Me
llama un amigo para decirme que leyó el artículo de ayer, sobre
la evolución de Alaska, y que no
entendía qué significaba eso del mainstream,
ni su relación con la modernidad (ha oído hablar de un hipster, al que imagina como un hippie
con perilla). Da la sensación de andar un poco perdido.
Es
el momento de llamar a:
(el servicio de interpretación y traducción ultra–cool)
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Supongamos
que se trata de un partido de tenis.
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El
hipster empieza sacando —porque
siempre va por delante—.
Ocupa
su turno en mencionar grupos musicales, tendencias, accesorios, cantantes, comics, recursos, ideas, apps, programas que no conoce nadie y
que, sospechosamente, siempre vienen de fuera.
Siempre
cree que la demo era un must, la versión beta no es underground y
la secuela está llena de spoilers.
Está
ocupado en estar a la última.
Lo
que venía siendo un seguidor de la vanguardia
(la actitud, no el periódico).
Como
en el mito de
Sísifo, recordando a Albert Camus 100 años y un día después
de su nacimiento, el hipster está
condenado a mantenerse en continuo movimiento ascendente, empujando la roca de
su absurda obstinación, sin percatarse de que su destino final es envejecer y
ser expulsado de la categoría evanescente de la modernidad, en la que es imposible
perpetuarse.
Un
día descubre que alguien (mucho más joven) le llama de usted y zozobra.
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Las
tribulaciones de una hipster son las
de una moderna de pueblo.
"La permanente existencia de la duda" Viñeta: modernadepueblo.com |
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Tras
encajar los golpes del desprecio, el representante del mainstream, agazapado en su resistencia, empieza a reducir la
desventaja. Sabe, más por viejo que por
diablo, que largo será el camino.
Su seña de identidad es carecer de ella. Al
fin y a la postre, le interesa lo que interesa a todos. Le gusta lo que a
nadie disgusta y encuentra su hábitat natural en un ascensor, en la sala de
espera del Centro de Salud, o en las jornadas de puertas abiertas de cualquier
cosa que resulte gratis.
Mainstream es Movistar, Vodafone, Yoigo o cualquier otro
operador de telefonía móvil, con esa atracción fatal por las promociones exclusivas.
Es
la excusa perfecta para organizar una tertulia, sin necesidad de mesa camilla,
radio o brasero.
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Entre
ambos extremos prototípicos se establecen profundas diferencias
(g)astronómicas: el hipster (ser
etéreo) tiende a la efervescencia y le gustan emulsiones, aromas, espumas, aires
o bocados. Eso explica su capacidad para embutirse en unos pantalones pitillo,
más que ceñidos.
En
el mundo mainstream se valora más el
embutido: gusta el compango, los platos de cuchara contundentes, tradicionales,
los de toda la vida. No se hacen ascos a gazpachos, cocidos o gachas.
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En
lo afectivo el hipster tiende a las
sensaciones; lo mainstream tira de
emociones (más o menos básicas).
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Es,
para decirlo claramente, el destino de Sísifo que, en una inspiración repentina,
se ve como un hámster dando vueltas en su noria y, cansado, se niega a empujar contracorriente, para aceptar
transformarse en Maruja, campechana y
locuaz, que gusta a todo el mundo (por negarse a formar parte de la generación rock).
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Todos hemos cometido “delitos y faltas”,
pecadillos de juventud que admitimos con un mohín cómplice.
El
partido se decide en el tie–break.
¿Quién crees que ganará el punto definitivo?
El mainstream gana, suele durar más tiempo que Hipster. Excelente la pagina de modernadepueblo
ResponderEliminarEs preciso acudir al Nomenclator. El mainstream siempre lleva las de ganar. Abrazo.
ResponderEliminar¡¡Qué grande es "moderna de pueblo" ! Totalmente recomendable.
ResponderEliminarAcabo de percatarme que se me olvidó agradecer las apariciones estelares: gracias a Bernardo, Johnny y Jonan.
ResponderEliminarY gracias a modernadepueblo.
Los hippies no solo adoptaron un estilo de vestimenta, sino un movimiento profundo. Sus atuendos coloridos y desinhibidos fueron un símbolo de paz, amor y libertad, dejando huella en la cultura.
ResponderEliminarPor supuesto. Su uso de chaquetas militares para oponerse a la guerra fue una atinada intuición.
EliminarLuego crecieron y se hicieron viejos y terminaron integrándose, algunos alcanzaron notable prosperidad.
No se me ocurren ejemplos, pero es posible que a ti sí.
Gracias