lunes, 4 de marzo de 2013

El cónclave

He estado tentado de escribir un artículo resumiendo los pasos a seguir para la elección de un nuevo Papa, en sustitución de Benedicto XVI. A raíz del cónclave precedente, en que se designó a Joseph Ratzinger, recuerdo haber preparado una presentación para mis hijos y algunos amigos suyos, para que entendieran mejor lo que había sucedido.

Incluso llegué a utilizar el momento del anuncio, tras la fumata blanca, como trama para explicar la valoración personal que me pidieron hacer, a principios del año pasado, de Urdangarín.

Así que es un tema que me ha interesado y sobre el que he leído.


Pero asisto, ligeramente perplejo, a una realidad en la que, todos saben todo lo que afirman que necesitan saber.

Son capaces de determinar si resulta más conveniente un cónclave largo o uno corto, las características que debería tener el futuro Papa, su cualificación, la edad que debería tener y su procedencia.

Por descontado, nadie se pone de acuerdo y frente a cada uno que apunta la necesidad de que vuelva a ser italiano, otro apuesta por que sea hispano parlante y un tercero sostiene que debería ser africano.

Unos prefieren un Papa conservador y otros se decantan por uno reformista.

Y más.

*****

No importa cuál sea el punto sobre el que se debata: todos tienen sus posturas definidas y se enrocan en su defensa a ultranza, en lugar de tratar de entender los argumentos de quien se encuentra delante. No parece la forma más recomendable de debatir.

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Un proceso tan delicado, tan elaborado y en el que se debe ser tan cuidadoso; un sistema apoyado en muchos años de experiencia, encaminado a facilitar la reflexión sosegada, se ventila de un plumazo en una intervención apresurada.

La mayor sorpresa se produce al contemplar que, el mayor acaloramiento, procede de los que se definen, rápidamente, como ajenos al club del que cuestionan sus normas.

*****

Así que, ahora que, por motivos que no vienen al caso, deberé estar un par de días confinado, aprovecharé el espíritu reflexivo que el cónclave transmite, en mi propio beneficio, tratando de encontrar, en mí mismo, los cambios que deba llegar a procurarme (que seguro que los hay), las cosas que deba mantener y las que deba imperiosamente empezar, para, más que tratar de decirles a otros lo que deben hacer, asegurarme de que yo sí hago las cosas como debiera.

Por descontado, esto resulta mucho más complejo y, al conocerme, me resultará más difícil conseguir engañarme.

*****

Para conocer los mecanismos del cónclave, leí en su momento el libro que escribió Alfredo Urdaci en 2005, El cónclave. Los secretos de la elección del Papa al descubierto, escrito antes del fallecimiento de Juan Pablo II. También leí el que escribió, tras la celebración del cónclave más reciente, Benedicto XVI y el último cónclave. Los secretos de la elección del nuevo Papa.

Ambos libros, editados por Planeta, estaban llenos de interés (estoy releyéndolos ahora), aunque están descatalogados.

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Más información:

Zenit: Especial en dos partes (primera / segunda).
Conferencia Episcopal Española: Colegio cardenalicio / Sede vacante

13 comentarios:

  1. NO entiendo lo qué quieres decir


    Ana

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    1. ¿Nunca has tenido la sensación de que la gente habla y habla y habla y, raramente, escucha y de que ya se saben las respuestas antes de que les hagan las preguntas?

      ¿Y de que parece que todo el mundo tiene consejos que dar a los demás y poco tiempo de pararse en pensar en qué cosas debería cambiar uno mismo en su vida?

      Pues, aprovechando mi parada obligada, pensaré un poco en qué debo cambiar yo.

      No es tan complicado.

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  2. Creo debe ser un PAPA reformista , la IGlESIA CATÓLICA está estancada , no importa el idioma
    saludos

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  3. Yo siempre creí que cuando accedes a un cargo tan importante como es ser el sucesor en la silla de Pedro es hasta el final.
    Este Papa dimisionario, Benedicto XVI, creo que nunca tuvo el arraigo de su antecesor, Juan Pablo II, y eso fue un lastre durante todo su pontificado.
    Una institución como la Iglesia Católica debería ser más complaciente, discreta, mesurada y calibrada a la hora de designar un sucesor para el Vaticano. No entro en polémicas a la hora de designar un Cónclave, pero deberían predicar con el ejemplo que nos piden día a día y dejar a un lado las diferencias abisales entre ellos para no hacer creer que la Iglesia Católica está sufriendo un desgarro. Entiendo, pero no comparto tal decisión y si no crees que estás dispuesto a sacrificarte por un fin no te presentes a tal.
    Un abrazo

