11:17 de la mañana. 25 de marzo de 2012. Un colegio electoral de Oviedo. Me acerco a votar, acompañado de uno de mis hijos. El presidente de la mesa me pregunta:
—¿Está usted empadronado?
—No. Los políticos, que me ponen así...
"Encabronado" Foto: Niklas Hellerstedt |
Vaya tomadura de pelo. Unas elecciones que no han servido para nada. No hay un referente ganador y al final todos a beber del mismo grifo: ahogando al ciudadano
ResponderEliminarMuy bueno, sobre todo a la vista de los resultados, las consecuencias y esta nueva demostración de la realidad paralela en la que se desarrolla la política...
ResponderEliminarA mí la cara de cabreo me dura ya desde hace mucho y, a pesar de que se reactiva en periodos electorales, es esencialmente independiente de ellos y está ligada a la sensación de desprecio que, hacia mí, desprenden como coleeeeectivo.
ResponderEliminar