miércoles, 2 de mayo de 2012

La ciudad deshumanizada

Una de las cosas más estimulantes de escribir en un blog es que me permite abrir hilos de ideas y pensamientos que desconozco dónde me van a llevar.

Los comentarios de los seguidores —y las conexiones que establezco—, me llevan a lugares que no hubiera podido imaginar en soledad. Me gusta la sensación de verte atrapado en un torbellino que, como sucede con todos, resulta complicado de gobernar.

La incertidumbre provoca reacciones imprevistas y, algunas de ellas, deben atraparse al vuelo, porque son, por su naturaleza y origen, extremadamente efímeras.


Esto me acaba de pasar. A raíz del artículo Yo compro en comercio local, he hablado con muchos amigos, he leído algunos artículos y he podido escuchar muchos comentarios. Una idea se podía entrever como nexo común: las ciudades se están deshumanizando.

"Inhóspito" Foto: Jonathan Kos-Read

Y, al hacerlo, se dota a los objetos de características que nunca les podrán pertenecer. La humanidad es una condición exclusivamente humana.

Lo que parece una obviedad, implica una consecuencia que, muchas veces, pasa desapercibida: los que nos deshumanizamos somos los humanos.


Esa es nuestra principal responsabilidad: dotar de mayor humanidad a nuestro entorno.

(Y no esperar que los edificios, por sí solos, la adquieran).

8 comentarios:

  1. Nuestro mundo parece desorientado. Nadie se fia de nadie, tanto en las relaciones interpersonales, en la política, en el mundo financiero, etc.Estas relaciones están rotas y dónde hay rupturas, desaparece la confianza.Por un lado está el sentido básico de confianza reducida y por el otro, no hay realmente una visión creíble y realista de una sociedad futura mejor. No estamos trabajando con miras al futuro. No existe una colaboración colectiva y si no hay un esfuerzo diaria individual y colectivo para mejor nuestra sociedad, todo se vuelve en nuestra contra. Necesitamos una visión orientativa que nos llene de optimismo que crea un sentido de dirección común.
    Nina

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    1. Hola Nina:

      Interesante aportación, como acostumbras. Presentaré un par de matices, para animar el debate:

      1 - En esta época de conexiones no centralizadas (o jerarquizadas), del tipo que permite la red, hay mucha gente trabajando ya en proyectos colaborativos, sustentados en la confianza, que buscan el desarrollo de alternativas válidas al modelo establecido.

      2 - La ORIENTACIÓN hacia una DIRECCIÓN COMÚN tiene, como límite final, la generación de una realidad ÚNICA, tendencia que debería revertirse definitivamente YA. La libertad es (y debe ser) necesariamente PLURAL.

      Encantado de encontrarte, siempre dispuesta, al otro lado (no de forma enfrentada, sino colaborativa) de mis artículos. Un beso

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    2. 1) Por supuesto hay mucha gente trabajando en la red y en otras partes buscando mejorar la sociedad y así debe seguir...pero si estos grandes esfuerzos individuales y colectivas no encuentran apoyo desde el resto de la sociedad y desde las instituciones ya reorganizadas, es muy difícil provocar el cambio que necesitamos.

      2) Yo no creo en una realidad única ...pero sí creo que una sociedad, un país tiene que tener en su base moral, en sus aspiraciones hacer una sociedad mas justa.En esa dirección debemos todos trabajar. Luego, que cada uno aporte lo que estime.
      Las voces de estas personas que trabajan de forma indvidual y con tanto esfuerzo no se oyen y a veces se les callen porque a otros con más poder, no quieren trabajar en esa dirección común, porque sus intereses son otros.

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    3. Veo que disentimos en esto, lo que me parece interesante y estimulante. Trataré de plantear mis argumentos de otra forma:

      A mi juicio, la sociedad será más justa, cuanto más plural sea. Los caminos de una sola dirección son, además de injustos por excluyentes, tremendamente aburridos. La pluralidad es enriquecedora, estimulante, atrevida, interesante y divertida. Los caminos comunes y predeterminados, NO.

      Ya sé que dirás que no estás en desacuerdo, pero me parecía atrayente presentarte un desafío público.

      Un beso.

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  2. El encanto de la ciudad se está perdiendo en lo más profundo de lo que en su momento fue la esencia de su modo de vida.
    Un bello amanecer, un grato atardecer, un enigmático anochecer, sólo salpicado por el batiburrillo vespertino de su población.
    Me quedo con ese final tan estupendo de un José Sacristán, como locutor de un programa llamado "Solos en la madrugada", y la noche de Madrid en silencio, con las luces gritando a la oscuridad, mientras suena el "Unchained melody" de los Righteous Brothers"..........

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    1. Si se empeñan en vaciar la ciudad de gente y agruparlos en parques temáticos del consumo y el gasto, la consecuencia natural es encontrar natural paisajes apocalípticos.

      Me hace pensar más en Kurt Russell en "Rescate en Nueva York".

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    2. Juan Angel, Tienes razón. No solo ha perdido la ciudad su encanto sino quienes viven en ella también.Nos hemos vuelto superficiales, distantes, desinteresados en el prójimo.

      Cómo bien dice Alberto, estamos agrupados en los grandes, bestiales espacios comerciales y ya las niñas de 11 años te vienen contando su fin de semana "guay" que fue ir con sus amiguitas a el colosal y nuevo Shopping Centre Plaza 2 a comprar ropita, ver a los chicos de sus clase y a tomar coke y hamburguesas.
      Pues, !qué pena!

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    3. Lo triste del caso es que no es verdad. Somos muchos (aunque seamos pocos) los que preferimos la proximidad, el trato personal, el poner cara a los demás, el conocerse y saludarse.

      No te puedes imaginar cuántas personas me han dicho que ellos también compran en comercio local.

      Siempre creo que no podemos confundir a las personas con la gente.

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