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  4. Realmente tu percepción es acertada . Parece que existen infinitos expertos vaticanistas. Un conclave supone primero una reflexion entre cardenales de los problemas de la Iglesia. Vamos como una reunión de los consejos de los partidos politicos pero a diferencia de estos que se ven dia a dia o semana si y otra no los cardenales se reunen escasas veces. Segundo tras analisis o exposici´ón de problemas se exponen los puntos de vista para atajarlos ahí es cuando comienza la verdadera selección del papable y Tercero no toods los cardenales se conocen y tratan de forma habitual por lo que es valiosa la exposición de ideas en el conclave.
    De ahí que los periodistas o expertos papables jámas dan ni una.
    Respecto al estilo de Papa. Primero hablar de reformista o no es complicado dada la existencia de dogmas inamovibles . Segundo Benedicto XVI era tachado de conservador y si por algo destaca su mandato ha sido por enfreentarse a problemas que antecesores suyos no tomaron en consideració u ocultaron. Reformar es cambiar un status. Por otra parte si que signifique estar de acuerdo en numerosas cuestiones eclesiales o de la iglesia las tres enciclicas de Benedicto son de los más interesantes y bien argumentados debates sobre la sociedad actual. No creó que existan muchos trabajos tan lucidos ni por politico ni pensador actual publicados. Obviamnete visto desde una perspectiva cristiana apostolica y romana con la cual se puede estar de acuerdo o compartir pero que indudablemente tiene la suficiente lucidez como para generar debate. Por ello creo que si bien juan pablo ii tenia un carisma popular indudable su sucesor era un intelectual excelente. Respecto a dejar el cargo por fin exite la humanidad que se presupone debe ser algo intrinseco al católico. Un Papa que en lugar de acojerse a la tonteria del espiritu Santo, a la elcción divina toma la decisión de abandonar por la razones que sea politicas, enfermedad, crisis de la entidad, si los politicos actuales en lugar de agarrarse al cargo como si fuere divino tomaran otras opciones mjor vendría. Benedicto en ciertas cuestiones no tomo decsiones más liberalizadoras pero la historia de la Iglesia no se caracteriza por los cambios.
    Para acabar la Iglesia deja que desear en muchisimos aspectos igualmente comparto que debe modificar sus ideas para los tiempos que estamos pero cuestionar su forma de organización en cuanto a la elección de su dirigente no parece adecuado para una institución de tantos siglos y aventurarse sobre la elección de una persona u otra sin estar dentro se me antoja arriesgado.
    Que tengan suerte en la elección del próximo pues como toda gran organización con un peso para bien o para mal influira en nuestra vida aunque no queramos

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    1. Bernardo, has expuesto tus argumentos de forma tan certera y con tanta precisión que tengo la impresión de que es un asunto sobre el que llevas tiempo interesado.

      Estoy de acuerdo en la mayoría de tus afirmaciones y voy a destacar tres:
      1 - Reducir un sistema tan complejo a una visión simplista de los que se postulan como experto, confirma rápidamente su falta de acierto
      2 - El conservadurismo o reformismo de los Papas no puede medirse por criterios civiles ya que, en efecto, comparten un núcleo común de creencias compartidas (los dogmas) que, la mayoría, no se ponen en cuestión. Y juzgar a Benedicto XVI como retrógrado (más que como conservador) es, además de injusto, una negación de sus méritos intelectuales.
      3 - La Iglesia (que no es sólo sus edificios, ni los sacerdotes, ni el Papa y la curia romana sino, singularmente desde el Concilio Vaticano II, todos sus fieles) está en un proceso permanente de cambio y de adaptación. Pero, por descontado, no se le puede pedir que cambie a la velocidad que, en otras instancias, nos parece injustificada. Y, por encima de todo, los participantes del lugar hacia donde deba dirigirse deberá estar participado por sus integrantes y no por aquellos que se declaran ajenos a su realidad.

      Encantado de mantener este debate contigo y dejo para futuras etapas pronunciarme sobre la valoración que hago sobre la renuncia.

      Un saludo, encantado.

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  5. Seguiremos con gusto el asunto. Es entretenido como la institución resuelve el dilema.

