hoy, me podrá llegar a sorprender (o a sonar desconocido). Eso, hasta que la
adolescencia reaparezca en casa, esta vez por medio de mis hijos (y descubra
que, todo lo experimentado por mí, no sirve para nada).
174
|
1968
|
Joe Cocker
|
|
175
|
1968
|
Barry Ryan
|
|
176
|
1970
|
Christie
|
|
177
|
1974
|
Kiki Dee
|
|
178
|
1978
|
Chris Rea
|
|
179
|
1980
|
Cabaret Voltaire
|
|
180
|
1981
|
Soft Cell
|
|
181
|
1981
|
The Human League
|
|
182
|
1982
|
ABC
|
|
183
|
1982
|
Whitesnake
|
|
184
|
1983
|
Heaven 17
|
|
185
|
1983
|
Def Leppard
|
|
186
|
1985
|
The Cult
|
|
187
|
1986
|
The Housemartins
|
|
188
|
1987
|
The Sisters of Mercy
|
|
189
|
1987
|
Living in a Box
|
|
190
|
1988
|
Robert Palmer
|
|
191
|
1988
|
Scritti Politti
|
Ahora mismo, dentro de un rato, el segundo tramo de la etapa
dedicada a Yorkshire. Se entregará entonces el resumen por localidades.
Próxima etapa — 05/10 — Etapa 07-B: Yorkshire II
Está confirmado que van a
estar Pulp, Arctic Monkeys, Everything
But The Girl, Ed Sheeran y Kaiser Chiefs. Menudo plantel de verdadero
lujo.
Puedes
estar con asiento numerado, reservando plaza.
Hazlo AHORA
Puedes
hacerlo (aunque el viaje esté iniciado):
1 — Dejando un comentario en el artículo,
2 — Enviando un correo electrónico a comunsinsentido@gmail.com o
3 — En la página UK 666 en
facebook (y dando un “Me gusta”).
Quizás nunca queramos volver de este nmaravilloso viaje......
ResponderEliminarQuizás todo lo bonito y amable de nuestras vidas se quede entre el paisaje de la memoria tras tan enormes paisajes.......
Quizás tu recuerdo en mi recuerdo sea el motivo de nunca perderte, nunca dejar de amarte......
Always on my mind
Ahora cobra más sentido dar una respuesta agradecida.
EliminarEsta vez empiezo desde abajo con las canciones y he escuchado a Robert Palmer....me habia olvidado de él...y la verdad es que esta canción...ja,ás vi el vídeo....la escuchaba por las mañanas mientras me preparaba para enfrentar el día y salía siempre muy bien de energía. ScrittiPolitti ..no me decía mucho, demasiado blando pero creo que en está canción y en otra, (tal vez Perfect Way) Miles Davis toca trompeta.Creí que eran de Gales.
ResponderEliminarAlberto, un lapsus has tenido: Kim Bassinger no bailaba "Leave your hat on" for Richard Gere sino para el entonces muy atractivo Mickey Rourke.
Joe Cocker, grandísimo, qué vida ha tenido, tuvo que tocar rock bottom, saliendo y salvándose, gracias a Pam Barton que se convirtió en su guardian (¿y manager?)y le aisló de todos los que le utilizaban.
Bueno sigo el viaje...y qué viaje, Alberto! Gracias de nuevo.
Nina y en esta ocasión, Peter.
Nina: Cuando me di cuenta de que había puesto a Gere, en lugar de Rourke, me dio mucha rabia. Supongo que serían las prisas. Perdón por un lapsus imperdonable.
EliminarBesos.