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    1. Ya sabes que ahora puedes votar para elegir a tu elector favorito.

      http://www.comunsinsentido.com/2013/03/los-electores-del-conclave.html

      Anímate a hacerlo

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  6. El Papa Benedicto XVI era producto /resultado del hombre Joseph Ratzinger que vivió en una Alemania en guerra a la vez que también era de una región profundamente Católica Romana, Bavaria.
    Miembro (forzado) de las Juventudes Hitlerianas, llamado a filas en el 43 y después desertor, prisionero de guerra durante meses, vio su Fe como una ciudadela de verdad y de honestidad y rectitud contra un reino de ateísmo y mentiras
    En el camino hacia su pontificado, su carrera destacada como teólogo nos hace ver hoy la diferencia entre Juan Pablo II, un papa carismático, activo, viajero y comunicativo que atraía a multitudes y sobretodo a los jóvenes, y Ratzinger que era/es un papa retraído, pensador, cuyo fuerte era/es su intelecto poderoso y sutil, un visionario de la teología con un lado místico y espiritual, que le viene de su vida en el paisaje de su Bávara natal, devotos a la virgen, a las procesiones, la vida “recogida” de los pequeños parroquias .

    ¿Era conservador? Si. Tal vez, habiendo vivido la experiencia del totalitarismo del régimen Nazi (y en los ’60 el amanecer del terrorismo alemana) llegó a la conclusión que lo mejor era combatir con un totalitarismo eclesiástico, pero también hay que admitir que aunque mucha gente no lo cree, Pope BenedictoXVI nunca tuvo miedo de afrontar las crisis que tuvo delante durante su papado y también en su decisión de retirarse. Rompió con una tradición larga y decidió no agarrarse al poder (Y ya tuvo como Cardinal inmenso poder ya que trabajó con Juan Pablo II como prefecto de la Congregación de la Fe, en el Holy Office).
    Yo no pertenezco a ninguna religión pero no me han gustado las críticas que recibía de gente de cierta relevancia como Küng que le llamaba ” medieval, anti reforma, incapaz de liderar una iglesia hacía un gran cambio.”
    Ahora bien, sí espero que del conclave salga alguien joven, reformista, con energía que sepa modernizar la iglesia …porque es lo que hace falta. Los tiempos están cambiando y hoy día cambian y nos hace cambiar a marchas forzadas…y la iglesia católica tienen que ser capaz de esos cambios porque de lo contrario va a perder miembros. A mí “ni me va ni me viene” , de todas formas creo que el hombre cada vez mas va a entender la religión como algo individual y será él y su relación personal con Dios, sin necesidad de una institución.
    Saludos,
    Nina

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    1. Partía de un supuesto, que considero axiomático, según el cual todas las experiencias que uno ha vivido se transportan en una mochila y condicionan su modo de actuar futuro, incluyendo que, al ejercer un cargo, cada persona deja su propia huella que, en ocasiones excepcionales, puede resultar profundamente transformadora.

      Y, también he pensado siempre, que las instituciones están por encima de las personas, de forma que, cuando una organización está sólidamente trabada, resistirá los embates de tener que soportar a personas inadecuadas para las funciones que tienen que desempeñar.

      No planteaba este artículo como un análisis de Benedicto XVI, aunque, tentado para hacerlo, diré que ha sido un Papa valiente y de una altura intelectual difícil de abarcar.

      Pero, en cualquier caso, el artículo intentaba evitar un debate, que intuyo creciente (una vez que se cierren las puertas y los periodistas no tengan "NADA" sobre lo que opinar), acerca del sexo de los ángeles.

      Los electores tienen un duro trabajo y, cualquiera de ellos, asume mejor que nosotros la responsabilidad que le ha sido encomendada. Sus debates y su profunda reflexión tiene sentido; los nuestros, carecen totalmente de él. Sólo sirven apoyados en argumentos: los mejores que conozco son, siempre, los musicales.

      Nina, te agradezco tu implicación en la elección de un nuevo Papa: sabes que puedes votar las veces que quieras y sé que sabes dónde hacerlo.

      http://www.comunsinsentido.com/2013/03/los-electores-del-conclave.html

      Un beso.

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  7. Estuve el sábado (estuvimos, vaya), viendo y sobre todo escuchando el Mesías en Huesca, con una orquesta digna y unos solistas y coro también dignos. Haendel, como otros, pocos, estaba en contacto con eso que llamo "lo trascendente", que no tiene que ser exactamente el dios católico, pero que es la misma trascendencia que otros músicos, Miles Davis, Bill Evans, unos pocos, realmente, conocían. Hay una tensión emocional en las composiciones, en la interpretaciones, que para mí es de lo que trata la música, algo difícil de definir con palabras. En fin, ya me entiendes. Debussy también lo sabía, y algunos otros. No es patrimonio sólo de los músicos, también es verdad, aunque yo lo entiendo o percibo mejor en ellos.

    Un abrazo

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